Le ordenó a la empleada que tocara el piano frente a todos para humillarla, pero cuando empezó, nadie esperaba lo que sucedió.
Julia salía del metro con el cabello alborotado y el uniforme arrugado por el apretón de la gente. Eran casi las 6 de la mañana y ya iba tarde. Siempre iba tarde. El frío le picaba la cara mientras cruzaba corriendo la avenida que separaba su colonia del gran hotel donde trabajaba. Lo veía desde lejos, alto, brillante, como si no fuera parte del mismo planeta que ella. El Hotel Real Dorado tenía más pisos de los que ella había contado alguna vez y puertas giratorias que nunca entendió para qué servían. Pero ahí adentro ganaba lo justo para comprarle las medicinas a su abuela y pagar el gas, así que no se quejaba.
Entró por la puerta de empleados, saludó con la cabeza a Mario, el guardia que ya ni la miraba, y se fue directo al vestidor. Ahí estaban ya algunas de sus compañeras, planchándose el uniforme o ajustándose el moño. A Julia no le daba tiempo. Se amarró el cabello en un chongo apurado y salió con su carrito de limpieza, sin desayunar otra vez ese día.
Había algo raro. Se notaba desde que entrabas. Había más flores de lo normal, más ruido, más gente caminando con portapapeles y cara de estrés en el lobby. Decoraban con cortinas nuevas, esas que parecían costar más que todo lo que Julia había ganado en su vida.
Preguntó bajito a otra empleada que pasaba y le dijeron que esa noche habría una gala privada organizada por uno de los socios más pesados del hotel. Julia no sabía su nombre, pero escuchó que era millonario, que tenía mansiones en tres países y que trataba mal a todos los que no eran como él.
Mientras pasaba el trapo por una esquina del vestíbulo, vio cómo llegaban camionetas negras con vidrios oscuros. Se bajaban señores de trajes carísimos, mujeres con peinados raros y asistentes que no dejaban de hablar por celular. A ella no le gustaba estar cerca de esa gente porque se sentía invisible. Si uno de esos invitados la volteaba a ver, era solo para pedirle algo o para decirle que estorbaba.
Pero había algo que nadie sabía de Julia: a ella le gustaba tocar el piano. Lo había aprendido sola, escuchando videos en el teléfono que le prestaba su primo los fines de semana. A veces, cuando el salón principal quedaba solo después de un evento, se sentaba frente al piano del bar y tocaba con los ojos cerrados. Nunca más de 5 minutos, nunca cuando había alguien cerca. Sabía que, si la atrapaban, la correrían, pero era su única forma de respirar en paz. Ese piano era un Yamaha negro gigante de cola que sonaba diferente a todo lo que había escuchado en su vida. Cada tecla era como una salida de emergencia, una forma de olvidar la presión, la rutina, el miedo de que su abuela empeorara. Una noche, incluso se quedó dormida abrazada a la banqueta, hasta que un mesero la despertó con una carcajada y le dijo que se fuera antes de que la vieran.
Mientras limpiaba los ventanales del restaurante, Julia escuchó que el nombre del millonario era Gerardo Alcázar, que él había pagado toda la remodelación del piso 20, que esa noche traía artistas, empresarios y hasta un senador. También escuchó que su novia era modelo, que tenía fama de grosera y que venía de viaje con él. Julia solo pensó que ojalá no le tocara limpiar cerca de ellos.
A las 3 de la tarde, Julia bajó al comedor del personal y se sirvió arroz con huevo se sentó en la misma esquina de siempre frente al ventilador que ya ni giraba comió en silencio pensando en que debía salir antes de las 9 para poder pasar a la farmacia había una medicina nueva que el doctor le recetó a su abuela pero estaba carísima tal vez si hacía un turno extra el fin de semana podría comprarla después de comer regresó a su rutina pulió las mesas del salón azul ordenó las sillas del bar espejo y subió al piso 19 a cambiar los jabones todo el tiempo pensaba en su abuela en lo flaca
que se estaba poniendo en las noches que no dormía del dolor a veces lloraba sola en el baño de empleados pero nunca más de 5 minutos luego se enjuagaba la cara y volvía como si nada ya casi anochecía cuando escuchó que algo andaba mal había voces alteradas en recepción un músico al parecer el pianista del evento se había accidentado no llegaría uno de los organizadores discutía por teléfono mientras otro gritaba que necesitaban una solución urgente julia no prestó atención pensó que traerían a otro o pondrían música
grabada ¿qué le importaba pero alguien no supo quién dijo que había una muchacha del staff que sabía tocar el piano que la habían visto una noche julia se congeló soltó el plumero tragó saliva quiso correr pero ya era tarde una supervisora llegó con cara de apuro y le dijo que la necesitaban en el salón diamante que fuera ya que no preguntara julia se limpió las manos en el delantal y fue con paso tembloroso entró por la puerta de servicio y sintió que todos la miraban el salón estaba lleno de flores blancas luces bajas y meseros uniformados con guantes en el centro frente al piano un
hombre alto y de cara seria la observaba como si ella fuera un insecto él era Gerardo Alcazar y acababa de decidir que esa noche para burlarse un poco del caos iba a dejar que la chica de la limpieza tocara solo para ver qué pasaba las camionetas negras se estacionaron una tras otra frente a la entrada principal del hotel no eran taxis ni autos normales eran de esos que solo se ven en comerciales o en las noticias cuando algún político baja rodeado de guardaespaldas los empleados del ballet se movían nerviosos casi tropezando con los conos naranjas mientras recibían las llaves
los jefes de área caminaban rápido dándoles órdenes a todos como si se estuviera cayendo el mundo gerardo Alcázar bajó del asiento trasero con lentes oscuros camisa blanca sin una sola arruga y un reloj que brillaba más que cualquier lámpara del lobby no miró a nadie caminó como si todo le perteneciera dos asistentes venían detrás de él con carpetas hablando por teléfono mientras un hombre más viejo con traje gris trataba de seguirles el paso con cara de estrés nadie se atrevía a hablarle directo si querían decirle algo se lo
decían al de gris era su secretario o su escudo humano quién sabe al lado de Gerardo venía Daniela su novia alta flaquísima con el pelo lacio y rubio como salido de un comercial de champú iba con un vestido ajustado lentes de marca y el celular pegado a la oreja ni volteaba a ver a los empleados ni a la gente del hotel parecía molesta de estar ahí como si todo le diera flojera apenas entraron al lobby uno de los gerentes fue a recibirlos les ofreció algo de tomar gerardo lo ignoró daniela solo dijo “Late con leche de almendra sin mirar a nadie.” Gerardo se paró en el centro del
lobby como si estuviera inspeccionando un terreno señaló un arreglo de flores con cara de disgusto le dijo al gerente que eso no era lo que había pedido que el color no combinaba que parecía funeral el gerente tragó saliva sonrió forzado y le prometió cambiarlo en menos de una hora gerardo no respondió se dio la vuelta y caminó directo hacia los elevadores privados mientras subían uno de los organizadores le iba explicando el plan del evento los horarios los invitados todo lo que se había hecho gerardo no lo escuchaba solo veía su celular y de vez en cuando decía “Eso ya lo sé
oh no me interesa le molestaba que lo interrumpieran le molestaba que las cosas no fueran exactamente como él quería a la altura del piso 20 se quedó mirando por la ventana dijo que no quería prensa que no quería fotógrafos y que no iba a saludar a nadie que no estuviera en su lista en la suite presidencial que habían acondicionado como sala de descanso para él y Daniela gerardo entró sin mirar atrás tiró el saco sobre el sillón de piel y se sirvió un whisky sin preguntar si había permiso o no daniela se sentó en el sillón más grande y sacó una plancha para el
cabello le dijo a una de las asistentes que quería cambiar el vestido por otro luego hizo una videollamada y empezó a criticar el maquillaje de una amiga suya que estaba en Miami hablaba como si todo el cuarto estuviera vacío como si nadie más importara gerardo mientras tanto miraba por la ventana hacia abajo le gustaba ver a la gente pequeñita corriendo de un lado a otro desde ahí todos parecían hormigas soltó una risa corta como de burla le preguntó al organizador si ya tenían pianista este le dijo que sí que todo estaba
listo gerardo solo alzó una ceja le dijo que si algo salía mal se iban a acordar de él lo dijo sin gritar pero con una voz que apretaba el aire daniela se levantó se puso un vestido nuevo más llamativo que el anterior y se tomó varias selfies en el espejo luego le preguntó a Gerardo si quería que se sentara con él en Mist la mesa principal gerardo ni volteó le dijo que hiciera lo que quisiera que él iba a estar ocupado ella torció la boca molesta pero no dijo nada bajaron juntos al salón diamante que ya estaba casi listo el decorador se acercó para mostrarle los detalles finales gerardo
caminó lento inspeccionando todo se detuvo frente al piano ese Yamaha negro que Julia conocía también lo tocó con los dedos sin emoción preguntó si era nuevo le dijeron que sí que lo habían traído esa semana no respondió nada pidió silencio todos los que estaban preparando el salón se quedaron quietos señaló un candelabro que colgaba justo sobre el centro dijo que estaba torcido nadie lo veía torcido pero nadie lo contradijo llamaron al técnico para ajustarlo daniela se sentó en una mesa sacó su espejo y empezó a retocarse el
maquillaje murmuró que el salón le parecía chico que esperaba más una de las organizadoras nerviosa le dijo que habían seguido sus indicaciones al pie de la letra daniela sonrió falso y siguió con su delineador para ella todos eran muebles ni siquiera personas gerardo recibió una llamada era un empresario de Monterrey habló fuerte como si quisiera que todos lo escucharan dijo que estaba harto de gente inútil que si no cerraban el trato esa noche lo iba a hacer con otra empresa cortó la llamada y soltó el
celular sobre la mesa se sirvió otro whisky y le pidió a uno de los meseros que le trajera hielo pero lo hizo de mala gana como si le costara decir por favor esa tarde en menos de 3 horas todo el hotel giraba alrededor de él lo que él decía se hacía si pedía algo corrían si no le gustaba lo cambiaban y si alguien se equivocaba ya sabían que al día siguiente estarían buscando trabajo nadie quería quedarse sin chamba así que todos caminaban rápido miraban al suelo y tragaban sus nervios mientras tanto Julia limpiaba el
área de los elevadores del piso 17 no había visto aún a Gerardo pero ya sabía que estaba ahí se sentía en el aire todos andaban tensos todos querían que pasara la noche sin problemas lo que nadie sabía era que por un comentario que estaba a punto de soltar alguien del equipo todo iba a cambiar porque el pianista aún no había llegado y a Julia que estaba barriendo sin meterse con nadie le iban a arruinar la noche sin aviso a las 6:20 de la tarde ya estaban todos los meseros formados revisando que la corbata estuviera derecha y que el mandil no tuviera manchas el salón
diamante olía a flores frescas y a nervios los organizadores caminaban de un lado al otro con las caras sudadas revisaban luces el audio la disposición de las mesas un chef gritaba desde la cocina que la salsa se había cortado otro pedía más hielo y un mesero se desmayó del calor pero todo eso era normal en un evento así lo que no era normal era que el piano siguiera sin pianista faltaba poco más de una hora para que llegaran los invitados la música de fondo no era suficiente gerardo había pedido que alguien tocara en vivo durante la cena y que luego si se le antojaba hiciera una
segunda presentación como acto especial todo estaba armado para que el piano brillara al centro del salón pero el músico no había llegado a las 6:30 uno de los asistentes de Gerardo recibió una llamada se alejó unos pasos contestó con el ceño fruncido y después regresó al grupo con una cara que parecía de luto dijo que el pianista había chocado en periférico que estaba bien pero tenía el brazo derecho lastimado no iba a poder tocar esa noche lo llevaron al hospital directo no había forma de que llegara el silencio entre
los organizadores fue de pánico uno preguntó si se podía poner una pista grabada otro dijo que mejor contratar un DJ de última hora otro más sacó su celular y empezó a llamar desesperado a todos los contactos que tenía en la agenda nada funcionaba era tarde nadie llegaría a tiempo y Gerardo no aceptaba excusas el encargado del audio un chavo flaco con cara de que no dormía desde ayer soltó de golpe oye ¿y si le pedimos a la chava esa la de limpieza la que toca el piano nadie entendió de qué hablaba él
explicó que un par de veces la había visto tocar después de los eventos nunca había dicho nada porque no quería meterla en problemas pero juraba que sabía tocar bien una supervisora que andaba con una libreta en la mano se le quedó viendo como si se hubiera vuelto loco julia la de mantenimiento el del audio asintió con la cabeza sí ella toca mejor que el tipo ese que se accidentó te lo juro no está inventado la he escuchado yo solo uno de los organizadores se rió pero otro el que estaba más desesperado dijo que no perdían nada con intentarlo
si servía servía y si no pues ya se habían quedado sin opciones nadie iba a ir a decirle a Gerardo que el piano iba a estar de adorno no si querían seguir trabajando ahí mañana así que fueron por ella julia estaba atrapeando el piso 14 justo afuera de uno de los salones de juntas llevaba los audífonos puestos con la música bajita por eso no escuchó cuando la llamaron al principio cuando al fin levantó la vista vio a una supervisora y a un organizador que no conocía muy bien los dos con cara de urgencia oye Julia necesitamos que bajes
al salón diamante ahorita ella se quitó los audífonos no entendía nada pasó algo nada grave pero tú sabes tocar el piano ¿no julia se quedó congelada su primer instinto fue negarlo todo decir que no sabía que se habían confundido que ella solo lo hacía por diversión por desahogo pero no alcanzó ni a abrir la boca la supervisora ya la estaba empujando suavemente hacia el elevador no es pregunta Julia ya nos dijeron que sí sabes y no hay tiempo necesitamos que lo toques tú julia sintió cómo se le iba la sangre a los pies entró al elevador con el corazón en
la garganta ¿quién había dicho eso ¿por qué lo habían soltado justo ahora ¿y qué se suponía que iba a hacer ella frente a toda esa gente rica y elegante pero yo no tengo ropa ni sé que tengo que tocar balbuceo no importa n más siéntate y toca algo lo que tú sepas lo que te salga y si no les gusta pues ya veremos pero si no haces nada Gerardo va a explotar y si explota explota con todos el elevador llegó al piso del salón julia salió con las de piernas temblorosas tenía las manos sudadas el cabello recogido con un pasador mal puesto y la
blusa de trabajo manchada de cloro se sintió como un pez en medio de un incendio todo brillaba demasiado había gente arreglando centros de men incientos mesa acomodando las copas limpiando el piano uno de los asistentes de Gerardo la miró de arriba a abajo no dijo nada solo le señaló el banco del piano con la barbilla julia caminó hasta ahí como si fuera al patíbulo se sentó y vio sus propias manos no podía dejarlas de temblar una señora que parecía encargada de imagen le trajo un chal negro y se lo puso encima no servía de mucho pero al
menos ya no se le notaban las manchas del uniforme otra empleada le amarró el cabello en una coleta más firme y uno de los meseros le ofreció agua julia apenas dio un sorbo y entonces apareció Gerardo entró con paso firme como siempre acompañado de Daniela y de dos empresarios que traía de visita todos se detuvieron al ver a Julia sentada frente al piano gerardo frunció el ceño se acercó al encargado del evento y le preguntó en voz baja qué estaba pasando el encargado le explicó rápido lo del accidente y la alternativa improvisada gerardo no dijo nada se
quedó mirando a Julia con una sonrisa ladeada como si le divirtiera como si fuera un juego daniela soltó una risa corta y se inclinó a decirle algo al oído pero él la ignoró “bueno,” dijo Gerardo en voz suficiente para que se escuchara en todo el salón vamos a ver qué tanto puede hacer la señorita julia sintió que todo el cuerpo se le apretaba respiró profundo cerró los ojos colocó las manos sobre las teclas no tenía partitura no tenía plan solo sabía que si no tocaba algo se iba a quedar paralizada frente a
todos y tocó julia tenía los dedos en el piano apenas tocando las teclas como si fueran agua helada no podía pensar en nada solo escuchaba su respiración cortada y el silencio incómodo del salón delante de ella un mar de mesas con manteles blancos copas brillando bajo la luz y gente elegante empezando a acomodarse al fondo Gerardo Alcázar recargado con los brazos cruzados y Daniela sentada con una pierna sobre la otra mirándola como quien ve una cucaracha en una vitrina vamos muchachita” dijo Gerardo con tono burlón “queremos escuchar ese gran
talento de la zona de lavandería.” Algunas risas se escaparon entre los invitados que ya estaban entrando una mujer se cubrió la boca para disimular un hombre le comentó algo a su esposa y ella soltó un ayo como con asco julia no sabía si era sudor o miedo lo que le corría por el cuello pero le ardía la cara las piernas le temblaban tanto que pensó que se iba a caer del banco no tenía partitura no tenía nada ensayado solo tenía sus manos y la presión de decenas de ojos encima de ella daniela cruzó los brazos y soltó
una frase apenas en voz baja pero lo suficientemente fuerte para que algunos la escucharan a ver si al menos sabe dónde está el dopun otra risa más julia tragó saliva recordó la primera vez que tocó ese piano fue una noche después de una boda cuando todos se habían ido había una servilleta manchada de vino sobre el teclado y una flor marchita en el atril ahí nadie la veía ahí podía ser libre ahora era diferente ahora la usaban como broma como entretenimiento de ricos aburridos cerró los ojos contó hasta
tres pensó en su abuela en sus manos arrugadas en sus palabras cuando la escuchó tocar por primera vez tienes algo en las manos Julita no dejes que se te apague y con eso en la mente apretó las teclas al principio fue lento dudoso como si el miedo todavía estuviera sentado a su lado pero en segundos la melodía empezó a fluir no era una pieza clásica de esas que ponen en las películas era algo que ella había creado mezcla de lo que escuchaba en los videos lo que recordaba de las clases de música en secundaria y lo que le salía
del alma tenía fuerza tenía algo real el salón empezó a callarse uno por uno los murmullos bajaron los meseros se detuvieron una copa quedó a medio servir la gente volteaba hacia el piano con la cara de quien no sabe si está escuchando algo de verdad o es su imaginación julia seguía tocando sus dedos ya no temblaban ahora se movían como si tuvieran vida propia el ritmo subía bajaba se estiraba y regresaba era como si contara una historia sin palabras como si sacara todo lo que tenía guardado y no lo hacía por ellos no lo hacía por Gerardo ni por Daniela ni por
los que se habían reído lo hacía por ella por lo que valía por lo que le habían quitado con las burlas y los silencios en un rincón del salón una señora mayor se limpió una lágrima un joven empresario grababa con su celular sin disimular incluso uno de los chefs salió de la cocina con la cuchara en la mano y se quedó parado mirando con la boca entreabierta gerardo no decía nada estaba con la mirada fija en Julia ya no con esa sonrisa burlona sino con el ceño apretado como si no entendiera lo que estaba viendo como si algo dentro de él se le hubiera
volteado daniela lo notó lo miró de reojo le dio un codazo Gerardo no respondió ni parpadeaba julia terminó la pieza con una nota suave dejó las manos en el aire por un segundo luego bajó lentamente los brazos el salón quedó en silencio por un momento de esos silencios raros que no sabes si son buenos o malos y luego un aplauso uno solo de alguien al fondo después otro y otro y de pronto todo el salón aplaudiendo no eran aplausos falsos no eran por compromiso eran de verdad de esos que te calan en el pecho julia no sabía qué hacer se quedó
sentada sin moverse con la mirada en el suelo alguien se acercó y le pidió su nombre otro preguntó si daba clases un productor musical que estaba entre los invitados se levantó de su mesa y caminó directo hacia ella le dio su tarjeta daniela apretó la mandíbula ¿quién la trajo le dijo al asistente más cercano ¿quién pensó que era buena idea subirla ahí fue por el accidente del pianista” respondió el asistente bajito no había otra opción daniela se levantó de su silla y fue directo hacia Gerardo lo jaló del brazo “¿qué es esto ¿vas a dejar que se te suba encima una
empleada?” Gerardo la soltó con calma sino pero firme toca mejor que cualquiera que hayamos contratado eso fue todo lo que dijo julia bajó del escenario como pudo las piernas le temblaban otra vez pero por otra razón un mesero le sonrió al pasar otro le dijo que había sido hermoso uno de los chefs le guiñó el ojo por primera vez no era invisible por primera vez no era solo la de la limpieza justo en ese momento sin esperarlo Gerardo se le acercó ella pensó que iba a felicitarla que le iba a dar la mano o algo pero lo único que hizo fue mirarla de cerca con los ojos
entrecerrados te espero mañana en mi casa a las 6 julia lo miró sin entender ¿para qué para que toques otra vez yo decido cuando terminas se fue así sin más daniela lo siguió con pasos duros julia se quedó parada con la boca entreabierta no sabía si eso era un premio una orden o una trampa solo sabía que su vida acababa de dar un giro que no entendía todavía no julia no entendía bien qué acababa de pasar todavía sentía las manos calientes los oídos como tapados y el pecho latiéndole con fuerza todo el mundo la
había aplaudido le habían dicho cosas bonitas le sonrieron hasta la invitaron a una copa de vino pero en su cabeza solo retumbaban las palabras de Gerardo “te espero mañana en mi casa a las 6 yo decido cuándo terminas.” No fue una invitación no sonó como un favor fue una orden fría igualita a las que daba cuando mandaba cambiar todo de lugar solo porque sí se fue directo sin mirarla otra vez daniela iba atrás de él furiosa mascando palabras entre dientes uno de los empresarios que lo acompañaba dijo en voz alta que la chica del piano era mejor que el músico original daniela
fingió una risa pero se le notaba la molestia en cada gesto hasta caminaba distinto como si se estuviera conteniendo de no gritar ahí mismo julia bajó del escenario despacio no sabía qué hacer regresar a la cocina irse al vestidor quedarse ahí parada sentía que sus pies no la obedecían un mesero le ofreció una copa de agua otro le dio una servilleta alguien sin decirle nada le dio una tarjeta blanca con letras doradas juan Carlos Medrano productor musical ni siquiera alcanzó a agradecer todo el salón seguía en movimiento
invitados platicando otros tomándose selfies música ambiental sonando de fondo pero algo se había roto el ambiente ya no era el mismo era como si todos supieran que acababan de ver algo raro algo que no estaba planeado algo que se había colado por la grieta julia se sentó un momento en una esquina del salón cerca de una planta decorativa se acomodó el chal en los hombros y bajó la mirada no podía dejar de pensar en su abuela en lo que diría si la hubiera visto “mira nomás mi niña la gente rica aplaudiéndote.” Se le hizo un nudo en la garganta una señora mayor vestida con un
traje azul cielo y muchos collares se le acercó despacio le preguntó su nombre y le dijo que su interpretación le había tocado el alma que hacía años no sentía algo así con una melodía le dio las gracias y se fue luego se acercó un chavo de unos 20 años de lentes y corbata chueca que solo dijo “No manches tocaste brutal.
” Julia sonríó sin saber bien qué responder el productor el tal Juan Carlos regresó le preguntó si tenía redes sociales si tenía grabaciones julia negó con la cabeza le dio pena admitir que no tenía ni teléfono propio él le anotó un número en un servilletero y le dijo que lo llamara al día siguiente que quería hablar con ella con calma luego se fue a hablar con otros invitados julia se guardó el papel en la manga apretándolo con cuidado del otro lado del salón Gerardo había vuelto se había acomodado en su mesa principal rodeado de sus invitados de confianza reía fuerte brindaba pero de
vez en cuando volteaba hacia donde estaba Julia como si pensara en otra cosa daniela lo miraba con rabia cada vez que veía sus ojos desviarse hacia la muchacha del piano su ceja temblaba julia no aguantó más y se fue al área de empleados entró por la puerta trasera y bajó al sótano donde guardaban los carritos de limpieza ahí entre botes de cloro se sentó en una caja de refrescos vacía respiró hondo recién ahí sintió el cuerpo tenía los pies adoloridos la espalda tensa y los ojos picándole del cansancio no sabía si lo que acababa de pasar era bueno o malo pero era distinto
algo cambió el teléfono de la cocina sonó uno de los cocineros contestó y gritó su nombre julia fue hasta allá la llamaban de recepción un tal señor Alcázar había dejado instrucciones al día siguiente un chóer pasaría por ella a las 5:30 de la tarde no le dieron más detalles colgó y se quedó un momento viendo la nada nadie la obligaba a ir pero tampoco sentía que pudiera decir que no cuando terminó su turno ya casi eran las 11 de la noche tomó sus cosas saludó a los guardias y salió a la calle el aire le pegó en la cara como una cachetada empezó a caminar hacia el metro Tacuba ahí agarraría el camión a
su colonia le dolía todo pero por dentro tenía una chispa pequeña frágil como si algo se hubiera encendido y no supiera todavía para qué servía ya en el camión mientras pasaban las calles oscuras y los semáforos sin funcionar sacó la tarjeta del productor la miró con miedo ¿qué iba a decirle ¿qué le iban a pedir ¿y si era una broma ¿y si solo lo decían por quedar bien llegó a su casa casi a medianoche abrió la puerta sin hacer ruido su abuela dormía en el sillón con la televisión prendida abajito julia la
tapó con una cobija se fue al baño se lavó la cara y se miró al espejo ahí en ese reflejo se dio cuenta de que no era la misma algo había cambiado en su mirada en cómo respiraba se acostó cenar con el corazón latiéndole todavía como si estuviera tocando y en medio del silencio de la madrugada entendió que esa noche ya no era una más había cruzado una línea no sabía a dónde la llevaba pero ya no podía volver atrás al día siguiente Julia se despertó antes de que sonara la alarma tenía el estómago revuelto y un dolorcito en el cuello de tanto apretar
los dientes en la noche su abuela todavía dormía así que se levantó despacio para no despertarla se metió al baño y se miró al espejo las ojeras se le marcaban más que nunca pero también había algo en su cara que no estaba ayer una mezcla rara entre miedo emoción y duda se lavó los dientes sin dejar de pensar en lo que había pasado en los aplausos en el silencio justo antes de que todos empezaran a aplaudir en la cara de Gerardo en la orden que le dio en la tarjeta del productor que tenía guardada dentro del cajón donde guarda
sus ligas para el pelo sacó la tarjeta la miró un rato le dio la vuelta no se animaba a marcar no todavía pasó la mañana limpiando la casa haciendo café para su abuela y tratando de pensar en otra cosa su abuela le preguntó si había trabajado mucho en la noche y Julia solo respondió que sí que había sido un evento largo no le dijo nada del piano ni de la gente ni de que la habían aplaudido menos de que un millonario la había citado en su casa como si fuera su propiedad a la 1 de la tarde mientras lavaba los platos le sonó el celular
no era suyo era el viejo Nokia que le prestaba a su primo para emergencias era el número del hotel contestó con el corazón acelerado era Mario el guardia que le dijo que la buscaban que una señora elegante había llegado preguntando por ella que le había dicho que estaba impresionada con lo de anoche julia no entendía quién era por qué la buscaba mario solo dijo que dejó su tarjeta que preguntaba si podía visitarla de nuevo que quería hablar sobre un proyecto musical julia colgó confundida eso ya era la segunda tarjeta en menos de 24 horas volvió a su cuarto y se sentó en
la cama sacó las dos tarjetas las puso una junto a la otra sentía como si estuviera jugando a algo que no conocía como si fuera un rompecabezas con piezas que no encajaban la cabeza le daba vueltas el corazón también a las 4:30 se puso el único pantalón que no tenía manchas una blusa gris sin arrugas y se peinó lo mejor que pudo se miró al espejo otra vez se veía normal como siempre pero por dentro no lo estaba a las 5:30 en punto una camioneta negra se estacionó frente a su casa no era cualquier carro era de esos que se ven
en las películas un chóer se bajó y dijo su nombre con respeto le abrió la puerta como si fuera una señora importante julia subió sin decir nada el chóer le dijo que iban a la casa del señor Gerardo Alcázar que estaba en las lomas el camino fue silencioso ella iba pegada a la ventana viendo pasar las calles las tiendas la gente su ciudad la de todos los días parecía lejana ahora como si estuviera viendo la vida de otra persona cuando llegaron a la colonia se dio cuenta de que nunca había estado ahí casas
gigantes con bardas más altas que los postes de luz cámaras en cada esquina y jardines tan grandes como parques la camioneta entró por una reja automática el chóer bajó y le abrió la puerta una señora con uniforme la recibió en la entrada le dijo que el señor estaba por llegar que podía esperar en el piano el piano otra vez julia entró a la sala y se quedó sin palabras no era como en el hotel era más grande más elegante pero a la vez más fría todo estaba tan perfecto que parecía falso el piso brillaba las cortinas eran
pesadas los cuadros eran enormes y no entendía ninguno en una esquina estaba el piano más nuevo que el del hotel negro brillante y enorme le dieron agua se sentó esperó pasaron 10 minutos luego 20 a la media hora Gerardo entró como si nada traía el celular en la mano hablando de negocios sin mirar a Julia se sentó en un sillón dio instrucciones rápidas por teléfono colgó y por fin volteó “toca” dijo sin moverse julia tragó saliva “¿qué quiere que toque?” Lo que sea solo toca ella se acomodó en el banco colocó las manos y
empezó no sabía qué esperar no sabía si estaba ahí porque le había gustado como tocaba o porque quería reírse de ella otra vez pero igual lo hizo tocó gerardo la observaba esta vez sin sonreír con atención no decía nada no se movía no se burlaba solo la escuchaba cuando terminó el silencio fue largo incómodo julia no sabía si debía hablar o quedarse callada ¿quién te enseñó eso preguntó él por fin nadie aprendí sola por videos con un teclado que me prestaban gerardo se pasó una mano por la cara luego se
levantó quiero que vengas tres veces por semana a esta hora quiero que sigas tocando quiero ver hasta dónde puedes llegar julia lo miró sin entender ¿y por qué él la miró de frente no con lástima no con ternura con algo más raro como si la estuviera midiendo porque no sé qué tienes pero me dan ganas de averiguarlo y se fue así como llegó sin despedirse sin dar más explicaciones julia se quedó sola otra vez frente al piano solo que ahora todo era distinto fuera en ese mundo que parecía lejano ya empezaban a hablar de ella lo que no sabía era que alguien más
alguien con rencor y celos en el corazón también había estado viendo escuchando y planeando su próximo paso julia volvió a su casa con la cabeza hecha un lío el chóer la dejó en la esquina sin decir mucho como si esto fuera lo más normal del mundo pero ella se bajó temblando miró la puerta de su casa por un rato antes de entrar le costaba trabajo creer que acababa de estar en una mansión enorme tocando un piano de lujo para un millonario que apenas sí le hablaba pero que la escuchaba como si estuviera buscando algo en cada nota era raro muy
raro su abuela estaba en la sala viendo una novela repetida julia le dijo que se había quedado más tarde en el trabajo que la habían mandado a hacer un favor extra no dijo más no sabía cómo explicarle todo eso sin sonar loca subió a su cuarto y se acostó sin cenar pero tampoco pudo dormir cada vez que cerraba los ojos veía la cara de Gerardo tan seria tan difícil de leer y escuchaba su voz diciéndole que tenía algo que quería ver hasta dónde podía llegar por qué a él le importaba eso qué quería realmente pasaron dos días julia volvió a trabajar como siempre pero el ambiente
ya no era igual algunos empleados la saludaban con una sonrisa distinta más grande otros la miraban de lejos como si ahora fuera algo más que la de limpieza hasta la supervisora la trató con un poco más de respeto aunque seguía dándole la misma carga de siempre mario el guardia de la entrada le dijo “Te luciste morra y eso que nadie daba un peso por ti ella se rió aunque no sabía si eso era bueno o malo el tercer día a las 5 de la tarde otra vez llegó la camioneta julia subió con más dudas que antes esta vez llevaba en la mochila una
libreta donde había anotado algunas canciones que le gustaban no sabía si iba a tener chance de tocar algo de eso pero por si acaso el chóer fue igual de serio que la vez anterior ni una palabra de más cuando llegó una empleada la hizo pasar directo al estudio no era el mismo cuarto de antes era una habitación más pequeña con ventanas grandes una mesa con café recién hecho y otra vez un piano enorme en una esquina gerardo estaba sentado en un sillón de cuero leyendo unos papeles ni volteó a verla cuando entró
solo levantó la mano señalando el piano julia se acercó y se sentó esta vez no necesitó que le dieran la orden empezó a tocar despacio algo suave improvisando notó que Gerardo cerró los ojos por un momento no dormido no aburrido como si lo necesitara cuando terminó él se levantó y fue directo a ella puso los papeles sobre el piano la miró serio quiero proponerte algo julia lo miró esperando no sabía si asustarse o emocionarse quiero que vengas aquí tres veces por semana vas a tocar vas a practicar y voy a traerte a un maestro para que te entrene alguien bueno pero
no gratis a cambio tú vas a presentarte en algunos eventos que yo organice vas a tocar cuando yo lo diga ella frunció el seño como entretenimiento él levantó una ceja no como parte del programa como artista pero sí lo decido yo tú pones la música yo pongo todo lo demás julia dudó ¿y por qué yo porque nadie más me hace sentir lo que tú haces cuando tocas porque te escuché una vez y no he podido sacarlo de la cabeza eso la descolocó no esperaba esa respuesta era la primera vez que él decía algo personal algo
real ¿y qué gana usted con esto gerardo se encogió de hombros no lo sé todavía pero quiero averiguarlo julia se quedó callada no confiaba en él no del todo pero tampoco podía ignorar lo que eso significaba un maestro tiempo en un piano bueno un trato era más de lo que ella había soñado pero también sabía que nada venía gratis no soy un objeto le dijo de golpe no voy a dejar que me use para presumir él sonríó apenas lo sé por eso estás aquí y así quedó el trato sin contratos sin papeles solo palabras pero en la cara de Gerardo había algo claro él estaba acostumbrado a que la gente le dijera que sí y ahora por
primera vez alguien le ponía condiciones julia se fue esa tarde con la cabeza a 1 no sabía si había hecho bien o mal pero una cosa era segura ya no había vuelta atrás y mientras salía por la puerta principal Daniela la observaba desde la planta alta de pie callada con los brazos cruzados y una sonrisa torcida porque mientras todos se fijaban en Julia ella ya tenía su plan nadie iba a robarle la atención de Gerardo nadie julia llegó a la mansión un lunes por la tarde con el estómago apretado y la cabeza llena de dudas el chóer ya la conocía pero no le
hablaba mucho solo bajaba le abría la puerta y le hacía una seña con la mano como diciendo “Ya sabes el camino desde la primera vez que pisó esa casa algo se sentía fuera de lugar era todo tan grande tan limpio tan callado que uno caminaba como si fuera a romper algo con solo respirar ese día no fue la excepción apenas entró la misma señora de uniforme le dijo que el señor Alcázar estaba en una junta y que debía esperarlo en el estudio julia asintió pero antes de llegar al cuarto escuchó unos pasos que venían bajando de la escalera eran rápidos firmes con esos tacones que
anuncian a alguien antes de que aparezca era Daniela vestida como siempre impecable con un conjunto blanco que parecía sacado de una revista y un perfume tan fuerte que se sentía desde 3 m la vio de pies a cabeza sin disimulo con esa mirada que no necesita palabras para dejarte claro que no te quiere ahí ah mira la pianista dijo con una sonrisita julia se quedó callada daniela bajó el último escalón despacio como si se estuviera preparando para soltar algo más y lo hizo no creas que porque tocaste una canción bonita ya eres alguien especial aquí la gente entra por
la puerta pero también sale por ella cuando el señor se aburre julia apretó los labios no iba a responder no tenía sentido y te lo digo porque ya vi este show antes tú no eres la primera que se cree la revelación del momento así que mejor no te emociones agregó Daniela acercándose un poco más sin quitar esa sonrisa julia respiró hondo no estaba acostumbrada a enfrentarse con ese tipo de gente pero tampoco era tonta le sostuvo la mirada y solo dijo “Yo no me creo nada no más vine a tocar daniela se rió bajito pues que así se quede porque
cuando esto se acabe yo sí voy a seguir aquí y se fue julia entró al estudio con el corazón latiéndole fuerte se sentó frente al piano y empezó a tocar para calmarse pero no podía concentrarse las palabras de Daniela le daban vueltas en la cabeza no sabía si eran celos envidia o solo pura mala leche pero sí le quedaba claro que no la quería cerca y que haría lo que fuera por sacarla de ahí a los 20 minutos llegó Gerardo llevaba el saco colgado del brazo una carpeta en la mano y cara de cansado ni saludó solo le preguntó si había practicado julia dijo que sí
él asintió se sirvió un café y le pidió que tocara algo nuevo ella tocó nada del otro mundo algo que había compuesto en su cabeza mientras iba en el camión pero él la escuchó como si fuera una sinfonía eso era lo raro con él cuando la escuchaba no hablaba no se movía no revisaba el celular solo se quedaba ahí atento cuando terminó Gerardo le dijo que su maestro llegaría esa misma semana que lo había traído desde Guadalajara que era bueno exigente y que no iba a tratarla con suavidad por ser novata julia sintió un nudo en el
estómago no sabía si estaba lista para eso pero tampoco quería echarse para atrás antes de irse Gerardo le preguntó algo que no esperaba ¿cómo se llama esa pieza que acabas de tocar julia se sorprendió no tenía nombre solo salió se encogió de hombros no sé no le puse nombre piénsalo si vas a componer tus piezas necesitan identidad julia solo asintió cuando se estaba despidiendo cruzó otra vez con Daniela esta vez fue peor daniela estaba hablando con una amiga por videollamada desde el sillón de la sala al ver a Julia pasar bajó el volumen del celular y le dijo a su
amiga “Ahí va la protegida del patrón seguro pronto la pone a dormir en su cuarto.” Julia no dijo nada caminó derecho hasta la puerta el chóer ya la esperaba pero el aire dentro de esa casa pesaba más cada vez pasaron los días el maestro llegó se llamaba Ernesto y tenía unos 50 y tantos no era amable pero tampoco grosero directo le corregía cada nota le marcaba el ritmo le repetía las frases como si ella fuera una niña al principio Julia se sintió chiquita pero luego empezó a entender lo que él le pedía no era por hacerla
sentir mal era por mejorarla y cuando eso pasó el miedo se fue cambiando por respeto gerardo pasaba de vez en cuando a escuchar no hablaba mucho solo decía cosas como “Esa parte suena mejor” o otra vez esa entrada pero escuchaba de verdad y eso aunque fuera raro le daba a Julia una extraña seguridad en esa casa todo era frío elegante y duro pero cuando tocaba algo se aflojaba pero el ambiente con Daniela seguía tenso cada vez que podía dejaba un comentario pasivo una mirada venenosa una indirecta que no tenía nada de
indirecta una vez entró al estudio a media práctica y soltó perdón pensé que esto era una casa no una escuela de barrio ernesto ni la volteó a ver julia apretó los dientes y siguió tocando otra vez la encontró en el pasillo te estás ilusionando ¿verdad le dijo Daniela de golpe casi al oído pero recuerda que él siempre se aburre y cuando lo haga te vas a ir sin nada como todas julia no respondió no iba a darle ese gusto pero por dentro el miedo estaba no por Daniela sino por todo eso que se estaba armando sin que ella lo pidiera un maestro un trato una rutina
en una mansión y la mirada de Gerardo esa que no decía nada pero lo decía todo lo que Julia no sabía era que mientras trataba de entender su lugar en ese mundo Daniela ya había empezado a mover piezas en su contra y no lo hacía sola daniela se levantó ese día con una sola idea en la cabeza sacar a Julia de la casa de la vida de Gerardo y de todo lo que oliera a atención que no fuera para ella no aguantaba un día más viendo como esa muchachita de barrio entraba y salía como si nada como si no fuera una
intrusa como si tuviera derecho desde que Julia había empezado a ir con regularidad a la mansión todo había cambiado gerardo ya no era el mismo antes cuando Daniela hablaba él la escuchaba ahora apenas le respondía se encerraba en el estudio cancelaba planes y lo peor hablaba de música de música un tema que a Daniela le aburría desde niña pero ahí estaba escuchando a esa chamaquita tocar como si fuera la octava maravilla así que no pensaba quedarse de brazos cruzados lo primero que hizo fue hablar con el personal de la casa no directo claro daniela era experta en
manipular sin parecer que lo hacía le ofreció dinero a la cocinera para que le contara todo lo que veía “solo cuéntame si se dicen algo raro si la trata distinto si se queda más de lo normal” le dijo fingiendo una sonrisa amable a la muchacha que limpiaba los pasillos le prometió regalarle ropa de marcas y le avisaba cada vez que Julia pisara la casa y con el jardinero fue más directa dime todo lo que escuches o veas y te paso 1000 pesos cada viernes luego fue por algo más sucio una tarde cuando Julia había terminado su práctica y se iba Daniela aprovechó para entrar al estudio mientras el maestro
Ernesto hablaba por teléfono en la terraza sacó su celular lo puso en modo video y apuntó directo al atril del piano julia había dejado su libreta ahí una libreta vieja con hojas dobladas donde escribía melodías letras de canciones y frases sueltas que se le ocurrían mientras tocaba daniela no la abrió con cuidado le tomó fotos a todo a todas las hojas una por una después cerró la libreta y salió como si nada esa misma noche subió una de las páginas a redes sociales pero no como una muestra de talento ¿no les tomó foto a la hoja más
desordenada donde Julia había escrito una canción con una letra temblorosa con tachones con frases mal redactadas y la subió con este mensaje cuando alguien sin educación quiere ser artista aplaudimos esto también usó una cuenta falsa pero no necesitó más la imagen se empezó a mover rápido se compartía con comentarios burlones la gente se reía hacían memes nadie sabía quién era la autora pero bastaba con una mirada para notar que se trataba de alguien sin estudios sin técnica sin experiencia exactamente lo
que Daniela quería que pensaran julia se enteró al día siguiente ernesto fue quien se lo dijo le mostró el post en su celular mientras ella afinaba el piano esto es tuyo julia se quedó helada reconoció la hoja era su letra su canción su libreta sintió como si le arrancaran algo por dentro no por la burla no por los comentarios feos sino porque habían entrado a su espacio a lo más suyo lo que escribía sola sin mostrárselo a nadie y ahora estaba fuera expuesto como si fuera basura salió del estudio sin decir una palabra caminó hasta el
vestíbulo furiosa pidió hablar con Gerardo él no estaba lo habían llamado a una junta de emergencia daniela casualmente sí estaba bajó en bata de seda como si no supiera nada ¿todo bien pianista preguntó con esa voz falsa julia no respondió oh ya viste lo que publicaron qué feo ¿no la gente es bien cruel a veces es mejor no intentar ser lo que no se es ahí Julia supo que había sido ella no tenía pruebas pero no las necesitaba se lo veía en los ojos en la manera en que se relamía el veneno esa noche Julia volvió a casa sintiéndose vacía no le contó nada a su
abuela no quería preocuparla se encerró en su cuarto y rompió varias hojas de su libreta las hizo bolita y las lanzó contra la pared pensó en dejar todo en no volver ¿para qué para que la siguieran humillando para que la usaran para que se rieran de ella pero entonces se acordó de algo de la señora que la había felicitado en el evento del productor que le dio su tarjeta de Ernesto que a pesar de ser estricto la trataba con respeto y de Gerardo de cómo la miraba cuando tocaba no con lástima no con burla con interés como si de verdad creyera que
tenía algo valioso entre las manos y aunque no confiaba del todo en él eso le daba fuerza así que al día siguiente se levantó temprano se peinó con más calma se puso una blusa sin manchas y metió su libreta en la mochila iba a volver no por Gerardo no por el trato por ella por lo que había dentro de sus dedos por lo que nadie podía robarle ni aunque se burlaran ni aunque se metieran en sus cosas mientras tanto en la mansión Daniela se enteraba de que Gerardo había visto el post que no se rió que no le hizo gracia
que llamó al encargado de seguridad y pidió revisar las cámaras y eso a Daniela le apretó el pecho por primera vez porque si había algo que Gerardo no soportaba era que alguien hiciera trampa a sus espaldas julia llegó a la mansión diferente ya no era la misma que entró por primera vez con miedo de pisar donde no debía ahora entraba con la cara seria los ojos firmes y la libreta bien guardada en la mochila todavía le dolía lo que había pasado con la publicación todavía le daba coraje pero había algo dentro de ella que ya no se rompía tan fácil la señora que siempre la recibía la miró
con una mezcla de pena y respeto no le dijo nada solo le hizo una seña con la cabeza para que pasara el estudio estaba solo ernesto todavía no llegaba julia dejó su mochila junto al piano se estiró los dedos respiró hondo y se sentó a practicar cada nota que tocaba era como un golpe suave al miedo como si se estuviera limpiando por dentro no había pasado ni media hora cuando la puerta del estudio se abrió y entró Gerardo venía solo sin celular sin papeles sin la cara de trabajo que traía siempre se quedó parado en la entrada unos segundos mirando como Julia tocaba
no dijo nada hasta que terminó ¿estás bien julia volteó algo sorprendida él casi nunca preguntaba eso más o menos respondió sin mirarlo fijo gerardo caminó hasta el sofá y se sentó se quedó callado unos segundos con los codos apoyados en las rodillas como si pensara cómo empezar vi lo que subieron lo del cuaderno lo vi anoche julia bajó la mirada no fui yo,” agregó él rápido “yo casi seguro de quién sí fue.
” Julia apretó los dientes “¿y le vas a decir algo?” Gerardo se quedó pensando todavía no pero no me gusta que en mi casa se juegue sucio menos con gente que respeto julia alzó la vista en ese momento respeto pensó no se lo esperaba ¿tú me respetas gerardo asintió serio sí aunque no siempre parezca te he visto crecer en muy poco tiempo no muchos tienen eso julia se quedó callada nunca pensó escuchar algo así de su boca no sabía si creérselo o no ¿por qué haces esto preguntó entonces ¿por qué yo hay miles de chavas que tocan mejor con estudios con experiencia ¿qué gano yo
contigo ¿por qué no me dejas volver a mi vida y ya gerardo se recargó en el respaldo y la miró de frente sin dureza más bien con algo que parecía honestidad porque cuando eras tú la que estaba frente al piano sin miedo sin filtro me sentí diferente porque aunque suene raro cuando tocas me acuerdo de cosas que no recordaba desde hace años julia entrecerró los ojos ¿como qué gerardo hizo una pausa no era de contar nada siempre iba al punto al negocio al control pero ese día algo era distinto mi papá era pianista dijo al
fin uno bueno tocaba en bares en teatros pequeños no era famoso ni rico pero tenía algo en las manos algo como tú pero nunca lo valoré siempre pensé que la música era para gente fracasada yo quería poder dinero quería que dejara de vivir soñando lo presioné tanto que un día dejó de tocar y luego se fue nunca más supe de él julia lo escuchaba sin parpadear sentía un nudo en el pecho que no sabía si era por lo que le decía o por lo que significaba tú me hiciste acordarme de eso de lo que se siente cuando alguien
toca con el alma no con técnica ni con poses con el corazón y eso no lo quiero perder otra vez julia bajó la mirada no sabía qué decir gerardo no pedía lástima no lloraba no se justificaba solo lo soltó como quien quiere dejar de cargar con algo y Daniela preguntó de pronto ¿vas a seguir haciendo como que no pasa nada gerardo suspiró largo se frotó la cara con las dos manos daniela está conmigo desde hace tiempo es lista pero hace rato que esto no es una relación es rutina y la rutina es como el hielo
aguanta hasta que se quiebra julia se levantó del banco se paró frente a él pues yo no vine aquí a meterme en nada de eso yo vine porque me prometiste una oportunidad si esto se va a convertir en chismes peleas o celos mejor dime y no vengo más gerardo la miró con seriedad te prometí una oportunidad y la vas a tener con respeto con todo lo que necesites para crecer julia asintió no con felicidad con decisión entonces déjame crecer no me mires como algo raro no me cuides como si fuera de cristal déjame equivocarme
mejorar tocar como sé y si no te gusta me lo dices pero no me pongas en medio de tu drama con ella porque yo ya tengo suficientes problemas con mi vida como para cargar con los tuyos gerardo se quedó callado luego sonríó apenas asintió hecho julia volvió al piano tocó una pieza corta pero con una fuerza distinta gerardo la escuchó en silencio y al terminar se quedó sentado un buen rato mirando la nada como si se hubiera quitado un peso como si por fin empezara a entender que lo que sentía por esa muchacha no era solo admiración era otra cosa y esa otra cosa iba a cambiarlo
todo los días siguientes al acercamiento con Gerardo fueron raros para Julia raros porque por primera vez sentía que él la miraba distinto no con lástima ni como una simple empleada que sabía tocar la miraba con respeto con interés real como si de verdad le importara lo que hacía lo que pensaba lo que sentía cuando tocaba eso en su mundo era nuevo y daba miedo gerardo empezó a ir más seguido al estudio se sentaba escuchaba a veces se quedaba ahí con los ojos cerrados todo el tiempo que duraba una pieza no hablaba de negocios no daba
órdenes solo escuchaba y eso aunque no lo dijera lo acercaba cada vez más a Julia pero ese acercamiento no pasó desapercibido daniela lo notó al instante lo veía en cómo él se quedaba más tiempo en casa en cómo hablaba menos con ella en cómo ya no la miraba igual y aunque no decía nada al principio por dentro hervía se le notaba en los gestos en los comentarios malintencionados en los silencios con veneno que dejaba cada vez que Julia pasaba cerca ya no era celos era guerra y entonces pasó una noche Julia estaba sentada en su cama escuchando un audio con una de sus grabaciones lo había hecho en el estudio
con el celular de Ernesto quien le prestó un par de veces su equipo para que pudiera practicar en casa el maestro no era un tipo muy cariñoso pero confiaba en ella y eso ya era mucho mientras escuchaba le llegó un mensaje era del productor que había conocido en la gala Juan Carlos Medrano el mensaje decía que un video suyo se había viralizado que todos querían saber quién era la chica del piano julia no entendía abrió el link que le mandó y ahí estaba un video suyo tocando en el estudio grabado desde un ángulo raro como escondido se le veía concentrada tocando
con todo el cuerpo como siempre pero no era el video el problema era el texto que lo acompañaba la sirvienta pianista talento escondido en una mansión millonaria julia sintió que el piso se le iba el texto seguía hablaba de cómo había llegado a la casa insinuaba que tenía algo con el dueño decía que estaba usando su cercanía para escalar socialmente ni una palabra real todo armado para provocar para humillarla para exponerla los comentarios no tardaron algunos decían que sí que tenía talento pero la mayoría eran burlas otros hablaban de la amante del patrón
de la criada con piano de la cenicienta versión barrio era una pesadilla julia fue directo con Ernesto al día siguiente él también lo había visto estaba furioso le dijo que la grabación era claramente desde dentro de la casa que alguien la había grabado sin permiso que tenía que hablar con Gerardo pero cuando Julia fue a buscarlo él ya lo sabía gerardo estaba en su oficina sentado viendo el video una y otra vez con cara dura julia entró sin avisar él no dijo nada al verla ¿ya lo viste preguntó ella con voz firme sí respondió él sin levantar la mirada ¿y qué vas a hacer
gerardo apretó los labios cerró la laptop la miró por fin dime tú primero ¿tú lo subiste julia se quedó helada no podía creer lo que estaba escuchando ¿qué estás diciendo que fui yo no lo sé todos quieren atención ahora fama rápida ¿cómo sé que no es una estrategia para hacerte viral julia dio un paso atrás le ardieron los ojos ¿de verdad crees que yo haría eso después de todo lo que hemos hablado después de lo que te conté gerardo no respondió se levantó de su silla y caminó hacia la ventana miró hacia afuera como si eso le fuera a dar la
respuesta no sé qué pensar Julia esto nos afecta a todos a mí a ti y a mi reputación no puedo dar pasos en falso julia apretó los puños entonces no digas que me respetas porque quien respeta confía y tú me estás poniendo en la misma bolsa que todos esos hipócritas que solo quieren algo de ti él la miró por primera vez con una expresión de duda de miedo como si se diera cuenta de que la estaba perdiendo julia yo solo no Gerardo ya no digas nada voy a averiguar quién fue y cuando lo sepa me voy no quiero seguir en un lugar donde
me ven como una amenaza como una carga o como un juguete se fue sin esperar respuesta salió de la oficina con el pecho apretado nin Non non el pasillo se cruzó con Daniela que venía bajando las escaleras con su celular en la mano y una sonrisa triunfal no dijo nada solo la miró pero no hacía falta esa cara decía todo julia supo en ese instante que había sido ella que todo ese tiempo había estado esperando el momento exacto para clavar el golpe que la había estudiado medido espiado y que había encontrado la forma de hacerla ver como la culpable y
lo había logrado gerardo dudaba ernesto estaba furioso el productor le pedía que hablara con la prensa y ella sola con la cabeza hecha pedazos solo quería una cosa no rendirse porque si Daniela creía que ese video la iba a destruir se había equivocado de persona esa noche Julia no regresó a la mansión no avisó no contestó llamadas no mandó mensajes nada se fue directo a su casa en camión con la mochila colgando y el cuerpo a punto de desarmarse sentía una mezcla de rabia tristeza y decepción tan fuerte que ni
siquiera podía llorar era como si tuviera todo atorado en el pecho cuando entró a su casa su abuela estaba en la cocina tomando café con pan julia trató de actuar normal se quitó los zapatos saludó se lavó las manos y se sentó a su lado como todos los días pero su abuela la miró con esa manera que solo ella tenía no dijo nada solo le puso una mano encima y le dio una mordida al pan eso bastó julia sintió que se le aflojaba todo no lloró pero bajó la cabeza tenía ganas de gritar pero se guardó todo subió a su cuarto y sacó su
libreta no para escribir no para leer solo la puso sobre la cama la miró un rato y luego la guardó en un cajón esa libreta su refugio su espacio más íntimo se había convertido en motivo de burla para medio internet todo por alguien que no soportaba verla ahí todo por una persona que ni siquiera necesitaba competir pero lo hacía igual solo por orgullo y peor todavía Gerardo había dudado de ella eso fue lo que más le dolió podía aguantar la burla los memes las miradas raras en el hotel incluso a Daniela
diciendo tonterías en su cara pero que él después de todo lo que habían compartido la mirara con esa duda con esa desconfianza eso sí la rompió por dentro al día siguiente Ernesto le mandó un mensaje temprano le preguntó si iba a ir a clase ella no respondió después le mandó una nota de voz le decía que entendía si quería alejarse pero que él estaba de su lado y que no tenía por qué dejarlo todo por culpa de los demás julia lo escuchó en silencio con los audífonos puestos y los ojos cerrados agradecía que él creyera en
ella pero necesitaba espacio no quería volver ahí no así ese mismo día se apareció en el hotel el productor Juan Carlos Medrano no avisó no pidió cita solo llegó preguntando por ella mario el guardia bajó corriendo al área de empleados y la encontró limpiando los vidrios del segundo piso julia bajó sin saber de qué se trataba necesito hablar contigo Julia” le dijo el productor en cuanto la vio “tengo algo grande.
” Ella no sabía qué pensar juan Carlos le explicó que a pesar del escándalo o tal vez por eso mismo su nombre había empezado a sonar algunas personas en la industria querían conocerla escucharla había una audición privada la próxima semana algo discreto sin prensa nada de cámaras solo gente importante que buscaba nuevos talentos no hay promesas le dijo él pero es una puerta una que no cualquiera consigue y tú te la ganaste no con escándalos no con chismes con tu música julia se quedó callada pensó en su abuela en su papá que nunca conoció en su madre que la dejó cuando era niña
pensó en los días fregando baños en las noches tocando a escondidas en el miedo que siempre la frenaba luego pensó en Gerardo en su cara cuando la acusó en cómo se fue sin decirle nada más “¿tú crees que pueda hacerlo?” preguntó bajito juan Carlos la miró serio “yo no traigo espejitos ni sueños falsos lo que tú tienes es real pero si no te lo crees tú nadie más lo va a hacer julia se mordió el labio miró al piso luego levantó la mirada voy a ir pero sin escándalos sin favores solo quiero tocar así será le dijo él solo
música esa noche Julia llegó a su casa con una paz rara no era felicidad era como un alivio como cuando dejas de cargar algo que no te toca sabía que no iba a ser fácil que esa audición podía salir bien o mal pero no iba a dejar que la gente que Daniela que los comentarios o las dudas de Gerardo decidieran por ella ya no mientras tanto en la mansión Gerardo buscaba respuestas había revisado las cámaras hablado con el personal incluso interrogado al jardinero y todo apuntaba a lo mismo daniela ella negó todo claro puso cara de víctima lloró dijo que era un ataque
que cómo podía pensar eso de ella pero la mirada de Gerardo ya no era la misma ya no la miraba con ganas de creerle ya no era el mismo hombre que la dejaba hablar hasta convencerlo esta vez la veía con ojos fríos como si por fin estuviera viendo lo que no quería aceptar esa noche Daniela se fue de la casa por unos días dijo que necesitaba espacio que estaba dolida pero antes de irse le dejó una frase al oído a Gerardo algún día vas a darte cuenta de que ella solo te usó y se fue gerardo se quedó solo con su whisky su sala gigante y un silencio que se sentía más fuerte que
nunca gerardo llevaba tres días con la misma cara serio callado sin dar muchas instrucciones no era común el personal de la casa lo notaba el jardinero dejó de hacer ruido con la podadora la cocinera preparaba todo sin salirse de la lista nadie quería molestarlo nadie preguntaba nada solo Ernesto el maestro se atrevió lo encontró en el estudio con la luz apagada y una botella a medio terminar en la mesa “¿ya hablaste con ella?” preguntó entrando sin pedir permiso gerardo no se movió tenía la mirada fija en una hoja que Julia había dejado en el atril días antes una
melodía a medio escribir letras sin terminar no ha vuelto” dijo Gerardo “¿y tú qué esperas que ella regrese sola como si no pasó nada.” Gerardo suspiró se frotó la cara con fuerza estaba harto de todo pero sobre todo de él mismo “le fallé.” dudé de ella y ahora no tengo idea de cómo reparar eso ernesto se acercó serio pero sin miedo mira yo no tengo por qué meterme pero la conocí desde que entró por esa puerta y te lo digo sin rodeos esa niña no es como los demás ella no juega no usa a nadie no está aquí por lujo ni por fama está porque ama la música
gerardo no dijo nada solo bajó la cabeza ¿sabes cuántos como tú me han tocado siguió Ernesto gente con plata que cree que puede comprar talento respeto cariño pero esta vez tú lo tuviste sin pagar y lo arruinaste por una duda por una duda eso le dolió gerardo apretó los puños se paró de golpe y fue directo a su oficina abrió la laptop empezó a revisar de nuevo los archivos de seguridad se fue directo al día y la hora exacta en que Julia había estado sola en el estudio luego las horas siguientes ahí lo vio clarito Daniela
entrando al estudio con su celular en la mano revisando cosas tomando fotos urgando luego salió tranquila como si nada gerardo cerró los ojos con fuerza no quería que fuera verdad pero ahí estaba daniela lo había hecho había grabado el video lo había filtrado había mentido en su cara se levantó fue hasta su habitación abrió el cajón donde Daniela guardaba una caja pequeña con objetos personales dentro encontró un celular viejo lo encendió contraseña pero Gerardo no era tonto probó con la fecha de su aniversario
entró revisó la galería y ahí estaba el video guardado sin editar el archivo original no había dudas marcó a su asistente consígueme una reunión con Daniela hoy donde sea después marcó a Ernesto dame el número de Julia ¿por qué porque tengo que hablar con ella y esta vez no pienso dudar ernesto se lo dio gerardo llamó una dos tres veces correo de voz mandó mensaje nada julia no contestaba gerardo no podía con la desesperación le pidió al chófer que lo llevara a la casa de ella no le importaba cómo se viera no le importaba
lo que pensaran solo quería verla explicarle decirle todo y pedirle perdón de frente como debía ser llegó al barrio donde vivía bajo del carro caminó entre calles con baches perros sueltos y niños jugando con una pelota rota tocó la puerta nadie abrió esperó tocó de nuevo la vecina salió de su casa busca a Julita sí está salió en la mañana con una mochila dijo que tenía algo importante no dijo a dónde gerardo miró al suelo se quedó parado ahí como tonto con el corazón en la garganta todo bien con ella no sé se veía diferente como más decidida pero triste
también volvió a la camioneta en el camino de regreso no dijo una palabra pero en la mente le daba vueltas la misma frase cuando ella vuelva si es que vuelve yo no puedo volver a fallarle más tarde recibió la llamada que no esperaba daniela ¿qué quieres preguntó él seco solo saber si ya viste el video completo gerardo no respondió porque si ya lo viste sabrás que fue por tu culpa tú fuiste el que abrió la puerta yo solo la cerré tú la traicionaste le dijo él con los dientes apretados no Gerardo ella fue la que se
metió donde no le tocaba tú me hiciste a un lado tú la pusiste arriba de mí ella nunca quiso eso y aún así lo logró cortó la llamada gerardo miró al frente cerró los ojos y pensó “Daniela tenía razón en una cosa yo abrí la puerta pero también puedo volver a abrirla esta vez para arreglar lo que rompí.
” Y en algún lugar de la ciudad Julia se preparaba para la audición que podía cambiar su vida sin saber que él estaba buscándola sin saber que alguien estaba a punto de aparecer en su camino con una verdad que podía darle un nuevo giro a todo el día de la audición Julia se levantó antes de que saliera el sol no necesitó alarma no pudo dormir casi nada tenía la mente acelerada desde la noche anterior se había preparado lo mejor que pudo repasó sus piezas afinó el oído con audios viejos se vio al espejo una y otra vez intentando convencerse de que podía con esto de que merecía estar ahí se puso una blusa blanca sencilla unos pantalones oscuros sin manchas y un suéter que le prestó su prima no llevaba
maquillaje ni peinado especial ni joyas solo su cabello recogido en una coleta y las uñas cortas limpias listas para tocar juan Carlos el productor la pasó a recoger a las 9 de la mañana venía en un coche común sin chóer ni seguridad como si fuera un día normal pero Julia sabía que no lo era ¿lista le preguntó él sonriendo “más o menos,” respondió ella con el estómago hecho nudo “perfecto los que dicen más o menos son los que revientan el escenario fueron en silencio casi todo el camino julia miraba por la ventana mientras la ciudad despertaba había
tráfico vendedores ambulantes gente caminando apurada lo de siempre pero para ella ese día todo parecía distinto todo estaba más callado más lento como si el mundo se preparara para algo importante llegaron a un edificio elegante en Polanco no era un teatro ni un auditorio era una especie de centro cultural con salas de ensayo oficinas estudios de grabación entraron por una puerta lateral juan Carlos saludó a un par de personas luego la llevó directo a una sala pequeña con un piano al centro y cuatro personas sentadas en sillas como jurado
todos bien vestidos sin sonreír con carpetas en la mano julia tragó saliva le temblaban las piernas “relájate” le susurró Juan Carlos antes de dejarla sola “ellos ya escucharon mil cosas hoy lo que no esperan es sentir algo haz eso haz que sientan ella asintió y se sentó frente al piano un yha más pequeño que el de la mansión pero afinado limpio perfecto colocó las manos con cuidado respiró hondo cerró los ojos y tocó no eligió la pieza más difícil eligió una que conocía bien una que había escrito después de la primera
vez que tocó frente a Gerardo una que tenía trozos de su historia pedacitos de su abuela de su niñez de todas las veces que creyó que no podía sonaba suave al principio casi tímida luego subía se expandía se volvía firme y cuando bajaba otra vez era como si te abrazara los del jurado se miraban entre ellos uno de ellos tomó notas otro cerró los ojos otro se acomodó en la silla julia no los miraba no podía si los veía se le iba a ir el ritmo así que tocó como si estuviera sola en su cuarto como si el piano fuera suyo como si todo dependiera de ese
momento porque en el fondo así era cuando terminó el silencio fue largo julia bajó las manos lentamente no había aplausos no había reacción solo cuatro personas observándola en silencio lo siguiente fue una simple frase gracias Julia nos comunicamos contigo pronto ella asintió se levantó y salió de la sala sin decir nada juan Carlos la estaba esperando afuera ¿cómo te fue preguntó no lo sé respondió ella y no mentía salieron del edificio julia sentía que todo su cuerpo estaba flojo como si hubiera corrido un maratón juan Carlos la acompañó hasta la esquina le dijo que tenía talento que eso nadie se lo podía
quitar que si no era hoy sería mañana pero que no se rindiera julia le dio las gracias y tomó el metro de regreso a su casa no se sentía triunfadora no se sentía derrotada se sentía vacía como si hubiera soltado algo muy grande y ahora solo quedara esperar pero lo que no sabía era que no estaba tan sola como creía una hora después de su presentación Gerardo llegó al Centro Cultural no para buscarla no sabía exactamente dónde estaba pero sospechaba había hecho algunas llamadas le dijeron que Juan Carlos Medrano estaba buscando talentos para una audición privada juntó piezas y fue
cuando llegó Julia ya se había ido preguntó por ella nadie le dio respuesta directa pero alguien le dijo que una joven con coleta y mochila salió hace poco gerardo entendió todo se sentó en una banca del pasillo se quedó ahí un rato sin moverse luego fue al piano nadie lo detuvo se sentó frente a él y tocó una sola nota una sola y en su cara había una mezcla de orgullo dolor y arrepentimiento en ese momento del otro lado de la ciudad Julia caminaba hacia su casa sin saber que alguien la había seguido sin verla que alguien la había escuchado sin que ella lo notara y que esa nota esa única nota tocada en el
piano era solo el inicio de algo que estaba por volver a unir sus caminos a los dos días de la audición Julia estaba en la casa sentada con su abuela en la sala viendo la tele sin ponerle mucha atención no sabía nada aún de la audición no tenía noticias del productor ni llamadas pendientes todo estaba en pausa y eso la ponía más nerviosa que cualquier crítica había momentos en los que pensaba que ya no iba a pasar nada que todo se iba a quedar ahí como una anécdota pero luego se acordaba de cómo se sintió al tocar y se le encendía otra vez algo dentro su
abuela le decía que no se desesperara que lo bueno siempre tarda pero llega julia solo asentía mientras pelaba una mandarina a las 4 de la tarde le llegó una notificación al celular prestado era un mensaje de voz de una compañera del hotel julita no sé si ya lo viste pero te están tirando feo otra vez en redes alguien compartió unas fotos tuyas con cosas que ni al caso checa Twitter se están pasando julia se quedó quieta el pulso se le aceleró abrió el navegador buscó su nombre y ahí estaba un nuevo post desde otra cuenta falsa con varias fotos de ella en la mansión
una saliendo por la puerta de servicio otra donde se le veía de lejos en la sala de espera una más en el estudio ajustando la banquita del piano nada comprometedor pero las imágenes iban acompañadas de un texto venenoso no se dejen engañar dicen que esta niña salió de la nada pero la tienen viviendo en la mansión de Alcázar talento o cama julia sintió que el estómago se le caía no podía creer lo que leía otra vez lo mismo otra vez la historia de que todo lo que lograba era por andar con alguien como si ella no valiera por lo
que hacía como si siempre tuviera que cargar con ese juicio y ahora con fotos alguien la había estado vigilando otra vez no había que pensar mucho para saber quién estaba detrás pero esta vez Daniela no lo estaba haciendo desde la sombra estaba jugando sucio y a lo grande y lo peor era que lo hacía justo cuando las cosas empezaban a tomar forma julia cerró el celular se paró de golpe su abuela la miró preocupada ¿qué pasa mi hija nada agüe ahorita vengo salió de la casa se fue directo a la esquina y llamó a Juan Carlos le
contó todo él se quedó en silencio unos segundos no te preocupes ya me lo habían mandado estoy manejando eso ¿cómo tranquila confía en mí colgó julia no sabía si confiar o no ya no sabía qué esperar de nadie caminó sin rumbo unas cuadras pensó en ir al hotel en hablar con Ernesto hasta pensó en ir directo a la casa de Gerardo pero no quería volver a ese lugar no todavía mientras tanto en la mansión Gerardo estaba sentado en su sala viendo el post en la pantalla de su laptop sus manos estaban apretadas en puño no solo por lo que decían sino
porque ahora sí era claro que esto no era casualidad no era un malentendido alguien quería destruirla entró Ernesto al estudio con cara seria ¿ya viste esto sí respondió Gerardo sin levantar la vista ¿y qué vas a hacer ya sé lo que voy a hacer gerardo marcó a su jefe de seguridad le pidió acceso a todas las grabaciones de la casa de los últimos 10 días quería saber quién había tomado esas fotos desde qué parte a qué hora también pidió rastrear el IP de las cuentas falsas sabía que podía no ser fácil pero si alguien tenía los medios
para lograrlo era él lo que no esperaba era la llamada que recibió esa misma noche era una empleada del hotel una mujer que había trabajado con Julia durante meses y que no tenía nada que ver en el asunto pero había visto algo no me gusta el chisme señor pero siento que esto ya se pasó de la raya dime qué viste a la señora Daniela hace unos días le pagó a un fotógrafo para que se quedara cerca de la casa y tomara fotos él estaba escondido le dijo que quería documentar una mentira algo así gerardo no respondió cerró los ojos no
necesitaba más pruebas no necesitaba más explicaciones daniela lo había vuelto a hacer la llamó de inmediato le respondió con su voz falsa esa que ponía cuando fingía que todo estaba bien gerardo qué milagro ¿por qué lo hiciste ¿de qué hablas las fotos los posts la cuenta falsa ya sé todo silencio luego la risa de Daniela ay Gerardo ¿de verdad pensaste que no lo haría después de cómo me trataste después de dejarme por esa pobretona no la dejé por ella te dejé porque tú me cansaste pues te vas a cansar más cuando
esto se vuelva escándalo cuando todos tus socios se enteren de la historia de amor entre el patrón y la empleada no hay historia de amor le respondió él seco peor aún entonces solo te va a quedar la culpa cortó gerardo lanzó el celular al sofá se quedó en silencio respiró hondo luego se levantó agarró las llaves del coche y salió no le avisó a nadie solo sabía una cosa tenía que ver a Julia ya antes de que todo esto la rompiera otra vez antes de que decidiera rendirse lo que él no sabía era que Julia estaba por enterarse de todo y no
por él porque la mujer que trabajaba en el hotel la misma que llamó para avisarlo de Daniela tenía una grabación un audio y se lo iba a mandar esa noche cuando Julia lo escuchara algo dentro de ella iba a cambiar y esta vez no habría marcha atrás julia estaba sentada en el borde de su cama con el celular en la mano mirando la pantalla como si Lem hablara tenía la cara tensa el corazón latiendo rápido y las piernas inquietas el mensaje había llegado hacía 10 minutos lo había abierto pero no se animaba a darle play era un
audio 46 segundos enviado por Alma una de las chicas de intendencia del hotel que siempre había sido buena onda con ella en el texto que acompañaba al audio decía “No sé si te va a servir pero es mejor que sepas todo.” Julia respiró hondo subió el volumen le dio play la grabación no tenía mucho ruido pero se escuchaba claro era la voz de Daniela hablando con alguien tal vez con el fotógrafo decía frases sueltas pero muy directas quiero que las tomes desde afuera no te acerques lo importante es que se vea que entra y sale seguido no
pongas nombres no más que se insinúe la gente se encarga del resto julia pausó el audio lo volvió a poner desde el principio lo escuchó dos veces más no necesitaba escuchar más era Daniela Clarita planeando cómo armar el chisme cómo hacerla quedar mal cómo arrastrarla otra vez sintió una rabia mezclada con cansancio ya no era tristeza era otra cosa era esa sensación de ya basta cerró el celular se paró frente al espejo se miró directo a los ojos y dijo bajito “No más esa misma noche Juan Carlos le escribió
para avisarle que había salido muy bien en la audición que uno de los jurados un productor de eventos culturales quería reunirse con ella no para hacerla firmar nada raro no para meterla en cosas que no pudiera manejar era solo una charla para invitarla a tocar en una presentación en Coyoacán como parte de un ciclo de artistas jóvenes no era un contrato millonario ni un tour por Europa pero era algo real oficial limpio su primera oportunidad de verdad julia no lo pensó mucho acepto le respondió al productor y ahí mismo le pidió algo más puedo llevar a mi maestro claro que vaya
quien tú quieras y entonces le marcó a Ernesto “Maestro ¿está ocupado?” Depende por tengo algo que contarle se vieron al día siguiente en una cafetería cerca del metro julia le contó todo lo de la audición lo de las fotos lo del audio todo ernesto la escuchó con cara de orgullo y al mismo tiempo con ese gesto de papá molesto por lo que le hicieron a su hija cuando ella terminó él le dijo algo que no se le olvidó tú vales más que todo eso y lo estás demostrando pero acuérdate que no todo está lento también hay que tener carácter hoy lo estás sacando julia
sonrió sintió que algo se acomodaba dentro de ella el evento en Coyoacán era en tres semanas tenía tiempo para ensayar para organizarse pero más allá del evento Julia sentía que algo en su vida había girado por completo ya no dependía de nadie no de Gerardo no de un favor no de un escándalo lo que venía ahora era de ella solo de ella esa tarde al volver a su casa encontró una nota pegada en la reja era de Gerardo necesito hablar contigo te debo más que una disculpa no me rindo fácil estaré en el parque donde tocaste una vez en los columpios rotos mañana a
las 5 solo si quieres ge julia la leyó tres veces no sabía qué hacer una parte de ella quería mandarlo al otra parte lo extrañaba pero la parte que más pesaba era la que necesitaba respuestas al día siguiente fue llegó a las 5:10 gerardo ya estaba ahí sentado en el columpio solo con la misma ropa sencilla con la que casi nadie lo había visto nunca sin chóer sin guardaespaldas sin celular en la mano la vio llegar y se levantó gracias por venir” dijo él nervioso julia no respondió se paró frente a él con los brazos cruzados
“habla Gerardo” bajó la cabeza “no tengo excusas dudé de ti no me lo perdono lo sé me dejé llevar por la presión por el miedo por mi historia pero no por ti tú nunca me diste razones para pensar mal pero lo hiciste dijo Julia y eso no se borra no pero puedo hacer algo mejor que borrar aprender y no repetirlo julia lo miró seria ¿tú sabías lo del nuevo video sí y también sé que fue Daniela tengo pruebas grabaciones todo si tú quieres lo hago público no lo interrumpió no quiero más circo ya no entonces ¿qué quieres nada
ya tengo lo que necesito tengo una audición que me fue bien una presentación próxima gente que cree en mí no necesito más drama y yo Julia lo miró sin moverse tú sabrás qué haces con lo que pasó yo ya elegí lo mío se dio la vuelta y empezó a caminar gerardo no la detuvo solo la vio alejarse con una mezcla de tristeza y admiración y por primera vez entendió que el respeto verdadero no se pide se gana y ella se lo había ganado todo una semana antes de la presentación en Coyoacán Julia estaba en su casa terminando de escribir una pieza nueva
era corta pero intensa había nacido de todo lo que le había pasado en los últimos meses la humillación el miedo el coraje la música todo le puso por título La última nota no porque fuera lo último que pensaba tocar sino porque sentía que algo en ella cerraba ahí mientras practicaba le sonó el celular era Ernesto julia dijo con voz rara te tengo que contar algo es sobre Gerardo ella se quedó quieta ya no hablaban de él desde hacía días después de la charla en el parque no lo volvió a ver ernesto dudó un segundo pero luego soltó todo mira yo no sabía si decirte o
no pero Gerardo fue el que me buscó para que te enseñara me pagó desde el primer día sin que tú supieras no quería que te sintieras presionada me dijo que creía en ti y pensé que solo era uno más de esos ricos con culpa pero luego entendí que había algo más julia frunció el ceño ¿algo más sí hace dos días me pidió que lo acompañara a una casa en el centro dijo que quería enseñarme algo era un lugar viejo abandonado con un piano roto en medio del cuarto y me contó la verdad julia no decía nada esperaba su papá tocaba ahí no en bares como te dijo al principio
tocaba en lugares como ese lugares olvidados sin nombre pero donde la gente se juntaba a escuchar música porque sí porque lo necesitaban me dijo que ese piano fue el primero que escuchó en su vida que tenía 7 años que su papá tocaba con una niña sentada en las piernas su hija no su hija legal una hija que tuvo con otra mujer en secreto julia parpadeó ¿qué estás diciendo ernesto tragó saliva julia su papá era tu papá también silencio gerardo se enteró hace poco muy poco su papá le dejó una carta antes de morir le dijo que tenía otra hija que la
había dejado con una mujer del barrio que había tratado de mantenerla a la distancia pero que nunca pudo hacerlo bien en esa carta estaba tu nombre tu fecha de nacimiento tu escuela todo lo supo cuando tú ya estabas en su vida cuando ya te había escuchado tocar Julia se sentó no sentía las piernas no entendía nada ¿por qué no me lo dijo porque no sabía cómo lo rebasó porque no quería que pensaras que te apoyaba por culpa o por cargar una deuda quería saber si lo que tú tenías era real y cuando se dio cuenta de que sí se quedó en shock julia no podía hablar ernesto
siguió me dijo que había pasado toda su vida alejándose de la música porque le recordaba a su papá que lo juzgaba por eso que cuando te escuchó sintió lo mismo que de niño y no entendía por qué hasta que todo encajó ¿y ahora qué logró decir ella bajito eso lo decides tú colgó julia se quedó ahí en silencio no lloró no se enojó solo pensó por horas se le vinieron mil recuerdos que no tenía su mamá diciéndole que su papá no estuvo su abuela evitando el tema las veces que se sintió sola sin entender por qué y ahora todo eso tomaba forma la música ese amor
inexplicable por el piano ese fuego que no sabía de dónde venía gerardo no era solo el millonario que la escuchó una noche no era solo el que le dio una oportunidad era su hermano medio hermano pero hermano al fin y lo había sabido todo ese tiempo esa noche Julia escribió una carta no sabía si se la iba a dar no sabía si lo iba a buscar pero la escribió porque necesitaba sacar lo que tenía dentro gerardo me quitaste el piso sin mover un dedo y no por lo que hiciste sino por lo que no dijiste no sé si esto cambia algo
no sé si podemos recuperar lo que fuimos antes de saber la verdad pero sí sé que ahora entiendo por qué mi música te tocaba tanto no eras tú escuchándome era mi historia hablándote voy a tocar en Coyoacán como ya sabes ahí estaré si quieres ven pero no por culpa ven por lo que te mueva el corazón julia no le puso más al día siguiente se levantó temprano ensayó como nunca su abuela la abrazó fuerte antes de salir toca como si fuera lo último mi niña pero que el mundo entienda que es solo el principio julia le sonrió y se fue lo que no sabía era que esa noche al
final de su presentación algo más la estaba esperando algo que cambiaría su vida para siempre la noche del evento en Coyoacán llegó con un aire distinto no era solo por el clima fresco o el cielo despejado era por la vibra por la gente que iba llegando por cómo hablaban bajito al entrar al recinto por cómo miraban el escenario sin que empezara nada todavía algo se sentía algo iba a pasar julia llegó puntual vestía simple como siempre pero con más seguridad llevaba un vestido negro que le prestó la hija de una vecina sin brillo ni vuelo pero con la caída justa se recogió el cabello
en una trenza y no usó maquillaje su presencia hablaba sola ernesto la esperaba en la entrada del camerino tenía los ojos brillosos aunque se hiciera el fuerte “lista” le preguntó “ahora sí.” No había nervios solo una calma rara como cuando sabes que no hay vuelta atrás y todo lo que queda es hacer lo que sabes hacer nada más mientras tanto entre el público Gerardo se sentaba en la última fila llegó sin anunciarse sin llamar la atención iba solo llevaba un sobre en el saco con la carta que Julia le había enviado la había leído cinco veces cada
palabra le había pegado como piedra y ahí estaba no como empresario no como figura pública solo como hermano también estaba la abuela de Julia en primera fila con un suéter tejido sobre los hombros y la emoción desbordada nunca la habían invitado a algo tan grande se acomodaba los lentes a cada rato como si no creyera estar ahí a las 8 en punto las luces bajaron se hizo un silencio que pesaba y Julia entró caminando sin prisa sin miedo directo al piano se sentó miró al público un segundo pero no buscó caras no
necesitaba saber quién estaba solo necesitaba tocar y lo hizo la pieza que eligió no tenía nombre era nueva mezcla de todo lo que había vivido el inicio la limpieza en el hotel el primer día frente al piano la humillación la rabia la reconciliación la revelación todo cada nota tenía peso cada pausa intención julia no tocaba para impresionar tocaba para soltar y eso se sentía la gente no respiraba era como si el lugar completo latera con sus dedos gerardo la miraba sin parpadear no solo la escuchaba se reconocía en ella en los
gestos en el ritmo en la fuerza que salía sin pedir permiso y mientras la escuchaba pensó en su padre en lo que él había dejado en lo que había sobrevivido sin que nadie lo supiera julia era eso la parte que él nunca entendió pero que ahora sí valoraba y por primera vez no sintió culpa sintió orgullo cuando Julia terminó el silencio duró varios segundos luego vino el aplauso no de cortesía no por costumbre un aplauso que venía del pecho largo fuerte con gente de pie ernesto aplaudía sin esconder las lágrimas su
abuela lloraba sinvergüenza julia se paró hizo una pequeña reverencia y antes de irse agarró el micrófono “esta última pieza,” dijo “es para alguien que llegó a mi vida de golpe que la desordenó que la puso patas arriba pero que también me ayudó a encontrar quién soy no digo su nombre porque él ya sabe.
” Hizo una pausa “gracias por no quedarte callado cuando sí importaba.” se bajó del escenario gerardo estaba parado inmóvil no supo si aplaudir si correr tras ella si irse solo sintió que algo se le desoraba por dentro cuando Julia salió del teatro ya había gente esperándola para felicitarla juan Carlos le sonreía como si fuera su hija ernesto le dio un abrazo rápido apretado su abuela la tomó del brazo con una fuerza que solo se da una vez en la vida y entonces entre la gente lo vio gerardo estaba ahí quieto con el sobre en la mano julia lo miró se acercó él le
extendió la carta mi papá también dejó algo para ti.” Le dijo “No es dinero no es un testamento es un dibujo de cuando eras bebé lo guardó hasta el final julia tomó el sobre lo abrió ahí mismo era una hoja doblada un dibujo a lápiz dos manos pequeñas sobre un piano abajo con letra temblorosa decía para mi hija que heredó lo mejor de mí perdón por no estar gracias por seguir julia respiró hondo lo miró gracias por venir gerardo bajó la cabeza gracias por perdonarme sin decirlo julia sonrió leve no te confundas no es perdón
es que entendí que cargar con enojo me pesa más que dejarlo ir él la miró asintió y se fue no había nada más que decir horas después cuando Julia se sentó sola en su cuarto con la hoja en las manos y el ruido de los aplausos aún en la cabeza supo algo con certeza todo lo que había vivido valió la pena y lo mejor apenas estaba empezando
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