Fernando Soto, quien fuera el mánager y amigo cercano de Rubby Pérez durante años, sorprendió recientemente.

Al revelar un pasatiempo secreto del legendario merenguero dominicano que poco tenía que ver con su conocida pasión por la música o su famosa finca.

En una entrevista exclusiva, Soto compartió detalles íntimos que dejan ver una faceta poco conocida de Rubby: su amor por la carpintería.

Sigue leyendo el contenido de esta nota y ver un poco mas abajo las declaraciones del manager e Rubby Perez.

Según contó Soto, Rubby Pérez solía pasar horas en su taller personal fabricando muebles, arreglando puertas o diseñando piezas decorativas.

“Era increíble verlo con un serrucho en la mano, concentrado, sin pensar en escenarios ni multitudes”, comentó.

Para Rubby, ese tiempo entre maderas, clavos y herramientas era una especie de terapia que lo alejaba del bullicio de la fama.


Lo hacía —según palabras de Fernando— no para vender ni exhibir sus creaciones, sino como una forma de encontrar paz mental.

“Era su manera de reconectarse consigo mismo.

A veces me decía que el olor a madera le recordaba su infancia y que el silencio del taller le daba respuestas que no encontraba en ningún otro lugar”, relató.

Este pasatiempo, guardado con discreción, mostraba el lado más sencillo y humano de Rubby Pérez. Lejos del escenario, era un hombre que valoraba los pequeños placeres de la vida.

Y aunque nunca se jactó de ello en público, quienes lo conocían sabían que, detrás de cada éxito musical, había también un artista de la madera, sensible y reflexivo.

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