El padre viudo se desmayó en la fiesta y la enfermera que lo salvó descubrió algo que lo dejó helado no me dejes papá por favor no me dejes gritó Sofía su voz temblorosa rompiendo el silencio que había caído sobre la elegante fiesta sus pequeñas manos agarraron desesperadamente la camisa de Eduardo mientras él yacía inmóvil en el suelo “necesito que te hagas a un lado pequeña” dijo Camila con firmeza pero con dulzura arrodillándose junto al hombre inconsciente sus dedos entrenados buscaron el pulso en su cuello “soy enfermera voy a ayudar a tu papá.” Vale
los ojos de Sofía llenos de lágrimas se encontraron con los de Camila “¿lo prometes mi mamá ya se fue al cielo no puedo perder a mi papá también te lo prometo respondió Camila sintiendo una presión en el pecho ante las palabras de la niña eduardo Méndez había pasado la última hora sintiéndose cada vez peor a sus 38 años el reconocido arquitecto estaba acostumbrado a trabajar hasta el agotamiento pero esta noche algo era diferente el traje formal le resultaba sofocante y cada conversación superficial con los donantes le
recordaba a cuando asistía a estos eventos con Marina su esposa fallecida hacía 3 años ¿estás bien papá había preguntado Sofía minutos antes su vestido azul turquesa haciendo juego con sus ojos tan parecidos a los de su madre claro princesa” mintió Eduardo aflojándose ligeramente la corbata solo un poco cansado pero no estaba bien no había comido en todo el día sumergido en los planos de su nuevo proyecto sostenible doña Teresa su suegra lo había regañado por teléfono “eduardo tienes que alimentarte ¿cómo vas a
cuidar de Sofía si ni siquiera cuidas de ti mismo?” Marina estaría tan decepcionada esas últimas palabras seguían resonando en su cabeza cuando la sala comenzó a dar vueltas intentó alcanzar una silla pero era demasiado tarde ahora mientras Camila Rojas revisaba sus signos vitales un pequeño círculo de espectadores curiosos se había formado alrededor camila con su vestido verde esmeralda y su cabello recogido en una coleta práctica actuaba con la seguridad de sus 35 años de edad y su experiencia como
enfermera ¿alguien puede traer agua y azúcar pidió sin apartar la mirada de Eduardo “y por favor den espacio.” Eduardo comenzó a recuperar la conciencia sus párpados temblando antes de abrirse completamente lo primero que vio fueron unos ojos cálidos y preocupados “¿qué ¿qué pasó?” murmuró intentando incorporarse “no se mueva todavía” le indicó Camila colocando una mano firme en su hombro se desmayó “¿cuándo fue la última vez que comió algo?” Eduardo parpadeó confundido no no me acuerdo papá sofía se lanzó a abrazarlo
y Eduardo la envolvió instintivamente con su brazo estoy bien mi amor le aseguró aunque su voz sonaba débil incluso para él mismo camila observó la interacción notando el anillo de boda que Eduardo aún llevaba y la forma en que Sofía se aferraba a él como si temiera que pudiera desaparecer en cualquier momento “deberíamos llevarlo al hospital para una revisión completa” sugirió uno de los paramédicos que acababa de llegar no no es necesario protestó Eduardo sentándose con cuidado solo fue un mareo no he comido bien eso
es todo señor Méndez insistió Camila sorprendiendo a Eduardo al usar su apellido como profesional médica le recomiendo que vaya al hospital ¿cómo sabe mi nombre está en la lista de invitados” improvisó Camila aunque la verdad era que lo había reconocido por el parecido de Sofía con una vieja fotografía que guardaba en su bolso al menos debería permitir que lo examinen adecuadamente eduardo miró a Sofía cuyos ojos suplicantes eran idénticos a los de Marina “está bien pero no en ambulancia tomaremos un taxi.” Camila suspiró resignada al menos tome mi tarjeta” dijo
sacando una pequeña tarjeta de su bolso y escribiendo algo en el reverso este es mi número personal llámeme si necesita cualquier cosa incluso solo un consejo su hija lo necesita sano eduardo tomó la tarjeta sintiendo una extraña familiaridad en el rostro de Camila que no podía ubicar en su estado aturdido “gracias” murmuró mientras Eduardo y Sofía se marchaban en un taxi Camila los observó alejarse sacando disimuladamente una vieja fotografía de su bolso en ella una Camila más joven sonreía junto a una
mujer que se parecía notablemente a una versión adulta de Sofía era Marina su mejor amiga de la infancia con quien había perdido contacto hacía años esa noche en la soledad de su apartamento moderno pero acogedor Camila encendió su computadora y buscó más información sobre Eduardo Méndez cada artículo que encontraba confirmaba sus sospechas era el esposo de Marina su amiga perdida pero lo que descubrió después le heló la sangre al revisar su vieja cuenta de correo electrónico encontró varios mensajes no leídos de Marina enviados en los meses previos a su muerte
el más reciente fechado apenas tres semanas antes de su fallecimiento decía “Camila necesito hablar contigo hay algo importante que debes saber sobre el pasado por favor respóndeme antes de que sea demasiado tarde.” Camila cerró la computadora su corazón latiendo con fuerza ¿qué había querido decirle Marina ¿y debería ella ahora involucrarse en la vida de Eduardo y Sofía o sería mejor mantener la distancia la decisión que tomara cambiaría su vida para siempre dos semanas después Eduardo se encontraba en la sala de espera del
Hospital General con Sofía sentada a su lado ojeando distraídamente una revista infantil no quería estar ahí pero los mareos habían continuado y las súplicas de Sofía finalmente lo convencieron “papá ¿por qué tienes que ver al doctor ¿estás muy enfermo?” preguntó Sofía dejando la revista a un lado eduardo le acarició el cabello intentando sonreír con seguridad no princesa solo es un chequeo para ver que todo esté bien como cuando me llevaste porque me dolía la panza exactamente igual le aseguró aunque en realidad estaba preocupado había estado trabajando más horas que nunca en el nuevo proyecto ecológico de
la empresa apenas durmiendo 5 horas diarias méndez Eduardo llamó una voz que le resultó extrañamente familiar al levantar la mirada Eduardo se encontró con los mismos ojos que lo habían reconfortado la noche de su desmayo camila Rojas estaba frente a ellos con su uniforme de enfermera y una tableta en la mano ¿usted preguntó sorprendido “la señora que te ayudó en la fiesta” exclamó Sofía reconociéndola inmediatamente camila sonrió intentando mantenerla compostura profesional a pesar de la coincidencia que ella había provocado al solicitar específicamente
atender a Eduardo cuando vio su nombre en la lista qué sorpresa dijo ella guiándolos hacia la sala de examen parece que el destino quiere que nos sigamos encontrando mientras tomaba los signos vitales de Eduardo Camila notó su tensión su presión arterial estaba peligrosamente alta y mostraba claros signos de agotamiento crónico “señor Méndez ¿ha estado tomando tiempo para descansar desde el incident?” Eduardo evitó su mirada tengo mucho trabajo pendiente no puedo darme el lujo de descansar tais que siempre está cansado
intervino Sofía y a veces se queda dormido en el sofá con los papeles del trabajo camila le dirigió una mirada de preocupación a Eduardo no es bueno que su hija tenga que preocuparse por usted el médico llegó poco después confirmando las sospechas de Camila eduardo necesitaba descanso una dieta adecuada y controles regulares de su presión arterial recomendó incluso visitas de enfermería a domicilio para supervisar su recuperación inicial es completamente innecesario protestó Eduardo “por favor papá” rogó Sofía agarrándole la mano “prométeme que vas a cuidarte no quiero
que te pase nada.” La expresión de Eduardo se suavizó ante la preocupación de su hija está bien pero solo por un tiempo yo podría encargarme se ofreció Camila sorprendiéndose a sí misma por su atrevimiento tengo experiencia en visitas domiciliarias y ya conocemos su caso eduardo la miró con sospecha ¿por qué se interesa tanto en ayudarnos camila tragó saliva sin estar lista para revelar la verdad es mi trabajo señor Méndez además su hija me recuerda a alguien que conocí hace tiempo durante las siguientes semanas Camila comenzó a
visitar la casa moderna pero algo caótica de los Méndez tres veces por semana el apartamento situado en una zona exclusiva de la ciudad tenía vistas impresionantes pero se sentía extrañamente vacío como si le faltara el alma que alguna vez lo habitó poco a poco Camila fue organizando la medicación de Eduardo supervisando su dieta y ayudándole a establecer horarios de trabajo más razonables al principio él se mostraba distante y algo irritable pero gradualmente comenzó a apreciar su ayuda especialmente al ver como Sofía se iluminaba cada vez que Camila llegaba
“¿por qué tu casa está tan limpia?” preguntó Sofía durante una de las visitas mientras Eduardo hablaba por teléfono en su estudio “me gusta mantener todo en orden” respondió Camila preparando una ensalada para la cena “mi mamá también era así” dijo Sofía con una nota de tristeza ella decía que una casa ordenada es una mente ordenada el corazón de Camila dio un vuelco recordaba perfectamente esa frase marina siempre la repetía cuando eran adolescentes una expresión que había aprendido de su propia madre “tu mamá sonaba como una persona muy sabia”
comentó Camila con cuidado “lo era,” respondió Sofía “pero papá ya no habla mucho de ella creo que lo pone triste es normal que le duela recordar la quería mucho.” “¿Y tú?” preguntó Sofía inocentemente ¿tienes esposo o hijos camila negó con la cabeza no vivo sola mi trabajo ocupa mucho de mi tiempo ¿nunca te has enamorado la pregunta la tomó por sorpresa sí un par de veces pero a veces el amor no es suficiente para que las cosas funcionen mi abuela Teresa dice que mi mamá era el amor de la vida de papá y que nunca encontrará a nadie como ella dijo Sofía dibujando
círculos en la mesa con su dedo ¿crees que eso es verdad que solo podemos amar a una persona en toda la vida antes de que Camila pudiera responder Eduardo apareció en la cocina sofía no molestes a Camila con tantas preguntas personales la reprendió suavemente no me molesta aseguró Camila es una niña curiosa y muy inteligente eduardo observó la escena doméstica frente a él camila preparando la cena Sofía ayudándola a poner la mesa por un momento sintió una punzada de normalidad que no había experimentado desde la muerte de Marina “¿se queda a cenar con nosotros?” preguntó Sofía
esperanzada “sofía la enfermera roja seguramente tiene otros planes” comenzó Eduardo pero Camila lo interrumpió “en realidad no tengo planes y me encantaría quedarme si no es molestia.” Durante la cena Eduardo se sorprendió hablando de su trabajo con entusiasmo por primera vez en mucho tiempo camila lo escuchaba con genuino interés haciendo preguntas perspicaces sobre sus diseños sostenibles “mi esposa también se interesaba por la ecología” comentó Eduardo deteniéndose abruptamente al darse cuenta de que era la primera vez que mencionaba a Marina voluntariamente
frente a Camila “me gustaría saber más sobre ella” dijo Camila con cautela si no te importa hablar del tema eduardo miró a Sofía que los observaba atentamente tal vez otro día es tarde y alguien debería estar preparándose para dormir pero no tengo sueño protestó Sofía aunque un bostezo traicionó sus palabras más tarde después de acostar a Sofía Eduardo encontró a Camila observando las fotografías familiares en la sala de estar se detuvo en una donde Marina sonreía radiante sosteniendo a una Sofía bebé era hermosa comentó
Camila sin poder ocultar la emoción en su voz lo era confirmó Eduardo acercándose pero el último año antes de enfermar algo cambió se volvió distante como si guardara un secreto que la atormentaba camila sintió un nudo en la garganta nunca te dijo que era Eduardo negó con la cabeza insistía en que estaba bien pero yo sabía que no era así y luego fue demasiado tarde el silencio que siguió estaba cargado de emociones no expresadas camila sabía que debía confesar su conexión con Marina pero cada día que pasaba hacía más difícil encontrar las palabras adecuadas su
dilema se complicó aún más cuando durante una de sus visitas se encontró cara a cara con doña Teresa Fuentes la madre de Marina la elegante mujer de 60 años la miró como si hubiera visto un fantasma ¿quién es usted preguntó con frialdad a pesar de que Sofía ya le había explicado que Camila era la enfermera de su papá camila Rojas enfermera del Hospital General estoy supervisando la recuperación del señor Méndez teresa entrecerró los ojos estudiándola me resultas familiar nos conocemos de antes no lo creo señora mintió Camila aunque sabía perfectamente
que Teresa había sido quien ayudó a separar su amistad con Marina años atrás más tarde ese mismo día Teresa acorraló a Camila en la cocina mientras Eduardo ayudaba a Sofía con su tarea “no sé cuáles sean tus intenciones con mi yerno y mi nieta” le dijo en voz baja “pero Marina lo era todo para mí y nadie tomará su lugar en esta familia solo estoy haciendo mi trabajo señora Fuentes respondió Camila manteniéndose firme eso espero dijo Teresa su voz cortante como el hielo porque me aseguraré personalmente de que nadie perturbe la memoria de mi hija a medida que pasaban
las semanas la salud de Eduardo mejoraba notablemente con ello las visitas médicas necesarias disminuían pero él encontraba razones para mantener a Camila en sus vidas consejos nutricionales para Sofía ayuda para organizar los medicamentos antiguos de Marina lo que había comenzado como una relación profesional se transformaba lentamente en amistad eduardo finalmente volvía a sonreír durante sus conversaciones y Camila sentía crecer su cariño tanto por él como por Sofía pero el secreto que guardaba pesaba cada vez más en su conciencia especialmente cuando veía las miradas desconfiadas que
Teresa le lanzaba durante sus visitas una noche mientras Eduardo acompañaba a Camila a la puerta después de una cena especialmente agradable hubo un momento de tensión cuando sus manos se rozaron accidentalmente al entregarle su abrigo “gracias por todo lo que estás haciendo” dijo Eduardo usando el tú por primera vez no solo por mi salud sino por traer algo de normalidad a nuestras vidas camila sonrió sintiendo un calor inesperado en el pecho me gusta estar con ustedes sofía es una niña maravillosa igual que su madre añadió
Eduardo su mirada perdida por un instante en recuerdos camila asintió el peso de su secreto más insoportable que nunca pronto tendría que decidir revelar la verdad o alejarse antes de que el pasado los alcanzara a todos por favor papá tienes que venir a verme sofía saltaba emocionada alrededor de Eduardo quien revisaba unos planos en la mesa del comedor soy un árbol pero un árbol que habla eduardo sonrió apartando los documentos en las últimas semanas gracias a los cuidados de Camila había recuperado algo de su energía y alegría de vivir “no me perdería tu actuación
por nada del mundo princesa” le aseguró besando su frente “¿y Camila también puede venir?” preguntó Sofía con esperanza en los ojos eduardo dudó la relación con la enfermera había evolucionado hacia algo que no podía definir exactamente ya no era solo la profesional que supervisaba su salud sino alguien que había traído luz a su hogar “si ella quiere y puede le preguntaré cuando venga hoy” exclamó Sofía corriendo hacia su habitación para preparar su mochila escolar esa tarde cuando Camila llegó para su visita regular Sofía la recibió con la noticia antes incluso de que pudiera quitarse el
abrigo “¿vendrás a mi obra de teatro ¿verdad soy un árbol del bosque encantado.” Camila miró a Eduardo quien se encogió de hombros con una sonrisa tímida “me encantaría ir pero solo si tu papá está de acuerdo.” “Por supuesto,” respondió él de hecho pensaba que quizás podríamos ir todos juntos la función es este viernes a las 6 camila sintió una mezcla de alegría y culpabilidad sería la primera vez que aparecerían juntos en público casi como una familia y cada día que pasaba sin revelar su conexión con Marina hacía que la eventual confesión
fuera más difícil el viernes llegó rápidamente eduardo vestido con un elegante traje casual esperaba nerviosamente en la sala cuando sonó el timbre al abrir la puerta se quedó sin aliento por un momento camila estaba hermosa con un vestido azul sencillo pero elegante su cabello suelto enmarcando su rostro te ves diferente comentó Eduardo torpemente diferente bueno o diferente malo preguntó ella con una sonrisa definitivamente bueno respondió él sintiendo un ligero rubor que no había experimentado en años sofía
apareció corriendo ya vestida con parte de su disfraz de árbol camila ¿viste en el teatro de la escuela padres y familiares tomaban asiento creando un murmullo de expectación eduardo y Camila encontraron lugares en la tercera fila mientras esperaban que comenzara la función Eduardo notó las miradas curiosas de otros padres “es la primera vez que vengo acompañado a un evento escolar desde que Marina” dejó la frase sin terminar entiendo” dijo Camila suavemente “no quiero causar incomodidad.” No no es eso
es solo que Eduardo buscaba las palabras correctas se siente extrañamente normal y eso me hace sentir culpable la obra comenzó antes de que pudieran continuar la conversación sofía como había prometido interpretaba un árbol mágico que ayudaba a un niño perdido a encontrar el camino a casa a pesar de su pequeño papel actuaba con tanto entusiasmo que Eduardo y Camila no podían evitar sonreír durante una escena particularmente emotiva cuando el niño protagonista hablaba sobre extrañar a su familia Eduardo sin pensarlo extendió su
mano y tomó la de Camila el contacto duró solo unos segundos antes que ambos avergonzados retiraran sus manos al finalizar la obra mientras los niños saludaban entre aplausos Camila miró a Eduardo y vio lágrimas contenidas en sus ojos ¿estás bien preguntó en voz baja sí es solo que Marina hubiera estado tan orgullosa de ella después de la función mientras los padres felicitaban a sus hijos una de las maestras se acercó a ellos mientras Sofía se cambiaba señor Méndez qué bueno verlo de nuevo más involucrado y veo que ya no viene solo
comentó con una sonrisa amable oh Camila es Eduardo dudó soy amiga de la familia intervino Camila rápidamente la maestra asintió con una sonrisa que sugería que pensaba lo contrario sofía ha estado mucho más alegre estas últimas semanas sea lo que sea que estén haciendo les está sentando bien a los dos cuando Sofía regresó insistió en que fueran a cenar para celebrar su actuación en el restaurante familiar que eligieron parecían efectivamente una familia normal disfrutando de una noche de viernes sofía contaba animadamente
anécdotas de los ensayos mientras Eduardo y Camila reían con sus ocurrencias “¿podemos tomar postre?” preguntó Sofía cuando terminaron la cena principal claro te lo has ganado estrella del teatro” respondió Eduardo mientras Sofía deliberaba seriamente entre el helado de chocolate y el pastel de fresa Eduardo miró a Camila “gracias por venir hoy no me había dado cuenta de cuánto necesitábamos esto no tienes que agradecerme me encanta pasar tiempo con ustedes ya no vienes como enfermera ¿verdad?” preguntó Eduardo su voz más seria camila negó con la cabeza hace
tiempo que no vengo solo como enfermera esa noche después de dejar a Sofía dormida en su habitación Eduardo invitó a Camila a tomar un café se sentaron en el balcón con vistas a la ciudad iluminada “he estado pensando” comenzó Eduardo “que quizás es hora de empezar a a guardar algunas cosas de Marina no para olvidarla” aclaró rápidamente “so seguir adelante es un paso importante,” respondió Camila ¿estás seguro de estar listo eduardo asintió lentamente creo que sí y me preguntaba si podrías ayudarme no puedo pedírselo a Teresa se
desmoronaría por supuesto aceptó Camila aunque la idea de manipular las pertenencias de su antigua amiga le causaba una profunda ansiedad el domingo siguiente Eduardo sacó varias cajas del armario principal contenían ropa libros y objetos personales de Marina que no había podido tocar desde su muerte “no tenemos que hacerlo todo hoy” dijo Camila viendo la tensión en el rostro de Eduardo “no está bien es hora.
” trabajaron en silencio separando lo que se guardaría como recuerdo para Sofía lo que se donaría y lo que se conservaría en un espacio más pequeño eduardo ocasionalmente compartía historias sobre ciertos objetos y Camila escuchaba atentamente aprendiendo sobre la vida adulta de Marina que nunca llegó a conocer era una gran fotógrafa comentó Eduardo mostrándole un álbum de fotos artísticas tenía un ojo especial para capturar la belleza en lo cotidiano mientras organizaban los libros favoritos de Marina Eduardo encontró un pequeño álbum de fotos escondido entre ellos “no recuerdo haber visto este antes” murmuró abriéndolo camila que
clasificaba algunas prendas escuchó su jadeo sorprendido cuando se volvió vio a Eduardo sosteniendo el álbum abierto en una página que mostraba a dos adolescentes sonrientes en una playa una joven marina y a su lado inconfundiblemente Camila el mundo pareció detenerse eduardo levantó la mirada confusión y shock evidentes en su rostro ¿conocías a Marina camila sintió que su corazón se detenía el momento que tanto había temido finalmente había llegado eduardo yo comenzó pero las palabras se atascaron en su garganta ¿tú qué la voz de Eduardo adquirió un tono duro has estado en nuestras vidas todo
este tiempo sabiendo quién era Marina ¿por qué no dijiste nada porque no sabía cómo hacerlo respondió Camila finalmente su voz temblorosa marina y yo fuimos mejores amigas durante toda nuestra infancia crecimos juntas en un pueblo costero cerca de Veracruz eduardo se sentó pesadamente en la cama el álbum aún en sus manos continúa nos separamos después de un malentendido algo relacionado con mi exnovio yo me fui a estudiar enfermería y perdimos contacto no supe que había fallecido hasta que te investigué después de la gala encontré correos
electrónicos que ella me había enviado el año anterior a su muerte intentando reconectar conmigo pero nunca los vi hasta que fue demasiado tarde eduardo cerró los ojos procesando la información ¿por qué te acercaste a nosotros ¿fue por culpa al principio quizás sí admitió Camila pero luego conocí a Sofía te conocí mejor a ti y todo cambió me importan Eduardo de verdad me importan ¿cómo puedo creerte ahora la desilusión en su voz era palpable todo este tiempo estabas jugando a ser ¿qué un reemplazo de Marina una forma de expiar tu culpa no nunca quise reemplazarla solo quería
ayudar estar ahí para la familia de quien fue mi mejor amiga ayudar eduardo se puso de pie su voz elevándose ocultándome la verdad entrando en nuestras vidas con mentiras su discusión fue interrumpida por un pequeño soyo desde la puerta Sofía estaba allí lágrimas rodando por sus mejillas ¿por qué están peleando preguntó con voz temblorosa camila ya no nos quiere sofía ¿no es eso?” intentó explicar Camila acercándose a la niña pero Eduardo se interpuso “ve a tu cuarto mi amor los adultos necesitamos hablar.” “No” gritó Sofía sorprendiéndolos a ambos no quiero
que Camila se vaya es como tener otra vez a mamá sus palabras cayeron como un rayo entre ellos eduardo palideció “sofía yo nunca podría reemplazar a tu mamá” dijo Camila suavemente aunque su corazón se partía pero me haces sentir como cuando ella estaba aquí” insistió Sofía entre lágrimas “y papá sonríe de nuevo.
” Eduardo tomó a su hija en brazos abrazándola fuertemente nadie puede reemplazar a mamá princesa “y Camila camila necesita irse ahora.” “Edu por favor” rogó Camila lágrimas formándose en sus propios ojos “podemos hablar de esto.” “Creo que ya has dicho suficiente” respondió él con frialdad te agradezco tu ayuda estas semanas pero creo que es mejor que no vuelvas camila asintió derrotada recogió su bolso y se dirigió a la puerta deteniéndose un momento para mirar a Sofía quien lloraba en los brazos de su padre “lo siento mucho a los dos” dijo en voz baja dejó la fotografía de ella y Marina sobre la
mesa antes de salir eduardo se quedó inmóvil sosteniendo a su hija que soyaba contra su hombro sintiendo que todo el progreso que habían logrado en los últimos meses se desmoronaba como un castillo de naipes más tarde esa noche cuando por fin logró calmar a Sofía y acostarla encontró a la niña abrazando la fotografía que Camila había dejado “esa era Camila con mamá” preguntó Sofía en voz baja “sí” respondió Eduardo sentándose en el borde de la cama “fueron amigas cuando eran jóvenes.” Sofía miró la foto con fascinación
mamá se ve feliz y Camila también ¿por qué dejaron de ser amigas eduardo suspiró sin saber cómo explicar algo que ni él mismo entendía completamente a veces hasta las mejores amistades pueden romperse por malentendidos como tú y Camila ahora dijo Sofía con la simple sabiduría de un niño también es un malentendido la pregunta quedó flotando en el aire mientras Eduardo apagaba la luz besaba la frente de su hija y salía de la habitación con el peso del mundo sobre sus hombros el apartamento se sentía más
silencioso que nunca eduardo se sirvió una taza de café y miró por la ventana hacia la ciudad que despertaba habían pasado tres semanas desde la confrontación con Camila y aunque intentaba convencerse de que había hecho lo correcto al alejarla no podía negar el vacío que había dejado su ausencia sofía había vuelto a ser la niña callada y melancólica de antes sus sonrisas eran escasas y cada noche preguntaba cuándo volvería Camila buenos días Eduardo la voz de doña Teresa interrumpió sus pensamientos mientras entraba al apartamento usando su llave ¿ya está
lista Sofía para la escuela eduardo suspiró internamente desde la partida de Camila su suegra había aumentado sus visitas asumiendo cada vez más control sobre la rutina familiar “está terminando de vestirse” respondió intentando sonar más animado de lo que se sentía teresa dejó su bolso en el sofá y comenzó a revisar el refrigerador “necesitas hacer compras no hay nada nutritivo para Sofía pensaba ir hoy después del trabajo no te preocupes yo me encargo” dijo Teresa con ese tono que no admitía discusión “por cierto ¿qué pasó con esa enfermera por fin
terminaron sus visitas.” Eduardo tensó la mandíbula “sí ya no era necesaria.” “Mos mal” murmuró Teresa “nunca me dio buena espina demasiado presente.” “Buenos días abuela” saludó Sofía entrando a la cocina con su uniforme escolar y el cabello a medio peinar ay mi niña ven déjame arreglarte ese pelo teresa la sentó y comenzó a cepillarle el cabello con movimientos enérgicos ay duele abuela se quejó Sofía la belleza cuesta mi hijita tienes que verte presentable eduardo observaba la escena con incomodidad marina siempre había sido suave al peinar a Sofía convirtiendo la tarea en un momento de
conexión camila también lo hacía así con paciencia y cariño voy a terminar de alistarme dijo saliendo abruptamente de la cocina en el trabajo Eduardo no podía concentrarse sus colegas notaban su distracción similar a la que había mostrado después de la muerte de Marina “todo bien jefe?” preguntó Javier su asistente después de que Eduardo revisara el mismo plano por tercera vez sí solo un poco cansado habías estado mejor estas últimas semanas incluso sonreías de vez en cuando comentó Javier con preocupación genuina ¿pasó algo
eduardo negó con la cabeza incapaz de explicar cómo había permitido que una extraña no alguien conectada al pasado de Marina entrara tan profundamente en sus vidas para luego descubrir que les había ocultado la verdad esa tarde en lugar de ir directamente a casa Eduardo condujo hasta el hospital general se quedó en el estacionamiento debatiéndose internamente sobre si debía entrar y buscar a Camila necesitaba respuestas entender mejor qué había pasado entre ella y Marina pero después de 20 minutos arrancó el auto y se alejó el orgullo y
el dolor seguían siendo demasiado fuertes lo que Eduardo no sabía era que al mismo tiempo Camila salía por la puerta trasera del hospital había solicitado un traslado al área de pediatría evitando cualquier posibilidad de encontrarse con Eduardo si volvía para sus chequeos “necesito un cambio” le había dicho a su supervisora quien la miraba con curiosidad es extraño parecías tan contenta con tus casos actuales camila había forzado una sonrisa solo necesito algo diferente en realidad cada día era un esfuerzo para no llamar a Eduardo o pasar por su casa
para ver a Sofía se había involucrado demasiado permitiendo que sus sentimientos nublaran su juicio profesional y ahora pagaba el precio con un dolor que no había anticipado mientras tanto la vida en casa de los Méndez seguía su curso aunque con una sensación constante de que faltaba algo teresa había intensificado su presencia reorganizando la casa según sus criterios y criticando sutilmente las decisiones de Eduardo marina siempre servía verduras en cada comida” comentaba mientras preparaba la cena
marina dejaba que Sofía eligiera su propia ropa mencionaba al seleccionar el atuendo de la niña “marina nunca habría permitido tanto desorden en su hogar” murmuraba mientras limpiaba cada comparación era un pequeño corte en la confianza de Eduardo haciéndole sentir que nunca sería suficiente para mantener vivo el legado de su esposa una tarde mientras Eduardo ayudaba a Sofía con su tarea Teresa apareció con una propuesta que había estado insinuando durante semanas he estado pensando comenzó sentándose frente a ellos que quizás sería más fácil para todos si se mudaran conmigo mi casa es más grande hay jardín
para que Sofía juegue y yo podría cuidarla mientras tú trabajas abuela ¿podría llevar todos mis juguetes preguntó Sofía sorprendentemente interesada en la idea claro que sí mi amor y podríamos decorar tu habitación como tú quieras eduardo cerró el libro de matemáticas teresa agradezco la oferta pero estamos bien aquí están bien eduardo mírate estás agotado apenas comes y Sofía necesita una figura materna estable tengo a mi papá intervino Sofía apoyando su cabeza en el hombro de Eduardo teresa sonríó con
condescendencia por supuesto cariño pero tu papá trabaja mucho y una niña necesita una mujer que la guíe camila me guiaba murmuró Sofía tan bajo que apenas la escucharon el comentario tensó el ambiente teresa apretó los labios en una fina línea esa mujer solo estuvo aquí unas semanas Sofía no era realmente parte de la familia eduardo vio como los ojos de su hija se llenaban de lágrimas “creo que es hora de terminar la tarea” dijo intentando cambiar el tema teresa hablemos de esto otro día esa noche mientras Teresa se preparaba para irse Eduardo la confrontó en la entrada te agradezco todo lo que haces por nosotros
pero necesito que respetes mis decisiones sobre cómo criar a Sofía teresa se irguió su expresión endureciéndose solo quiero lo que Marina hubiera querido ella habría esperado que yo cuidara de ustedes marina habría esperado que yo fuera un buen padre y eso intento ser un buen padre teresa alzó una ceja trayendo a extrañas a la casa permitiendo que Sofía se encariñe con alguien que luego desaparece eduardo respiró hondo conteniendo una respuesta afilada buenas noches Teresa mientras cerraba la puerta el peso de las últimas
semanas cayó sobre él quizás Teresa tenía razón quizás había sido un error permitir que Camila entrara en sus vidas los días se convirtieron en semanas el cumpleaños número nueve de Sofía se acercaba y Teresa insistió en organizar una gran celebración en su casa será maravilloso prometió invitaremos a todos sus compañeros de clase decoraré el jardín y hasta contrataré un pequeño espectáculo eduardo no tenía energía para discutir así que aceptó teresa se lanzó a los preparativos con entusiasmo consultando mínimamente a Sofía sobre lo que quería el día de la fiesta la casa
de Teresa estaba irreconocible globos rosados y púrpuras decoraban cada rincón una mesa de dulces extravagante dominaba el salón y en el jardín un castillo inflable esperaba a los niños ¿qué te parece Sofía ¿no es perfecto preguntó Teresa radiante de orgullo sofía asintió educadamente aunque Eduardo notó que su entusiasmo era forzado este tipo de celebración ostentosa no era el estilo de su hija quien prefería reuniones más íntimas y actividades creativas a medida que llegaban los invitados Sofía participaba
en los juegos y sonreía en las fotos pero Eduardo percibía su incomodidad durante un momento tranquilo mientras los demás niños jugaban Sofía se acercó a él “papá ¿podemos invitar a Camila?” La pregunta lo tomó por sorpresa “sofía ya hablamos de esto camila está ocupada con su trabajo pero es mi cumpleaños” insistió “y la extraño.
” Eduardo se arrodilló para estar a su altura entiendo que la extrañes pero a veces las personas entran y salen de nuestras vidas y tenemos que aceptarlo sofía bajó la mirada decepcionada como mamá ¿verdad las palabras golpearon a Eduardo como un puño físico sí como mamá aunque de manera diferente sofía asintió solemnemente y regresó con sus amigos eduardo se quedó inmóvil sintiendo que había fallado a su hija de alguna manera fundamental más tarde cuando la mayoría de los invitados se habían ido Sofía llevó a Eduardo a un rincón tranquilo y
sacó un dibujo de su bolsillo “hice esto en la escuela” dijo entregándoselo “es para ti.” Eduardo desdobló el papel para encontrar un dibujo de tres personas tomadas de la mano un hombre alto con cabello oscuro una niña con coletas y una mujer con una coleta y lo que parecía un uniforme de enfermera los tres sonreían bajo un sol brillante “somos nosotros” explicó Sofía “tú yo y Camila felices.
” Eduardo sintió un nudo en la garganta “es un dibujo muy bonito la maestra nos pidió que dibujáramos lo que nos hace felices” continuó Sofía “y yo dibujé esto.” “¿Te gusta?” “Me encanta” respondió Eduardo abrazando a su hija “eres una artista increíble mamá estaría contenta de vernos felices ¿verdad papá la simple pregunta contenía una sabiduría que Eduardo no había querido enfrentar sí princesa mamá querría que fuéramos felices esa noche después de que todos se marcharon y Sofía se quedó dormida en una de las habitaciones de la casa de Teresa
Eduardo decidió buscar un álbum viejo de fotos para mostrarle a su hija al día siguiente quería recordarle algunos momentos felices con Marina mientras buscaba en el armario de Teresa encontró una caja que no había visto antes para su sorpresa contenía cartas y diarios de Marina que se suponía deberían estar en su apartamento ¿qué haces ahí la voz de Teresa lo sobresaltó ¿por qué tienes estas cosas preguntó Eduardo creí que estaban guardadas en nuestro armario teresa se acercó a la defensiva solo las
estaba protegiendo estos son los recuerdos de mi hija sa son los recuerdos de mi esposa corrigió Eduardo su voz endureciéndose y pertenecen a Sofía también estoy preservando la memoria de Marina insistió Teresa es mi deber como su madre eduardo abrió uno de los diarios y encontró algo que lo dejó helado eran cartas que Marina había escrito a Camila pero que nunca había enviado fechadas años antes de las que Camila había mencionado en ellas Marina expresaba arrepentimiento por su distanciamiento y revelaba algo perturbador el problema con el novio
había sido en realidad un malentendido que Teresa había causado deliberadamente ¿qué es esto preguntó mostrándole las cartas “¿tú separaste a Marina y Camila?” Teresa palideció pero rápidamente recuperó la compostura esas chicas eran demasiado cercanas marina era demasiado impresionable demasiado influenciable camila la arrastraba a todo tipo de situaciones eran mejores amigas dijo Eduardo la rabia creciendo en su interior y tú la separaste a propósito marina era todo lo que tenía después de que su padre murió exclamó Teresa finalmente su fachada rompiéndose
no podía soportar la idea de perderla ante nadie ni sus amigos ni siquiera tú a veces eduardo la miró como si la viera por primera vez ¿te das cuenta de lo que hiciste marina pasó su último año triste y distraída ¿era por esto ¿descubrió lo que habías hecho teresa asintió lentamente lágrimas formándose en sus ojos encontró algunas cartas viejas se dio cuenta de mi intervención estaba determinada a encontrar a Camila y arreglar las cosas pero enfermó antes de poder hacerlo concluyó Eduardo las piezas encajando finalmente se quedó
allí sosteniendo las evidencias del daño causado por el miedo y el egoísmo de Teresa sintiendo que su mundo se transformaba una vez más marina había muerto llevando esa carga ese arrepentimiento de una amistad perdida por las manipulaciones de su madre con repentina claridad Eduardo supo lo que tenía que hacer recogió las cartas y se dirigió a la puerta ¿a dónde vas preguntó Teresa alarmada a buscar a Camila respondió le debo una disculpa y Marina le debe una explicación no puedes ya es tarde para Marina es tarde dijo
Eduardo con firmeza para nosotros no al llegar al hospital al día siguiente Eduardo descubrió que Camila ya no trabajaba en el mismo departamento cuando finalmente logró hablar con su supervisora recibió la noticia que temía la enfermera Rojas pidió un traslado temporal le informó la mujer está trabajando en un programa de salud comunitaria en un pueblo costero a unas 3 horas de aquí ¿tiene la dirección preguntó Eduardo desesperado lo siento no puedo proporcionar esa información eduardo salió del hospital frustrado pero no derrotado si Camila estaba en un
pueblo costero tenía una buena idea de dónde podría estar marina le había hablado muchas veces del pequeño pueblo donde creció un lugar que Camila seguramente recordaría también con determinación renovada Eduardo decidió que era hora de emprender un viaje no solo físico sino emocional para encontrar a Camila y tal vez encontrar también un poco de paz para todos ellos vamos a buscar a Camila de verdad los ojos de Sofía brillaban con emoción mientras Eduardo preparaba una pequeña maleta para el fin de semana sí princesa
si todavía quieres verla eduardo dobló cuidadosamente algunas camisas intentando parecer más seguro de lo que se sentía claro que quiero sofía saltó sobre la cama haciendo que las camisas perfectamente dobladas se arrugaran y la abuela Teresa viene con nosotros eduardo negó con la cabeza no este viaje es solo para nosotros dos desde la noche en que descubrió las cartas su relación con Teresa había cambiado drásticamente la confrontación inicial había dado paso a un doloroso pero necesario distanciamiento teresa
enfrentada a la verdad de sus acciones había prometido con lágrimas en los ojos darles espacio mientras procesaba su propia culpa ¿te pareces tanto a tu madre cuando sonríes así?” comentó Eduardo observando a Sofía recoger sus juguetes favoritos para el viaje “¿eso es bueno?” preguntó ella deteniéndose un momento “es maravilloso,” respondió él acercándose para abrazarla llevas lo mejor de ella contigo mientras cargaban el auto Eduardo revisó por décima vez el mapa en su teléfono el pequeño pueblo costero donde Marina y Camila habían crecido estaba a unas 3 horas al este de la ciudad según lo que había averiguado
la clínica comunitaria donde probablemente trabajaba Camila atendía a varias comunidades pesqueras de la zona “¿y si no está ahí?” preguntó Sofía abrochándose el cinturón de seguridad entonces seguiremos buscando respondió Eduardo con determinación las personas importantes merecen nuestro esfuerzo el viaje comenzó en silencio cada uno sumido en sus propios pensamientos la carretera se extendía frente a ellos alejándolos de la congestionada Ciudad de México hacia paisajes cada vez más rurales a medida que avanzaban el
horizonte se abría mostrando extensiones de campos y eventualmente los primeros destellos del océano a lo lejos “papá ¿cómo era mamá cuando era joven?” preguntó Sofía después de un rato rompiendo el silencio eduardo sonríó agradecido por la oportunidad de hablar abiertamente sobre Marina durante demasiado tiempo el dolor había convertido su memoria en un tema difícil tu mamá era valiente y creativa le encantaba fotografiar todo lo que le parecía hermoso y siempre encontraba belleza donde otros no la veían como
Camila ella siempre encuentra cosas bonitas en mis dibujos incluso cuando me equivoco sí supongo que se parecen en eso admitió Eduardo probablemente por eso fueron tan buenas amigas ¿por qué dejaron de ser amigas preguntó Sofía curiosa como siempre eduardo consideró como explicar la complicada situación a veces las personas que nos quieren tienen miedo de perdernos la abuela Teresa tenía miedo de que tu mamá se alejara de ella así que hizo algo que separó a tu mamá y a Camila ¿sabes qué hizo les hizo creer que una había lastimado a la otra eduardo suspiró los
adultos también cometemos errores Sofía grandes errores a veces como tú cuando le dijiste a Camila que se fuera observó Sofía con esa sinceridad desconcertante propia de los niños eduardo asintió sintiendo el peso de sus propias acciones exactamente como yo me asusté cuando descubrí que Camila conocía a tu mamá y no nos lo había dicho pero ahora vamos a arreglarlo ¿verdad eso espero princesa eso espero a medida que se acercaban a la costa el paisaje se transformaba palmeras se mecían con la brisa marina y el aire que entraba por
las ventanas tenía ese inconfundible aroma salado del océano para Eduardo era fácil imaginar a Marina y Camila creciendo aquí corriendo por estas mismas playas formando una amistad que debería haber durado toda la vida cuando llegaron al pueblo principal Eduardo detuvo el auto frente a un pequeño restaurante “comamos algo y preguntemos por la clínica” sugirió el lugar era sencillo pero acogedor con mesas de madera y coloridos manteles una señora de edad avanzada los atendió con una cálida sonrisa “¿qué les sirvo viajeros?” preguntó amablemente “lo que
recomiende” respondió Eduardo “¿y si no es molestia estamos buscando la clínica comunitaria ¿sabe dónde queda?” La mujer los miró con mayor interés “¿vienen a ver a la doctora Ramírez o a la enfermera nueva?” La enfermera es un ángel nos ha ayudado mucho desde que llegó la enfermera dijo Sofía rápidamente se llama Camila ah Camila la señora sonrió ampliamente sí es ella llegó hace unos meses muy dedicada a esa muchacha la clínica está al final de la calle principal junto a la escuela pero hoy es sábado probablemente la encuentren en la playa sur donde hace chequeos a los pescadores que regresan
eduardo agradeció la información con genuina gratitud mientras comían notó que Sofía estaba inusualmente callada nerviosa le preguntó suavemente ella asintió ¿y si ya no quiere vernos le dijiste cosas feas tienes razón admitió Eduardo le dije cosas muy injustas por eso necesito disculparme primero antes de esperar cualquier otra cosa después de comer siguieron las indicaciones hacia la playa sur era una pequeña bahía protegida donde varios botes pesqueros descargaban su captura del día a lo lejos Eduardo distinguió una figura con uniforme de enfermera hablando con un
grupo de pescadores su corazón se aceleró ahí está murmuró Camila gritó Sofía sin poder contenerse soltando la mano de su padre y corriendo por la arena camila se dio vuelta al escuchar su nombre su expresión pasó de la sorpresa al shock absoluto al ver a Sofía corriendo hacia ella con Eduardo siguiéndola unos pasos atrás sofía Eduardo murmuró como si no pudiera creer lo que veía sus ojos te encontramos exclamó Sofía lanzándose a sus brazos camila la abrazó automáticamente pero sus ojos estaban fijos en Eduardo quien se acercaba más lentamente con una expresión imposible de descifrar ¿qué
hacen aquí preguntó cuando finalmente encontró su voz ¿cómo me encontraron te hemos estado buscando por todas partes explicó Eduardo deteniéndose frente a ella el hospital solo nos dijo que estabas en un programa comunitario costero recordé que Marina me había hablado tanto de este pueblo que pensé que quizás habrías regresado a tus raíces tus Camila bajó a Sofía pero mantuvo una mano sobre su hombro como si necesitara asegurarse de que era real ¿por qué me buscaban porque te extrañamos respondió Sofía simplemente y porque papá tiene algo importante que
decirte eduardo miró a su alrededor consciente de las miradas curiosas de los pescadores ¿podemos hablar en un lugar más privado camila asintió a una aturdida terminé por hoy podemos podemos caminar por la playa si quieren comenzaron a caminar por la orilla sofía corriendo adelante para recoger conchas dándoles algo de espacio para hablar “¿te ves bien?” comentó Eduardo después de un momento de silencio incómodo “este lugar te sienta bien “Gracias” respondió Camila es familiar reconfortante de alguna manera otro silencio las olas rompían suavemente contra la arena
creando un ritmo tranquilizador encontré las cartas dijo finalmente Eduardo las que Marina escribió para ti años antes de las que mencionaste nunca las envió camila se detuvo sorprendida ¿qué cartas cartas donde explicaba lo que realmente sucedió entre ustedes eduardo le contó sobre su descubrimiento la confesión de Teresa todo lo que había aprendido en las últimas semanas marina nunca dejó de considerarte su amiga estaba tratando de encontrarte antes de antes de que fuera demasiado tarde los ojos de Camila se
llenaron de lágrimas yo tampoco dejé de considerarla mi amiga cuando no respondió a mis intentos de contacto después de nuestra pelea asumí que realmente me odiaba nunca imaginé que Teresa había intervenido teresa temía perderla explicó Eduardo sin justificar las acciones de su suegra marina era todo para ella después de quedarse viuda igual que Sofía es todo para ti observó Camila mirando a la niña que saltaba alegremente entre las pequeñas olas sí admitió Eduardo y por eso entiendo el miedo de Teresa aunque no puedo perdonar
lo que hizo el miedo a perder a quienes amamos puede llevarnos a cometer terribles errores como yo contigo camila lo miró directamente a los ojos ¿a qué te refieres reaccioné desde el miedo cuando descubrí que conocías a Marina tenía miedo de que de que lo que estaba comenzando a sentir por ti fuera una traición a su memoria fue más fácil culparte y alejarte que enfrentar mis propios sentimientos las palabras quedaron suspendidas entre ellos cargadas de significado sofía regresó corriendo mostrando orgullosa una concha particularmente bonita “mira lo que
encontré Camila es del mismo color que el vestido que usaste en mi obra de teatro.” Camila sonrió agradecida por la interrupción es preciosa Sofía ¿la guardarás como recuerdo sí de nuestro viaje para encontrarte” respondió la niña antes de salir corriendo nuevamente “¿hay algo más que debes saber” dijo Eduardo cuando estuvieron solos otra vez “Algo que descubrí hablando con viejos amigos de Marina y revisando sus correos.
” “¿Qué es?” preguntó Camila intrigada “marina te nombró como madrina de Sofía en su testamento.” Camila se detuvo en seco completamente sorprendida ¿qué pero nunca a nadie me contactó el documento incluía una carta donde expresaba su deseo de que si algo le pasaba tú fueras parte de la vida de Sofía continuó Eduardo teresa debió ocultar esa parte del testamento yo nunca lo revisé completamente estaba demasiado destrozado entonces ella me eligió como madrina aún cuando no habíamos hablado en años eduardo asintió debió tener algún presentimiento incluso cuando ustedes estaban separadas confiaba en ti para cuidar de lo que más
amaba camila se cubrió la boca con una mano abrumada por la emoción no puedo creerlo siguieron caminando en silencio dejando que la magnitud de la revelación se asentara el sol comenzaba a ponerse tiñiendo el cielo de tonos naranjas y rosados que se reflejaban en el agua sofía y yo queremos que vuelvas con nosotros” dijo Eduardo finalmente deteniéndose para mirarla directamente no como enfermera no como amiga de la familia sino como alguien que pertenece a nuestro lado “eduardo no te estoy pidiendo que reemplaces a Marina” continuó él reuniendo valor nadie podría
hacerlo jamás pero creo que hay espacio en nuestros corazones para amar de nuevo de manera diferente pero igual de verdadera ¿estás seguro preguntó Camila su voz apenas audible sobre el sonido de las olas ¿qué hay de Teresa teresa está comenzando a afrontar sus propios demonios ha prometido respetar nuestras decisiones de ahora en adelante eduardo tomó la mano de Camila con decisión no digo que será fácil pero creo que vale la pena intentarlo sofía regresó junto a ellos su pequeño puño lleno de conchas y tesoros playeros miró sus manos
entrelazadas y sonrió ampliamente esto significa que Camila volverá a casa con nosotros eduardo miró a Camila dejando la respuesta en sus manos ella observó a padre e hija sintiendo que el círculo que había comenzado décadas atrás en esta misma playa con Marina finalmente se cerraba “sí” respondió finalmente con una sonrisa temblorosa “voy a volver con ustedes.
” Sofía saltó de alegría abrazando a ambos mientras el sol se ponía en el horizonte los tres caminaron juntos de regreso por la playa comenzando un nuevo capítulo en sus vidas entrelazadas en el auto de camino al pequeño hotel donde pasarían la noche antes de regresar a la ciudad Sofía se quedó dormida en el asiento trasero exhausta por las emociones del día “marina nos guió el uno al otro” dijo Eduardo en voz baja “aquella noche en la gala no fue coincidencia que estuvieras allí justo en el momento exacto.
” Camila sonríó entre lágrimas marina siempre fue buena haciendo de Cupido ayudaste a salvarnos esa noche pero no solo físicamente confesó Eduardo nos ayudaste a vivir de nuevo cuando regresaron a la ciudad al día siguiente Teresa los esperaba en el apartamento su expresión era una mezcla de arrepentimiento y resignación “así que la encontraste” dijo cuando vio a Camila entrar con ellos “sí” respondió Eduardo simplemente “y va a ser parte de nuestras vidas teresa Marina lo habría querido así teresa asintió lentamente los años de dolor y control se diendo paso a una tenue aceptación supongo que es hora de
que todos sanemos y sigamos adelante como gesto de paz Teresa entregó a Camila una caja llena de recuerdos que Marina había guardado de su amistad fotografías cartas pequeños regalos intercambiados era una ofrenda un reconocimiento de sus errores pasados ella nunca te olvidó” dijo Teresa suavemente incluso cuando yo intenté que lo hiciera Camila aceptó la caja entendiendo lo que significaba este gesto para Teresa “gracias por compartir estos recuerdos significan mucho para mí.” Mientras Sofía mostraba emocionada a Teresa las conchas que había recolectado Eduardo y Camila
intercambiaron una mirada de comprensión el camino no sería fácil pero por primera vez en mucho tiempo el futuro parecía lleno de posibilidades en lugar de sombras la primera semana después del regreso de Camila a sus vidas fue como navegar en aguas desconocidas todos intentaban encontrar su lugar en esta nueva dinámica familiar mientras procesaban las verdades reveladas teresa aunque había dado su bendición inicial mostraba momentos de tensión cuando visitaba el apartamento sus ojos seguían cada movimiento de Camila evaluando silenciosamente cómo interactuaba con Sofía y Eduardo “sofía ¿ya hiciste tu
tarea?” preguntó Teresa una tarde notando que la niña dibujaba tranquilamente mientras Camila preparaba la cena “ya la terminamos juntas” respondió Camila antes que Sofía pudiera hablar tiene un examen de ciencias mañana así que repasamos las partes de la planta ah Teresa ajustó su postura marina siempre fue excelente en ciencias le encantaba la botánica lo sé sonrió Camila recuerdo cuando clasificábamos hojas para nuestro herbario en sexto grado marina siempre encontraba las más extrañas un silencio incómodo siguió a este intercambio era la primera vez que
Camila compartía abiertamente un recuerdo de Marina frente a Teresa “¿ustedes hacían herbarios?” preguntó Sofía fascinada con esta nueva información sobre su madre teresa parecía a punto de intervenir pero se contuvo su terapeuta le había recomendado practicar el soltar permitir que otros también guardaran y compartieran recuerdos de Marina tu mamá tenía el herbario más completo de la escuela” continuó Camila incluso ganó un premio en la feria de ciencias “aún lo tengo guardado” murmuró Teresa sorprendiendo a todos “en mi casa
podrías podrías verlo algún día Sofía.” El rostro de la niña se iluminó “de verdad abuela.” Teresa asintió sus ojos humedeciéndose hay muchas cosas de tu madre que he guardado quizás es hora de compartirlas contigo ese pequeño momento marcó el comienzo de un cambio gradual en Teresa no fue inmediato ni constante había días en que su antigua actitud controladora resurgía pero algo fundamental estaba transformándose para Eduardo la transición también presentaba desafíos aunque había sido él quien buscó a Camila a veces lo asaltaban
dudas sobre si estaban avanzando demasiado rápido una noche mientras Camila pasaba por el pasillo hacia el baño se detuvo frente a la habitación de Eduardo la puerta estaba entreabierta y pudo verlo sentado en la cama sosteniendo la fotografía de su boda con Marina “lo siento” susurró Camila retrocediendo no quería interrumpir “no está bien” respondió Eduardo haciéndole un gesto para que entrara solo estaba entar recordando camila se sentó cautelosamente en el borde de la cama es normal Eduardo no espero que dejes de amarla lo sé pero a veces me siento
confundido eduardo dejó la fotografía en la mesita de noche como si estuviera traicionando su memoria al ser feliz contigo marina quería que fueras feliz dijo Camila suavemente lo sé porque así era ella y estoy segura de que no quería que Sofía creciera con un padre atrapado en el dolor eduardo tomó su mano ¿cómo lo haces ¿cómo sabes exactamente qué decir no siempre lo sé admitió Camila estoy aprendiendo igual que tú pero creo que Marina nos está guiando a todos de alguna manera esa noche por primera vez
Eduardo durmió sin pesadillas algo en su conversación con Camila había aliviado una carga que había llevado durante demasiado tiempo para Sofía la transición fue quizás la más natural los niños con su asombrosa capacidad de adaptación a menudo lideran el camino en los procesos de sanación ella rápidamente incorporó a Camila en sus rutinas y comenzó a consultarle sobre decisiones pequeñas pero significativas ¿qué vestido crees que debería usar para la fiesta de Lucía le preguntó una mañana sosteniendo dos
opciones “ambos son lindos respondió Camila prudentemente ¿cuál te gusta más a ti el azul me recuerda al mar donde te encontramos” dijo Sofía “Pero el verde se parece al color que usabas cuando trabajabas como enfermera entonces cualquiera sería perfecto sonrió Camila me pondré el azul” decidió Sofía y tú podrías usar algo verde así combinamos pero diferente camila se sorprendió por la implicación de que asistiría a la fiesta ¿quieres que vaya contigo claro papá siempre viene pero dice que las fiestas infantiles lo ponen nervioso contigo será más divertido cuando
Eduardo escuchó sobre esto tuvo sentimientos encontrados no tienes que ir si no quieres le dijo a Camila las fiestas infantiles pueden ser intensas me encantaría ir” respondió ella “¿pero estás seguro ¿será la primera vez que me vean los otros padres contigo?” Eduardo no había considerado ese aspecto tienes razón generaremos comentarios “no me importan los comentarios si a ti no te importan,” aclaró Camila “creo que es hora de dejar de preocuparnos por lo que otros piensen” decidió Eduardo “sofía te quiere allí y yo también.” La fiesta
resultó ser un punto de inflexión mientras Sofía jugaba con sus amigos Eduardo y Camila enfrentaron las miradas curiosas y los susurros de los otros padres “¿es tu nueva novia?” preguntó directamente una madre mientras servía Ponche “es Camila,” respondió Eduardo simplemente “es parte de nuestra familia ahora la simplicidad de su respuesta sin etiquetas específicas pero inequívocamente inclusiva definió cómo presentarían su relación al mundo exterior a medida que pasaban las semanas establecieron nuevas tradiciones familiares los domingos se convirtieron
en días de cocina con los tres preparando recetas que Camila recordaba de su infancia o platos favoritos que Eduardo había aprendido durante sus viajes también aparecieron pequeños conflictos inevitables en cualquier proceso de adaptación camila y Eduardo discutieron sobre métodos de disciplina horarios de sueño y el equilibrio entre trabajo y familia “trabajas demasiado” le dijo Camila una noche después de que Eduardo cancelara una salida al parque por quedarse revisando planos sofía estaba muy ilusionada “tengo una reunión importante mañana” se defendió él no
todos podemos trabajar en horarios flexibles como tú no se trata de horarios Eduardo se trata de prioridades la discusión escaló hasta que Sofía apareció en la puerta de la cocina asustada por las voces elevadas inmediatamente ambos se calmaron avergonzados “lo siento princesa” dijo Eduardo agachándose para abrazarla camila y yo solo estábamos conversando con energía “¿están peleando como tú y mamá a veces?” preguntó Sofía con inocencia la pregunta los sorprendió a ambos era la primera vez que Sofía
mencionaba discusiones entre sus padres a veces los adultos que se quieren discuten explicó Camila cuidadosamente no significa que dejen de quererse exacto confirmó Eduardo tu mamá y yo discutíamos a veces pero siempre nos reconciliábamos ¿ustedes se van a reconciliar eduardo y Camila intercambiaron miradas sí respondieron al unísono sonriendo tímidamente esa noche después de acostar a Sofía tuvieron una conversación más calmada sobre expectativas y compromisos estaban construyendo algo nuevo sin manual de instrucciones navegando entre el respeto
a la memoria de Marina y la creación de su propio camino mientras tanto Teresa continuaba su proceso personal durante una visita particularmente significativa trajo consigo una caja que Eduardo nunca había visto “encontré esto entre las cosas de Marina” explicó abriendo la caja para revelar un collar partido por la mitad “creo que te pertenece Camila.
” Camila contuvo la respiración nuestro collar de mejores amigas creí que lo había perdido durante la mudanza marina guardó su mitad todos estos años” dijo Teresa “la otra mitad debe ser tuya.” Con manos temblorosas Camila tomó la pieza era un simple corazón de plata roto de manera que cada mitad tenía una parte irregular del diseño cuando se juntaban formaban un corazón completo la suya está teresa hizo una pausa visiblemente emocionada con ella completó Camila suavemente teresa asintió pedí que la enterraran con algunos de sus objetos más queridos el
collar estaba entre ellos este gesto más que cualquier palabra simbolizó la verdadera aceptación de Teresa no solo reconocía la importancia de Camila en la vida pasada de Marina sino que bendecía su presencia en la vida futura de Eduardo y Sofía a medida que se acercaba el aniversario de la gala donde se habían reencontrado Eduardo comenzó a actuar misteriosamente tenía conversaciones telefónicas en voz baja y reuniones secretas con Sofía quien apenas podía contener su emoción por lo que fuera que estaban planeando ¿qué están tramando ustedes dos preguntó
Camila una tarde después de descubrirlos rápidamente escondiendo algo cuando entró en la sala nada” respondió Sofía demasiado rápido intercambiando una mirada cómplice con su padre “es una sorpresa,” explicó Eduardo “solo ten paciencia.” La sorpresa se reveló cuando Eduardo le pidió a Camila que lo acompañara a la misma gala benéfica donde todo había comenzado exactamente un año después “¿estás seguro?” preguntó ella la última vez no terminó muy bien para ti esta vez será diferente” prometió él sonriendo misteriosamente la noche de la gala
Teresa se ofreció a cuidar a Sofía otro símbolo de su creciente aceptación de la situación sin embargo para sorpresa de Camila cuando llegaron al evento Sofía ya estaba allí esperándolos con un pequeño vestido formal y una sonrisa conspiradora “¿qué haces aquí pequeña traviesa?” preguntó Camila abrazándola soy parte de la sorpresa respondió Sofía intercambiando una mirada con su padre la velada transcurrió agradablemente a diferencia del año anterior Eduardo se veía relajado y saludable sonriendo genuinamente mientras presentaba a
Camila a colegas y amigos en un momento dado la música cambió a una suave melodía romántica y Eduardo la invitó a bailar mientras se movían por la pista Camila notó que algunas personas los observaban con aprobación “te han dicho lo hermosa que te ves esta noche” murmuró Eduardo en su oído “solo unas cinco veces en la última hora” rió Camila “pero no me canso de escucharlo.
” Cuando la canción terminó Eduardo no la soltó en cambio hizo un gesto sutil hacia un rincón donde Sofía esperaba sosteniendo algo en sus manos camila comenzó Eduardo su voz repentinamente seria hace exactamente un año en este mismo lugar mi vida cambió para siempre pensé que estaba perdiendo el conocimiento pero en realidad estaba despertando de un largo sueño de dolor camila sintió que su corazón se aceleraba cuando Eduardo tomó sus manos entre las suyas marina nos unió de la manera más inesperada y cada día
agradezco que hayas entrado en nuestras vidas no solo salvaste la mía esa noche sino que nos has enseñado a Sofía y a mí a vivir de nuevo con un movimiento fluido Eduardo se arrodilló frente a ella provocando murmullos y exclamaciones de sorpresa entre los asistentes sofía se acercó rápidamente abriendo una pequeña caja que sostenía dentro brillaba un anillo delicado con una piedra verde del color del mar me harías el extraordinario honor de formar oficialmente parte de nuestra familia preguntó Eduardo sus ojos brillantes de
emoción no solo como la amiga perdida de Marina no solo como la madrina de Sofía sino como mi compañera mi amor mi esposa camila abrumada por la emoción apenas podía contener las lágrimas alrededor de su cuello brillaba la mitad del collar de mejores amigas un recordatorio constante de que su conexión con Marina perduraba incluso más allá de la muerte sí respondió finalmente su voz temblorosa pero decidida sí quiero ser parte de su familia eduardo deslizó el anillo en su dedo y se puso de pie para besarla mientras los asistentes aplaudían sofía saltaba de alegría junto a ellos y cuando Eduardo se separó de
Camila levantó a su hija en brazos para incluirla en un abrazo familiar ahora somos oficialmente una familia” declaró Sofía con certeza infantil “siempre lo fuimos” corrigió Camila suavemente solo estábamos esperando encontrarnos la siguiente gran prueba llegó cuando visitaron juntos el memorial de Marina era un día soleado y tranquilo el tipo de día que Marina habría elegido para una sesión de fotografía al aire libre eduardo y Sofía habían visitado regularmente pero era la primera vez que Camila los acompañaba teresa había decidido darles este
momento en privado entendiendo la importancia del acto mientras caminaban por el sereno cementerio Camila sentía una mezcla de nerviosismo y paz cuando llegaron a la lápida de Marina adornada con flores frescas y una fotografía sonriente Sofía se adelantó para colocar un ramo de girasoles las favoritas de su madre “hola mamá” dijo con naturalidad te traje a Camila pero creo que ya la conoces ella va a casarse con papá pero dice que eso no significa que te vayamos a olvidar eduardo puso una mano en el hombro de Camila dándole fuerza a
silenciosa “hola Marina” dijo Camila su voz quebrada por la emoción “ha pasado tanto tiempo quisiera que hubiéramos tenido la oportunidad de arreglar las cosas pero quiero que sepas que cuidaré de ellos con todo mi corazón como sé que tú lo harías sofía sacó un dibujo de su pequeña mochila y lo colocó junto a las flores en él se veían cuatro figuras Eduardo Camila y Sofía tomados de la mano en la tierra y una figura brillante que los observaba desde el cielo claramente representando a Marina “dibujé a nuestra
familia” explicó Sofía con mamá cuidándonos desde el cielo mientras observaban el dibujo una suave brisa agitó las hojas alrededor de ellos como si la naturaleza respondiera a sus palabras eduardo miró hacia el cielo donde las nubes se movían formando patrones cambiantes y sintió una profunda paz que no había experimentado en años “ella está con nosotros” murmuró “de alguna manera siempre lo estará.
” Camila tomó la mano de Eduardo con su izquierda y la de Sofía con su derecha uniendo físicamente a la familia que Marina había ayudado a crear incluso desde más allá de la vida juntos caminaron de regreso bajo la luz dorada del atardecer hacia un futuro que ninguno de ellos habría imaginado un año atrás pero que ahora se extendía ante ellos lleno de posibilidades amor y la tranquila certeza de que algunas conexiones son simplemente demasiado fuertes para romperse incluso por la muerte o el tiempo la brisa continuó moviendo suavemente las hojas sobre la tumba de Marina como un suspiro de
aprobación un último regalo de quien había sido el primer hilo en esta compleja y hermosa trama de destinos entrelazados tres años habían pasado desde aquel día en la playa cuando Eduardo y Sofía encontraron a Camila el tiempo ese gran sanador había transformado sus vidas de maneras que ninguno hubiera podido imaginar la casa frente al mar que ahora habitaban estaba llena de luz y risas eduardo había diseñado personalmente la renovación de la antigua casa de pescadores integrando elementos modernos con la estructura tradicional grandes ventanales permitían que la luz inundara cada rincón y una
terraza amplia ofrecía vistas espectaculares del océano que tanto había significado para Marina y Camila en su juventud papá Camila dense prisa ya están llegando los primeros invitados gritó Sofía ahora una segura preadolescente de 12 años mientras acomodaba las últimas decoraciones en el jardín Camila apareció en la puerta trasera su figura maternal resaltada por el avanzado embarazo de 7 meses su mano descansaba protectoramente sobre su vientre mientras observaba con orgullo preparativos para la reunión especial de ese día todo se ve hermoso Sofi comentó
admirando los farolillos de papel y las guirnaldas de flores que decoraban el espacio “¿crees que a mamá le habría gustado?” preguntó Sofía una pregunta que aún hacía ocasionalmente manteniendo viva la memoria de Marina “le habría encantado,” aseguró Camila especialmente esas flores amarillas siempre fueron sus favoritas eduardo salió cargando una hielera “las bebidas están listas falta algo más solo que llegue la abuela Teresa” respondió Sofía escudriñando el camino de entrada como si la hubiera invocado un taxi se detuvo frente a la casa
teresa Fuentes ahora visiblemente más relajada que años atrás descendió con varios paquetes y una gran bolsa “abuela.” Sofía corrió a ayudarla tomando algunos de los paquetes “con cuidado mi hijita son frágiles” advirtió Teresa con una sonrisa su relación con Sofía había florecido en estos años libre al fin del peso de los secretos y los remordimientos eduardo y Camila se acercaron a saludarla las tensiones iniciales habían dado paso a un respeto mutuo y eventualmente a un cariño genuino ¿cómo estuvo el viaje Teresa preguntó Eduardo tomando su maleta largo
pero valió la pena respondió ella mirando con aprobación la casa y el jardín han hecho un trabajo maravilloso aquí teresa dirigió su atención a Camila y su vientre prominente ¿y cómo está mi futuro nieto ¿sigue dando patadas a todas horas como un futbolista profesional rió Camila especialmente por las noches igual que Marina cuando estaba embarazada de Sofía comentó Teresa un recuerdo que ahora podía compartir sin dolor nunca dejaba dormir a nadie la integración de Teresa en su nueva dinámica familiar había sido gradual constante después de muchas
sesiones de terapia y conversaciones difíciles pero necesarias había llegado a aceptar completamente a Camila no como un reemplazo de Marina sino como una extensión del amor que su hija había dejado en el mundo “traje algo especial” anunció Teresa abriendo la gran bolsa que cargaba de ella sacó un conjunto de ropita de bebé cuidadosamente preservada era de Marina cuando nació pensé que tal vez querrían usarla para el pequeño Antonio camila tomó las prendas con manos temblorosas el nombre elegido para su hijo Antonio era un homenaje al padre
fallecido de Marina es perfecta murmuró emocionada gracias Teresa a medida que avanzaba la tarde más invitados fueron llegando antiguos colegas de Eduardo amigos de la infancia de Camila que habían reconectado desde su regreso a la costa las nuevas amigas de Sofía de la escuela local la casa y el jardín se llenaron de conversaciones animadas y risas ¿quién diría que terminaríamos así comentó Javier el antiguo asistente de Eduardo que ahora dirigía su propio estudio de arquitectura en la ciudad dejaste los rascacielos por las casas de
playa eduardo sonrió observando a su familia interactuar con los invitados a veces la vida te lleva exactamente donde necesitas estar aunque no sea donde planeabas como parte central de la celebración habían organizado una pequeña ceremonia al atardecer los invitados se reunieron en la playa formando un semicírculo frente al mar eduardo Camila Sofía y Teresa se colocaron en el centro cada uno sosteniendo un farolillo de papel “hoy estamos aquí para celebrar la vida” comenzó Eduardo dirigiéndose a los presentes “no solo la nueva vida que
pronto llegará a nuestra familia sino todas las vidas que nos han traído hasta este momento.” Sofía dio un paso adelante sorprendiendo a todos al tomar la palabra con confianza hace 3 años mi familia estaba rota papá estaba triste yo estaba triste y sentíamos que algo nos faltaba miró a Camila con cariño antes de continuar entonces llegó Camila quien era amiga de mi mamá cuando eran niñas al principio fue mi enfermera luego nuestra amiga y ahora es mi segunda mamá teresa con lágrimas en los ojos añadió “Y pronto serán padres de un
niño que traerá aún más amor a esta familia.” Camila emocionada compartió tengo dos madres una en el cielo cuidándome y una aquí sosteniendo mi mano y ahora también tengo dos familias que se han convertido en una sola eduardo encendió su farolillo y los demás lo imitaron estos farolillos representan nuestras conexiones con quienes ya no están físicamente con nosotros pero cuyo amor sigue guiándonos uno a uno los farolillos se elevaron hacia el cielo crepuscular llevados por la brisa marina el de Sofía adornado con pequeñas fotografías y mensajes para
Marina brillaba especialmente intenso mientras ascendía “te quiero mamá” susurró la niña mientras lo veía alejarse “gracias por enviarnos a Camila” más tarde después de que los invitados se marcharon y Sofía se retiró a su habitación Eduardo y Camila se sentaron en la terraza contemplando el océano bajo la luz de la luna ¿en qué piensas preguntó Eduardo notando la expresión contemplativa de su esposa en lo extraño y maravilloso que es el destino respondió ella entrelazando sus dedos con los de él hace años cuando nos separamos Marina y yo sentí que había
perdido una parte de mí misma nunca imaginé que el camino para recuperarla me llevaría a ti y a Sofía y a Teresa añadió Eduardo con una sonrisa y a Teresa concedió Camila ¿quién lo hubiera pensado a veces pienso en esa noche en la gala reflexionó Eduardo mi peor momento se convirtió en el comienzo de mi sanación el padre viudo se desmayó en la fiesta y la enfermera que lo salvó descubrió algo que la dejó helada citó Camila con humor el título que alguna vez describió su historia suena como el inicio de una telenovela la mejor
telenovela rió Eduardo con el mejor final camila se llevó una mano al vientre sintiendo los movimientos de su hijo no es un final es apenas un nuevo comienzo en la habitación de Sofía la preadolescente miraba las estrellas desde su ventana sobre su escritorio descansaba una fotografía enmarcada marina y Camila adolescentes sonriendo en la misma playa donde ahora vivían junto a ella una más reciente Sofía entre Eduardo y Camila el día de su boda todos radiantes de felicidad la niña tomó un cuaderno y escribió bajo la luz tenue de su lámpara querida mamá hoy lanzamos farolillos al cielo para ti el
mío tenía tu foto y un mensaje secreto espero que lo hayas recibido camila dice que pronto mi hermanito podrá patear un balón conmigo lo llamaremos Antonio como tu papá la abuela Teresa trajo tu ropa de bebé y Camila lloró cuando la vio a veces todavía me pongo triste porque no estás aquí pero ya no me siento sola papá sonríe todo el tiempo ahora especialmente cuando mira a Camila o cuando habla del bebé creo que tú nos enviaste a Camila la abuela dice que ustedes eran como hermanas así que supongo que eso la convierte en mi tía pero yo prefiero tener dos mamás una en
el cielo vigilándome y otra en la tierra sosteniéndome la mano te quiero para siempre Sofía cerró el cuaderno y lo colocó bajo su almohada una costumbre que había mantenido desde pequeña como un puente entre ella y su madre en la terraza Eduardo rodeó con su brazo los hombros de Camila mientras ambos contemplaban las estrellas sabiendo que entre ellas brillaba también el espíritu de Marina conectada para siempre con ellos a través del amor que había dejado como su legado más perdurable el océano susurraba suavemente contra la orilla el mismo sonido que había acompañado la infancia de Marina y Camila y que ahora
arrullaría a la siguiente generación en ese eterno flujo y reflujo se encontraba quizás la verdad más profunda que el amor como el agua nunca se pierde realmente solo cambia de forma encontrando nuevos causes para seguir fluyendo conectando pasado presente y futuro en un ciclo perfecto e infinito no