Millonario a punto de saltar de un puente es detenido por una niña limosnera, pero él la jala del brazo, y lo inesperado sucede.

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La lluvia caía implacable sobre la Ciudad de México, transformando las calles en ríos caudalosos. Desde lo alto del puente de la Unidad, Ricardo Valdivia observaba las aguas turbulentas de abajo, su cuerpo inclinado peligrosamente sobre el pretil. Sus dedos temblaban mientras encendía el último cigarrillo, aquel que se había prometido que sería el último.

El viento ululaba a su alrededor, pero apenas sentía el frío. Su mente estaba atrapada en otros recuerdos, otras noches de lluvia. Sus ojos rojos e hinchados se fijaban en el vacío. Ya no había más lágrimas que derramar.

Hace exactamente 365 días, en ese mismo puente, había destruido todo lo que más amaba. El olor a tequila en su aliento, la visión borrosa, el sonido estridente del claxon, y entonces el silencio, un silencio que hasta hoy lo perseguía.

Helena y Sofía, los nombres que ahora solo existían grabados en una lápida fría. Su esposa y su pequeña princesa de cinco años. En un único momento de estupidez, las había perdido para siempre.

El accidente que lo cambió todo ocurrió tan rápido que ni siquiera tuvo tiempo de gritar. Cuando despertó, meses después, en una cama de hospital, ya era demasiado tarde.

Ricardo arrojó la colilla del cigarrillo al agua oscura de abajo. Sus dedos acariciaron el papel arrugado en su bolsillo, la última carta que había escrito pidiendo perdón por su cobardía. ¿De qué servía todo el imperio que había construido? Los millones en su cuenta bancaria, la lujosa casa en Polanco… nada de eso podía traer de vuelta las sonrisas que él había silenciado. Las personas que pasaban en coche disminuían la velocidad para mirar. Algunas tocaban el claxon, otras gritaban palabras que se perdían en el viento. Ricardo no se importaba. En su mente solo conseguía ver el rostro de Sofía, con sus rizos dorados y ojos azules como los de su madre, el mismo azul que lo encaraba todas las mañanas en el espejo, recordándole su culpa.

Subió al pretil con un movimiento fluido, sintiendo la estructura metálica fría bajo sus pies. Era una noche apropiada para partir, oscura, tormentosa, solitaria, como su alma se había vuelto. Cerró los ojos, respirando hondo el aire húmedo de la ciudad. En pocos segundos todo acabaría: el dolor, la culpa, los recuerdos… todo el peso que cargaba sería finalmente liberado.

Fue entonces que oyó una voz pequeña, casi perdida entre los ruidos de la tormenta.

—Señor, ¿por qué quieres saltar?

Ricardo abrió los ojos, girándose lentamente. Allí, a menos de 2 metros de él, estaba una niña. No debía tener más de 5 años, la misma edad que Sofía tenía cuando él… pestañeo varias veces intentando enfocar la visión, ¿será que ya estaba alucinando? La niña dio un paso adelante. Sus cabellos oscuros estaban empapados, pegados al rostro sucio. Las ropas viejas y rasgadas se adherían a su cuerpo magro, pero fueron sus ojos los que capturaron a Ricardo. Grandes, oscuros, rebosando una inocencia que él pensó… nunca me vería así.

—Si se tira, va a doler mucho. Se va a lastimar.

Las palabras de ella eran simples, directas, pero golpearon a Ricardo como un puñetazo en el estómago. Su garganta se cerró, las piernas comenzaron a temblar. La lluvia continuaba cayendo, pero ahora otras personas comenzaban a notar la escena. Coches paraban, celulares eran erguidos, voces gritaban en pánico, una multitud comenzaba a formarse.

Pero Ricardo solo conseguía ver aquella pequeña figura frente a él. La niña dio otro paso, extendiendo su manita sucia en dirección a él. Sus ojos no demostraban miedo, apenas una curiosidad genuina que perforaba el alma de Ricardo.

—Si se va, ¿me puedo ir con usted?

El tiempo pareció congelarse. El corazón de Ricardo, que hacía meses latía apenas por obligación, súbitamente se disparó en su pecho. Las sirenas de la policía comenzaban a sonar a lo lejos, personas gritaban, algunas corriendo en su dirección, pero nada de eso importaba. Sin pensar, él estiró el brazo y tomó la mano de la niña. Era pequeña y fría, como la de Sofía. Por un momento interminable, nadie respiró. El mundo entero pareció contener la respiración, esperando para ver lo que acontecería enseguida.

Y entonces, en un movimiento rápido y decidido, Ricardo empujó a la niña hacia atrás, asegurándose de que ella estuviera segura en el puente. Las personas gritaron, algunos corrieron para alcanzarlos, pero era demasiado tarde.

Ricardo Valdivia cerró los ojos y dejó su cuerpo caer hacia adelante, en dirección a las aguas turbulentas del río. El viento zumbó en sus oídos mientras él caía. En sus últimos momentos de conciencia, todo lo que conseguía pensar era en aquellos ojos, los ojos de la niña que, por un breve instante, lo hicieron recordar que aún existía bondad en el mundo. La última cosa que sintió fue el impacto violento contra el agua. Después, apenas oscuridad.

El bip constante de las máquinas fue el primer sonido que Ricardo oyó cuando volvió a la consciencia. El dolor era insoportable. Cada respiración parecía desgarrar sus pulmones, cada movimiento enviaba ondas de agonía por su cuerpo. Intentó abrir los ojos, pero la luz fluorescente lo cegó momentáneamente. El olor a antiséptico y medicamento invadió sus fosas nasales, trayendo de vuelta recuerdos que había intentado enterrar.

Seis meses fue cuánto tiempo quedó en coma, la última vez, después del accidente que le arrebató a Elena y Sofía. Ahora, una vez más, estaba atrapado en una cama de hospital. La muerte lo había rechazado nuevamente, como si su sufrimiento aún no fuera suficiente.

—Señor Valdivia… —una voz femenina llamó suavemente—. ¿Puede oírme?

Él intentó responder, pero su garganta estaba demasiado seca. Una enfermera apareció en su campo de visión, ajustando el suero en su brazo.

—El señor tuvo mucha suerte —ella continuó—. Los médicos dijeron que fue un milagro haber sobrevivido a la caída. Múltiples fracturas, traumatismo cráneo encefálico y hipotermia. Pero va a recuperarse. ¡Suerte!

Milagro. Ricardo quería reír, pero el movimiento solo hizo que su pecho doliera aún más. ¿Qué tipo de crueldad era esa que lo mantenía vivo, forzándolo a continuar respirando cuando todo lo que quería era paz?

Las horas se arrastraban. Médicos entraban y salían del cuarto, haciendo preguntas que él se rehusaba a responder. Trabajadores sociales intentaban conversar, pero él mantenía los ojos fijos en la ventana, observando el cielo grisáceo de la Ciudad de México.

Pero había algo diferente esta vez, un recuerdo que no lo dejaba en paz: el rostro de aquella niña en el puente, sus ojos grandes e inocentes, su voz infantil haciendo preguntas que ningún niño debería hacer. ¿Era ella real o su mente atormentada había creado aquella aparición como un último intento de aferrarse a la vida?

Durante la noche, cuando el dolor lo mantenía despierto, Ricardo repasaba cada detalle de aquel momento. El cabello mojado de ella, las ropas rasgadas, la mano pequeña y fría que tomó la suya. Era demasiado real para ser solo una alucinación.

Una semana pasó. Sus heridas comenzaban a cicatrizar, pero la inquietud solo aumentaba. Necesitaba saber de la niña. Tenía que encontrarla.

—Por favor —pidió a la enfermera una mañana, su voz aún ronca—. Necesito ver las noticias sobre lo que pasó.

La enfermera dudó, pero acabó trayendo una tableta. Ricardo pasó horas buscando sobre el incidente. Había varios videos, todos mostrando el momento de su caída. En algunos, era posible ver una pequeña silueta de espaldas, parada en el local donde él estaba momentos antes. Pero el rostro de la niña nunca aparecía claramente.

Los reportajes hablaban de él, el empresario exitoso que intentó suicidarse un año después de perder a la familia en un accidente de coche. Algunos mencionaban a una niña que habría intentado impedirlo, pero nadie sabía su nombre o de dónde ella había surgido.

—¡Ella existe! —murmuró para sí mismo, apretando la tableta con fuerza—. Yo necesito encontrarla.

Así que, recibió el alta contra todas las recomendaciones médicas. Ricardo comenzó su búsqueda. Aún cojeando, apoyado en un bastón, recorría las calles próximas al puente, preguntaba en cada esquina, mostraba fotos borrosas de los videos, visitaba albergues e instituciones. Nada. Era como si la niña fuera un fantasma, apareciendo solo en aquella noche fatídica para después desaparecer sin dejar rastros.

Los días se transformaron en semanas. Ricardo apenas dormía, obsesionado con la búsqueda. Su lujosa casa se llenó de recortes de periódico, acciones, mapas de la región. Las empleadas susurraban que él estaba perdiendo la razón, pero él no se importaba.

En una tarde particularmente frustrante, su teléfono sonó. Era Javier, su abogado y único amigo que aún mantenía contacto.

—Ricardo, necesitas parar con esto —la voz de Javier sonaba preocupada—. Estás destruyéndote. La empresa necesita de ti, tus empleados están preocupados.

—¡Tú no entiendes! —respondió Ricardo, su voz trémula—. ¡Ella me salvó, Javier! No solo en aquella noche… ella… Ella me hizo recordar a Sofía. Por un momento, sentí que tenía un propósito de nuevo.

El silencio del otro lado de la línea era pesado.

—¿Y si ella no quiere ser encontrada? —Javier finalmente preguntó.

Ricardo lo interrumpió:

—¡Tú no viste cómo ella estaba sola, sucia, pidiendo para… para saltar conmigo! ¿Qué tipo de vida, niño de esa edad, debe tener para hacer una pregunta de esas?

Más de una semana pasó. El invierno se aproximaba, trayendo noches cada vez más frías. Ricardo continuaba su búsqueda, ahora enfocando en las áreas más pobres de la ciudad. Fue en una de esas noches que decidió volver al puente. El lugar estaba diferente de lo que recordaba. Habían instalado barandales más altos, cámaras de seguridad, teléfonos de emergencia… medidas para prevenir que otras personas intentaran lo que él hizo.

Paró en el mismo punto donde había subido al pretil, dejando la lluvia fina mojar su rostro. Las luces de la ciudad parpadeaban a lo lejos, reflejándose en las aguas oscuras del río. Era una visión hipnotizante. Fue entonces que oyó un pequeño sollozo, casi imperceptible. Se giró lentamente, su corazón disparándose en el pecho. Allí, encogida contra una de las pilastras del puente, estaba una figura minúscula. Cabellos oscuros y despeinados cubrían su rostro, pero Ricardo reconocería aquella silueta en cualquier lugar.

Dio un paso en su dirección, intentando contener el temblor en sus manos. La niña levantó el rostro y aquellos mismos ojos grandes y oscuros lo encararon.

—Usted volvió —dijo bajito, su voz apenas un susurro en la noche fría.

Ricardo sintió sus piernas flaquear. Después de tanto tiempo buscando, ella estaba allí. Pero había algo en su mirada, una mezcla de reconocimiento y resignación, que hizo que su corazón se apretara.

—¿Cuál, cuál es su nombre? —preguntó, su voz fallando.

—Lía —respondió abrazando sus propias rodillas.

—¿Usted es el señor que saltó?

Ricardo se aproximó más, notando los detalles que la oscuridad intentaba esconder. Las ropas de ella estaban aún más gastadas que antes, su rostro más delgado. Había un hematoma oscuro en su brazo izquierdo, parcialmente cubierto por la manga rasgada.

—¿Estás lastimada? —dijo él, agachándose con dificultad al lado de ella—. ¿Qué pasó?

Lía desvió la mirada, encogiéndose aún más.

—Papá está enfermo —murmuró—. A veces, cuando el dolor es muy fuerte, él… él se pone diferente.

Las palabras de ella cayeron como piedras en el estómago de Ricardo. Antes de que pudiera responder, un grito resonó en la noche.

—¡Lía, dónde estás, escuintla!

El grito áspero cortó la noche como una cuchilla, haciendo que Lía se encogiera de miedo. El sonido de pasos tambaleantes se aproximaba, acompañado por una tos ronca y palabras arrastradas.

—Sabes que no puedes huir así —la voz masculina estaba más próxima ahora—. Necesito mis medicinas, y tú… No trajiste dinero, ¿verdad? Ninguno hoy.

Ricardo se levantó, posicionándose instintivamente entre Lía y la dirección de los pasos. Una figura emergió de las sombras: un hombre delgado, apoyado en muletas improvisadas, con el rostro contorsionado de dolor y rabia. Sus ropas estaban tan gastadas como las de Lía y un olor fuerte a sudor y enfermedad emanaba de él.

—¿Quién es usted? —el hombre preguntó, sus ojos rojos enfocando en Ricardo con dificultad—. Se está metiendo con mi hija.

—Papá, él no… —Lía comenzó, pero su voz se apagó cuando el hombre dio un paso amenazador en su dirección.

—¡Cállate! —él gritó, perdiendo el equilibrio por un momento—. Tú tenías un trabajo, un trabajo simple: pedir dinero a los otros. ¡Y ni eso consigues hacer bien!

Ricardo sintió su sangre hervir. El bastón en su mano tembló levemente mientras él controlaba el impulso de avanzar contra aquel hombre.

—Señor —dijo con una calma forzada—. Su hija está con frío y hambre. Déjeme ayudar.

El hombre rió, un sonido amargo y enfermizo.

—¿Ayudar? ¿Como todos los otros que prometieron ayudar? Como los médicos que me dejaron así. —Él gesticuló hacia su pierna derecha, que Ricardo ahora percibía estar grotescamente deformada—. Nadie ayuda a nadie en esta ciudad. Cada uno por sí.

Lía se movió silenciosamente, pegando algo del suelo: un pequeño bote de plástico con algunas monedas. Lo extendió hacia el padre con manos trémulas.

—Conseguí esto hoy, papá. No es mucho…

El hombre arrancó el bote de las manos de ella con tanta fuerza que Lía tambaleó hacia atrás. Las monedas tintinearon tristemente contra el plástico.

—Eso no paga ni la mitad de mis medicinas —él gruñó—. Te estás poniendo perezosa, igual que tu madre.

Fue la mención de la madre lo que hizo que Lía encogiera, notó lágrimas silenciosas escurriendo por el rostro sucio de ella.

—¿Cuánto? —Ricardo preguntó abruptamente—. ¿Cuánto cuestan sus medicinas?

El hombre lo miró con desconfianza.

—¿Por qué quiere saber?

—Porque voy a pagar por ellas —Ricardo dijo, ya sacando la cartera del bolsillo—. Con una condición: usted va a dejar que su hija duerma en un lugar caliente esta noche.

—¿Y dónde sería ese lugar? ¿En su casa? —el hombre dio otro paso adelante, tambaleándose—. ¿Cree que no sé quién es usted? Ricardo Valdivia, vi su cara en los periódicos: el empresario rico que intentó suicidarse, que mató a su propia familia.

Las palabras atinaron a Ricardo como un puñetazo en el estómago. Él tambaleó levemente, apoyándose más en el bastón.

Lía lo miró con ojos abiertos, una nueva comprensión surgiendo en su rostro infantil.

—Usted… usted es aquel señor del accidente —ella preguntó bajito—. El de la televisión.

Ricardo no conseguía responder. La culpa, siempre presente, parecía sofocarlo nuevamente. Pero antes de que pudiera recuperarse, el padre de Lía comenzó a toser violentamente. Su cuerpo delgado se dobló hacia adelante y él perdió el equilibrio, cayendo de rodillas en el suelo mojado.

—¡Papá! —Lía corrió hasta él, toda cautela olvidada. El hombre continuaba tosiendo, ahora con manchas de sangre apareciendo en su mano. Su rostro estaba aún más pálido y su respiración salía en jadeos dolorosos.

—Las medicinas… —él consiguió decir entre accesos de tos—. En el Jacal se acabaron.

Ricardo no vaciló.

—¿Dónde viven? Lía, ¿puedes mostrarme?

La niña asintió, lágrimas aún escurriendo silenciosamente.

—Es cerca de aquí, pero… pero papá no consigue caminar hasta allá.

—Yo lo ayudo —Ricardo dijo, guardando su bastón y aproximándose al hombre, ignorando el dolor en su propio cuerpo, aún recuperándose de la caída. Él pasó el brazo del padre de Lía por sus hombros—. Muéstrame.

El trayecto fue lento y doloroso. El hombre, que Ricardo descubrió llamarse Roberto, alternaba entre accesos de tos y momentos de semiconsciencia, guiándolos por callejones estrechos y oscuros hasta que llegaron a una área aún más pobre de la ciudad.

El Jacal, como Roberto había llamado, era en realidad un cuarto minúsculo en el fondo de una casa abandonada. El olor a moho y humedad era sofocante. No había muebles, además de un colchón viejo en el suelo y algunas cajas de cartón apiladas en la esquina.

Ricardo ayudó a Roberto a acostarse en el colchón mientras Lía encendía una vela gastada. Aparentemente, no había electricidad. A la luz trémula, el lugar parecía aún más desolador.

—Las medicinas… —Roberto murmuró, apuntando flaco hacia una de las cajas.

Lía corrió para pegar la caja, pero cuando la abrió, su rostro pequeño se contorsionó.

—¿Qué medicinas son? —Ricardo preguntó, pegando un blister vacío de las manos de Lía.

—Para tuberculosis —Roberto respondió entre tos y para el dolor.

Ricardo sintió su corazón apretarse. Tuberculosis. Una enfermedad que tenía tratamiento, que podría ser curada si tratada adecuadamente. ¿Cómo había llegado ese hombre a ese punto?

—Voy a conseguir sus medicinas —él dijo, ya pegando el celular—. Conozco personas puedo no Roberto agarró su brazo con una fuerza no quiero su caridad no quiero de ver nada papá por favor Lia imploró su voz pequeña llena de miedo deja que él ayude Roberto tosió nuevamente más sangre manchando sus labios tú no entiendes Él dijo mirando para Ricardo con ojos febriles ellos ya intentaron ayudar antes los médicos dijeron que iban a curar mi pero solo empeoraron todo perdí mi empleo Perdí todo sus palabras Fueron interrumpidas por otro acceso violento de tos l aseguró su mano llorando abiertamente ahora señor Roberto Ricardo dijo arrodillándose al lado del colchón
yo prometo que esta vez será diferente déjeme al menos intentar por Lía el hombre miró para su hija y algo en su rostro cambió por un momento la máscara de amargura cayó revelando solo un padre desesperado y asustado mi niña él murmuró acariciando el rostro sucio de lía con dedos trémulos me Perdona por todo sus ojos comenzaron a cerrarse su respiración haciéndose más superficial papá Lia llamó sacudiendo su mano papá no duermas por favor Ricardo ya estaba marcando para emergencia su voz urgente mientras pasaba el dirección aproximado pero mientras esperaban la
ambulancia observando Roberto luchar para respirar una pregunta resonaba en su mente cómo esa historia había llegado a ese punto y más importante qué acontecería con Lía si su padre no sobrevives tan sonido distante de sirenas comenzó a cortar la noche Pero para Ricardo parecía demasiado tarde demasiado tarde las luces del pasillo del hospital general parpadeaban intermitentemente lanzando sombras inquietas en las paredes blancas Ricardo permanecía Sentado en una de las sillas incómodas de la sala de espera observando a Lía
que había finalmente dormido en el banco al lado usando su abrigo como cobertor sus ropas sucias contrastaban con el ambiente aséptico del hospital atrayendo miradas de juicio de los otros pacientes las últimas horas habían sido un borrón caótico la llegada de la ambulancia los paramédicos luchando para estabilizar Roberto la carrera frenética hasta el hospital Ricardo había usado toda su influencia para garantizar que él fuese atendido inmediatamente pero aún así la situación era crítica señor Valdivia una doctora Joven se aproximó sus facciones tensas bajo la
máscara quirúrgica podemos conversar en particular Ricardo miró para Lía hesitante en dejarla sola la doctora entendió su preocupación Ella parece exhausta comentó suavemente probablemente va a dormir por un buen tiempo podemos ser con una última mirada para la niña dormida Ricardo siguió a la doctora hasta una pequeña sala de consulta doctora Sofía como se presentó cerró la puerta e indicó una silla para él la situación del señor Roberto es más compleja de lo que imaginábamos ella comenzó su tono profesional enmascarando
solo parcialmente su preocupación la tuberculosis está en un estado avanzado y entemente abandonó el tratamiento hace meses eso combinado con la desnutrición severa y la infección Crónica en la pierna Ella hizo una pausa consultando algunas anotaciones en su portapapeles sobre la pierna continuó encontramos registros de una cirugía mal sucedida realizada hace dos años en el hospital general hubo complicaciones necrosis tisular fue un caso que generó proceso por negligencia médica pero Aparentemente el señor Roberto no tuvo
recursos para llevar el caso adelante Ricardo sintió su estómago revolverse la historia comenzaba a hacer sentido un hombre trabajador que después de una cirugía desastrosa perdió todo Sin poder trabajar sin dinero para tratamiento adecuado vio su vida desmoronarse completamente Cuál es la chance de recuperación preguntó temiendo la respuesta d Sofía suspiró si conseguimos controlar la infección en los próximos días podemos recomenzar el tratamiento de la tuberculosis pero la pierna probablemente será necesario amputar para evitar que la infección se Esparza aún más las palabras piraron pesadas en
el aire Ricardo pensó en Roberto en su orgullo herido su recusa en aceptar ayuda Cómo él reaccionaría a esa noticia y la niña preguntó ella necesita ser examinada también puede haber sido expuesta a la enfermedad Ya he providenciado eso la médica respondió Así que ella despierte haremos los exámenes necesarios pero señor Valdivia hay otra cuestión que necesitamos discutir ella vaciló por un momento escogiendo cuidadosamente sus palabras el Dif desarrollo integral de la familia fue notificado es procedimiento estándar en Casos así ellos vendrán a evaluar la situación de
la menor el corazón de Ricardo se disparó no pueden llevársela dijo firmemente ella ya sufrió demasiado entiendo su preocupación pero existen protocolos a ser seguidos una niña viviendo en condiciones sin salud posiblemente expuesta a una enfermedad infecciosa grave señales de posible violencia doméstica yo me responsabilizo por ella Ricardo interrumpió por el tiempo que sea necesario doctora Sofía Lo miró con una mezcla de sorpresa y escepticismo señor Valdivia con todo respeto su propia situación es
complicada sus problemas recientes son de conocimiento público no sé si sería apropiado apropiado su voz subió levemente lo que no es apropiado Es tirar esa niña en un albergue separarla del único familiar que ella tiene traumatizar aún más antes que la médica pudiese responder Fueron interrumpidos por una enfermera que abrió la puerta bruscamente doctora el paciente está teniendo un paro cardíaco lo que se siguió fue otro borrón de movimiento y urgencia Ricardo observó impotente mientras el equipo médico corría para intentar salvar la vida de Roberto los minutos se arrastraban y como horas cuando volvió a
la sala de espera encontró a Lía despierta sentada rígidamente en el banco sus ojos grandes estaban fijos en él como si pudiesen leer su alma mi papá va a morir no es así ella preguntó con una voz pequeña que no combinaba con la dureza de sus palabras Ricardo sintió su corazón partir como una niña tan joven podía hablar de la muerte con tanta naturalidad Qué tipo de vida ella había llevado hasta ahora los médicos están haciendo todo lo que pueden respondió sentándose al lado de ella tu papá es fuerte Lía él va a
luchar él ni siempre fue así sabe ella continuó jugando con la barra rasgada de su camiseta antes Él sonreía trabajaba en una obra grande construyendo edificios me llevaba para tomar nieve en el domingo lágrimas silenciosas comenzaron a escurrir por su rostro sucio después que lastimó la pierna él cambió comenzó a beber esa medicina que hace el dormir a veces olvida hasta de comer solo habla de las medicinas de las medicinas el brazo por los hombros pequeños de ella sintiéndola temblar Yo intento ayudar ella soy ozo
pido dinero en la calle Busco comida en la basura de los restaurantes pero nunca es suficiente él siempre se enoja Dice que soy igual a mi mamá perezosa inútil tu mamá Ricardo vaciló qué aconteció con ella lí las lágrimas con la manga sucia no sé un día Ella salió y no volvió más papá dice que ella huyó con otro hombre que nos abandonó pero a veces cuando él está durmiendo llora y Llama por ella el silencio que se siguió fue interrumpido por el sonido de pasos apresurados doctora Sofía Estaba volviendo y su expresión hizo que la sangre de Ricardo
señor Valdivia ella llamó suavemente necesitamos conversar Pero antes que pudiesen moverse Dos mujeres se aproximaron una de ellas cargaba una carpeta con el logotipo del dife Buenas noches la más vieja se presentó soy Patricia Mendoza trabajadora social del DF vinimos a evaluar la situación de la menor Lía Santos se agarró al brazo de Ricardo con fuerza su pequeño cuerpo temblando aún más No dejes que me lleven susurró desesperadamente por favor tío Ricardo por favor En aquel momento mirando para aquella niña asustada que ya había sufrido tanto Ricardo tomó una decisión
que cambiaría su vida para siempre él se levantó colocándose entre Lía y las trabajadoras sociales señor dijo con una firmeza que no sentía antes de cualquier decisión necesitamos oír lo que la doctora tiene que decirnos sobre el estado del padre de ella pero algo en la mirada de doora Sofía ya lo decía todo y Ricardo sabía que la verdadera batalla estaba apenas Comenzando la noticia de la muerte de Roberto cayó como una bomba en el pasillo silencioso del hospital Lia no lloró sus ojos permanecieron secos fijos en un
punto distante de la pared como si su mente se rehusas a procesar la información su pequeño cuerpo estaba rígido los dedos apretando con fuerza el tejido del abrigo de Ricardo que aún la cubría necesitamos llevar a la menor para un albergue temporario Patricia la trabajadora social del DIF declaró con una voz que intentaba sonar compasiva pero sonaba mecánica es el procedimiento estándar en esos casos no Ricardo respondió firmemente su voz ronca de cansancio y emoción ella se queda conmigo la segunda trabajadora social una mujer más joven que se
presentó como Claudia carraspeo incómodamente señor Valdivia entendemos su preocupación pero el Señor no tiene ningún vínculo legal con la niña además su histórico reciente mi histórico Ricardo interrumpió su voz subiendo ligeramente Ustedes prefieren tirarla en un albergue superpoblado traumatizar aún más doctora Sofía que había permanecido en silencio hasta entonces dio un paso al frente si me permiten tal vez podamos llegar a un acuerdo temporario la niña necesita pasar por una serie de exámenes considerando su exposición a la tuberculosis eso puede llevar algunos
días Patricia frunció el seño aún así necesitamos seguir los protocolos una guarda temporaria requiere documentación evaluación psicológica visita social Entonces vamos a comenzar ahora Ricardo declaró sacó el celular del bolsillo y marcó un número Javier necesito de ti en el hospital general ahora trae todos los documentos necesarios para una solicitud de guarda temporaria mientras hablaba sintió un leve tirón en su manga miró hacia abajo y encontró los ojos de Lía ahora marejados de lágrimas que ella se rehusaba a derramar no quiero ir con
ellas susurró su voz temblando quiero quedarme contigo el corazón de Ricardo se apretó cómo explicar para una niña de 5 años los complejos meandros de la burocracia cómo hacerla entender que aún queriendo protegerla había un sistema entero trabajando contra ellos las próximas horas fueron un torbellino de papeleo y discusiones Javier llegó en tiempo récord trayendo consigo una carpeta llena de documentos y su conocimiento jurídico mientras él argumentaba con las trabajadoras sociales doctora Sofía comenzó los exámenes en Lía la niña se
mantuvo quieta durante todo el proceso respondiendo solo con asentimientos de cabeza a las preguntas de la médica sus ojos no obstante nunca dejaban a Ricardo como si temiese que él pudiese desaparecer si ella pestañeas señor Valdivia doctora Sofía lo llamó después de los exámenes iniciales podemos conversar en particular él vaciló mirando para Lía que ahora estaba acostada en una camilla ligada a un monitor cardíaco para otros exámenes voy a quedarme bien aquí la niña dijo bajito intentando sonreír Prometo no huir ve en el pasillo la médica mostró a él algunas radiografías
y resultados preliminares la buena noticia es que no hay señales de tuberculosis activa pero encontramos otras cuestiones preocupantes ella apuntó Para algunas manchas en las radiografías señales de fracturas antiguas mal consolidadas costillas brazo derecho tobillo izquierdo algunas parecen tener años otras más recientes Ricardo sintió su estómago revolverse el padre comenzó pero no consiguió terminar no en podemos tener certeza doctora Sofía respondió suavemente pueden ser resultado de accidentes considerando condiciones en que vivían pero junto con
la desnutrición Crónica y otros indicadores de negligencia yo voy a cuidar de ella Ricardo interrumpió su voz cargada de determinación voy a dar a ella todo lo que ella necesita un hogar seguro comida adecuada educación señor Valdivia la médica vaciló escogiendo cuidadosamente sus palabras el señor pasando por un momento delicado la pérdida de su familia el intento de bien el señor entiende mi preocupación tiene certeza que está preparado para esa responsabilidad la pregunta tingi a Ricardo como un puñetazo en el estómago
estaba mismo preparado hace apenas algunas semanas estaba listo para desistir de todo para saltar de aquel puente y ahora quería volver ser responsable por una niña traumatizada antes que pudiese responder un grito agudo cortó el aire ambos corrieron de vuelta para el cuarto de exámenes donde encontraron a Lía forcejeando en la camilla mientras una enfermera intentaba sujetarla no suéltame quiero al tío Ricardo ella gritaba lágrimas finalmente corriendo por su rostro no dejen que me lleven Ricardo corrió hasta ella sujetando sus manos pequeñas entre las suyas estoy
aquí ilía no voy a dejar que nadie te lleve la niña se agarró a él sollozando contra su pecho ellos dijeron dijeron que voy a tener que ir para un lugar con otras niñas que usted no puede quedarse conmigo él lanzó una mirada furiosa para las trabajadoras sociales que estaban paradas en la puerta ustedes dijeron eso para ella sin mi presencia necesitamos prepararla para la realidad Patricia respondió aunque pareciese un poco desconcertada el señor no tiene ningún vínculo legal aún Javier interrumpió entrando en la sala con más papeles
Acabo de recibir una respuesta preliminar del juez de guardia considerando las circunstancias excepcionales y los recursos del señor Valdivia él está dispuesto a conceder una guarda provisoria de 30 días periodo durante el cual una evaluación más detallada será realizada el alivio que Ricardo sintió fue momentáneo 30 días era poco tiempo para probar que podía ser un guardián adecuado para convencer al sistema que él era la mejor opción para Lia pero existen condiciones Javier continuó visitas semanales del di
acompañamiento psicológico para ambos adecuación de la lo que sea necesario Ricardo respondió firmemente aú sujetando a Lía que ahora temblaba menos pero se rehusaba a soltar su camisa las horas siguientes fueron una carrera contra el tiempo mientras lea finalmente dormía sedada para completar los exámenes necesarios Ricardo firmaba documentos hacía llamadas telefónicas organizaba todo lo que necesitaría para llevarla para casa Tienes certeza de eso Javier preguntó bajito cuando finalmente tuvieron un
momento a solas Ricardo tú mal estás recuperándote de tu propio trauma asumir la responsabilidad por una niña en este momento ella me salvó Javier Ricardo respondió Mirando por la ventana del hospital para la ciudad de México que comenzaba a despertar en aquella noche en el puente Ella me hizo recordar que aún existe bondad en el mundo que aún existe esperanza y si tú no consigues y si fuera demasiado para ti la pregunta piró en el aire Como una nube oscura Ricardo cerró los ojos recordando de Sofía de su sonrisa inocente tan
parecida con la de Lía entonces yo voy a intentar más y más y más respondió finalmente porque que esta vez no es sobre mí es sobre dar a ella la oportunidad que ella merece pero mientras observaba el sol naciendo sobre la Ciudad de México una nueva preocupación comenzaba a crecer en su pecho su lujosa casa antes un símbolo de su suceso ahora parecía fría e inadecuada Cómo transformarla en un hogar para una niña que pasó años viviendo en las calles Cómo ayudarla a superar sus traumas cuando él mismo aún
luchaba con los suyos y más importante Cómo protegerla del mundo que ya había sido tan cruel con ella cuando él mismo no conseguía protegerse de sus propios demonios el sonido suave de la respiración de Lía era su única respuesta un recuerdo constante de que a partir de aquel momento cada decisión suya afectaría no solo su vida sino también la de ella er era una responsabilidad aplastante pero también era su oportunidad de redención una enfermera entró silenciosamente en el cuarto cargando más algunos formularios
señor Valdivia necesitamos discutir los procedimientos para para el cuerpo del padre de ella y allí estaba más una realidad dolorosa que necesitaría enfrentar cómo explicar la muerte para una niña que ya había perdido ido tanto Cómo ayudarla a despedirse de un padre que a pesar de todos los errores era su única familia Ricardo miró para Lía dormida Tan pequeña y frágil en la cama del hospital y supo que la verdadera lucha estaba apenas Comenzando la casa de Ricardo nunca había parecido tan silenciosa los pasos pequeños y exitantes de Lía mal hacían ruido en el piso de mármol Mientras ella observaba
el ambiente con ojos abiertos aún vistiendo las ropas nuevas que él había comprado a las prisas un vestido simple azul claro y sandalias blancas que parecían incómodas en sus pies acostumbrados a andar descalzos Después de tres días en el hospital entre exámenes y procedimientos burocráticos finalmente habían recibido autorización para ir para casa el funeral de Roberto había sido realizado en el día anterior una ceremonia que Lía asistió en silencio absoluto rehus a llorar aún cuando tiraron tierra sobre el ataúd simple de su padre Este es tu cuarto
Ricardo dijo suavemente abriendo la puerta de uno de los cuartos que había sido a las prisas adaptado para recibirla podemos decorar como tú quieras Lia entró cautelosamente como si temiese que todo fuese a desaparecer si ella se moviese demas rápido el cuarto antes una oficina ahora Tenía una cama pequeña con colcha Rosa una cómoda blanca y algunos peluches nuevos dispuestos sobre la cabecera un intento apresurado de crear un ambiente acogedor para una niña es es todo mío ella preguntó en un susurro tocando levemente uno de los ositos de peluche Como si fuese hecho de
cristal todo tuyo Ricardo confirmó haciendo un nudo en la garganta Pero podemos cambiar cualquier cosa que no te guste Lia balanceó la cabeza negativamente aún absorbiendo cada detalle del cuarto sus ojos pararon en una puerta entreabierta que daba para un baño privado puedo Puedo bañarme preguntó tímidamente claro Ricardo respondió intentando mantener la voz firme a pesar del dolor que sentía al ver cu ella vacilaba en pedir algo tan básico voy a pedir para Rosa ayudarte Rosa el ama de llaves que trabajaba para
él hacía años esperaba en el pasillo era una señora de mediana edad con un rostro gentil y manos callosas de trabajo que Ricardo había escogido específicamente para ayudar con Lía por su jeito maternal ven querida Rosa llamó suavemente vamos preparar un baño bien rico para ti mientras las dos desaparecían en el baño Ricardo se retiró para su propia Suite cerrando la puerta atrás de sí solo entonces permitió que sus piernas temblas apoyándose en la pared más próxima mientras intentaba controlar su respiración el cuarto que había preparado para Lía era exactamente al lado del que había sido de Sofía un
cuarto que permanecía intacto desde el accidente a un guardando los juguetes las ropas los dibujos coloridos prendidos en la pared él no tenía coraje de entrar allá pero tampoco conseguía deshacerse De nada El sonido del agua corriendo en el baño al lado trajo a Ricardo de vuelta al presente necesitaba ser fuerte Lía necesitaba de él la hora cerca de media hora después Rosa tocó en su puerta su expresión estaba tensa señor Ricardo Ella dijo en voz baja creo que el señor necesita ver una cosa en el cuarto de Lía la niña estaba sentada en la cama ahora vistiendo una pijama nueva con estampado de unicornios sus cabellos
mojados habían sido cuidadosamente peinados revelando por primera vez su rostro por completo y con él cicatrices que antes estaban escondidas por la suciedad y por los hilos enmarañados son antiguas Rosa explicó su voz temblando levemente pero tiene otras marcas más recientes en la espalda y en las piernas y ella ella está tan delgada da para contar cada costilla Ricardo sintió su estómago revolverse las marcas confirmaban lo que los exámenes del hospital ya habían sugerido años de negligencia y posible abuso Cómo alguien
podía lastimar a una niña así tío Ricardo la voz Peña de Lía lo sacó de sus pensamientos sombríos puedo preguntar una cosa Claro él respondió sentándose en la orilla de la cama por qué tiene un cuarto trancado allá ella apuntó para la puerta del cuarto de Sofía tiene alguien viviendo allá el aire pareció sumir de los pulmones de Ricardo Rosa percibiendo su angustia rápidamente intervino vamos a bajar para comer algo preparé una sopa bien rica pero Lía continuaba mirando para Ricardo sus ojos grandes llenos de una
comprensión Más allá de su edad era el cuarto de su hija no es así ella preguntó bajito la que fue para el cielo junto con su esposa Ricardo sintió lágrimas quemar en sus ojos cómo ella sabía será que había oído algo en el hospital sí consiguió responder su voz ronca el nombre de ella era Sofía Ella tenía mi edad tenía Lía quedó en silencio por un momento como si procesas la información entonces para sorpresa de todos se levantó y abrazó a Ricardo no te pongas triste ella dijo contra su pecho ahora me tienes a mí las palabras tan inocentes y al mismo tiempo
tan profundas quebraron algo dentro de Ricardo que pudiese controlarse estaba llorando por primera vez desde el accidente permitió que las lágrimas cayesen libremente Rosa discretamente salió del cuarto dejando los dos solos En aquel momento de vulnerabilidad compartida por varios minutos quedaron así Ricardo llorando silenciosamente mientras lea lo abrazaba como si sus pequeños brazos pudiesen protegerlo de todo el dolor del mundo cuando finalmente se calmó Ricardo percibió que Lía también lloraba las primeras lágrimas que ella derramaba Desde la
muerte de su padre Perdón ella só yo no quería hacerte llorar no mi bien Él respondió secando gentilmente las lágrimas de ella a veces necesitamos llorar no hay problema en Mostrar que estamos tristes el resto de la noche pasó como en un sueño nebuloso ellos bajaron para comer la sopa que Rosa había preparado Pero Lía mal tocó en la comida aún desacostumbrada con comidas regulares después Mientras ella tomaba las medicinas prescritas por el hospital Ricardo recibió una llamada de Javier la primera visita del DIF está marcada para mañana su amigo informó y la psicóloga
indicada por el juez puede atenderlos el jueves Tan pronto Ricardo preguntó observando a Lía que ahora estaba encogida en el sofá abrazada a uno de los Ositos nuevos es mejor así Javier respondió cuanto antes Comencemos a cumplir las exigencias del juez mayores las chances de que consigamos la guarda definitiva guarda definitiva las palabras piraron pesadamente en el aire era eso mismo lo que él quería será que estaba listo para esa responsabilidad más tarde cuando fue a acostar a Lía para dormir la encontró sentada en la cama mirando fijamente para la ventana
no consigo dormir Ella dijo antes que él preguntase es demasiado quieto aquí Ricardo entendió inmediatamente después de años durmiendo en la calle o en un Jacal precario el silencio de la casa lujosa debía parer antinatural quieres que encienda un poco de música ofreció ella balanceó la cabeza negativamente puede puede quedarse aquí conmigo solo un poquito Ricardo se sentó en la orilla de la cama y Lía inmediatamente se acurrucó a su lado en pocos minutos su respiración quedó más profunda y regular estaba durmiendo con
cuidado para no despertarla él intentó levantarse pero ella agarró su camisa con fuerza aún durmiendo como si temiese que él pudiese desaparecer durante la noche Yo no voy a ningún lugar susurró más para sí mismo que para ella prometo quedó allá observándola dormir notando como ella ocasionalmente se contor cía y murmuraba palabras incomprensibles pesadillas probablemente Cuántos traumas aquella niña cargaba Cómo podría ayudarla a superarlos la madrugada avanzaba y Ricardo permanecía despierto perdido en pensamientos mañana comenzaría la
verdadera probación convencer al mundo y tal vez a sí mismo de que él podía ser un padre para Lía que podía protegerla amarla dar a ella la vida que merecía pero mientras observaba su rostro dormido tan parecido con el de Sofía en sus momentos más tranquilos una nueva preocupación comenzó a crecer en su pecho y si él fallase nuevamente y si no fuese capaz de mantener su promesa Y si la lastimas como había lastimado a su propia familia el sonido distante de una sirena cortó la noche haciendo que Lía se moviese inquieta en el sueño Ricardo
la abrazó protector su corazón pequeño latir contra su pecho todo va a salir bien murmuró deseando poder creer en sus propias palabras todo va a salir bien pero el miedo su viejo compañero continuaba allá susurrando dudas en su oído y la noche parecía no tener fin la mañana llegó grisácea y fría trayendo consigo una sensación de aprehensión que Paira sobre la casa como una nube pesada Ricardo no había dormido pasara la noche entera sentado al lado de Lía observando su sueño inquieto interrumpido ocasionalmente por
pesadillas que la hacían llorar y llamar por el padre Rosa llegó temprano trayendo consigo bolsas de compras llenas de frutas panes y otras cosas que imaginó que un niño gustaría encontró a Ricardo en la cocina ya en el tercer vaso de café sus ojeras profundas denunciando la noche en claro el señor necesita descansar ella dijo en tono maternal comenzando a organizar el desayuno Cómo va a cuidar de la niña si no se cuida antes que pudiese responder un grito agudo cortó el aire Ricardo corrió para el cuarto de Lía su corazón
disparado la encontró sentada en la cama ojos abiertos de pavor respirando con dificultad Dónde está mi papá ella preguntó Así que lo vio su voz temblando dónde estoy por un momento pareció no reconocer Dónde estaba o quién era Ricardo el pánico en sus ojos era puro y primitivo el miedo de un niño que despertó en un lugar extraño lejos de todo lo que conocía está todo bien Lía él se aproximó despacio hablando suavemente Estás segura recuerdas Estás en mi ahora la realidad pareció volver a los pocos para ella su cuerpo pequeño relajó
ligeramente pero sus ojos aún cargaban aquella mirada asustada de animal herido Perdón murmuró abrazando las rodillas yo soñé que que mi papá estaba llamándome pero cuando yo iba hasta él él se sumía Ricardo se sentó en la orilla de la cama manteniendo una distancia segura para No asustarla aún más quieres conversar sobre eso ella balanceó la cabeza negativamente secando los ojos con los dorsos de las manos a qué horas las mujeres del DIF van a venir la pregunta pegó a Ricardo de sorpresa no sabía que ella estaba consciente de la visita
programada después de almuerzo respondió Honestamente pero no necesitas preocuparte con eso ahora que tal si tomamos desayuno Rosa hizo hotcakes la mención de comida no provocó la reacción esperada Lia continuó encogida sus dedos jugando nerviosamente con la barra de la pijama y si ellas no gustar en de mí preguntó en voz baja si encontraren que soy demasiado sucia para quedarme aquí Lía Mira para mí Ricardo pidió gentilmente cuando ella finalmente levantó los ojos continuó Tú no eres sucia Nunca fuiste y nadie va a sacarte de aquí yo
prometo fue lo que mi mamá dijo ella respondió con una sabiduría triste demasiado para su edad que iba a volver que prometía pero nunca más la vi las palabras ating hieron a Ricardo como un puñetazo en el estómago antes que pudiese responder Rosa apareció en la puerta el desayuno está en la mesa querida dijo con su jeito maternal ven voy a ayudarte a arreglarte primero mientras Rosa ayudaba a lía con su higiene matinal Ricardo volvió para su cuarto se miró en el espejo del baño la barba por hacer los
ojos rojos la ropa arrugada no era exactamente la imagen de un guardián responsable que quería pasar para el Dif tomó un baño rápido y se arregló optando por ropas más casuales en vez de sus habituales ternos cuando volvió a la cocina encontró a Lía sentada a la mesa usando un vestido Lila nuevo sus cabellos cuidadosamente peinados por Rosa ella miraba para el plato de hotcakes Como si fuese algo alienígena puedes comer Rosa incentivó puse bastante jarabe de chocolate del jeito que a los niños gustan Lia pegó el tenedor torpemente claramente no estaba
acostumbrada a usar cubiertos cortó un pedazo minúsculo del hotcake y llevó a la boca con cautela como si esperase que fuese desagradable sus ojos Se abrieron con el sabor es bueno dijo sorpresa y por primera vez desde que llegara una pequeña sonrisa apareció en su rostro el momento de paz fue interrumpido por la campana Ricardo checó el reloj aún eran las 9 de la mañana demasiado temprano ha el di por la cámara del interfono vio a Javier Perdón por venir tan temprano su amigo dijo Así que entró pero necesitamos revisar algunas cosas antes
de la visita Lía inmediatamente quedó tensa soltando el tenedor sus ojos iban nerviosamente de Ricardo para Javier como si esperase malas noticias puedes continuar tu desayuno querida Rosa intervino su voy a poner una caricatura para ti asistir Después qué tal mientras Rosa distraía a Lía Ricardo y Javier fueron para la oficina Así que la puerta se cerró Javier sacó una carpeta del maletín conseguí algunas informaciones sobre el pasado de ella dijo en voz baja no son buenas Ricardo los documentos revelaban una historia de negligencia que iba Más
allá de lo que imaginaban registros escolares inexistentes ninguna vacunación en los últimos años pasajes por salas de emergencia con heridas inexplicados años atrás cuando una vecina llamó la policía después de oír gritos viniendo del Jacal donde vivían la policía fue hasta allá pero Roberto negó todo Javier continuó dijo que la niña había caído nadie investigó más a fondo Ricardo sintió su estómago revolverse Cómo dejaron eso acontecer cómo nadie hizo nada Tú sabes cómo es Javier respondió con amargura más una
familia Pobre más un niño en situación de riesgo el sistema está sobrecargado las personas paran de importarse un grito viniendo de la sala interrumpió la conversación corrieron para fuera de la oficina y encontraron una escena caótica Lia estaba en el suelo forcejeando mientras Rosa intentaba calmarla No no quiero no me toques ella gritaba su cuerpo pequeño temblando violentamente yo solo intenté limpiar un poco de Jarabe que había caído en el vestido de ella Rosa explicó aflita ella simplemente entró en pánico Ricardo se aproximó despacio
arrodillándose a una distancia segura Lia está todo bien nadie va a lastimarte pero ella continuaba en su propio mundo de terror sus ojos vidriados en algo que solo ella podía ver para papá por favor para yo voy a ser buena prometo el corazón de Ricardo se partió era un flashback ella estaba reviviendo algún momento traumático del pasado Lía Mira para mí llamó con firmeza Estás segura tu papá no no está aquí nadie va a lastimarte a los pocos su voz pareció alcanzarla el temblor disminuyó y sus ojos comenzaron a enfocar en el presente cuando finalmente
pareció reconocerlo Comenzó a llorar Perdón soyos yo ensucie el vestido nuevo prometo que no hago más no hay problema querida Rosa dijo suavemente podemos lavar va a quedar nuevecito pero lía con continuaba llorando ahora alternando entre pedidos de disculpas y promesas de ser buena era como si esperase una punición a cualquier momento Javier observaba la escena con preocupación Ricardo llamó bajito el Dif necesita saber de esos episodios si escondemos algo y ellos descubrieran después yo sé Ricardo respondió sin sacar los ojos de Lía que a los pocos se
calmaba en los brazos de Rosa Pero cómo explico eso sin hacer parecer que no estoy preparado para lidiar con la situación la respuesta vino en la forma de más una crisis cuando Rosa intentó llevarla para cambiar de ropa lea volvió a entrar en pánico no no me quites la ropa por favor gritó forcejeando nuevamente Ricardo sintió Billy subir en su garganta Qué tipo de trauma hacía que una niña tuviera tanto miedo de cambiarse de ropa qué Roberto había hecho con ella en los momentos en que la bebida Y el dolor lo transformaban en un monstruo tal vez deberíamos Llamar a un médico Javier sugirió ella necesita de
ayuda profesional Pero antes que pudiesen decidir algo la campana tocó nuevamente por la cámara del interfono Ricardo vio a Patricia y Claudia las trabajadoras social del DF llegando 3 horas antes del horario combinado visita sorpresa Javier murmuró ellos hacen eso para pegar a las personas desprevenidas Ricardo miró en vuelta la cocina aún desordenada del desayuno Lía aún llorando en el colo de Rosa él propio pareciendo no dormir hacía días no era exactamente el escenario que había planeado para la visita qué
hacemos preguntó a sintiendo el pánico crecer Deja que ellas entren su amigo respondió si intentamos aplazar va a parecer que tenemos algo a esconder la campana tocó nuevamente más insistente esta vez Lía se encogió al sonido sus ojos volviendo a mostrar aquel miedo animal todo va a salir bien Ricardo dijo deseando poder creer en sus propias palabras todo va a salir bien pero mientras caminaba para abrir la puerta sentía como si estuviese a punto de enfrentar un pelotón de fusilamiento y lo peor sabía que no era
solo su vida que estaba en juego ahora el aire en la casa quedó aún más pesado cuando Patricia y Claudia entraron sus miradas evaluadoras recorriendo cada detalle del ambiente lea aún temblando en el colo de Rosa escondió el rostro al verla llegamos más temprano para tener una visión más realista de la rutina Patricia explicó sin rodeos sacando una tableta de la carpeta veo que pegamos a ustedes en un momento delicado Ricardo cambió una mirada rápida con Javier que dio una pequeña señal alentadora Lia tuvo un episodio de ansiedad explicó con toda la honestidad
que consiguió reunir estamos Aprendiendo a lidiar con sus gatillos Claudia se aproximó de Rosa y Lía su tono artificialmente dulce Hola querida recuerdas de m podemos conversar un poquitoa apretó a los brazos alrededor del cuo de Rosa rehus a mirar para trabajadora social t vez se meor un tiempo para ella calmarse Rosa sugirió su vo maternal cargando una nota de protección ella Aún está asustada en realidad Patricia intervino necesitamos evaluar cómo ella reacciona en situaciones de estrés señor Valdivia
puede pedir para su funcionaria poner a la menor en el suelo el uso de la palabra menor en vez del nombre de Lía hizo algo revolverse en el estómago de Ricardo ella no era un caso un número era una niña asustada que necesitaba de comprensión Lía él llamó suavemente puedes mostrar tu cuarto nuevo para las señoras tengo certeza que ellas van a gustar de ver cómo tú arreglaste tus ositos para su sorpresa Lía lentamente levantó la cabeza del hombro de Rosa sus ojos estaban rojos e hinchados pero había algo diferente en ellos ahora una
determinación que él ya había visto antes en aquella noche en el puente está bien ella murmuró permitiendo que Rosa la pusiese en el suelo pero usted va junto claro él respondió extendiendo la mano para ella que la aseguró con fuerza el grupo siguió para el cuarto donde las trabajadoras sociales comenzaron a hacer anotaciones sobre todo desde la calidad de los muebles hasta la disposición de los juguetes Claudia abrió el armario examinando las ropas nuevas aún con etiquetas muy bonito comentó pero veo que ella aún no usó la
mayoría de las piezas estamos yendo despacio Ricardo explicó No queremos forzarla a nada Patricia anotó algo en su tableta su expresión ilegible y sobre la escuela ya ha providenciado la matrícula aún no Javier respondió por él considerando el trauma reciente y la necesidad de adaptación la educación no puede esperar Patricia cortó un niño de 5 años necesita estar en la escuela es ley Lía que estaba quieta hasta entonces sorprendió a todos Yo sé leer dijo bajito mi papá me enseñó cuando aún trabajaba antes de su voz falló y ella
apretó más la mano de Ricardo eso es verdad Claudia preguntó claramente cética en respuesta lea apuntó para uno de los libros infantiles en la estantería que Rosa había comprado quiere que yo lea Ricardo sintió su corazón apretarse era la primera vez que ella demostraba cualquier interés por los libros desde que llegara adoraríamos respondió antes que las trabajadoras sociales pudiesen decir algo Rosa pegó el libro y entregó a Lía que lo abrió con cuidado reverencial para espanto de todos comenzó a leer
despacio con algunas pausas pero correctamente era una vez una niña que vivía con su papá en una casa en el bosque su voz pequeña ganó más confianza conforme leía hasta que llegó a una página con la Ilustración de una familia Feliz paró abruptamente cerrando el libro con fuerza no quiero leer más dijo devolviendo el libro para Rosa Por qué no querida a Claudia preguntó su tono profesional enmascarando mal la curiosidad por qué es mentira Lia respondió con una honestidad cortante no existe final feliz el silencio que se
siguió fue quebrado por el sonido del interfono Rosa fue a atender y volvió con una expresión preocupada señor Ricardo es la policía dijo hesitante dicen que encontraron algunos pertenencias del señor Roberto y necesitan que alguien identifique Ricardo sintió a congelarse a su lado ahora no es un buen momento respondió pero Patricia ya estaba haciendo nuevas anotaciones en su tableta por el contrario dijo Es una oportunidad de evaluar comoo el señor Lidia con situaciones imprevistas en relación a la menor ella tiene nombre
Ricardo respondió su voz más firme de lo que sentía y no voy a exponerla a más trauma quiero ir Lía sorprendió a todos nuevamente Necesito ver querida no necesitas Rosa comenzó pero Lía la interrumpió por favor tío Ricardo y si tiene algo importante y si tiene la foto de mi mamá la mención de la mamá hizo a todos callarse era la primera vez que Lía demostraba interés en algo relacionado a ella está bien Ricardo cedió pero primero vamos a prepararnos mientras Rosa ayudaba a Lía a cambiarse las trabajadoras sociales continuaron su inspección por la casa pararon en frente
de la puerta trancada del cuarto de Sofía este cuarto está interdict Patricia preguntó ya haciendo más anotaciones es un cuarto particular Javier respondió diplomáticamente no hace parte del área destinada a Lía necesitamos Ver todos ambientes Claudia insistió es protocolo antes que Ricardo pudiese protestar Lia volvió a la sala ahora vestida con un conjunto de pantalón y blusas simples sus ojos inmediatamente enfocaron en la puerta trancada es el cuarto de ella no es así preguntó bajito de Sofía Ricardo sintió su corazón parar cómo ella sabía
el nombre oí usted hablando durante la noche Ella explicó como si leyese sus pensamientos cuando estaba teniendo pesadilla las trabajadoras sociales cambiaron miradas significativas haciendo más anotaciones Ricardo sabía lo que estaban pensando que él no estaba emocionalmente estable para cuidar de un niño que sus propios traumas podrían afectar a Lia vamos a bajar sugirió intentando cambiar el foco de la conversación los policías están esperando en el zaguán del edificio dos investigadores aguardaban con una caja de cartón gastada Lía se escondió
parcialmente atrás de Ricardo al verlos pero sus ojos estaban fijos en la caja encontramos en el Jacal uno de ellos explicó pensamos que a la familia gustaría de tener Ricardo se arrodilló a la altura de Lía quieres que yo mire primero ella balanceó la cabeza negativamente dando un paso al frente con una coraje que hizo su corazón apretarse las trabajadoras sociales observaban cada movimiento sus plumas listas para registrar cualquier reacción dentro de la caja había algunos documentos viejos un reloj quebrado algunas ropas raídas y en el fondo una
cartera de trabajo bajo antigua Lía pegó la cartera con cuidado abriéndola con dedos trémulos era del tiempo que él construía edificios dijo su voz embargada cuando aún sonreía continuó revolviendo en la caja hasta encontrar algo que hizo que sus ojos se abrieran una foto antigua y arrugada en ella una mujer joven aseguraba un bebé sonriendo para la cámara mamá su acariciando la foto con reverencia ella es muy parecida contigo Ricardo comentó suavemente no Lia respondió con una tristeza antigua en su voz ella era
bonita papá siempre decía que yo parezco más con él por eso Ella se fue porque no me encontró bonita lo suficiente para quedarse las palabras atinger a todos como un puñetazo Rosa discretamente secó Una lágrima trabajadoras sociales por primera vez parecían haber perdido su pose profesional Eso no es verdad querida Claudia dijo su voz genuinamente gentil por la primera vez tengo certeza que sí es Lía la interrumpió papá habló cuando bebía esa medicina que hacía él ponerse Bravo él Siempre hablaba que ella se fue por mi culpa que yo solo
daba trabajo que nadie nunca iba a quererme Ricardo sintió algo quebrar dentro de él se arrodilló en frente de Lía ignorando las miradas de las trabajadoras sociales Mira para mí pidió suavemente cuando ella levantó los ojos continuó nada de eso es verdad Tú eres linda inteligente y más fuerte que cualquier persona que ya conocí si tu mamá se fue el problema era de ella no tuyo nunca tuyo Entonces por qué nadie se queda ella preguntó lágrimas silenciosas escurriendo por su rostro Por qué todo el mundo se va Yo no voy Ricardo
respondió con una certeza que no sabía que tenía no importa lo que acontezca no voy a ningún lugar promete ella preguntó su voz pequeña cargando el peso de todas las promesas quebradas que ya había recibido lo prometo respondió y por primera vez desde el accidente sintió que estaba haciendo coro Patricia carraspeo rompiendo el momento Necesitamos continuar nuestra evaluación dijo pero su Tono era diferente menos clínico más humano mientras subían de vuelta al departamento Ricardo notó que Lía aún sujetaba la foto con fuerza Pero había
algo diferente en su postura como si un peso hubiera sido quitado de sus pequeños hombros el día aún sería largo él sabía había más preguntas para responder más evaluaciones para pasar pero Mirando a Lía que ahora sujetaba su mano con confianza renovada Ricardo sintió que tal vez solo Tal vez ellos conseguirían superar esto juntos la foto de la mamá de Lía no obstante guardaba más secretos de los que Cualquiera podría imaginar secretos que luego vendrían a la luz probando no solo La promesa de Ricardo sino también los frágiles lazos que comenzaban a formarse
entre ellos la noche cayó sobre la Ciudad de México trayendo consigo una lluvia fina y persistente las trabajadoras sociales del DIF habían finalmente partido después de horas de cuestionamientos exhaustivos dejando atrás un ambiente cargado de tensión e incertidumbre estaba sentado en su despacho mirando fijamente para la foto que Lía había encontrado antes algo en aquella imagen lo incomodaba pero no conseguía identificar exactamente qué la mujer de la foto la mamá de Lía tenía una sonrisa gentil y ojos expresivos muy parecidos con los de la hija sus cabellos oscuros
enmarcaban un rostro joven y bonito y ella sujetaba al bebé con obvio cariño no parecía alguien capaz de abandonar a una niña señor Ricardo la voz de Rosa lo sacó de sus pensamientos Lia está preguntando por usted creo que tuvo otra pesadilla él guardó la foto en el cajón y fue hasta el cuarto de la niña la encontró sentada en la cama abrazada a Osito de peluche su carita marcada por lágrimas recientes quieres platicar sobre el sueño preguntó suavemente sentándose en la orilla de la cama Lía quedó en silencio por un momento sus
dedos jugando nerviosamente con la oreja del Osito Soñé con el día que mi mamá se fue dijo finalmente su voz casi un susurro Pero esta vez era diferente diferente como ella estaba llorando Lía continuó frunciendo la frente como si intentara recordar algo importante y había un hombre gritando con ella no era mi papá era otro hombre él él parecía enojado muy enojado Ricardo sintió un escalofrío recorrer su espalda recuerdas cómo era ese hombre Lia balanceó la cabeza negativamente solo recuerdo que él era grande y usaba un anillo brillante en el
dedo hacía ruido cuando él golpeaba la mesa el corazón de Ricardo aceleró un anillo podría ser solo una creación de la mente de una niña traumatizada pero algo en aquel detalle específico lo perturbó qué edad tenías cuando tu mamá se fue preguntó intentando mantener la voz calma No sé bien ella respondió abrazando el osito con más fuerza era chiquita papá dijo que ella se fue cuando yo tenía 3 años pero a veces cuando él bebía mucho hablaba otras cosas Qué cosas que ella no servía para nada que nos había vendido por dinero
Lía dijo y entonces sus ojos se llenaron de Lágrimas nuevamente Pero eso no puede ser verdad verdad las mamás no hacen eso Ricardo sintió su estómago revolverse la historia comenzaba a tomar un rumbo aún más sombrío de lo que imaginaba no mi niña respondió Aunque su mente ya estuviera corriendo con posibilidades perturbadoras las mamás no hacen eso En aquel momento su celular vibró en el bolsillo era un mensaje de Javier Necesitamos hablar urgente descubrí algo sobre la mamá de ella tío Ricardo la voz pequeña de Lía
lo trajo de vuelta al presente puedo dormir contigo hoy la pregunta lo pegó de sorpresa era la primera vez que ella pedía algo así directamente claro respondió sin dudar quieres que te cuente un cuento para su sorpresa ella balanceó la cabeza negativamente quiero contarte uno a ti dijo y Entonces comenzó Había una vez una niña que vivía con su papá en un lugar muy chiquito ellos no tenían mucho dinero pero el papá siempre guardaba algunas monedas para comprar pan dulce el domingo la voz de Lía tembló levemente pero ella continuó un día el
papá se lastimó la pierna los médicos hicieron algo mal y él nunca más consiguió trabajar bien comenzó a tomar una medicina que hacía que se durmiera mucho a veces cuando se despertaba no recordaba Quién era la niña Ricardo sintió su corazón apretar ella estaba contando su propia historia disfrazada de cuento infantil la niña intent ayudar Lia prosiguió ahora con lágrimas escurriendo silenciosamente por su rostro pedía dinero en la calle buscaba comida en la basura pero el papá siempre decía que no era suficiente que ella era
igual a la mamá débil inútil Lía Ricardo intentó interrumpir pero ella balanceó la cabeza déjame terminar pidió un día la niña vio a un hombre triste en el puente él quería saltar igual que las personas que a veces saltaban cerca del Jacal donde ella vivía la niña no quería que él saltara porque sabía que eso hacía a las personas llorar mucho Después Ricardo sintió sus propias lágrimas comenzando a caer Entonces ella preguntó si podía irse con él Lía continuó su voz cada vez más baja porque pensó que tal vez si se iba con él
finalmente encontraría a su mamá pero el hombre no la él la empujó para ás y saltó solo Ella hizo una pausa secando las lágrimas con la manga del pijama pero diferente de los otros que saltaban él no murió y ahora ahora él quiere ser mi nuevo papá pero tengo miedo miedo de qué Ricardo preguntó suavemente miedo de que tú también cambies ella respondió con una honestidad devastadora que comiences a beber esa medicina que hace que las personas se pongan diferentes que un día no recuerdes más quién soy Ricardo la jaló para un abrazo sintiendo su cuerpecito temblar contra
su pecho Eso nunca va a pasar prometió nunca voy a olvidar quién eres Lía ella sollozo contra su camisa Cómo puedes estar seguro porque tú me salvaste él respondió con toda la que consiguió reunir no solo en aquella noche en el puente tú me salvas todos los días recordándome que aún existe bondad en el mundo quedaron así por un largo tiempo hasta que Lía finalmente se durmió en sus brazos con cuidado para no despertarla Ricardo la acostó en la cama y la cubrió con la cobija su celular vibró nuevamente otro mensaje de Javier
más urgente es peor de lo que imaginábamos mucho peor necesitamos encontrarnos ahora Mirando a Lía durmiendo pacíficamente Ricardo sintió un miedo diferente comenzar a crecer en su pecho qué secretos obscuros el pasado aún guardaba Y cómo ellos podrían afectar el frágil vínculo que estaba comenzando a construir con aquella niña que contra todas las probabilidades se había Tornado su razón de vivir Rosa apareció en la puerta su expresión preocupada ve dijo bajito yo me quedo con ella si se despierta le digo que fuiste a resolver algo importante Ricardo asintió pegando su
chamarra la lluvia aún caía allá afuera más fuerte ahora como si el propio cielo llorara por las revelaciones que estaban por venir mientras conducía por las calles ad de la Ciudad de México en dirección al despacho de Javier no conseguía parar de pensar en el hombre del anillo que elía había mencionado por algún motivo aquel detalle específico hacía su sangre elar su teléfono tocó era un número desconocido cuando contestó una voz femenina trémula y exitante habló del otro lado señor Valdivia Mi nombre es Marina marina Santos soy soy la mamá de
Lía el coche patinó levemente en la pista mojada mientras Ricardo sentía el mundo girar a su alrededor la mamá de Lía estaba viva y Aparentemente tenía mucho que decir el despacho de Javier estaba silencioso excepto por el sonido de la lluvia golpeando contra las ventanas Ricardo se sentó pesadamente en una de las sillas aún aturdido por la llamada que había recibido Marina Santos la mujer que había abandonado alía que durante años había sido apenas un fantasma en las memorias dolorosas de la niña estaba viva y quería hablar con él no vas a creer lo que descubrí Javier
dijo esparciendo documentos sobre la mesa comencé a investigar el pasado de la mamá de Lía y encontré algo perturbador Ricardo miró para los papeles eran registros antiguos de un proceso judicial archivado hace años Marina Santos leyó en voz alta versus empresas Rodríguez Rodríguez Javier enfatizó el nombre como en Vicente Rodríguez el mismo hombre que era dueño de la constructora donde Roberto trabajaba cuando sufrió el accidente el nombre hizo algo en la memoria de Ricardo agitarse Vicente Rodríguez era una figura conocida en el mundo empresarial
de la Ciudad de México rico poderoso y según los rumores implacable con sus enemigos el proceso fue archivado antes incluso de comenzar Javier continuó Marina acusaba a la empresa de negligencia en el accidente de Roberto pero repentinamente retiró la queja y desapareció ella me llamó Ricardo dijo abruptamente hace menos de media hora Javier casi tiró su taza de de café qué cómo consiguió tu número no sé Ricardo respondió pasando las manos por el rostro cansado pero ella parecía asustada dijo que necesitaba contarme la
verdad sobre lo que aconteció en ese momento su celular vibró nuevamente era un mensaje de Rosa Lia se despertó llorando está preguntando por ti necesito volver dijo levantándose ella está teniendo otra pesadilla espera Javier lo sujetó por el brazo hay más Mira esto él abrió una carpeta antigua y amarillenta revelando una foto en blanco y negro de una fiesta empresarial en la imagen Vicente Rodríguez sonreía para la cámara y en su mano derecha un anillo llamativo relucía el corazón de Ricardo paró era exactamente como Lía había descrito en su sueño el hombre con el anillo que
hacía ruido cuando golpeaba la mesa eso fue sacado en la época en que Roberto trabajaba en la constructora Javier explicó y Mira quién está al fondo de la foto Ricardo apretó los ojos para la imagen descolorida allá casi escondida entre otros funcionarios estaba Marina más joven más delgada pero inconfundiblemente la misma mujer de la foto que Lía guardaba qué aconteció realmente Ricardo murmuró más para sí mismo que para Javier su celular tocó nuevamente otro número desconocido con el corazón acelerado contestó señor Valdivia la voz de Marina estaba aún más
trémula que antes podemos encontrarnos ahora Ricardo miró para Javier que hizo un gesto afirmativo con la cabeza dónde preguntó en el café de la esquina de su edificio ella respondió estoy observando a su hija por la ventana Ella parece tan triste un escalofrío helado recorrió la espalda de Ricardo usted está siguiéndonos por favor Marina imploró su voz quebrando necesito explicar todo usted necesita entender Por qué hice lo que hice estoy yendo Ricardo respondió secamente apagando el teléfono voy contigo Javier dijo ya pegando su
chamarra la lluvia había disminuido para una garúa fina cuando llegaron al café el local estaba casi vacío a aquella hora de la noche excepto por una mujer sentada sola en un rincón obscuro incluso tras años ella aún Se parecía mucho con la foto que Lía tenía los mismos ojos grandes y expresivos aunque ahora cargaran una tristeza profunda Marina Santos Ricardo preguntó sentándose a su frente Javier permaneció en pie como una centinela silenciosa ella asintió sus manos temblando mientras sujetaba una taza de café intocada gracias por venir Sé que debe
odiarme no soy yo a quien usted abandonó Ricardo respondió fríamente Por qué está aquí ahora Marina cerró los ojos por un momento como si reuniera coraje porque vi en los periódicos que usted está intentando quedarse con la guarda de ella y porque porque Vicente está volviendo a México nombre hizo a Ricardo tensarse qué Vicente Rodríguez tiene que ver con eso todo ella respondió su voz mal pasando de un susurro él es el papá de Lía la revelación cayó como una bomba en el pequeño café Javier dejó escapar una
exclamación de sorpresa y Ricardo sintió el aire huir de sus pulmones y imposible dijo Roberto Roberto no era el papá biológico de ella Marina interrumpió lágrimas comenzando a escurrir por su rostro él sabía de eso fue por eso que comenzó a beber mucho antes del accidente pero él la amaba a Lía del jeito de él torcido comience del inicio Ricardo exigió su voz temblando de rabia contenida toda la verdad marina respiró hondo sus manos aún temblando yo trabajaba como secretaria en la constructora Vicente él comenzó a acosarme dijo que si yo no cediera
Roberto perdería el empleo yo estaba embarazada cuando Roberto descubrió Ella hizo una pausa secando las lágrimas con las espaldas de las manos Vicente prometió que cuidaría de nosotros qued daría una vida buena para el niño pero cuando Lia nació el cambió dijo que no podía arriesgar su casamiento su reputación ofreció dinero para que desapareciéramos y usted aceptó Ricardo preguntó su voz cargada de disgusto No ella respondió con vehemencia Roberto y yo nos rehusamos fue entonces que el accidente aconteció la comprensión comenzó a despertar en el
rostro de Javier no fue un accidente fue Marina balanceó la cabeza más lágrimas cayendo la obra no tenía equipos de seguridad adecuados Vicente sabía de eso él él planeó todo y después Ricardo presionó Aunque parte de él no quisiera oír el resto después del accidente intentamos procesar la empresa Pero visente nos amenazó dijo que si continuá algo peor acontecería no con Roberto de esa vez sino con Lía ella paró sollozando abiertamente ahora él me dio un ultimato o yo desaparecía y nunca más intentaba contacto o Lía sufriría un accidente Qué padre podía
ser capaz de amenazar a la propia hija entonces usted huyó Ricardo concluyó su voz gélida dejó a su hija con un hombre quebrado y traumatizado no tenía elec Marina protestó Vicente tenía personas siguiéndonos si yo intentara llevar a Lía él sabría al menos con Roberto ella estaría relativamente segura Vicente no se importaba con ella Desde que su secreto estuviera protegido y ahora Javier intervino Por qué volver entras tanto tiempo Marina sacó un sobre de la bolsa con manos trémulas porque Vicente a México en la semana que viene y porque
encontré esto en los antiguos archivos de la constructora dentro del sobre había documentos que probaban el Sabotaje deliberado de los equipos de seguridad órdenes directas de Vicente para que testigos fuesen comprados e incluso el valor Exacto pagado para que el proceso fuese archivado Por qué no denunció eso antes Ricardo preguntó ojeando los papeles con creciente horror porque solo conseguí acceso a eso ahora Marina respondió y por porque Vicente está muriendo cáncer terminal él no tiene más nada a perder qué Eso significa Javier preguntó Aunque su tono
sugir que ya sabía la respuesta significa que él no necesita más mantener las apariencias Marina dijo su rostro pálido de miedo en la semana pasada él me buscó dijo que quiere conocer a Lía antes de morir que es su derecho como padre nunca Ricardo gruñó levantándose bruscamente él nunca va a llegar cerca de ella usted no conoce a Vicente Marina dijo su voz temblando él tiene influencia poder si quisiera puede dificultar mucho su proceso de adopción en eseo el celular de Ricardo tocó nuevamente era Rosa señor Ricardo su voz estaba preocupada Lia está con fiebre alta creo
que necesitamos llevarla al hospital el mundo pareció girar alrededor de él Lía enferma Vicente volviendo Marina reapareciendo era demasiado para procesar Necesito irme dijo abruptamente ya dirigiéndose a la puerta Marina llamó levantándose también déjame verla por favor solo una vez Ricardo paró mirándose lentamente usted tuvo 5 años para ser madre de ella escogió abandonarla ahora es demasiado tarde usted no entiende Marina sollozo yo nunca dejé de amarla cada día lejos de ella fue una tortura no Ricardo respondió su voz cargada de una rabia
fría usted no no entiende Mientras usted se escondía su hija creció pensando que no era digna de amor que fue abandonada porque no era buena lo suficiente ese tipo de dolor no se cura con disculpas tardías dejó el café con Javier en su talón su corazón latiendo descomp pasado en el pecho la lluvia había vuelto a caer con fuerza Pero él mal sentía el agua encharcando sus ropas Qué vamos a hacer Javier preguntó mientras corrían para el coche primero cuidar de Lía Ricardo respondió ligando el motor después después vamos a luchar con todas
nuestras fuerzas mientras conducía de vuelta para casa no conseguía parar de pensar en Lía en su fuerza su resiliencia su capacidad de amar incluso tras todo lo que había pasado no importaba lo que costase la protegería de Vicente de Marina de cualquiera que intentase lastimarla nuevamente pero una voz insistente en su mente preguntaba Cómo proteger a alguien de los propios padres el corredor del hospital parecía aún más frío y estéril en aquella noche Ricardo andaba de un lado para otro sus ropas aún húmedas de la lluvia mientras los médicos
examinaban a Lía la fiebre había subido asustador durante el el trayecto hasta el hospital y ella alternaba entre momentos de conciencia confusa y delirios febriles papá Ella había llamado en el coche sus ojos vidriados fijos en algo que solo ella podía ver papá no bebas esa medicina por favor Rosa estaba sentada en una de las sillas de la sala de espera sus manos ocupadas con un rosario rezando silenciosamente Javier había quedado para atrás en el café diciendo que necesitaba hacer algunas llamadas urgentes señor Valdivia una médica joven
llamó saliendo del cuarto donde Lía estaba siendo atendida podemos platicar él la siguió hasta una pequeña sala de consulta su corazón martillando en el pecho la fiebre es resultado de una infección pulmonar severa la médica explicó mostrando al unas radiografías probablemente consecuencia de los años viviendo en condiciones insalubres agravada por el estrés emocional de los últimos días pero ella va a quedar bien Ricardo preguntó su voz temblando iniciamos antibióticos potentes pero la médica excitó hay otras cuestiones que
nos preocupan los exámenes de sangre mostraron señales de desnutrición crónica y encontramos evidencias de fracturas antiguas que no fueron tratadas adecuadamente yo sé él respondió pasando las manos por el rostro cansado estamos trabajando en eso ella tiene consulta marcada con varios especialistas señor Valdivia la médica dijo suavemente sabe que necesitamos notificar al DIF sobre esos descubrimientos no es así antes que I responder oyeron gritos viniendo del cuarto de Lía corrieron de vuelta y encontraron a la niña debatiéndose en la cama intentando arrancar el acceso del
suero No no quiero papá para ella gritaba claramente presa en alguna memoria traumática Lía soy yo Ricardo intentó alcanzarla Pero ella se encogió protegiendo el rostro con los brazos prometo que voy a ser buenita sollozo no cuentes para él por favor No dejes que me lastime de nuevo la médica rápidamente aplicó un sedativo y a los pocos Lía fue calm mándese inquieto él la médica preguntó haciendo anotaciones en su prontuario ella se refiere al papá Ricardo sintió bilis subir en su garganta no No apenas a él
respondió recordándole mañana el mundo pareció girar alrededor de él Cómo él supo Marina Javier respondió con un suspiro pesado ella llamó para él así que salimos del café Aparentemente está intentando negociar algún tipo de acuerdo acuerdo Ricardo repitió su voz cargada de incredulidad ella quiere dinero Javier explicó en cambio de mantener el secreto sobre la paternidad de Lía pero Vicente él no está interesado en acuerdos ahora quiere a la niña Ricardo miró para Lía a través de la ventana del cuarto Tan
pequeña y frágil en la cama del hospital su rostro marcado por la fiebre y por el sufrimiento él no va a llegar cerca de ella dijo con una determinación feroz nunca no va a ser tan simple Javier advirtió él ya accionó a sus abogados está reivindicando derechos paternos el sonido de pasos en el corredor hizo a Ricardo virarse su sangre heló al ver a Patricia y Claudia las trabajadoras sociales del DIF aproximándose con presiones graves fuimos notificadas sobre la internación Patricia dijo sin preámbulos y sobre los nuevos
desarrollos cómo Ricardo comenzó pero Claudia lo interrumpió Marina Santos estuvo en nuestro despacho esta tarde explicó antes de buscarte ella registró un pedido formal de reaproa con la menor el mundo de Ricardo parecía a desmoronar en apenas algunas horas todo el progreso que había hecho con Lía toda la confianza que habían construido estaba amenazado ella abandonó a la propia hija dijo entre dientes dejó a lía con un hombre violento y enfermo según ella fue coaccionada Patricia respondió consultando algunas anotaciones y ahora que La amenaza no
existe más la no existe más Ricardo casi rió un sonido amargo y sin humor Vicente Rodríguez está volviendo a México mañana el hombre que orquest el accidente que destruyó la vida de Roberto que amenazó a una niña su propia hija quiere tomar su guarda como eso no es una amenaza las trabajadoras sociales cambiaron miradas preocupadas esas son acusaciones muy mu serias Claudia dijo cautelosamente tiene pruebas antes que pudiese responder un monitor comenzó y apitar en el cuarto de Lía la médica corrió para dentro seguida
por dos enfermeras la presión está cayendo oyó una de ellas decir la fiebre volvió a subir Ricardo intentó entrar pero fue barrado por una de las enfermeras por favor aguarde aquí afuera los minutos siguientes fueron una tortura a través de la ventana veía al equipo médico trabajando frenéticamente alrededor de Lía que parecía aú menor y más frágil bajo todas aquellas máquinas su celular tocó número desconocido con manos temblando contestó señor Valdivia una voz masculina grave y controlada habló del otro lado aquí es
Vicente Rodríguez Ricardo sintió su cuerpo entero congelar oí que mi hija está en el hospital Vicente continuó su tono falsamente preocupado Qué pena tal vez si estuviese con alguien más capacitado para cuidar de ella eso no habría acontecido su monstruo Ricardo gruñó Cómo Osa cuidado con sus palabras Vicente lo interrumpió suavemente recuerde de que mañana estaré personalmente ahí para conocer a mi hija y acredit tengo recursos más que suficientes para garantizar que ella venga conmigo la llamada fue cerrada dejando a Ricardo temblando de rabia y
miedo cuando se viró percibió que las trabajadoras habían oído parte de la conversación era él Patricia preguntó su expresión más suave ahora Vicente Rodríguez Ricardo asintió incapaz de hablar ese momento la médica salió del cuarto conseguimos estabilizarla informó Pero ella está muy flaca el sistema inmunológico de ella está comprometido por la desnutrición Crónica puedo verla Ricardo preguntó su voz embargada la médica asintió ella estaba llamando por usted en los momentos de lucidez Cuando entró en el cuarto Lia estaba despierta
Aunque claramente exhausta sus ojos grandes encontraron los de él inmediatamente tío Ricardo llamó con voz flaca No dejes que me lleven su corazón partió Incluso en medio de la fiebre y del dolor ella Aún se preocupaba con eso nadie va a llevarte prometió sujetando su manita caliente entre las suyas yo oí ellos hablando ella continuó lágrimas escurriendo por su rostro febril sobre mi mamá y sobre sobre mi otro papá Ricardo sintió como si hubiese llevado un golpe en el estómago como ella había descubierto cuando la fiebre está muy
alta Lia explicó como si leyese sus pensamientos yo recuerdo de cosas cosas que acontecieron hace tiempo del hombre del anillo él él lastimó a mi mamá hizo ella llorar Lía Ricardo comenzó pero ella continuó su voz cada vez más flaca no quiero irme con él susurró por favor No dejes que él me lleve quiero quedarme contigo usted prometió y voy a cumplir esa promesa Ricardo respondió luchando contra sus propias lágrimas No importa lo que suceda Lía cerró los ojos el cansancio finalmente venci ola cuenta un cuento pidió aor Ada uno con final feliz
Ricardo engullo el nudo en su garganta y comenzó Había una vez una princesa muy valiente que incluso habiendo pasado por muchas dificultades nunca perdió su bondad mientras contaba el cuento observaba El rostro de Lía relajar a los pocos hasta que ella finalmente durmió pero su sueño No era tranquilo ocasionalmente ella se agit y murmuraba palabras asustadas del lado de fuera del cuarto podía ver a las trabajadoras sociales platicando en voz baja con la médica en algunas horas Vicente Rodríguez estaría allí listo para usar
todo su poder e influencia para tomar alía de él Cómo proteger a una niña de un hombre que tenía dinero suficiente para comprar la propia justicia cómo luchar contra alguien que no hitaba en lastimar a la propia hija para proteger su reputación su celular vibró nuevamente era Javier conseguí algo algo grande aguanta firme Ricardo miró para Lía durmiendo e hizo una promesa silenciosa no importaba lo que aconteci no importaba cuánto costase él la protegería Incluso si eso significase enfrentar a uno de los hombres más poderosos de la Ciudad de México la
noche sería larga y la batalla que se aproximaba sería la más difícil de su vida pero por primera vez desde que supiera la verdad sobre Vicente Ricardo sintió un hilo de Esperanza porque ahora él tenía algo por lo que luchar algo más importante que cualquier fortuna o poder tenía amor la mañana llegó grisácea y fría en el hospital Ricardo no había dormido permaneciendo al lado de Lía durante toda la noche observando su lucha contra la fiebre los médicos entraban y salían del cuarto constantemente Ajustando medicaciones y verificando sus signos vitales que
finalmente comenzaban a estabilizarse Rosa había ido a casa a buscar ropas limpias y algunas pertenencias incluyendo el Osito de peluche favorito de Lía cuando volvió trajo también una noticia perturbadora había reporteros aglomerando en la entrada del hospital alguien infiltró la historia para la prensa explicó en voz baja están hablando sobre Vicente Rodríguez y su hija secreta Ricardo sintió su estómago revolverse es Claro que Vicente usaría la prensa a su favor crear una narrativa de Padre arrepentido queriendo conocer a la hija antes de morir era perfecto para
manipular la opinión pública Javier llegó Poco después cargando una carpeta gruesa debajo del brazo su rostro mostraba señales de que también había pasado la noche en claro necesitamos platicar dijo jalando a Ricardo para un rincón más reservado del corredor encontré algo que puede cambiar todo antes que pudiese explicar sin embargo Fueron interrumpidos por un alboroto viniendo de la recepción Vicente Rodríguez había llegado y con él un pequeño ejército de abogados y asesores incluso enfermo Vicente emanaba
poder alto vestido impecablemente en un terno italiano sus cabellos canosos perfectamente alineados contrastaban con la palidez enfermiza de su rostro y en su mano derecha el famoso anillo relucía bajo las luces fluorescentes del hospital señor Valdivia llamó con una voz suave que no combinaba con la dureza de sus ojos Finalmente nos conocemos personalmente Ricardo dio un paso al frente colocándose entre Vicente y la puerta del cuarto de Lía usted no va a entrar Vicente sonrió un gesto que no alcanzó sus ojos Temo que no se a una decisión suya
tengo aquí una orden judicial garantizando mi derecho de ver a mi hija uno de los abogados extendió un documento que Javier rápidamente interceptó esta orden aún no fue oficialmente validada argumentó ojeando los papeles y considerando el estado de salud actual de la menor estado de salud que está directamente relacionado a los cuidados inadecuados del señor Valdivia otro abogado intervino o falta de ellos cómo se atreve Ricardo avanzó pero Javier lo sujetó es exactamente eso Que ellos quieren susurró provocarte para parecer
inestable en ese momento un llanto agudo vino del cuarto Lía había despertado tío Ricardo ella llamó su voz cargada de miedo Dónde está usted Vicente dio un paso en dirección a la puerta pero Ricardo bloqueó su pasaje ella está asustada dijo entre dientes usted solo va a empeorar las cosas Ella es mi hija Vicente respondió su máscara de cordialidad comenzando a rajar mi sangre Sangre Ricardo casi rió Desde cuando usted se importa con sangre fue usted quien orquest el accidente que destruyó la vida de ella un silencio pesado cayó sobre el
corredor los abogados cambiaron miradas nerviosas y por un momento algo parecido con miedo atravesó los ojos de Vicente cuidado con sus acusaciones señor Valdivia dijo bajito pueden ser consideradas difamación no son acusaciones Javier intervino abriendo su carpeta son hechos documentados y probados él comenzó a esparcir papeles sobre una mesa cercana informes internos de la constructora emails antiguos recibos de pagos sospechosos pasé la noche entera organizando eso continuó hay pruebas suficientes aquí No apenas para probar el Sabotaje del equipo que causó el accidente de Roberto sino también el
soborno de Fiscales la compra de Testigos y la amenazas contra Marina y Lía Vicente permaneció impasible pero su rostro había perdido aún más color interesante su teoría dijo fríamente pero son documentos antiguos fácilmente contestables mi palabra contra la de una mujer que abandonó la propia hija No es solo la palabra de ella una nueva voz entró en la conversación todos se viraron para ver a Marina parada en el corred pálida pero determinada a su lado estaba un hombre anciano que Ricardo reconoció de las fotos antiguas el Antiguo ingeniero jefe de la constructora Carlos
Vicente murmuró genuinamente sorprendido Qué está haciendo aquí haciendo lo que debía haber hecho hace años el ingeniero respondió su voz cansada pero firme contando la verdad Marina dio un paso al frente evitando mirar para el cuarto de donde su hija estaba no vine para causar más problemas dijo suavemente vine porque no puedo dejar eso continuar no puedo dejar usted lastimar ella de nuevo yo nunca la lastimé Vicente gruñó pero Marina balanceó la cabeza usted la lastimó en el momento en que decidió que su reputación era más importante que la
vida de ella cuando mandó sabotear aquel equipo sabiendo que podría morir cuando me forzó a abandonarla con amenazas su voz falló por un momento lágrimas escurriendo silenciosamente pero lo peor continuó fue dejarla crecer pensando que no era digna de amor que su propia mamá la había abandonado porque ella no era buena lo suficiente tío Ricardo la voz de Lía llamó nuevamente del cuarto más flaca ahora hay gente peleando Ricardo sintió su corazón apretar incluso enferma ella aún intentaba proteger a los otros está todo bien querida respondió manteniendo la voz calma
Descansa ya voy a entrar Vicente dio otro paso en dirección a la puerta Pero de esta vez fue Carlos quien lo impidió basta Vicente dijo firmemente guardé sus secretos por años porque usted me amenazó amenazó mi familia Pero ahora usted está muriendo Qué mal puede hacer a mí o a cualquier uno los abogados comenzaron a agitarse claramente incómodos con el rumbo de la conversación Vicente lo silenció con un gesto qué a quiere preguntó a Carlos su voz peligrosamente baja quiero contarlo todo el ingeniero respondió sobre cómo usted ordenó personalmente el cambio de
los cables de seguridad por otros más baratos como oró mis avisos sobre el riesgo comoo después cuando Roberto sobrevivió y amenazó procesar usted planeó cada detalle para destruir la vida de él Vicente rió un sonido frío y sin humor Y quién va a creer en usted un viejo rencoroso con historias del pasado Yo tengo pruebas Carlos respondió calmadamente guardé todo cada memorando cada orden amenaza por años cargué esa culpa sabiendo que mi silencio había destruido una familia no voy a callarme más el corredor quedó en silencio
absoluto los abogados miraban nerviosamente entre Vicente y Carlos claramente reevaluando sus posiciones Fue entonces que un sonido diferente cortó el aire pasos pequeños y excitantes todos se viraron para ver a Lía parada en la puerta del cuarto apoyada en Rosa su aún marcada por la fiebre pero sus ojos extraordinariamente lúcidos yo recuerdo de Usted dijo mirando directamente para Vicente de su anillo del ruido que hacía cuando usted golpeaba en la mesa y gritaba con mi mamá Vicente pareció marchitarse
visiblemente bajo la mirada de la niña todo su poder toda su arrogancia parecían insignificantes delante de la verdad simple y cruel en los ojos de una niña Lía Marina dio un paso en su dirección pero la niña se encogió no dijo firmemente a pesar de su voz flaca no quiero ninguno de ustedes quiero al tío Ricardo querida usted necesita volver para la cama Rosa intentó intervenir pero Lía continuó sus pequeñas manos temblando pero su voz firme ustedes son malos declaró mirando de Vicente Para Marina lastimaron a mi papá mi papá de
verdad no importa si él no era mi papá de sangre él quedó conmigo incluso cuando estaba con dolor incluso cuando bebía aquella medicina mala que hacía él ponerse diferente lágrimas comenzaron a escurrir por su rostro pero ella continuó y ahora ustedes quieren llevarme del tío Ricardo él es la única persona que nunca mintió para mí que nunca me lastimó que cumple sus promesas sus piernas flaquearon y Ricardo rápidamente La pegó en el colo antes que cayese por favor ella susurró escondiendo el rostro en su cuello No
dejes que me lleven el corredor quedó en silencio absoluto quebrado apenas por el sonido suave del llanto de Lía Vicente miraba para la escena con una expresión imposible de descifrar una mezcla de choque vergüenza y algo que podría ser arrepentimiento finalmente después de lo que pareció una eternidad él se viró para sus abogados vamos a irnos ordenó su voz rouca cancelen todo pero señor uno de ellos comenzó a protestar la orden judicial cancelen Vicente repitió con más firmeza entonces sorprendiendo a todos tiró el anillo del dedo y lo colocó sobre la
mesa junto con los documentos de Javier Esa es la única cosa que ella recuerda de mí dijo bajito más para sí mismo que para los otros el anillo que la asustaba sin mirar para atrás comenzó a caminar en dirección a la salida sus abogados lo siguieron claramente confusos con el cambio repentino Marina permaneció donde estaba lágrimas silenciosas escurriendo por su rostro mientras observaba a Lía en los brazos de Ricardo Ella está feliz contigo dijo finalmente protegida amada es todo que siempre quise para ella Entonces déjala
en paz Ricardo respondió no con rabia pero con firmeza deja ella curar sus heridas sin abrir otras nuevas Marina asintió lentamente cuando cuando ella esté lista si un día quisiera saber la verdad completa Búscame Ricardo no respondió apenas ajustó a Lía mejor en sus brazos y la llevó de vuelta para el cuarto la niña ya estaba casi durmiendo exhausta por el esfuerzo y por la fiebre Quédate conmigo pidió soñolienta siempre él prometió sentándose en la silla al lado de la cama sin soltarla mientras lea
finalmente dormía En sus brazos Ricardo miró por la ventana del hospital el sol comenzaba a aparecer tímidamente entre las nubes como si el propio cielo reconociese que una nueva fase estaba Comenzando la batalla no había terminado completamente aún había documentos para firmar procesos para resolver heridas para curar pero por primera vez desde que encontrara a Lía en aquel puente Ricardo sintió que estaban verdader ente seguros porque ahora no eran apenas dos personas quebradas intentando sobrevivir
eran una familia construida no con sangre o documentos sino con algo mucho más fuerte amor incondicional y la promesa de nunca más separarse los días que siguieron en el hospital fueron una montaña rusa de emociones la fiebre de Lía finalmente se dio pero su recuperación sería los médicos explicaron que años de mala nutrición y condiciones precarias habían dejado su sistema inmunológico flaco cada pequeño Progreso era una victoria duramente conquistada Ricardo prácticamente se mudó para el hospital transformando El pequeño cuarto en una
especie de campamento improvisado Rosa venía todos los días con comida casera y ropas limpias intentando traer un de normalidad para aquel ambiente estéril tío Ricardo lea llamó en una tarde particularmente quieta su voz aún flaca pero más firme que en los días anteriores puedo preguntarte una cosa él levantó los ojos del laptop donde trabajaba remotamente la empresa necesitaba continuar funcionando incluso con su ausencia claro querida qué fue por qué usted no desistió de mí incluso cuando aquel hombre cuando Vicente dijo que era mi papá de verdad la pregunta pegó a Ricardo de sorpresa Lía estaba
sentada en la cama abrazada al Osito de peluche pareciendo a un menor en medio a los equipos médicos porque usted también no desistió de mí respondió Honestamente en aquella noche en el puente cuando todo mundo había desistido usted fue la única que intentó salvarme Lia quedó en silencio por un momento procesando sus palabras pero yo no te salvé dijo finalmente usted pulo mismo así no Ricardo sonrió suavemente usted me salvó sí no en aquella noche pero todos los días desde entonces me dio una razón para vivir de nuevo los ojos de
Lía se llenaron de Lágrimas incluso incluso no siendo su hija de verdad Hey ven acá él la llamó sentándose en la orilla de la cama y jalándola para un abrazo cuidadoso atento a los tubos y monitores familia no es solo cuestión de sangre es cuestión de amor de elección y yo escojo a usted todos los días yo también escojo a usted ella murmuró contra su pecho pero tengo miedo miedo de qué pequeñ miedo que un día usted no me quiera más que Hache que doy mucho trabajo como mi papá decía Ricardo sintió su corazón apretar
incluso tras todo que habían pasado los traumas del pasado aún asombraban a Lía sabe comenzó suavemente yo también tenía mucho miedo después que perdí a Sofía y Ana miedo de amar de nuevo de importarme con alguien porque demasiado Cuando Perdí ellas Lía levantó el rostro para mirarlo sus ojos grandes atentos a cada palabra pero ahí usted Apareció él continuó y me mostró que aún había espacio en mi corazón para más amor que la gente puede tener miedo y aún así Ser valiente có la princesa del cuento que usted me contó preguntó refiriéndose al
cuento que él había durante su primera noche en el hospital exactamente Y sabes cuál es la mejor parte nuestra historia Aún está siendo escrita y prometo que voy a estar aquí para cada capítulo en ese momento Fueron interrumpidos por una suave llamada a la puerta era Patricia la trabajadora social del DIF acompañada por una señora de apariencia gentil que se presentó como doctora Clara la psicóloga infantil designada por el juez esperamos no estar interrumpiendo Patricia dijo su tono muy diferente de la frialdad profesional de los primeros encuentros pero necesitamos
discutir los próximos pasos Lía inmediatamente se tensó en los brazos de Ricardo pero doctora Clara sonrió tranquilizador no te preocupes querida dijo con voz suave nadie va a separarte de tú de Ricardo la hesitación en la forma de tratamiento no pasó desapercibida era una de las cuestiones que necesitaban resolver Cómo Lía debería llamarlo cuál sería oficialmente su relación en realidad Patricia continuó estamos aquí con buenas noticias Vicente Rodríguez oficialmente retiró cualquier reivindicación de
derechos paternos y marina Santos bien ella firmó un documento la guarda definitivamente Ricardo sintió a Lía temblar levemente En sus brazos Eso significa comenzó pero Patricia lo interrumpió con una pequeña sonrisa significa que podemos comenzar el proceso de adopción oficial si es eso lo que ustedes quieren claro el silencio que siguió fue ensordecedor Ricardo miró a Lía que lo encaraba con una mezcla de esperanza y miedo es eso lo que quieres preguntó suavemente quieres que yo sea tu papá oficialmente por un momento Lia no respondió sus ojos
se llenaron de Lágrimas nuevamente Pero esta vez Había algo diferente en ellas no era tristeza O miedo sino una emoción más profunda más compleja puedo puedo llamarte papá preguntó en un susurro tan bajo que mal daba para oír fue el turno de Ricardo sentir lágrimas en sus ojos puedes llamarme como quieras como sientas en tu corazón Lia escondió el rostro en su pecho nuevamente sollozando suavemente Entonces quiero que seas mi papá mi papá de verdad doctora Clara limpió discretamente Una lágrima mientras
Patricia sonreía abiertamente bien la trabajadora social dijo creo que eso responde nuestra pregunta voy a preparar la documentación necesaria Pero antes que pudiese continuar Fueron sorprendidos por otra visita inesperada Rosa entró en el cuarto cargando una caja grande y colorida Disculpen interrumpir dijo pero llegó esto allá en casa es para Lía dentro de la caja había varios libros infantiles todos nuevos con una nota simple para ayudar a escribir tus propias historias con cariño Marina Lia miró para los
libros con una expresión compleja una mezcla de curiosidad rencor y algo que podría ser Perdón quieres que guarde Rosa preguntó gentilmente no necesitas decidir ahora qué hacer con ellos no Lía respondió después de un momento quiero quedarme con ellos pero pero quiero que papá lea para mí la palabra papá salió naturalmente de sus labios como si siempre hubiese pertenecido allí Ricardo sintió su corazón expandirse de una forma que no creía más posible desde la pérdida de Sofía qué tal si comenzamos ahora sugirió pegando uno de los libros
las señoras nos dan permiso Patricia y dotra Clara se despidieron prometiendo Volver al día sigiente para comenzar oficialmente el proceso de adopción Rosa quedó un poco más organizando el cuarto y preparando una merienda para más tarde cuando finalmente quedaron solos Ricardo abrió el primer libro era una historia sobre una niña que descubría que familia no era solo cuestión de sangre sino de amor y elecciones Había una vez comenzó a leer pero Lía lo interrumpió papá llamó probando la palabra nuevamente crees que a Sofía le gustaría conocerme
de tener una hermana la pregunta atingi a Ricardo como un puñetazo en el estómago pero no de forma dolorosa era más como si algo dentro de él finalmente se encajase en el lugar Sofía te habría amado mucho respondió su voz embargada así como yo amo a las dos l sonrió una sonrisa verdadera que iluminó su carita aún pálida entonces continúa la historia pidió acurrucando más cerca de él Quiero saber si tiene final feliz todas las historias pueden tener final feliz él respondió besando su frente depende de cómo escogemos
contarlas y así mientras la tarde caía allá afuera padre e hija ahora verdaderamente Unidos no por sangre sino por elección y amor comenzaron a escribir su propio capítulo de felicidad la recuperación aún sería larga había traumas a ser curados miedos a ser enfrentados confianza a ser reconstruida pero ahora tenían algo que ninguno de los dos tenía antes la certeza de que no necesitarían enfrentar nada solos porque a veces las familias más fuertes no son aquellas en las que nacemos sino aquellas que elegimos y
Ricardo y Lía se habían elegido salvándose el uno al otro en el proceso era un nuevo comienzo una nueva historia y esta vez ellos garantizarían que tendría un final feliz seis meses habían pasado desde los eventos en el hospital la primavera llegaba a la Ciudad de México trayendo consigo una Brisa cálida que hacía las cortinas del cuarto de Lía danzaran suavemente el antes una oficina fría e impersonal ahora transborda vida y color dibujos cubrían las paredes libros llenaban los estantes y juguetes cuidadosamente organizados ocupaban cada Rincón
disponible Ricardo observaba desde la puerta mientras Lía se arreglaba para su primer día de clases después de meses de terapia intensiva y preparación cuidadosa ella finalmente estaba lista para frecuentar la su cuerpecito antes tan frágil y desnutrido se había fortalecido sus mejillas estaban sonrojadas sus ojos brillaban con una alegría que antes parecía imposible cómo me veo preguntó girando para mostrar el uniforme nuevo su cabello ahora siempre bien cuidado Estaba preso en dos trenzas que Rosa había hecho con cariño hermosa Ricardo
respondió sintiendo su corazón hinchar de amor y orgullo lista para conocer a tus nuevos amigos Lia excitó por un momento mordiendo el labio inferior un hábito que aparecía siempre que estaba nerviosa y si no les gusto preguntó bajito si preguntan sobre sobre mi otra familia Ricardo se arrodilló para quedara mino sin la altura de ella Ajustando cariñosamente la cinta de una de las trenzas recuerdas lo que la doctora Clara dijo tú solo cuentas lo que quieras cuando quieras tu historia te pertenece a ti ella asintió pero aún
parecía preocupada papá puedo pedirte algo el término papá aún hacía el corazón de Ricardo saltar después de TR meses de proceso de adopción finalmente era oficial Lía era su hija No solo en 1900 el corazón sino también en los documentos Claro princesa Qué pasó podemos pasar por Aquel lugar antes de la escuela solo un minutito Ricardo sabía exactamente a qué lugar ella se refería era un ritual que habían establecido en los últimos meses visitar la tumba de Roberto antes de cada momento importante en la vida de Lía
Claro que podemos respondió suavemente voy a pegar las flores que Rosa separó el el cementerio estaba quieto a aquella hora de la mañana Lía caminaba con pasos seguros hasta el local que ya conocía también cargando un pequeño ramo de margaritas las flores preferidas de su papá adoptivo Hola papá Roberto dijo cuando llegaron a la tumba simple pero bien cuidada vengo a contarte que hoy es mi primer día de clases de verdad en una escuela de verdad Ricardo quedó algunos pasos atrás dándole a ella privacidad para conversar con Roberto era una
escena que siempre lo emocionaba ver có Lía conseguía mantener amor en su corazón por Roberto incluso después de todo que había pasado papá Ricardo compró una mochila linda para mí con unicornios ella continuó y rosa hizo trenzas igual te gustaba recuerdas que siempre decías que yo quedaba pareciendo una princesa con trenzas su voz falló un poco pero ella continuó quería que pudieras ver cómo estoy feliz ahora no necesito más tener miedo ni pasar hambre y aquella medicina que hacía que te pusieras diferente bien
Ahora no necesitas más de ella verdad Ahora estás descansando Ricardo sintió lágrimas silenciosas escurrir por su rostro había perdido tanto sufrido tanto pero aún mantenía una capacidad increíble de perdonar y amar Ah y tiene una cosa más ella añadió su voz más baja ahora recuerdas de mamá ella mandó más libros para mí la semana pasada papá Ricardo dijo que cuando yo esté lista puedo conocerla pero solo si quiero Cuando quiera Marina había mantenido su palabra manteniendo distancia pero ocasionalmente enviando pequeñ
presentes siempre libros siempre a través de Rosa siempre sin presión o exigencias creo que un día voy a querer Lía continuó No ahora pero un día porque tú siempre decías que guardar rencor en el corazón solo lastima a uno mismo y yo no quiero más quedar lastimada Ricardo dio un paso más para atrás enj discretamente las lágrimas como una niña de apenas 6 años podía tener tanta sabiduría necesito ir ahora Lia dijo arreglando las flores en el vaso prometo que vengo a contarlo todo después te amo papá Roberto cuando ella se viró sus
ojos también estaban marejados Pero había una sonrisa Serena en su rostro podemos ir papá llamó extendiendo la mano para Ricardo en el camino para la escuela Lía quedó unusual mente quieta Mirando por la ventana del coche con una expresión pensativa un peso por tus pensamientos Ricardo bromeó intentando aliviar la tensión estaba pensando en cuando te vi por primera vez ella respondió sorprendentemente en el puente Ricardo sintió su corazón apretar aquella noche parecía haber acontecido en otra vida parecías tan triste ella continuó Igual yo me sentía cuando papá Roberto bebía
aquella medicina mala y yo pensé si él salta nunca va a saber que puede mejorar y Tenías razón Ricardo respondió su voz embargada mejoré mucho mejor lías sonrió aquella sonrisa que iluminaba todo su rostro para mí también mejoró sabes por qué por qué Porque ahora tengo tres papás Ella dijo simplemente papá que incluso enfermo y triste Nunca me abandonó papá Vicente que incluso siendo malo Al inicio al final entendió que el amor es más importante que el orgullo y tú papá Ricardo que me escogiste incluso cuando No necesitabas Ricardo tuvo que
parar el coche por un momento sus manos temblando en el volante cómo ella conseguía decir cosas así que ating directo su corazón y mamá preguntó suavemente qué piensas sobre ella Lia quedó en silencio por un momento jugando con la alza de su mochila nueva creo que ella también estaba con mucho miedo respondió finalmente Igual tú tenías miedo de amar de nuevo después de Sofía pero sabes qué aprendí contigo papá qué Mi pequeña que uno puede tener miedo y aún así hacer lo correcto que el amor es más fuerte que
el miedo cuando llegaron a la escuela el patio estaba lleno de niños y padres despidiéndose Lía sujetó la mano de Ricardo con más fuerza todo va a salir bien Él aseguró voy a estar aquí esperando cuando termines prometes prometo y sabes que siempre cumplo mis promesas ella sonrió Ajustando la mochila en los hombros antes de entrar sin embargo se viró para él una última vez papá gracias por no desistir de mí de ti de nosotros Ricardo se arrodilló abrazándola fuerte nunca voy a desistir mi hija Nunca mientras observaba Lía entrar en la escuela cabeza erguida y pasos firmes
Ricardo pensó en Cómo la vida podía cambiar completamente en un instante un año atrás estaba listo para desistir de todo hoy tenía un motivo para para sonreír todas las mañanas su teléfono vibró era un mensaje de Javier Cómo fue el gran estreno Ricardo sacó una foto de Lía entrando en la escuela y envió al amigo junto con la respuesta perfecta como todo ha sido desde que ella entró en mi vida más tarde aquel día después de buscar a Lía en la escuela y oír todas sus historias animadas sobre su primer día después de la cena especial
que Rosa había preparado para conmemorar después de leer tres historias a la hora de dormir porque era un día especial y merecía más historias Ricardo se sentó en el sillón del cuarto de Lía observándola dormir en la pared opuesta a la cama un mural lleno de fotos contaba la historia de ellos Lía en el hospital ya sonriendo a pesar de los tubos y monitores Lía en su primer día en casa aún tímida y asustada Lía en el día de la adopción oficial sujetando orgullosamente los papeles Lía jugando en el parque nadando en la piscina haciendo pasteles con Rosa
viviendo todas las experiencias que un niño merece tener y en un estante especial cuidadosamente guardados estaban los regalos de Marina cada libro un puente para un futuro donde tal vez cuando Lía estuviera lista madre e hija pudiesen construir una nueva historia juntas al lado de la cama en una mesita había tres portarretratos uno con una foto antigua de Roberto sujetando a Lía bebé otro con una foto reciente de ella con Ricardo y en el medio una foto de Sofía porque Lía había insistido que su hermana del cielo como ella llamaba también necesitaba un lugar especial en el cuarto papá Lía llamó soñolienta
entre abriendo los ojos Hola princesa necesitas algo solo quería tener certeza de que estabas aquí ella murmuró ya volviendo a dormir a te amo también te amo mi hija Ricardo respondió su corazón transbordando de amor para siempre mientras la noche caía sobre la Ciudad de México Ricardo pensó en Cómo la vida era imprevisible en cómo a veces necesitamos perder el todo para encontrar algo aún más precioso en Cómo el amor puede nacer en los lugares más improbables en las circunstancias más difíciles pensó en Sofía que siempre
vivirían en su corazón en Roberto que a pesar de sus demonios había amado a Lía del jeito que podía en Marina que estaba lentamente aprendiendo que arrepentimiento también puede ser un camino para la redención en Vicente que al final escogió hacer lo correcto incluso que tarde de más para reparar todo el mal que había causado Pero principalmente pensó en Lía en cóm una pequeña niña tuvo coraje de extender la mano para un extraño en un puente ofreciendo Esperanza cuando todo parecía perdido en cómo ella le enseñó que familia no es apenas sangre sino
elección diaria de amar Y proteger era una historia improbable nacida del dolor pero transformada por el amor una historia de segundas oportunidades de recomien de corazones quebrados que encontraron cura unos en los otros una historia con final feliz No porque todo era perfecto aún había días difíciles aún había miedos e incertidumbres Pero porque ahora ellos enfrentaban todo eso juntos como familia una familia construida no por obligación o circunstancia sino por elección por amor y al final eso era todo lo que importaba