1934 Escocia el misterio macabro de las gemelas que ni la ciencia puede explicar durante años la familia Chase fue apenas un nombre más en los registros de accidentes rurales de Escocia pero en 1959 un investigador independiente encontró algo escondido entre recortes de periódicos y cintas oxidadas una fotografía marcada con dos fechas y una nota manuscrita no es posible que lo recuerden pero lo hicieron el caso fue cerrado oficialmente en 1940 sin embargo nadie pudo explicar por qué las niñas sabían lo que sabían ni por qué durante las entrevistas siempre terminaban con la misma frase: “Ya

hemos muerto una vez no queremos volver.” En el otoño de 1934 la familia Chase vivía en las afueras de Obán un pueblo tranquilo en la costa oeste de Escocia james Chase carpintero naval y su esposa Margaret llevaban una vida sencilla con sus tres hijas pequeñas las gemelas mayores Joana y Elis de 6 años solían jugar cerca del bosque siempre tomadas de la mano la menor Lilian aún gateaba y su risa llenaba la casa de una alegría serena que ocultaba viejas pérdidas la rutina parecía inquebrantable hasta que un domingo cualquiera rompió la línea invisible del destino

ese día la familia caminaba rumbo a la iglesia como cada semana cuando el sonido de un motor quebró el silencio un coche sin control descendió por la colina de Arthurfern patinando sobre hojas húmedas y grava suelta james apenas tuvo tiempo de gritar cuando vio las figuras de sus hijas corriendo al otro lado del camino el impacto fue brutal una muñeca fue arrojada lejos un lazo rosado quedó atrapado en el parachoques cuando el polvo se asentó solo el llanto de Lilian permanecía en el aire frío del otoño escocés joana murió en el acto con el cráneo

fracturado contra una piedra elise aún respiraba pero no por mucho los testigos declararon que no hubo intento de frenado como si el conductor no hubiese visto a las niñas el coche desapareció antes de que alguien pudiera anotar la matrícula nunca fue encontrado la policía cerró el caso como accidente fatal con fuga del responsable ningún sospechoso ningún motivo pero lo que más marcó a Margaret no fue la falta de justicia sino algo que Elis murmuró antes de exhalar dijeron que fueron palabras sin sentido tal vez una súplica tal vez una advertencia pero Margaret en su estado

de shock juró haber entendido perfectamente volveremos pero dolerá desde entonces la madre no volvió a ser la misma mantuvo juguetes cerró el cuarto cada aniversario ponía flores frente a un banco vacío del parque donde ellas jugaban y cada noche la luz del desván titilaba aunque nadie subiera jamás el acta forense fue clara trauma craneal severo múltiples fracturas muerte instantánea para la mayor la hermana menor Elise fue llevada al hospital de Ovan donde luchó por respirar durante 3 horas la enfermera que la atendió mencionó que la niña susurraba nombres lugares y algo sobre el agua fría

su última mirada según los registros clínicos fue hacia una ventana cerrada como si alguien la esperara a las 11:16 de la mañana el monitor marcó una línea recta la habitación quedó en completo silencio margaret Chase cayó en un mutismo que duró semanas no hablaba no comía solo miraba por la ventana james por el contrario se lanzó al trabajo con furia construyendo cercas reparando techos ajenos el pequeño ataúd blanco fue enterrado junto a otro igual de blanco solo se diferenciaban por las iniciales la comunidad consternada organizó una colecta pero nadie se atrevía a hablar con la

familia el duelo era tan espeso que parecía haberse instalado como una neblina sobre aquella casa gris el informe policial fue archivado con rapidez pese a inconsistencias sobre el testimonio del conductor un joven afirmó haber visto el coche días después abandonado cerca de las ruinas de Danstafne pero cuando los agentes llegaron no había huellas ni vehículo ni rastro alguno sobre el barro endurecido la única prueba conservada fue un lazo infantil arrugado y teñido de sangre que Margaret se negó a soltar lo guardó dentro de una caja de té vacía en el fondo de un armario que

nadie volvió a abrir poco después del funeral comenzaron las primeras señales de algo fuera de lugar una vecina dijo haber visto las siluetas de dos niñas jugando en el jardín en plena madrugada otra escuchó risas suaves cerca del columpio aunque no había viento niño cerca james desimó los rumores pero cada vez que barría el porche encontraba dos pares de huellas pequeñas y sobre la madera tallado con algo punzante alguien había escrito: “No dolió tanto como pensaban.” La casa Chase antes alegre y rústica se volvió una estructura muda invadida por el polvo y el eco las

cortinas permanecían corridas durante el día y las ventanas cerradas con clavos desde el interior margaret caminaba descalza por los pasillos acariciando las paredes como si buscaran devolverle algo james aunque fuerte por fuera comenzó a beber whisky a escondidas y hablar solo frente al taller la pequeña Lilian la única hija viva parecía cada vez más pálida más ausente más silenciosa los vecinos evitaban pasar por esa calle especialmente al caer la tarde algunos decían que la campana del comedor sonaba sola siempre a las 6:45 la hora habitual de la cena otros aseguraban ver luces parpadear en las

habitaciones vacías aunque la electricidad era inestable una anciana del pueblo llegó a advertirles que ese tipo de dolor se pega a las cosas como el moo pero nadie tuvo valor de insistir cuando Margaret cerró la puerta sin despedirse una tarde de diciembre Lilian fue encontrada dormida dentro de uno de los pequeños ataúdes del desbán según el padre nadie le había enseñado a subir esas escaleras ni a abrir el candado oxidado la niña solo murmuró “Las extraño pero ya casi vuelven.

” Y se volvió a dormir como si nada desde ese día James colocó un candado doble en el desván y ocultó la llave bajo tierra y Margaret en un gesto desesperado mandó sellar con ladrillos el cuarto donde dormían las gemelas fallecidas el ambiente en la casa era opresivo como si algo respirara entre las paredes húmedas los relojes dejaron de funcionar correctamente deteniéndose en momentos distintos cada día las fotos familiares aparecían torcidas cada mañana y dos retratos simplemente desaparecieron la madera del piso crujía al amanecer como si alguien caminara de regreso a su cuarto y una

noche cuando James intentó rezar la cruz sobre la pared cayó por sí sola partiéndose al medio la madrugada siguiente una de las ventanas del cuarto sellado apareció abierta desde dentro pasaron meses de silencio absoluto hasta que contra toda expectativa Margaret volvió a quedar embarazada no lo anunció a nadie ni siquiera a su madre solo James lo supo al notar el cambio en su respiración no celebraron no hubo cuna nueva ni ropa tejida ni compras de libros infantiles como antes margaret inexplicablemente comenzó a escribir en un diario que había pertenecido a Johanna sin tocarlo nunca cada

página empezaba igual si vuelven prometo no tener miedo esta vez el médico del pueblo el doctor Haloran afirmó que el embarazo era normal aunque notaba algo extraño el ritmo cardíaco fetal era perfectamente regular pero parecía doble dos latidos no uno es posible que sean gemelos dijo con cautela aunque el historial familiar no lo indicaba Margaret no respondió solo bajó la mirada y murmuró “No es la primera vez desde ese día dejó de asistir a los controles y se negó a dejar la casa bajo cualquier pretexto durante el sexto mes James escuchó a Margaret hablar por

las noches desde el cuarto sellado al principio creyó que rezaba pero al acercarse notó que hablaba con voz infantil en plural cuando intentó abrir la puerta estaba trancada desde dentro aunque no había cerrojo y al empujar con fuerza solo encontró oscuridad una silla mecedora vaccía y el aroma antiguo de lilas esa misma noche Lilian despertó llorando y dijo “Mamá está hablando con ellas las de antes.” En el último mes Margaret comenzó a dibujar compulsivamente con lápices rotos de las niñas fallecidas no eran retratos nuevos sino copias exactas de dibujos que Joanna y Elise habían hecho

años antes incluso con los mismos errores las mismas proporciones las mismas palabras mal escritas en uno de ellos una figura en rojo mostraba una niña cayendo frente a un coche sin conductor james lo quemó en la chimenea pero durante la noche reapareció doblado dentro de su Biblia la madrugada del 9 de marzo de 1935 un grito seco rompió el silencio de la casa Chase james encontró a Margaret en el suelo del pasillo rodeada de agua y con la mirada perdida no llegaron volvieron dijo ella antes de caer inconsciente mientras se sujetaba el vientre sin médico

cerca James condujo hasta la vieja clínica de Doombeck a más de 30 km pero según el registro cuando llegaron las niñas ya habían nacido en el asiento trasero dos recién nacidas con peso y salud normales aunque completamente distintas entre sí una con cabello oscuro y grueso la otra de tes pálida y casi sin bello el personal notó que no lloraban solo abrían los ojos muy lentamente y observaban en silencio las nombraron Olivia y Fiona como las primeras niñas de la familia Chase hacía generaciones margaret no recordaba haber elegido esos nombres pero insistía en que siempre

habían sido esos los primeros días fueron tranquilos hasta que las pequeñas comenzaron a moverse en sincronía dormían en posiciones idénticas y sus manos parecían buscarse incluso en sueños a los dos meses una enfermera dijo que se reían solo cuando estaban frente al espejo y una tarde cuando James tocó la vieja caja de juguetes de Johanna ambas comenzaron a llorar pero lo que más inquietó a los médicos fue lo que ocurrió durante la primera revisión neurológica al aplicar estímulos auditivos las niñas giraron la cabeza hacia sonidos que no se habían emitido cuando les mostraron figuras básicas

dibujaron con los dedos patrones complejos sobre la sábana uno de esos patrones coincidía con el símbolo tallado en la lápida de Elis según registros locales el Dr haloran pidió repetir las pruebas pero las niñas parecían cerrarse cuando eran observadas y esa misma noche la enfermera de turno renunció tras declarar esos ojos ya habían visto todo al revisar la cuna por la mañana encontraron una muñeca rota que no estaba allí la noche anterior aunque el médico certificó un desarrollo físico normal Margaret pronto notó reacciones inusuales en las gemelas reacciones que no se correspondían con la edad

ni con ninguna experiencia que pudieran haber tenido en esa etapa de la vida apenas comenzaban a gatear cuando ambas se estremecían ante el sonido de un motor encendiéndose incluso si el vehículo no era visible desde la casa y aunque estuvieran ocupadas jugando detenían todo para mirar fijamente hacia la ventana como si esperaran ver algo que solo ellas podían identificar james escéptico por naturaleza intentó racionalizarlo como simple nerviosismo infantil pero incluso él comenzó a inquietarse cuando las niñas aún sin saber hablar con fluidez empezaron a señalar insistentemente el camino de tierra donde había ocurrido el accidente

rechazando cualquier intento de paseo o cercanía a esa zona en una ocasión cuando la familia fue invitada a casa de unos conocidos en el pueblo Margaret cargó a las gemelas hasta el coche pero bastó que las colocara en el asiento trasero para que ambas comenzaran a gritar de forma desgarradora un llanto sin lágrimas que parecía más angustia existencial que simple temor la situación se volvió tan insostenible que decidieron evitar todo desplazamiento en automóvil lo cual terminó por aislar aún más a la familia que ya era vista con cierto recelo por parte de los vecinos una

anciana que vivía al final del camino y que aseguraba recordar cosas que no conviene repetir afirmó haber visto a una de las niñas taparse los oídos y repetir en voz baja otra vez no otra vez no justo al paso de un camión de leche aunque la niña ni siquiera sabía lo que significaba el vehículo las visitas dejaron de venir y la casa comenzó a adquirir una fama turbia decían que las gemelas tenían algo demasiado antiguo en la mirada que su forma de moverse no era natural como si no descubrieran el mundo sino que lo recordaran

incluso el cartero pidió dejar la correspondencia en el portón y no entrar más luego de ver cómo las niñas se quedaban quietas en la ventana con expresión fija y sincronizada como estatuas de porcelana que respiraban al mismo ritmo margaret aunque profundamente perturbada por esos episodios nunca dejó de cuidar de ellas con devoción convencida de que sea lo que fuera que estuviera ocurriendo no era culpa de sus hijas sino del destino que aún no había terminado de cobrarse lo que creía suyo uno de los registros más inquietantes quedó anotado en el diario personal de Margaret en

una entrada fechada el 17 de septiembre de 1936 donde escribió que esa mañana sin razón aparente Olivia se escondió debajo de la mesa y gritó “¡Cuidado con el coche rojo!” Al buscar entre sus cosas antiguas Margaret recordó que ese era el color del auto involucrado en el accidente original aunque nunca se lo había contado a nadie más que al párroco local al comparar ese detalle con los informes policiales archivados descubrió que no existía ninguna mención pública sobre el color del vehículo lo que significaba que Olivia no podía haberlo escuchado en ninguna parte esa noche James

se encerró en el taller encendió una lámpara de aceite y quemó la única fotografía donde aparecían Joanna y Elise juntas en la entrada de la casa como si al borrar la imagen pudiera detener el eco que se filtraba desde el pasado pero al amanecer la foto apareció de nuevo sobre la mesa del comedor húmeda ennegrecida por el fuego y con las dos niñas mirando directamente a la cámara aunque en la imagen original ambas miraban hacia los lados las gemelas comenzaron a hablar temprano con un vocabulario sorprendentemente extenso para su edad pero lo que más desconcertaba

no era la fluidez de las palabras sino el contenido de lo que decían a los dos años en lugar de balbuceos o frases infantiles solían emitir declaraciones que parecían reflexiones de alguien mayor a veces casi filosóficas otras veces inquietantes como si estuvieran relatando experiencias vividas en otro cuerpo en otro tiempo una tarde mientras Margaret las vestía para dormir Olivia señaló una cicatriz en su pierna y dijo “Eso me lo hice cuando caí por el parque ya me pasó antes ¿verdad mamá margaret que recordaba perfectamente que Joana había sufrido una caída similar en el mismo lugar

se quedó paralizada pues nunca había contado ese detalle a nadie desde el funeral ni siquiera a James fiona por su parte desarrolló un miedo inexplicable a los espejos repitiendo cada vez que se cruzaba con uno no quiero ver cómo se me ve el golpe otra vez durante una visita casual al antiguo cuarto de Joana que había permanecido cerrado desde el accidente ambas niñas se detuvieron frente a la puerta con una mezcla de respeto y extrañeza olivia dijo en voz baja ahí dormía yo antes mientras Fiona sin mirar a nadie añadió y ahí llorábamos cuando papá

nos gritaba james que escuchaba desde la escalera soltó las llaves que traía en la mano convencido de que alguien les había contado algo pero no había forma de que conocieran el interior de ese cuarto menos aún las dinámicas íntimas que ocurrieron allí margaret comenzó a anotar cada frase inusual en un cuaderno azul temiendo olvidarlas o querer negarlas en el futuro como si necesitara una prueba física de que no estaba perdiendo la razón en solo tres semanas había registrado más de 40 frases que coincidían con recuerdos reales de sus hijas fallecidas desde nombres de muñecos hasta

canciones que ya no cantaban desde 1934 la situación llegó a su punto más alarmante cuando en medio de una siesta las gemelas comenzaron a hablar dormidas en perfecto sincronismo usando nombres de antiguos vecinos que ya habían muerto mencionando fechas aromas y eventos pasados con un detalle imposible de reproducir por imitación una de esas frases anotada por James en el reverso de un almanaque decía “La sangre no fue tan rápida pero sí caliente se nos fue saliendo ni Margaret ni James lograron dormir esa noche y decidieron dejar encendidas todas las lámparas de la casa aunque sabían

que la luz no podía protegerlos de lo que estaba ocurriendo dentro de sus propias hijas intentaron buscar ayuda fuera del pueblo pero cada profesional que contactaban terminaba sugiriendo estrés traumático incluso esquizofrenia precoz aunque ninguna teoría se sostenía con las pruebas y mientras los padres se sumían en la confusión las niñas parecían cada vez más seguras de algo que no sabían explicar como si solo estuvieran esperando el momento de recordar lo que aún faltaba una noche sin motivo aparente Fiona escribió con lápiz en la pared del pasillo no fue un accidente fue para que regresáramos uno

de los aspectos que más desconcertó a los investigadores años después al revisar los registros de Margaret fue la serie de incidentes relacionados con objetos que las gemelas parecían reconocer instintivamente a pesar de que nunca habían tenido acceso a ellos durante una limpieza del desbán James encontró una caja antigua con pertenencias de Joana y Elise cuidadosamente etiquetadas y selladas desde su muerte con cinta de lino y cera negra como una cápsula del tiempo que nadie debía abrir curioso por el comportamiento reciente de las niñas decidió llevar uno de los objetos un pequeño cepillo con mango de

marfil hasta la sala sin decir nada solo para observar si generaba alguna reacción espontánea apenas Fiona entró se detuvo en seco miró el cepillo lo tomó entre sus manos con firmeza y dijo “Este mío pero Olivia siempre lo usaba cuando lloraba.” Margaret al escuchar esas palabras se descompuso en el pasillo porque esa frase idéntica estaba escrita en el reverso de una foto vieja de Elise que había desaparecido meses atrás después de ese día decidieron hacer una prueba más colocaron cinco objetos antiguos sobre la mesa algunos que habían pertenecido a las niñas fallecidas y otros que

eran ajenos sin relación familiar las gemelas sin vacilar señalaron exactamente cuáles les eran familiares nombrando incluso lugares donde habían sido guardados detalles sobre cuándo los habían recibido y hasta el daño exacto que tenía uno de ellos en la base una muñeca sin cabeza olvidada en el cobertizo trasero fue reconocida por Olivia con una frase seca la dejé afuera esa tarde antes de que nos gritaran por ensuciar el vestido blanco esa anécdota coincidía palabra por palabra con un episodio que Margaret había relatado una sola vez al sacerdote del pueblo en plena confesión y que nunca había

sido mencionado en presencia de sus hijas vivas o fallecidas fiona por su parte tomó un broche oxidado y lo sostuvo contra el pecho diciendo “Esto lo llevaba el día en que no volvimos a casa.” A partir de entonces comenzaron a aparecer objetos en lugares donde no deberían estar como si las niñas los atrajeran o los reclamasen por alguna fuerza inexplicable una noche mientras James intentaba dormir en su taller escuchó algo caer sobre el techo de Ojalata al salir encontró una pequeña libreta azul con las iniciales JC grabadas a mano perteneciente a Joana que había desaparecido

justo después del accidente la libreta tenía garabatos nuevos trazos torpes que no estaban allí antes y una frase escrita con lápiz infantil las cosas vuelven porque nosotras también incluso los retratos antiguos enmarcados y colgados comenzaron a cambiar sutilmente en uno de ellos donde antes solo aparecía Margaret con las niñas fallecidas ahora parecía verse una figura más de espaldas casi imperceptible la familia ya superada por el terror silencioso optó por clausurar una habitación entera con tablas y clavos como si sellando el espacio pudieran evitar que el pasado siguiera derramándose por las rendijas del presente fue durante

un día gris de otoño mientras la familia intentaba limpiar el cobertizo trasero que Olivia tropezó con una caja enterrada bajo una losa rota del suelo una caja de madera con cerradura oxidada que nadie recordaba haber visto antes al abrirla James encontró una muñeca de trapo rota con una pierna cosida de forma artesanal y los ojos de botón reemplazados por botones distintos uno rojo y otro azul como los que Margaret cocía durante el invierno de 1933 lo que eló la sangre de los padres no fue el estado del objeto sino la reacción inmediata de Fiona quien

al ver la muñeca la abrazó con fuerza y dijo en tono cálido y nostálgico “Te busqué por todos lados Gretel pensé que te habías quedado debajo del auto ese nombre Gretel no figuraba en ningún álbum ni en registros familiares ni siquiera entre los juguetes conocidos de las niñas fallecidas pero sí aparecía en una nota rasgada que James había escrito años antes y olvidado con una lista de posibles regalos navideños para Johanna margaret sintiéndose emocionalmente sobrepasada subió sola al desván con la muñeca en las manos y allí descubrió escondido detrás de una viga un cuaderno de

tapas negras perteneciente a Elís con dibujos y relatos infantiles entre las páginas arrugadas por la humedad una hoja resaltaba por encima de las demás un dibujo torpe de una niña caída junto a un coche rojo y a su lado la figura de la muñeca Gretel con un ojo rojo y otro azul justo como la encontrada lo más inquietante era que en la parte inferior de la página escrita con la caligrafía infantil de Elise aparecía una frase: “Grettel está rota pero me cuida ella sabe cómo fue al revisar el cuaderno con más atención James notó varias

páginas arrancadas como si alguien las hubiera quitado recientemente a pesar de que ese lugar había permanecido cerrado y sellado desde 1934 esa noche colocaron la muñeca sobre una repisa alta del comedor decididos a vigilarla pero al amanecer ya no estaba allí a las 4:17 de la mañana según marcó el reloj del pasillo Margaret escuchó un golpeteo rítmico detrás de la pared del cuarto de las niñas como si alguien estuviera rasguñando desde dentro buscando salir o llamar la atención al entrar corriendo encontró a Fiona de pie sobre la cama señalando con el dedo hacia el armario

cerrado diciendo entre susurros “No quiere que volvamos a morir.” Pero se le cayó la cabeza james abrió el armario con fuerza temiendo encontrar a algún intruso pero lo único que había era la muñeca en el suelo sin cabeza con los brazos torcidos como si hubieran sido arrancados violentamente margaret recogió los fragmentos del juguete y los metió dentro del horno de leña decidida a terminar con todo de una vez pero cuando intentó encender el fuego la muñeca ya no estaba dentro en su lugar había un trozo de papel quemado parcialmente con un solo nombre escrito en

letra infantil que ningún miembro de la familia reconoció pero que coincidía con el nombre del conductor que escapó la mañana del accidente al intentar pronunciar ese nombre en voz alta la luz de toda la casa se apagó por completo aunque afuera aún era pleno día fue a mediados de octubre cuando Margaret decidió llevar a las gemelas a caminar por el bosque buscando aire fresco y algo de normalidad como si una excursión breve pudiera silenciar por unas horas todo lo que venía ocurriendo dentro de la casa tomaron un sendero lateral que bordeaba el lago L Feo

Chan un lugar que ni Olivia ni Fiona habían visitado jamás al menos no en esta vida pero que según Margaret era lo suficientemente alejado como para evitar recuerdos indeseados sin embargo al cruzar una curva entre árboles de ramas retorcidas ambas niñas se detuvieron al mismo tiempo giraron hacia un claro con juegos oxidados y columpios desvencijados y dijeron exactamente la misma frase: “Aquí era donde nos gustaba más.” Lo dijeron con tono afirmativo sin vacilaciones como quien reconoce su antigua habitación tras años de ausencia como si cada rincón del parque ya estuviera mapeado en su memoria desde

antes del nacimiento james que había acompañado a regañadientes intentó disimular su espanto pero Margaret ya no podía ocultar el temblor de sus manos las niñas corrieron hacia una estructura rota que alguna vez fue un carrusel se sentaron en él sin esperar permiso y comenzaron a empujarse entre ellas con una coordinación que no habían mostrado nunca antes fiona en voz baja comenzó a tararear una melodía antigua una canción infantil que Margaret reconoció de inmediato porque era la que Johana solía cantar sola bajo la lluvia cada vez que se enojaba con Elis olivia mientras tanto empezó a

escarvar con los dedos bajo la arena hasta que extrajo una pequeña medalla oxidada con el nombre Elis grabado al reverso exactamente igual a la que la niña llevaba puesta el día del accidente y que nunca había sido recuperada margaret cayó de rodillas al verla incapaz de comprender cómo un objeto que se creía desaparecido desde hacía años podía aparecer justo en manos de una hija que no había nacido aún cuando ocurrió la tragedia james furioso tomó la medalla y la lanzó al lago con todas sus fuerzas pero esa noche al volver a casa la encontraron sobre

la almohada de Fiona brillante limpia y sin rastro de óxido las semanas siguientes estuvieron marcadas por una sensación de vigilancia invisible como si el propio bosque hubiera visto demasiado y se negara a callar margaret comenzó a soñar repetidamente con los columpios moviéndose solos incluso en días sin viento y cada vez que despertaba escuchaba risas apagadas idénticas a las que se oían antes de 1934 un joven del pueblo que solía pasar por el parque en sus recorridos matutinos dijo haber visto dos niñas idénticas jugando descalzas bajo la lluvia a las 5 de la mañana sin que

sus huellas quedaran marcadas en el barro cuando James fue al lugar con una linterna descubrió un pañuelo blanco colgado en el árbol donde Elise solía esconderse y lo reconoció porque aún tenía bordadas las iniciales JC en hilo azul ese pañuelo había sido enterrado con ella dentro del ataúd sellado que jamás se volvió a abrir en noviembre de 1937 Margaret Chase decidió escribir una carta al obispo de Inbernés no buscando consuelo espiritual ni guía doctrinal sino una forma de documentar bajo palabra escrita lo que llevaba reprimiendo por años el convencimiento absoluto de que sus hijas fallecidas

habían regresado no hablaba ya de metáforas de reencarnación o de heridas mal cerradas en la Sique hablaba con certeza con la frialdad de una madre que ha dejado de tener miedo y ha empezado a observar con método aquello que la rodea en esa carta que fue encontrada años después dentro de una Biblia familiar envuelta en una cinta roja Margaret describía con detalle las noches en las que Olivia hablaba dormida en voz baja diciendo nombres y fechas que coincidían con diarios antiguos escritos por Joana también relataba como Fiona en múltiples ocasiones se despertaba con arañazos en

los brazos y aseguraba haber soñado el accidente otra vez describiéndolo con precisión quirúrgica incluso en aspectos que ni la propia Margaret conocía en su totalidad pero lo más perturbador de todo era su afirmación final ya no creo en casualidades no era coincidencia volvieron porque yo no supe despedirme durante un viaje al pueblo Margaret se topó con la anciana Moira Egan una mujer que había sido comadrona y partera durante más de cuatro décadas y que alguna vez asistió a su madre durante una pérdida temprana moira al ver a las niñas palideció inmediatamente las tomó por los

hombros con suavidad y susurró “Los ojos son los mismos no puede ser pero lo es le confesó a Margaret que en todos sus años nunca había visto niños mirar así no como si exploraran el mundo sino como si ya lo hubieran condenado en silencio también le advirtió que el alma si no se despide bien puede quedar atrapada entre formas y que algunos cuerpos se convierten en refugios para aquello que no quiere morir del todo margaret sin responder se marchó caminando con las niñas mientras Fiona volteaba la cabeza por última vez y le decía a la anciana “Gracias por ayudarnos.

” Antes de regreso a casa James encontró a Margaret llorando frente al espejo del pasillo con los ojos fijos en su propio reflejo como si buscara algo que no aparecía allí desde hacía años ella le dijo que cada vez sentía más fuerte la presencia de Joana y Elise pero no como una idea reconfortante sino como un peso constante como si le observaran todo el tiempo desde dentro de las gemelas comenzó a registrar sueños en una libreta sueños en los que las niñas se miraban al espejo y veían otros rostros más viejos más heridos más rotos

repitiendo frases como “No queríamos volver pero tú nos llamaste una noche Margaret dejó encendida una vela frente al retrato de sus hijas fallecidas rezando para que si aún había algo que no había sido dicho se revelara de una vez a la mañana siguiente encontró la vela derretida sobre el suelo y en la pared escrita con ollín la palabra culpa esa misma noche mientras todos dormían las niñas bajaron solas al sótano y la puerta se cerró tras ellas sin que nadie la tocara fue idea de James intentar una última estrategia para escapar de lo que consideraba

una espiral de su gestión colectiva una especie de histeria inducida por el encierro la culpa y el luto mal digerido propuso a Margaret que se tomaran unos días fuera del hogar viajando a Balachulis el pequeño pueblo donde nacieron Johana y Elise con la esperanza de que un cambio de entorno desactivara el clima asfixiante que los rodeaba al principio Margaret se negó rotundamente asegurando que no tenía sentido volver al lugar donde todo había comenzado pero finalmente aceptó impulsada por una mezcla de resignación miedo y una intuición que no lograba silenciar tomaron el tren matutino con las

niñas dormidas sobre sus piernas y durante todo el trayecto Olivia susurraba en sueños palabras sueltas como puente charco y lugar secreto mientras Fiona mantenía los ojos entrecerrados como si ya supiera a dónde iban el cielo gris y las nubes bajas parecían acompañar el silencio de los padres que no se atrevieron a intercambiar una sola palabra durante el viaje al llegar a la estación Fiona fue la primera en descender mirando a su alrededor con una calma que contrastaba con la tensión visible en los adultos sin haber estado allí nunca antes caminó directo hacia una pequeña callejuela

de piedra se detuvo frente a una tienda cerrada y murmuró “Aquí comprábamos dulces pero papá decía que eran malos para los dientes james visiblemente nervioso la siguió en silencio recordando que efectivamente esa tienda había sido parte de su rutina con Joana y Elise cada domingo después de la misa más adelante Olivia señaló una verja oxidada que conducía a un jardín descuidado y con voz serena afirmó ahí fue donde Elise se lastimó el pie con la botella rota margaret al borde del llanto confirmó en su mente que ese hecho también había ocurrido y que la herida

dejó una cicatriz que solo Elis tenía decidieron continuar hasta la plaza del pueblo donde un pequeño parque infantil aún conservaba parte de las estructuras originales un tobogán de metal un banco verde y una rueda giratoria vieja cubierta de musgo ambas niñas corrieron directo hacia la rueda sin que nadie las guiara y comenzaron a empujarla riendo de forma contenida como si hubieran estado esperando ese momento desde hacía mucho al detenerse Fiona se sentó en el banco y empezó a cantar una canción infantil que no había sido enseñada por nadie pero que Margaret reconoció de inmediato como

una de las preferidas de Johanna la misma que solía cantar bajo la lluvia con una piedra en la mano una mujer anciana que pasaba por el lugar se detuvo a mirar frunció el ceño y dijo “¿No son las mismas?” sin llegar a terminar la frase como si algo en su memoria se hubiera activado bruscamente al acercarse su rostro palideció y solo alcanzó a decir “Las he visto antes.” Pero fue hace más de 5 años en el funeral la visita al cementerio de Balachulish no estaba prevista en el itinerario pero fue inevitable cuando tras pasar por

la vieja iglesia presbiteriana del pueblo Fiona se detuvo frente al portón oxidado del campo santo y dijo con una firmeza escalofriante “Todavía están ahí y esperan.” James aunque resistido al principio terminó cediendo a la insistencia de las niñas que no pedían no lloraban ni pataleaban solo caminaban con paso seguro como si una brújula invisible las arrastrara sin esfuerzo hacia una dirección que conocían de memoria la familia cruzó el sendero cubierto de hojas secas y grava húmeda bajo la sombra de árboles viejos que parecían inclinarse hacia ellos como si escucharan todo hasta que llegaron a una

pequeña elevación del terreno donde las lápidas se agrupaban de a tres o cuatro de pronto Fiona se soltó de la mano de Margaret caminó sin vacilar hasta una tumba doble con la piedra agrietada colocó su mano sobre el mármol musgoso y pronunció sin sombra de duda “Aquí es aquí nos quedamos dormidas.” James paralizado cayó de rodillas cuando reconoció el nombre de sus hijas grabado en la losa Joana C y Elise C junto con las fechas exactas de su muerte todo cubierto de musgo pero perfectamente legible bajo la luz nublada margaret se acercó lentamente con lágrimas

en los ojos y notó que Olivia se había arrodillado también acariciando una grieta de la piedra como si acariciara una cicatriz sobre su propia piel entonces Fiona en voz baja añadió “No dolió tanto como pensábamos fue el silencio lo que dolió más.” James se incorporó bruscamente miró alrededor como si esperara encontrar cámaras ocultas o testigos de una farsa pero lo único que encontró fue su propio reflejo distorsionado en la placa metálica de un jarrón funerario tomó del brazo a las niñas y exigió volver a casa inmediatamente repitiendo que todo era una coincidencia un juego o

una sugestión enfermiza provocada por los susurros y el encierro prolongado pero mientras se alejaban del lugar un cuervo negro grasnó desde la cruz de hierro forjado sobre la tumba y ambas niñas se giraron al mismo tiempo para mirarlo como si lo conocieran de antes esa noche ya de regreso en Ovan James no pudo dormir caminaba por la casa como un guardián atormentado revisando cerraduras encendiendo lámparas y abriendo las puertas una y otra vez buscando una señal que lo contradijera margaret sentada en el borde de la cama le dijo sin rodeos que había llegado la hora

de dejar de negar lo evidente que esas niñas no eran simplemente sus hijas vivas sino las mismas que habían partido reembenasadas en otros cuerpos traídas por un propósito que ni siquiera la fe lograba explicar él no respondió solo se sirvió un vaso de whisky lo dejó sobre la mesa sin tocarlo y salió al jardín bajo la lluvia donde creyó ver por un segundo dos siluetas pequeñas junto al columpio que se mecían muy lentamente sin viento alguno y cuando entró de nuevo a la casa encontró sobre la mesa una hoja arrancada de un cuaderno escrita con

la letra de Johana que había desaparecido años atrás esa hoja decía “Papá no te enojes solo queríamos volver a jugar.” El primer informe profesional sobre las gemelas Chase fue emitido en marzo de 1938 tras una visita del Dr rowan McLish un psicólogo infantil de Glasgow que había oído rumores del caso a través de una carta filtrada desde la iglesia local al llegar a Obcle esperaba encontrarse con una familia devastada por la pérdida padres sugestionables y niñas retraídas pero en cambio lo que encontró fueron dos menores de apenas 3 años que mantenían contacto visual firme hablaban

con coherencia inusual para su edad y mostraban respuestas emocionales más propias de adultos en duelo que de niños en desarrollo tras una primera sesión de observación no estructurada el psicólogo solicitó permiso para aplicar pruebas de evocación de memoria usualmente reservadas para casos de trauma severo pero se vio interrumpido cuando Fiona al ver el instrumento de medición sobre la mesa dijo con absoluta seguridad “Ese no mide pensamientos solo la parte de afuera. ” El investigador perplejo anotó esa frase exacta en su cuaderno añadiendo la observación la niña parece saber qué voy a preguntar antes de que

abra la boca hay algo que no alcanzo a entender y temo que no sea psicológico poco después el caso fue mencionado en una conferencia privada sobre psicología transgeneracional donde un profesor llamado Angus Bell sugirió que se trataba de una forma de memoria celular hereditaria una teoría aún no aceptada que postulaba la transmisión de recuerdos a través del ADN pero cuando otro especialista el Dr jerbase visitó la casa Chase para realizar pruebas de lateralidad notó que las niñas resolvían tareas complejas usando ambas manos al mismo tiempo como si funcionaran en espejo reproduciendo movimientos que no habían

aprendido durante una de las sesiones Olivia fue expuesta a una grabación de sonido blanco para medir su reacción neurosensorial y sin haber oído jamás ese estímulo murmuró: “Este era el ruido cuando cerraron la caja cuando todo se apagó la grabación fue detenida inmediatamente y el equipo técnico anotó que los niveles de respuesta electrodermal de ambas niñas mostraban patrones de estrés similares a los de veteranos de guerra en estado de hipervigilancia uno de los asistentes clínicos al terminar la sesión escribió en su informe confidencial “Sea lo que sea esto no estamos preparados para nombrarlo.

” El boca a boca sobre el caso comenzó a extenderse más allá de la comunidad médica alcanzando a sacerdotes periodistas escritores y hasta escépticos especializados en fraudes una revista local de Edimburgo intentó publicar un artículo titulado Gemelas poseídas o vidas anteriores pero el contenido fue censurado antes de salir a imprenta por razones no esclarecidas james desesperado por frenar la atención no deseada comenzó a rechazar cualquier visita quemó documentos y retiró a las niñas de las actividades públicas incluyendo la iglesia y la escuela dominical margaret por el contrario anotaba cada nuevo incidente con rigurosidad convencida de

que ese fenómeno debía documentarse hasta el último detalle no para fama ni validación sino para proteger a sus hijas o a quienes creía que habitaban en ellas fue en una de esas anotaciones donde escribió con pulso tembloroso si la ciencia no puede explicarlas quizá porque nunca fueron cosa de este mundo no pasó mucho tiempo antes de que el caso hasta entonces contenido en círculos médicos y religiosos discretos cayera en manos de la prensa amarillista especialmente tras una filtración anónima del primer informe clínico realizado por el Dr mcle el 3 de junio de 1938 el periódico

escocés de Highland Boys publicó un artículo a doble página titulado Las niñas del más allá vidas pasadas en OBAN acompañado por una imagen borrosa de Olivia sosteniendo una muñeca sin cabeza recortada y ampliada sin permiso a la mañana siguiente periodistas comenzaron a llegar al pueblo en automóviles con placas extranjeras cámaras en mano grabadoras rudimentarias y cuadernos repletos de preguntas que mezclaban lo sobrenatural el morbo y la desesperación por encontrar titulares de impacto los vecinos hasta entonces silenciosos o cómplices del hermetismo comenzaron a dar versiones contradictorias algunos afirmando haber oído voces de niños por la noche

otros asegurando que todo era una invención de la familia para obtener compensaciones la casa de los Chas una estructura gris de paredes ásperas se convirtió de pronto en epicentro de rumores señales y visitas no deseadas obligando a James a instalar rejas improvisadas en las ventanas y mantener un rifle cargado detrás de la puerta principal una noche mientras la familia intentaba cenar en calma escucharon un golpe seco en la fachada y al salir encontraron una cruz tallada sobre la madera con un cuchillo junto a un recorte del periódico que decía “¿Qué esconden estas niñas?” Margaret entró

en crisis y sufrió un colapso nervioso que la obligó a ser atendida por el mismo doctor que años antes había atendido el parto de las gemelas las niñas por su parte parecían ajenas al revuelo exterior pero comenzaron a encerrarse durante horas en el armario del desván donde murmuraban entre ellas en una lengua que ni James ni Margaret reconocían como inglesa ni gaélica el sacerdote local intentó intervenir solicitando a los medios que se retiraran en nombre de la salud emocional de las menores pero su pedido fue ignorado y días después apareció un nuevo artículo titulado Exorcismo

encubierto en Ován revelaciones desde el sótano las autoridades comenzaron a recibir cartas de ciudadanos exigiendo que las niñas fueran examinadas por científicos europeos o en su defecto alejadas del pueblo por seguridad colectiva james acorralado por la invasión mediática y la presión creciente tomó la decisión de enviar a las niñas con su tía Helen una mujer viuda que vivía en las afueras de Stirling y que no tenía hijos ni contacto frecuente con la prensa pero el día antes del traslado Fiona desapareció por dos horas y cuando finalmente fue hallada detrás de la iglesia antigua tenía en

sus manos una foto de Joanna que había sido enterrada con ella nadie pudo explicar cómo la había obtenido ni por qué estaba perfectamente limpia a pesar de la lluvia margaret en ese momento se negó rotundamente a separarse de sus hijas declarando entre lágrimas que si nos separamos ahora ellas se romperán y todo esto empezará de nuevo en otra parte esa noche la prensa fue alertada por una figura vestida de oscuro que rondaba el jardín a medianoche capturada en una fotografía mal enfocada con un detalle escalofriante las niñas aparecían en la imagen aunque no habían salido

de la casa la fotografía fue archivada sin explicación bajo el nombre exposición doble no confirmada ovan 1938 años después de que la familia Chase se retirara del foco público varios investigadores intentaron reconstruir lo ocurrido entre 1935 y 1939 basándose en notas clínicas recortes de prensa y testimonios sueltos pero hubo un elemento clave que siempre se mantuvo fuera de alcance las grabaciones originales realizadas por el equipo del Dr mcleage durante sus visitas a la casa el psicólogo había registrado en cilindros de cera una tecnología en uso limitado para la época varias sesiones con las niñas en

las que formulaba preguntas de control estímulos cruzados y pruebas de evocación espontánea según consta en un informe personal recuperado de su despacho años después al menos seis de esas grabaciones contenían respuestas imposibles de fabricar como fechas exactas nombres completos de personas fallecidas y descripciones verbales de entornos que las niñas nunca habían visto pero que coincidían con fotografías archivadas de la infancia de Joana y Elis mcleh alarmado por el contenido decidió no compartir los registros con colegas y envió los cilindros a un archivo privado en Edimburgo junto a una carta dirigida a un colega alemán donde

afirmaba “Estas voces no pertenecen solo a este tiempo y posiblemente tampoco a esta forma sin embargo cuando en 1962 un joven investigador intentó localizarlas descubrió que el archivo había sufrido un incendio selectivo y que los cilindros marcados como caso Chase estaban entre los únicos destruidos por completo ese hecho alimentó una ola de teorías conspirativas que nunca pudo confirmarse pero que se sostenía en detalles inquietantes uno de los técnicos que asistió a Mcley un hombre llamado Ian Straoud dejó un cuaderno de notas personales donde relataba su experiencia durante una de las grabaciones afirmando que al reproducir

la voz de Fiona en el fonógrafo la velocidad del cilindro se alteraba sola y que incluso con el aparato apagado la aguja seguía vibrando otro asistente Margaret Fengwick declaró años más tarde que en una de las entrevistas las niñas hablaron en un idioma que no reconoció pero que sonaba demasiado viejo para ser real con fonemas parecidos al nórdico antiguo ambos fueron desacreditados por falta de pruebas físicas pero sus relatos se conservaron en un cuaderno restaurado por una investigadora independiente que encontró en un margen una frase anotada a lápiz alguien escucha desde el otro lado del

sonido este cuaderno fue adquirido en una subasta privada en 1978 por un coleccionista de artefactos paranormales y desde entonces no se ha sabido más de él a partir de los años 80 se hicieron al menos tres documentales independientes intentando recrear las sesiones perdidas basados en transcripciones parciales encontradas en los archivos de la Sociedad de Estudios Psíquicos de Glasgow en una de ellas Fiona responde a la pregunta ¿por qué volviste con una frase perturbadora porque no terminamos de gritar en otra Olivia parece entrar en trance al oír un acorde de piano y repite durante más de

3 minutos la palabra abajo hasta que empieza a sangrar por la nariz ninguna de estas reconstrucciones logró ser verificada pero todas coinciden en lo mismo que las niñas hablaban con una voz más profunda que su edad sugería y que muchas veces parecía haber un eco aunque el cuarto estuviera completamente aislado en enero de 1939 cuando los rumores ya habían empezado a desvanecerse y la familia Chase parecía vivir con una calma tensa el padre Calahan un clérigo joven enviado desde Dalmali fue asignado por el obispado regional para realizar una evaluación espiritual de las niñas no fue

enviado como exorcista oficial sino como observador pastoral pero su formación previa en ritos de purificación lo llevó a tomar decisiones que irían mucho más allá de sus atribuciones formales durante su primer encuentro con Olivia y Fiona anotó en su diario una observación que más tarde sería reproducida en múltiples estudios sobre estados alterados de conciencia no me miran como niñas me miran como alguien que ya les falló el sacerdote intentó conversar con ellas de forma lúdica citando pasajes bíblicos simples y ofreciéndoles imágenes de santos pero Fiona rompió una de ellas sin tocarla mientras Olivia se quedó

mirando fijamente la cruz colgada en su cuello diciendo en voz baja eso ya no sirve aquí alarmado Kalahan pidió permiso para realizar una oración de liberación en el hogar con presencia de los padres y sin medios ni testigos externos una solicitud a la que James accedió sin convicción mientras Margaret se limitó a asentir visiblemente perturbada el día de la oración fue oscuro desde su inicio una niebla anormal cubría el jardín los relojes se detuvieron a las 11:33 y el péndulo del salón principal oscilaba en sentido contrario al habitual detalle que el propio sacerdote anotó sin

entender su causa las niñas fueron invitadas a sentarse en el comedor donde Calahan había dispuesto una vela un cuenco con agua bendita y un crucifijo sencillo de madera y al comenzar la oración ambas bajaron la cabeza sin que nadie lo indicara pero al pronunciar la frase “Que toda presencia ajena sea retirada de este lugar Fiona comenzó a temblar visiblemente no de miedo sino de esfuerzo físico como si resistiera una presión interna que amenazaba con romperla olivia sin levantar la vista murmuró algo ininteligible que según el sacerdote sonaba a una mezcla de latín deformado y gaélico

antiguo con palabras que ninguna de las niñas podía haber aprendido por medios convencionales entonces la vela se apagó de golpe la silla de Fiona se volcó hacia atrás y el crucifijo cayó al suelo partido en dos por el centro justo al terminar la frase por la sangre del cordero Kahanrumpió la oración y corrió a recoger a la niña pero cuando tocó su brazo la piel estaba helada y los ojos de Fiona estaban completamente blancos por varios segundos sin rastro del iris margaret gritó que se detuviera que no lo estaba haciendo bien y James arrojó el

cuenco de agua por la ventana convencido de que no estaban liberando nada sino provocando una nueva forma de tormento el sacerdote en estado de shock abandonó la casa esa misma noche dejando su libro de oraciones en el sofá y escribiendo solo una frase en la última página no quieren salir porque nunca estuvieron fuera desde entonces Kalahan renunció a su cargo y se retiró a un monasterio en las Highlands donde fue diagnosticado años después con episodios de psicosis intermitente y mutismo selectivo nunca volvió a hablar de lo que ocurrió esa tarde pero los monjes relataron que

cada noche antes de dormir repetía siempre la misma frase en voz baja no las mires cuando rezan no las mires cuando rezan el libro que dejó fue hallado años después con varias páginas arrancadas y una escrita al revés con tinta seca que decía “Ya están despiertas.” Ocurrió el 11 de febrero de 1939 a las 3:12 de la madrugada la misma hora en que según los antiguos registros del accidente el coche impactó contra Johanna y Elise en la curva de Artfn James se despertó sobresaltado al escuchar el estruendo de un objeto cayendo en la planta baja

seguido por un grito agudo que no supo distinguir si era de Olivia o de Fiona pues ambas parecían emitir la misma voz en un ízono al subir corriendo por las escaleras encontró la puerta del cuarto entreabierta la lámpara oscilando levemente y las dos niñas sentadas en sus camas empapadas en sudor con la respiración agitada y los ojos desorbitados señalando hacia la pared contraria margaret segundos después llegó con el crucifijo en la mano repitiendo en voz temblorosa el salmo 91 mientras observaba como ambas decían al mismo tiempo y en perfecto coro Gretel Gretel no dejes que

nos llamen otra vez ese nombre el mismo de la muñeca rota que habían encontrado semanas atrás parecía provocarles pánico no como un recuerdo sino como si se tratara de una presencia activa que había cruzado un umbral invisible james intentando calmar a las niñas encendió todas las luces del pasillo pero al hacerlo notó que el espejo antiguo del armario estaba empañado desde dentro como si alguien hubiera respirado sobre él cuando se acercó para limpiarlo descubrió trazos en la condensación líneas torcidas y marcas circulares que formaban algo parecido a una espiral invertida símbolo que Margaret reconoció como

idéntico al que aparecía tallado en la tumba de Elis las niñas aún temblorosas se abrazaban entre sí con fuerza repitiendo una frase desconectada del contexto no nos dejaba dormir cuando estábamos allá no quiere que recordemos james tomó la decisión de llevarlas al cuarto de los padres esa noche pero Fiona al cruzar el umbral se detuvo en seco y dijo “Aquí tampoco estamos seguras porque aquí fue donde escuchamos su voz por primera vez. ” Margaret aterrorizada se arrodilló en el pasillo abrazando a las niñas y susurrando una oración que mezclaba inglés gaélico y fragmentos de canciones

infantiles olvidadas al día siguiente la familia encontró marcas de uñas en la pared junto a la cama de Fiona marcas profundas que no coincidían con la fuerza de una niña de 3 años ni con la forma de sus dedos el carpintero local fue llamado para evaluar el daño y dijo haber visto ese tipo de marcas solo una vez antes durante la restauración de una celda antigua en el hospital psiquiátrico de Glenn Oggle james cada vez más perturbado intentó quemar el espejo pero cuando lo sacó al jardín descubrió que el reflejo no mostraba su rostro sino

el de una niña de cabello empapado con la cabeza ladeada y los labios cocidos esa imagen desapareció al primer parpadeo pero fue suficiente para convencerlo de que el origen del fenómeno ya no era interno psicológico o familiar sino algo más profundo más enraizado algo que tal vez había estado esperando desde antes del accidente y esa noche mientras las niñas dormían en un colchón en el suelo Margaret escuchó pasos pequeños en el pasillo aunque las dos estaban inmóviles frente a ella a finales de marzo de 1939 tras una serie de episodios nocturnos cada vez más violentos

Margaret solicitó una evaluación médica completa para las niñas argumentando que sus cuerpos parecían estar cambiando sin causa aparente el Dr edward Lenox un pediatra de Imberaray con experiencia en lesiones infantiles acudió a la casa sin saber que su visita quedaría registrada en los márgenes más oscuros de la historia médica local durante la revisión física de Olivia Lenox notó una pequeña marca en la clavícula izquierda una cicatriz antigua bien cicatrizada con forma de media luna irregular exactamente igual a la que Elise había recibido al caer sobre un vidrio roto en 1933 al revisar a Fiona observó

una línea delgada en la parte posterior del muslo derecho que parecía haber sido causada por un objeto metálico largo similar al rasguño que Johana se hizo con el pedal de una bicicleta rota un accidente jamás mencionado en presencia de las niñas lo más inquietante fue que ambas cicatrices aparecieron documentadas en un álbum de fotos médicas que James conservaba escondido y que las niñas nunca habían visto hasta ese momento el doctor intentando racionalizar lo observado propuso la posibilidad de lesiones accidentales durante el juego pero ninguna coincidía con los patrones de movimiento o con la historia clínica

de las gemelas además Margaret afirmaba haber bañado a sus hijas todos los días y nunca haber visto esas marcas antes de esa semana lo que descartaba la evolución natural de una herida antigua lenox escéptico pero intrigado recomendó realizar una exploración dermatológica más profunda pero antes de marchar se preguntó casi con inocencia si las niñas habían sido sometidas a alguna cirugía previa margaret negó con firmeza pero Fiona que escuchaba desde el pasillo respondió con una frase imposible ya habíamos tenido esas marcas antes de volver esa declaración quedó escrita en el reverso de una receta que el

médico guardó como si fuera una prueba legal incapaz de desecharla días después James decidió tomar fotografías de las cicatrices con una cámara antigua con la intención de enviarlas a un amigo cirujano de Aberdin reveló los negativos en el desván y esperó que se secaran sobre una cuerda pero cuando volvió a revisar las imágenes algo había cambiado las cicatrices eran visibles sí pero no solo en las niñas también en los reflejos en cada fotografía podía distinguirse una segunda imagen como una doble exposición donde aparecían otras manos otros rostros como si algo más estuviera posando junto a

ellas desde otro plano desde otra época una de esas imágenes mostraba claramente la sombra de una niña sin rostro sosteniendo una muñeca que ya había sido quemada una tarde cualquiera mientras James reparaba el cobertizo trasero y Margaret preparaba la cena Olivia y Fiona se encerraron en el cuarto de juegos con una caja de crayones y hojas en blanco sin que nadie les diera instrucciones ni supervisión cuando Margaret las llamó para lavarse las manos encontró sobre el suelo cinco dibujos extendidos todos en rojo negro y un único trazo amarillo en uno de ellos se representaba un

coche visto desde arriba desproporcionado con líneas torcidas y una figura en el suelo con los brazos extendidos rodeada de lo que parecía sangre otro mostraba una carretera con dos siluetas pequeñas al borde una de ellas sin cabeza visible y al fondo lo que parecía una colina idéntica a la de Artfern donde ocurrió el accidente original pero lo que más perturbó a Margaret fue que en la esquina inferior de un tercer dibujo aparecía escrito con letra infantil así fue no mientas más james intentó racionalizar los dibujos como producto del inconsciente colectivo de alguna información absorbida sin

que los padres lo notaran pero sabía que esas imágenes no podían haber sido inspiradas por nada que las niñas hubieran visto los trazos coincidían incluso en perspectiva y disposición espacial con fotografías policiales tomadas en 1934 que nunca fueron publicadas ni conservadas en casa solo archivadas en la comisaría local bajo clasificación interna margaret incapaz de asumir la coincidencia llevó uno de los dibujos al sacerdote retirado que había conocido a Kalahan quien al verlo guardó silencio durante minutos antes de decir “Esto no lo soñaron esto lo están repitiendo.

” A partir de entonces Margaret comenzó a guardar cada dibujo nuevo en una carpeta de cartón forrada con tela negra donde los clasificaba según colores dominantes temas recurrentes y expresiones faciales de las figuras descubrió que en todos los retratos donde aparecía una figura adulta los ojos siempre eran vacíos excepto en uno donde una silueta masculina tenía pupilas negras y en lugar de boca una línea recta cocida con X una noche James despertó y encontró a Fiona sentada en la sala dibujando a oscuras con una vela encendida a su lado el papel era más grande de

lo habitual y ella no se percató de su presencia hasta que él tocó su hombro al girarse Fiona tenía los ojos cerrados en pero seguía moviendo el lápiz con precisión como si alguien más guiara su mano el dibujo mostraba una figura cayendo desde una altura imposible hacia un abismo circular mientras otras dos figuras observaban desde arriba tomadas de la mano esa misma noche la vela se extinguió sola y cuando James despertó a la mañana siguiente el dibujo había desaparecido del escritorio décadas más tarde cuando el caso Chase ya era considerado un mito rural o un

archivo mal cerrado una mujer identificada como Lilian C la hija menor de la familia fue localizada en un asilo de Stirling por un antropólogo forense que investigaba los registros orales de sucesos inexplicables en la región de Argil lilian ya de edad avanzada y con evidentes lapsos de memoria recuperaba con claridad solo un fragmento de su infancia y aunque muchos lo consideraron un delirio de senilidad su declaración quedó grabada en una cinta de carrete abierta que aún se conserva en los archivos de la Universidad de Edimburgo durante la entrevista cuando se le mostró una fotografía antigua

de Olivia y Fiona en el columpio del jardín la mujer se echó hacia atrás lentamente se cubrió la boca con la mano temblorosa y dijo “No eran mis hermanas eran ellas.” Exactamente ellas cuando el investigador preguntó a qué se refería Lilian explicó que desde los dos años sentía que algo no estaba bien con las gemelas que no jugaban como niñas normales que no la miraban como a una hermana sino como a una intrusa que había quedado al margen de algo que ya estaba escrito afirmó además que cada vez que intentaba acercarse Olivia le tomaba la

muñeca con demasiada fuerza y le decía “Tú no estabas cuando todo pasó no puedes entender lo que es volver según su relato hubo una tarde en particular la víspera del cuarto cumpleaños de las gemelas en la que se escondió debajo de la mesa del comedor durante una discusión entre sus padres desde allí vio como Fiona dibujaba en la pared con su propio dedo sin tinta ni lápiz pero dejando una marca oscura que parecía mancha de aceite formando una figura espiral que nadie más vio al día siguiente también relató que en muchas noches oía a las

gemelas hablar entre ellas en la oscuridad sin moverse de sus camas pero con una sincronía imposible de replicar una comenzaba la frase y la otra la terminaba con palabras como estación lluvia y caja fría cuando lo contó a su madre Margaret solo la abrazó y le dijo que debía rezar más que las hermanas a veces son especiales y que no todo se puede entender con preguntas pero Lilian juró que desde ese momento supo que lo que vivía en esa casa no era simple duelo sino un regreso incompleto antes de finalizar la entrevista el investigador le

preguntó si creía que todo fue real o producto de la imaginación infantil amplificada por el dolor lilian con una claridad sorprendente respondió “No las extraño porque sé que aún están solo que no siempre se dejan ver. ” y añadió una frase más mientras miraba fijamente un rincón vacío de la sala nunca crecieron nunca murieron del todo solo cambiaron de lugar y aprendieron a esperar la grabación termina con un silencio prolongado roto por un sonido bajo una especie de rasguño que los técnicos no lograron explicar ni atribuir a fallos del equipo ese mismo día tras la

entrevista Lilian fue encontrada durmiendo profundamente en su silla con un dibujo en su regazo que nadie recordaba haber visto antes en septiembre de 1939 Olivia y Fiona ingresaron a la escuela parroquial de Ovan en un intento por normalizar su entorno alejarlas del encierro doméstico y evaluar su adaptación al contacto con otros niños durante los primeros días las gemelas mantuvieron un comportamiento correcto aunque distante participaban con respuestas rápidas y articuladas pero evitaban el juego grupal los abrazos los cantos colectivos y cualquier actividad que implicara contacto físico espontáneo los profesores notaron que ambas niñas resolvían ejercicios de

lógica con extrema facilidad incluso adelantándose a las instrucciones pero mostraban absoluto desinterés por cualquier relato que incluyera finales felices o referencias a vidas futuras un día al ser invitadas a colorear una escena de Navidad Fiona pintó todo el pesebre en tonos grises y en lugar del niño Jesús dibujó un ataúd pequeño en el centro rodeado de figuras sin ojos olivia por su parte escribió en su cuaderno de dictado una frase que el maestro consideró altamente preocupante nadie nace por primera vez solo vuelve donde le duele menos las primeras alarmas comenzaron cuando otros alumnos empezaron a

quejarse de ruidos raros cerca de los pupitres de las gemelas como risas apagadas o golpeteos debajo del suelo incluso cuando ellas no hacían ningún movimiento un niño aseguró haber visto a Fiona escribir en el reverso de la pizarra sin tocarla mientras otro juró que Olivia no parpadeó en absoluto durante los 40 minutos de una lección sobre anatomía la directora del colegio solicitó una reunión urgente con los padres afirmando que el comportamiento de las niñas aunque no agresivo no se ajusta a lo esperable ni puede explicarse por métodos tradicionales james negó cualquier posibilidad de intervención psicológica

externa y Margaret insistió en que las niñas estaban siendo observadas con prejuicio por su historia familiar y no por sus actos pero cuando una de las profesoras encontró dentro del armario de útiles un dibujo que mostraba el aula en ruinas con los nombres de cada alumno bajo una cruz la suspensión fue inmediata el informe oficial firmado por la dirección académica decía “Se ha tomado la decisión de suspender indefinidamente a Olivia y Fiona Chase por razones de conducta inexplicable perturbación colectiva no cuantificable y manifestaciones incompatibles con el entorno pedagógico margaret guardó ese documento sin protestar lo

dobló tres veces lo envolvió en un paño blanco y lo enterró en el jardín junto a una caja que ya contenía fotografías dibujos y pequeños objetos que no deseaba volver a ver desde ese día nadie volvió a ver a las niñas jugar al aire libre y los niños del pueblo cuando pasaban frente a la casa bajaban la voz y apretaban el paso como si algo aún escuchara desde las ventanas durante los años 40 tras la muerte repentina de James Chase por causas naturales y el retiro progresivo de Margaret a una vida completamente aislada las gemelas

fueron enviadas a vivir con una tía lejana en Dun donde adoptaron un estilo de vida discreto sin contacto con vecinos ni registros escolares oficiales durante esa década no hay fotografías actas ni testimonios públicos que indiquen su ubicación precisa como si hubieran desaparecido voluntariamente de los mapas o como si alguien se hubiera encargado de borrar sus rastros uno por uno recién en 1961 Olivia y Fiona fueron localizadas por un periodista independiente llamado Charles Dun quien trabajaba en una serie de crónicas sobre casos no resueltos en Escocia y las encontró viviendo juntas sin hijos sin pareja y

bajo apellidos distintos en un piso modesto en Edimburgo tan logró entrevistarlas brevemente en un café y su relato quedó plasmado en un manuscrito inédito donde describe a dos mujeres de mirada inteligente voz serena modal pulcros y un aire perpetuo de algo que nunca quiso sanar cuando les preguntó directamente si recordaban algo de su infancia en Oban Fiona sonrió y respondió “Solo lo que se puede contar sin temblar. ” Olivia en cambio fue más evasiva dijo que la infancia es como un cuarto al que se puede entrar solo con la luz apagada y que hay rincones

que uno decide no mirar para poder seguir caminando en línea recta cuando el periodista mencionó el accidente de 1934 y el nombre de Joana Fiona dejó de responder por completo y Olivia simplemente dijo “No somos quienes piensas que éramos. ” La entrevista fue interrumpida por un silencio largo solo roto por el sonido de una taza colocada sobre el platillo con más fuerza de la necesaria antes de marcharse Dan preguntó si conservaron algo de esa época fiona sin dudar dijo “No lo que era nuestro no nos pertenece ya.” Años más tarde cuando el manuscrito fue revisado

por historiadores de lo paranormal se descubrió que ciertas palabras de la transcripción estaban subrayadas a mano con tinta roja recordar dormidas esperan y dibujan nadie supo quién hizo esas marcas y lo más desconcertante fue que en la última página del cuaderno que nunca fue escrita por Don apareció una frase escrita con caligrafía infantil no se acuerdan porque prometieron no volver las pruebas forenses no lograron determinar la fecha exacta de la tinta pero el perito caligráfico indicó que no coincidía con ninguna escritura adulta del siglo XX la libreta fue retirada del archivo por razones de seguridad

institucional a pesar del tiempo transcurrido el caso Chase continúa siendo objeto de debate entre investigadores de lo paranormal psicólogos clínicos teólogos y escépticos racionalistas que desde perspectivas enfrentadas intentan explicar lo ocurrido sin llegar a una conclusión definitiva uno de los enfoques más persistentes es el de la reencarnación propuesto por estudiosos del Instituto Ian Stevenson sostiene que Olivia y Fiona habrían manifestado memorias precisas de vidas anteriores en este caso de sus hermanas fallecidas por medio de un proceso espontáneo no inducido reforzado por la cercanía genética y emocional según este modelo la manifestación simultánea de recuerdos fobias

específicas detalles físicos no heredados como las cicatrices y capacidades cognitivas anómalas podría ser una señal de continuidad psíquica más allá de la muerte esta teoría se ve reforzada por el testimonio de médicos que constataron conocimientos imposibles de adquirir por medios convencionales y por la propia negativa de las gemelas a identificar esas memorias como imaginadas o soñadas sin embargo críticos de esta postura argumentan que no existe ningún método verificable para demostrar una transmisión intervida de conciencia otro grupo de investigadores se ha centrado en el llamado trauma gestacional reflejo una hipótesis que sugiere que el impacto emocional

profundo de la madre al concebir en estado de duelo puede haberse transferido somáticamente a las niñas durante el embarazo bajo este enfoque las gemelas no estarían reviviendo literalmente la vida de sus hermanas sino reconstruyendo de forma involuntaria una narrativa transmitida a través de gestos silencios y el ambiente psíquico que las rodeó desde la gestación estudios en psicología epigenética han sugerido que ciertos patrones de comportamiento pueden activarse como respuesta a emociones intensas de la madre especialmente en embarazos posteriores a pérdidas violentas o traumáticas pero esta explicación no logra justificar con precisión algunos elementos objetivos del caso

el reconocimiento de objetos que ya no existían los dibujos con detalles históricos verificados o las cicatrices que surgieron sin herida previa incluso los defensores del trauma gestacional reconocen que en este caso la coincidencia cronológica y simbólica es demasiado exacta para descartarla como simple impresión emocional finalmente desde el escepticismo radical algunos han propuesto una teoría de su gestión inducida por el entorno en la que Margaret habría proyectado de forma inconsciente o quizás no del todo involuntaria recuerdos emociones y datos sensibles sobre sus hijas fallecidas en las nuevas niñas según esta línea las gemelas habrían internalizado estas

narrativas a través de interacciones tempranas expresiones no verbales y un sistema familiar sin válvulas de escape repitiendo así un patrón inconsciente diseñado para llenar un vacío emocional sin embargo este argumento se ve debilitado por la cantidad de datos que nunca fueron compartidos verbalmente como nombres lugares o situaciones específicas que las niñas parecían conocer desde antes de poder hablar y tampoco explica por qué varias personas ajenas a la familia entre ellos médicos vecinos y clérigos afirmaron haber presenciado fenómenos que no podían atribuirse únicamente a creencias parentales hoy el caso permanece sin clasificación oficial y quizá por

eso sigue perturbando tanto como el primer día el caso Chase archivado formalmente en 1940 sin resolución concluyente sigue siendo una de las anomalías más inquietantes de la historia reciente en el ámbito de la psicología infantil y los estudios sobre memoria duelo y conciencia aunque el paso del tiempo ha cubierto los registros con polvo y ha silenciado a los testigos directos los fragmentos recuperados dibujos testimonios informes clínicos y objetos nunca explicados continúan despertando preguntas que la ciencia aún no puede responder del todo las teorías van desde lo fisiológico a lo paranormal desde lo emocional a lo

metafísico y ninguna logra abarcar por completo el peso de lo vivido en esa casa gris de Obán donde dos niñas parecían llevar en sus cuerpos más de una vida olivia y Fiona adultas ahora y alejadas del ojo público han decidido no hablar más del pasado pero quienes han cruzado sus miradas afirman que hay en sus ojos algo que permanece algo que observa incluso en silencio y aunque nadie puede afirmar con certeza qué ocurrió realmente una cosa resulta clara el olvido no ha logrado borrar aquello que nunca fue completamente nombrado hoy en la comunidad donde todo

comenzó la casa original fue demolida en 1987 sobre ese terreno se construyó un edificio administrativo del gobierno local pero muchos empleados aseguran que los relojes electrónicos fallan sistemáticamente y que las luces del sótano se encienden solas a las 3:12 de la madrugada los vecinos más antiguos aún evitan caminar por esa cuadra al anochecer y algunos aseguran que en los días nublados puede verse a dos niñas tomadas de la mano frente a la verja oxidada que ya no existe una jardinera del edificio declaró que encontró tres veces en un mismo mes un pequeño broche infantil con

las iniciales JC enterrado bajo la tierra removida y en una ocasión al retirarlo oyó con claridad una frase infantil dicha justo detrás de ella aunque no había nadie más en el recinto ya no duele solo que no queríamos olvidarlo las autoridades locales han cerrado cualquier intento de reapertura del expediente alegando falta de fundamentos nuevos los documentos originales cartas personales informes médicos y grabaciones han sido trasladados a un archivo restringido en Glasgow y aunque existen copias parciales dispersas entre coleccionistas nunca ha sido posible reunirlas en su totalidad tal vez porque como escribió Margaret Chase en su

última nota antes de morir algunas historias no se cierran solo aprenden a esconderse y la suya al parecer aprendió demasiado bien y si lo que está enterrado todavía está mirando hacia arriba si esta historia te estremeció deja tu like suscríbete al canal y compártela con alguien que aún no cree en lo inexplicable comenta abajo desde qué ciudad nos estás viendo y si alguna vez viviste algo que nadie más pudo explicar