Un millonario adoptó a cuatro niños pobres de la calle con solo 5 meses de vida, y todos se rieron de él, pero lo que hicieron los niños lo cambió todo.
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Eduardo Santa María lo tenía todo: edificios enteros en la colonia Roma, propiedades lujosas en Cancún, departamentos con vista al Paseo de la Reforma. Tenía el respeto de los grandes empresarios y el temor silencioso de sus empleados. Era el tipo de hombre que no necesitaba levantar la voz para que todos se pusieran de pie. Su nombre abría puertas, cerraba tratos millonarios, aparecía en las listas de Forbes, pero nada de eso importaba ahora, nada.
Sentado solo en una fría sala de espera del Hospital Ángeles, con las manos temblando y el alma más vacía que nunca, escuchó las palabras que lo dejaron sin aire.
—Lo lamento, señor Santa María, es cáncer pancreático en etapa cuatro, es agresivo y ha avanzado —el médico, un hombre joven de acento norteño, hablaba con tono calmo, pero nada de lo que decía lograba penetrar del todo en la mente de Eduardo. Solo una frase se repetía como eco: le queda poco tiempo.
—¿Cuánto tiempo tengo? —preguntó con la voz rota, apenas audible.
—Entre tres y seis meses, tal vez menos, dependiendo de cómo evolucione.
Eduardo asintió lentamente, sin hacer preguntas. No lloró, no gritó. Se levantó, se abotonó el saco de lino azul marino y salió por el pasillo como si viniera de cerrar una reunión cualquiera. Nadie lo detuvo, nadie notó que acababan de darle una sentencia de muerte.
En el estacionamiento, su chófer Tomás lo esperaba con el auto encendido.
—¿Todo bien, licenciado?
—Sí, Tomás, vámonos a casa.
Pero casa no era un hogar, era un penthouse silencioso en la torre más alta de Polanco. Su refrigerador solo contenía agua mineral y un par de botellas de vino. No había fotos familiares, ni risas, ni rastros de humanidad. Apenas un sillón de cuero, una pantalla de 70 pulgadas y una vista que parecía más cárcel que paraíso.
Esa noche, Eduardo se sentó frente al ventanal con una copa de vino tinto que no tocó. Observó las luces de la ciudad como si las viera por primera vez. Se preguntó en qué momento dejó de vivir. Recordó las veces que su hermano Leonel le ofreció invitarlo a las fiestas familiares y él siempre decía que no. Las veces que su madre, cuando aún vivía, le pedía que dejara el trabajo por unos días para ir a Cuernavaca a respirar aire limpio. Él siempre decía:
“No puedo, estoy cerrando un trato.”
Ahora, ¿de qué servía todo eso? ¿De qué servían los millones si no tenía a quién abrazar cuando el miedo le apretaba el pecho? ¿A quién le dejaría su imperio? ¿Quién lo lloraría cuando se fuera?
A la mañana siguiente, Eduardo no fue a la oficina por primera vez en 30 años. Caminó sin rumbo por las calles de la Ciudad de México, vestido como un hombre común. Cambió el Bentley por un Uber, caminó por la Alameda Central, donde los niños corrían entre las fuentes, comió un tamal con champurrado en la calle, y la señora que lo atendió le dijo:
“Tiene cara de que le falta amor, joven.”
Y no pudo evitar soltar una carcajada amarga.
“Tal vez sí, señora, tal vez sí.”
Más tarde, ya casi al anochecer, al cruzar un semáforo en la colonia Doctores, vio a un grupo de niños sentados en la banqueta. Vendían chicles, mazapanes y limpiaban parabrisas. Tenían la ropa sucia, los rostros quemados por el sol, pero reían con fuerza, como si la vida fuera un juego.
Uno de ellos, un niño de no más de 8 años, lo miró con curiosidad. Tenía los ojos grandes, llenos de vida, se acercó sin miedo.
—¿Quiere un mazapán, señor? No más cinco pesitos.
Eduardo metió la mano al bolsillo y le dio un billete de 500.
—No tengo cambio —dijo el niño, sorprendido.
—Es tuyo —respondió Eduardo, sin pensar demasiado.
—¿En serio? ¡Sí! —gritó el niño, corriendo hacia los otros niños—. ¡Diego, Lupita, Mateo, Tomás, un señor me dio 500 pesos!
Todos se acercaron como imán, mirándolo con una mezcla de respeto, sorpresa y emoción.
—¿Y usted qué hace por aquí, señor elegante? —preguntó una niña con trenzas y voz aguda.
—Solo caminaba, vi sus risas y me detuve.
—¿Quiere jugar rayuela con nosotros? —preguntó otro con la nariz mocosa.
Eduardo dudó. Su reloj costaba lo mismo que el coche de medio México, su camisa estaba recién planchada, y sus zapatos italianos no eran precisamente para saltar sobre un dibujo de gis. Pero algo en su pecho, algo que llevaba dormido por años, se despertó.
—Rayuela, hace décadas que no juego —eso murmuró.
—Entonces le toca, ¡va usted! —gritaron todos.
Eduardo se inclinó, soltó la copa de su suerte, se quitó el saco y, con un salto torpe, comenzó a jugar. Los niños aplaudían y se reían cada vez que pisaba una línea. Él también reía, por primera vez en años, reía.
Esa noche, Eduardo regresó al penthouse, sin vino, sin televisión. Se sentó frente a su ventana, pero esta vez no para lamentarse. Pensaba en esos niños, en sus risas, en la forma en que lo miraban sin juzgar, sin saber quién era, solo como un hombre más. Y se preguntó, ¿quiénes eran? ¿Dónde dormían? ¿Tenían familia? ¿Por qué estaban solos en la calle?
Algo dentro de él comenzó a moverse. Por primera vez, su corazón, acostumbrado al mármol y al silencio, palpitaba por alguien más.
El lunes por la mañana, las oficinas de Santa María Inversiones estaban agitadas. Las luces de los elevadores no paraban de moverse los asistentes revisaban itinerarios y los abogados hacían llamadas urgentes pero la oficina principal en el último piso estaba vacía el licenciado no ha llegado preguntó con nerviosismo una de las secretarias no ni ha respondido los correos dice Tomás que lo dejó en su departamento anoche pero que no tiene idea de sus planes respondió el gerente de operaciones revisando su celular mientras su mundo empresarial comenzaba a sospechar que algo no andaba bien Eduardo caminaba nuevamente por la
colonia Doctores buscando con la mirada a los mismos niños de la tarde anterior se detuvo frente al mismo semáforo en la misma esquina allí estaban Diego Lupita Mateo y Tomás sentados en la banqueta con una bolsa de dulces entre las piernas y las sonrisas intactas el señor del Mazapán Caro” gritó Diego corriendo hacia él eduardo rió ¿se puede saber cómo es que recuerdas a alguien con un solo encuentro es que no todos los días aparece un señor de traje a jugar rayuela respondió Lupita con picardía ¿y ustedes no deberían estar en
la escuela los niños se miraron entre sí un silencio incómodo se instaló por unos segundos hasta que Mateo respondió con la mirada baja no tenemos a nadie que nos lleve y sus papás no están dijo Tomás rápidamente como si quisiera evitar más preguntas eduardo los observó con detenimiento los cuatro tenían el cabello enmarañado la ropa rota en los bordes y una delgadez que dolía a pesar de eso sonreían jugaban sobrevivían ¿dónde viven a veces en un cuarto que compartimos con más niños a veces en la calle a veces donde nos agarre la noche dijo Diego con una
naturalidad que le rompió algo por dentro esa noche Eduardo no pudo dormir la imagen de los niños lo perseguía se revolvía en la cama escuchaba el zumbido del refrigerador y sentía un vacío nuevo distinto al que lo había acompañado toda su vida este tenía nombre tenía caras al día siguiente regresó a buscarlos esta vez llevó comida tamales jugos galletas los niños corrieron a su encuentro como si lo conocieran de toda la vida eduardo trajo desayuno por primera vez alguien lo llamaba por su nombre sin que fuera en
una sala de juntas sin títulos sin miedo se sentaron en círculo sobre la banqueta eduardo los observaba mientras comían como si fuera la primera vez en días en sus gestos vio lo que nunca había tenido compañía sincera risas reales ustedes saben leer y escribir yo sé firmar dijo Mateo alzando la mano con orgullo yo sé escribir Lupita con lápiz dijo ella sonriendo eduardo tragó saliva algo se revolvía en su pecho un instinto extraño desconocido nacía dentro de él y por primera vez pensó en algo que jamás había
imaginado y sí esa misma tarde llamó a un viejo conocido suyo el licenciado Alfredo Lozano abogado en derecho familiar alfredo necesito que investigues la situación legal de unos niños son cuatro no tienen padres a la vista y viven en la calle quiero saber si es posible adoptarlos adoptarlos tú sí eduardo Santa María quiere convertirse en padre de cuatro niños ¿estás bien no estoy muriéndome Alfredo pero quiero hacer algo que valga la pena antes de irme el silencio del otro lado de la línea fue largo mándame los nombres
yo me encargo en los días siguientes Eduardo comenzó a visitarlos con regularidad les compraba ropa comida mochilas les enseñaba a usar el celular les hablaba de ciudades que jamás habían oído pero lo más importante los escuchaba ¿por qué haces esto preguntó Tomás un día mientras se probaba unos tenis nuevos porque nunca tuve hijos y tal vez ustedes me están enseñando lo que es tener una familia una tarde los llevó a Chapultepec fue un día largo lleno de juegos algodón de azúcar barquitos en el lago los niños no podían creer que alguien les comprara entradas para el
zoológico eduardo los observaba como un padre orgulloso aunque aún no se atrevía a usar esa palabra ¿nos vas a llevar contigo algún día?” preguntó Diego ¿conmigo a dónde a tu casa tienes casa ¿no eduardo se quedó callado su pentou se le parecía ahora más vacío que nunca demasiado pulcro demasiado silencioso para risas como las de ellos tal vez pronto respondió acariciando el cabello de Diego esa misma noche recibió una llamada de Alfredo eduardo tenemos un problema ¿qué tipo de problema los niños no son oficialmente huérfanos hay registros antiguos al parecer tienen madre su
nombre es Isabel Ramírez eduardo se quedó en silencio ¿dónde está ella eso aún no lo sabemos pero si está viva será más complicado de lo que pensábamos tres días pasaron sin que Eduardo pudiera ver a los niños llovía en la ciudad y el viento golpeaba con fuerza las ventanas de su pentouse miraba su celular cada hora esperando algún mensaje de Alfredo con novedades sobre la madre pero nada llegaba la incertidumbre le pesaba más que el diagnóstico sentía que el tiempo corría en su contra como un reloj de arena que ya había sido volteado una vez fue el
viernes por la tarde cuando decidió regresar a la misma esquina en la colonia Doctores bajo un cielo gris y amenazante se bajó del coche sin paraguas sin saco con el rostro endurecido por la preocupación caminó los pocos metros hasta el semáforo donde los había conocido y ahí estaban lupita lo vio primero eduardo volviste los demás corrieron hacia él empapados cubriéndose con bolsas de plástico diego tenía una tos seca que lo obligaba a doblarse con cada golpe de aire ¿dónde estuvieron los he buscado toda la semana
nos sacaron del cuartito donde dormíamos” respondió Mateo sin rodeos unos policías dijeron que no podíamos estar ahí y después nos fuimos al metro añadió Lupita abrazando una caja de mazapanes dormimos dos noches ahí eduardo sintió un nudo en la garganta sus manos temblaban de rabia e impotencia ¿cómo era posible que esos niños estuvieran a la deriva sin que a nadie le importara ¿cómo nadie más los veía ¿no deberían estar aquí murmuró entonces nos va a llevar con usted preguntó Diego mirándolo directo a los ojos eduardo se agachó a su altura
lo tomó de los hombros y respondió con toda la firmeza que le quedaba sí los voy a sacar de aquí pero necesito tiempo no es tan fácil como parece ¿no quiere decir que nos va a abandonar preguntó Tomás con una voz que parecía de alguien mucho mayor que sus años nunca se los prometo esa noche Eduardo se comunicó de nuevo con Alfredo necesito una solución temporal no puedo dejarlos en la calle mientras resolvemos lo de la madre ¿podrías ingresarlos a un albergue estatal no no confío en esos lugares he visto
reportajes quiero algo digno seguro entonces tendrás que conseguir una medida de protección provisional pero Eduardo todo se complica si aparece la madre si ella quiere a sus hijos de vuelta legalmente tú no puedes hacer nada y si ella no los quiere y si los dejó porque no podía cuidarlos entonces tenemos una oportunidad pero hay que encontrarla al día siguiente Eduardo contrató a un investigador privado le entregó los nombres de los niños y la última dirección vinculada a Isabel Ramírez la madre mientras tanto mandó preparar un
departamento modesto en la colonia Narbarte quería que los niños tuvieran un lugar seguro lejos de su mundo de mármol y silencio cuando regresó a la colonia Doctores los encontró otra vez en la misma esquina esta vez trajo con él a una mujer de confianza una exniñera jubilada llamada doña Clarita a quien conocía desde niño ella los cuidará por un tiempo van a vivir en un lugar limpio con camas comida caliente y televisión ¿y tú preguntó Lupita “¿No vas a vivir con nosotros?” Iré todos los días pero necesito resolver unas cosas
antes no nos vas a dejar jamás los niños aceptaron sin más subieron al coche como si se tratara de una excursión al llegar al departamento se maravillaron con cada cosa las cortinas los cojines los dibujos en las paredes “aquí vamos a dormir” preguntó Mateo “aquí vivirán por ahora.
” Doña Clarita le sirvió chocolate caliente y quesadillas con jamón eduardo se quedó observándolos desde la puerta de la cocina era un extraño sentimiento mezcla de orgullo tristeza esperanza no sabía si estaba haciendo lo correcto pero por primera vez en su vida sentía que estaba haciendo algo real cuando volvió a su pentuse esa noche tenía dos mensajes en el celular uno de Alfredo y otro del investigador abrió primero el de Alfredo la solicitud de custodia temporal fue aceptada mientras no aparezca un familiar directo que reclame la patría potestad puedes actuar como su tutor provisional luego el del
investigador encontré a Isabel Ramírez trabaja en una maquiladora en Esahualcoyot parece que vive sola ¿quieres que la contacte eduardo se quedó quieto con el celular en la mano el corazón le latía con fuerza había llegado el momento que tanto temía la madre estaba viva y todo podía cambiar pero antes de decidir nada esa noche volvió al departamento de la Narbarte encontró a los niños dormidos cada uno con una cobija distinta diego abrazaba un peluche nuevo lupita tenía un cuaderno abierto con dibujos
torpes de una casa y una figura con traje y corbata que llevaba su nombre Eduardo se sentó en la sala apagó su celular y por primera vez en años lloró no por miedo no por dolor lloró porque ya no podía imaginar una vida sin ellos el domingo amaneció nublado en la ciudad de México una brisa ligera cruzaba las calles aún dormidas y los primeros rayos de sol apenas tocaban los tejados de la colonia Narbarte cuando Eduardo llegó al pequeño departamento tocó la puerta con suavidad doña Clarita abrió con una
sonrisa cálida y la mirada algo cansada pásele licenciado los niños todavía están dormidos ayer jugaron hasta que no pudieron más eduardo entró en silencio se quitó los zapatos para no hacer ruido y caminó hacia la sala sobre la alfombra había piezas de Lego papeles con dibujos envoltorios de dulces y un par de mochilas nuevas el ambiente olía a pan dulce y a infancia se acercó a la habitación donde dormían cuatro camitas pequeñas acomodadas una al lado de la otra diego y Mateo roncaban suavemente lupita dormía abrazada a una almohada y Tomás tenía los pies colgando
del colchón eduardo los observó largo rato una ternura nueva le recorría el pecho no podía negarlo más ya eran parte de él ¿le sirvo un café preguntó Clarita desde la cocina por favor” respondió aún con la voz baja sentados a la mesa Eduardo le confesó todo “estoy enfermo Clarita tengo cáncer y no me queda mucho tiempo.
” La mujer lo miró en silencio conteniendo las lágrimas “por eso quiero hacer esto quiero darles algo un hogar un futuro.” Pero apareció la madre clarita suspiró profundamente ¿y usted cree que esa mujer quiere recuperarlos no lo sé pero mañana iré a verla necesito saber quién es qué siente porque los dejó y si le pide que se aleje de ellos ¿usted qué va a hacer eduardo no respondió porque no tenía respuesta al día siguiente llegó a la maquiladora en Esahualcoyotla acompañado por Alfredo el lugar era una nave industrial gris con un portón oxidado y un letrero que apenas se leía dentro el sonido de las máquinas de
coser era ensordecedor cientos de mujeres trabajaban sin descanso bajo la mirada indiferente de un supervisor “ahí está” dijo Alfredo señalando a una mujer de cabello recogido espalda recta y manos que se movían con precisión sobre la tela eduardo la observó desde lejos no se parecía en nada a lo que había imaginado no era una mujer perdida ni enferma era fuerte enfocada y su rostro aunque cansado tenía una expresión serena esperaron a que saliera en su hora de comida isabel caminó hacia un puesto de tortas frente a la maquiladora llevaba una bolsa de tela colgando del hombro y saludó al vendedor
con familiaridad eduardo se le acercó con cautela isabel Ramírez ella se giró con desconfianza lo miró de arriba a abajo desconfiada tensa ¿quién pregunta mi nombre es Eduardo Santa María soy empresario hace poco conocí a sus hijos el rostro de Isabel se endureció de inmediato dio un paso atrás ¿qué les hizo nada todo lo contrario quiero hablar con usted sobre ellos ella dudó unos segundos pero finalmente aceptó sentarse en una banca cercana no entiendo qué quiere de mí dijo cruzándose de brazos si viene a juzgarme no pierda su
tiempo hice lo que tuve que hacer no vengo a juzgarla solo quiero entender ellos dicen que usted se fue y es verdad me fui pero no los abandoné eduardo guardó silencio ella lo miró con los ojos llenos de una tristeza antigua el papá de los niños era un monstruo me golpeaba nos golpeaba un día casi mata a Mateo porque tiró una sopa entonces decidí irme buscar trabajo conseguir dinero para llevarlos lejos pero no pude regresar me quitaron el acceso a la casa me amenazó con matarme si volvía a acercarme y no denunció ¿a quién ¿a la policía que lo
conoce desde niño a los vecinos que miraban para otro lado no señor santa María no tenía a dónde ir y ahora ahora estoy juntando dinero para volver por ellos aunque me cueste la vida eduardo sintió un vacío en el estómago no era la respuesta que esperaba en su mente había imaginado a una madre desinteresada incluso cruel pero lo que tenía frente a él era a una mujer rota que había hecho lo imposible por proteger a sus hijos y fracasado ellos creen que los dejó que no los quería isabel cerró los ojos no me culpe por eso hice lo que pensé que era lo mejor y cada noche
desde que me fui me duermo repitiendo sus nombres eduardo dudó pero decidió dar el siguiente paso están conmigo bajo mi custodia provisional les conseguí una casa comida escuela están bien pero me necesitan y yo a ellos isabel lo miró sorprendida ¿y por qué haría eso alguien como usted porque estoy muriendo y porque me dieron algo que nadie más me había dado en esta vida amor sincero isabel bajó la mirada no dijo nada por varios segundos ¿y usted qué espera de mí que los vea que hable con ellos que les diga la verdad pero también que no los
lastime ellos no soportarían otra herida isabel asintió lentamente dígales que su madre está viva y que quiere verlos pero que antes necesita sanar un poco solo un poco más eduardo tardó dos días en procesar todo lo que había escuchado de boca de Isabel su historia se le había quedado grabada como una herida nueva latiendo fuerte en medio del pecho durante las noches se despertaba con los ojos clavados en el techo preguntándose qué hacer ¿era correcto seguir adelante con su impulso de adoptarlos tenía derecho de quitárselos a su madre
aunque ella los hubiera dejado por razones comprensibles y si moría en pocos meses y les dejaba otro vacío el miércoles por la tarde volvió al departamento de la Narbarte apenas abrió la puerta Mateo salió corriendo a abrazarlo eduardo ¿dónde estabas lupita dice que ya no vas a venir claro que voy a venir Mateo siempre que pueda y siempre puedes eduardo sonrió con tristeza estoy haciendo lo posible para que sí dentro todo parecía en calma doña Clarita tejía en la sala lupita leía un cuento en voz alta tomás organizaba sus juguetes y Diego jugaba con una pequeña
consola portátil pero en cuanto lo vieron todos corrieron hacia él nos vas a llevar al parque otra vez ya trajiste más colores podemos comer pizza eduardo los miraba como si el tiempo se le escapara entre los dedos como si supiera que cada momento con ellos valía oro antes que todo eso dijo “Necesito hablar con ustedes.
” Los cuatro lo sentó en el sillón frente a él se agachó para estar a su altura lo que iba a decir no sería fácil pero tampoco podía mentirles su mamá Isabel está viva los niños se quedaron en silencio nadie se movió nadie dijo nada fue Lupita quien rompió el silencio ¿dónde está trabaja en un lugar lejos de aquí está bien está viva y me pidió que les dijera que los ama que nunca los dejó por no quererlos entonces ¿por qué no vino preguntó Tomás con un temblor en la voz porque tuvo que huir de alguien que les hacía daño ella pensó que era lo mejor en ese momento va a venir por nosotros preguntó Diego con los ojos llenos de
lágrimas quiere verlos pero necesita un poco más de tiempo me pidió que se los dijera que tengan paciencia lupita bajó la cabeza mateo apretó los puños el silencio en la sala era espeso doloroso yo no quiero verla dijo Mateo al fin ella nos dejó solos no nos quiso agregó Tomás si los quiso corrigió Eduardo con firmeza solo que tuvo miedo y a veces cuando uno tiene miedo comete errores lupita lo miró con los ojos vidriosos ¿tú también tienes miedo todo el tiempo respondió él con una sonrisa triste aquella noche cuando los niños ya
dormían Eduardo se quedó en la sala con doña Clarita ella le sirvió un té de manzanilla y lo miró en silencio ya no hay vuelta atrás ¿verdad no ya no respondió él ¿qué vas a hacer seguir adelante con todo dos días después Eduardo y Alfredo se reunieron en la oficina de un juez de lo familiar para iniciar formalmente el proceso de adopción alfredo llevaba una carpeta con todos los documentos exámenes psicológicos estudios socioeconómicos referencias personales “no va a ser fácil” dijo Alfredo “eres un hombre soltero sin experiencia como padre y con una enfermedad terminal pero si logramos
probar que tú eres lo mejor para ellos tenemos una oportunidad.” Mientras tanto al otro lado de la ciudad Isabel se presentaba en una clínica del DI en busca de asistencia legal había decidido luchar por sus hijos no sabía contra quién exactamente pero no iba a quedarse de brazos cruzados si había un hombre rico que los tenía tendría que demostrar que su amor valía más que cualquier fortuna y así sin saberlo dos mundos opuestos se pusieron en marcha isabel desde su salario de obrera desde su pasado lleno
de golpes Eduardo desde su torre de cristal desde su miedo a la muerte ambos queriendo lo mismo proteger a esos cuatro pequeños pero el primer obstáculo no vino ni de los tribunales ni de Isabel vino de alguien más cercano una mañana mientras Eduardo tomaba café en la terraza de su pentous recibió una visita inesperada era Leonel su hermano menor un hombre arrogante con sonrisa ensayada y trajes caros siempre lo había envidiado aunque jamás lo admitiera ¿qué estás haciendo Eduardo ¿a qué te refieres a lo de los niños me enteré por tu
abogado vas a adoptar a cuatro mocosos de la calle tú Eduardo dejó la taza sobre la mesa sí ¿y estás enfermo hermano te quedan meses ¿qué clase de decisión es esa no estás en condiciones de cuidar ni a un perro no vine a discutir contigo no te lo digo por mí te lo digo por ellos ¿sabes lo que va a pasar cuando mueras ¿a dónde van a ir ¿te imaginas el trauma por eso quiero darles algo ahora un hogar una familia algo mejor que la calle leonel se levantó furioso esto es un error y no voy a quedarme cruzado de brazos eduardo lo miró con frialdad haz lo que
quieras pero esta vez no voy a retroceder esa noche volvió con los niños jugó cartas con ellos les leyó cuentos los ayudó con tareas escolares y cuando Diego medio dormido murmuró “¿Tú también te vas a ir como mi mamá?” Eduardo acarició su cabeza tal vez pero no sin antes enseñarte a quedarte con lo bueno el proceso legal había comenzado oficialmente eduardo acompañado por Alfredo presentaba ante el juzgado de lo familiar una solicitud formal para adoptar a los cuatro hermanos: Diego Mateo Lupita y Tomás sabía que la ley no era sencilla menos aún para un hombre soltero sin
historial como padre y con un diagnóstico terminal pero no pensaba dar un paso atrás aunque le costara los pocos meses que le quedaban de vida los niños sin saber los detalles legales vivían sus días con alegría creciente despertaban con desayuno caliente iban a la escuela hacían tareas en una mesa grande y dormían con cobijas limpias cada noche Eduardo pasaba a despedirse de cada uno dejando un beso en la frente de Diego acomodando el peluche de Tomás recogiendo el cuaderno de dibujos de Lupita y acariciando el
cabello de Mateo sin embargo esa paz estaba por romperse una tarde mientras jugaban en el parque un hombre se acercó con actitud desafiante traje gris barba de dos días gafas oscuras era un enviado del DIV acompañado por dos oficiales señor Eduardo Santa María sí ocurre algo hemos recibido una denuncia anónima sobre la custodia irregular de estos menores necesitamos hablar con usted y con los niños ahora Eduardo sintió una punzada en el pecho no por miedo a perder sino por la amenaza que caía como sombra sobre esos
cuatro rostros inocentes “los niños están bajo custodia provisional con autorización judicial” explicó sacando del portafolio una copia del documento firmado por el juez “lo sabemos pero esta denuncia va más allá se le acusa de utilizar a los niños para fines económicos y mediáticos supuestamente los está comprando para limpiar su imagen los niños escuchaban todo confundidos ¿qué está pasando Eduardo preguntó Lupita acercándose a él nada mi amor solo unos señores que quieren molestar un rato eduardo se volvió a la gente con firmeza
esto no es más que una estrategia sucia mi hermano Leonel está detrás de esto tendremos que abrir una investigación sentenció el hombre del DIF le sugerimos que no saque a los niños del domicilio registrado hasta que esto se aclare esa noche la tensión era palpable doña Clarita trataba de mantener la calma pero su mirada decía todo eduardo dio vueltas por la sala durante horas mientras Alfredo en llamada le explicaba lo que venía leonel presentó una denuncia por tráfico de menores disfrazado de adopción dice que estás mentalmente
inestable y que tu enfermedad afecta tu juicio y el juez por ahora el proceso sigue pero hay presión la prensa ya empezó a enterarse ese malnacido murmuró Eduardo apretando los dientes nunca fue capaz de amar a nadie y ahora quiere impedir que yo lo haga a la mañana siguiente los niños notaron el cambio no vamos a ir al parque hoy preguntó Diego no enano hoy no pero mañana quizá dijo Eduardo sonriendo con dificultad ¿es por los señores malos de ayer preguntó Mateo eduardo se arrodilló frente a ellos a veces cuando alguien hace algo
bonito hay quienes no lo entienden pero no se preocupen todo va a estar bien mientras tanto en otro rincón de la ciudad Isabel también se enteraba de la denuncia su asesor legal del DIF le mostró un informe “hay un conflicto familiar en la otra parte” le explicó el hermano del señor Santa María presentó cargos para detener la adopción podría ser tu oportunidad ¿oportunidad para qué para que el juez te otorgue la custodia directamente eres la madre biológica el estado siempre prioriza eso isabel guardó silencio se le revolvía el
estómago no por miedo sino por la duda estaba lista ¿podía realmente ser madre otra vez después de todo lo que había pasado ¿puedo verlos sí con orden judicial ¿quieres iniciar el trámite isabel bajó la mirada aún no quiero hacerlo bien quiero que me reconozcan no que me teman de vuelta en la oficina de Santa María Inversiones Leonel celebraba discretamente había filtrado la denuncia a ciertos periodistas y uno de los portales de noticias más leídos de la ciudad publicó el titular Multimillonario Terminal ¿a niños callejeros filantropía o manipulación
mediática los comentarios no tardaron en llegar algunos lo defendían pero otros otros hablaban de intereses ocultos de chantaje emocional incluso de explotación infantil eduardo lo leyó todo sin decir una palabra apagó su computadora se recostó en el sofá de su oficina y cerró los ojos sintió como el dolor en su abdomen regresaba más fuerte más agudo sabía lo que significaba el cáncer no se había detenido había vuelto a moverse aún así esa noche fue al departamento los niños lo esperaban con dibujos con cuentos con preguntas sobre
el universo “¿tú crees que los astronautas se sienten solos allá arriba?” preguntó Lupita eduardo sonrió creo que sí pero también aprenden a ver la tierra desde lejos y cuando vuelven aprecian todo más diego se acercó y le entregó una hoja doblada era un dibujo de los cuatro niños tomados de la mano con Eduardo arriba con letras torcidas decía “Gracias por no soltarnos.
” Él contuvo las lágrimas sabía que no podía prometerles que estaría siempre pero sí podía prometer algo más real que pelearía por ellos hasta el último aliento durante semanas la sombra de la denuncia se mantuvo sobre Eduardo como una nube persistente aunque la custodia provisional seguía vigente el proceso de adopción estaba virtualmente congelado el juez pedía más evaluaciones psicológicas nuevas entrevistas informes de salud todo se movía con la lentitud de una maquinaria burocrática acostumbrada a mirar con lupa cuando el amor se sale de lo
convencional y en medio de todo eso una duda punzante ¿dónde estaba Isabel eduardo no había vuelto a saber de ella tras aquel encuentro en Esahualcoyotl ella simplemente desapareció no respondía a los mensajes no acudía a las citas legales su silencio comenzaba a generar sospechas para algunos era señal de abandono para otros una estrategia una mañana mientras salía de una evaluación médica en el hospital ABC Eduardo recibió una llamada inesperada del investigador privado la encontré de nuevo vive en un cuarto rentado en Itapalapa cerca del mercado de la viga
pero no está sola ¿con quién vive con un hombre al parecer eso es pareja el padre de los niños el corazón de Eduardo se aceleró ¿está con ese desgraciado no puedo asegurarlo al 100% pero sí coincide con la descripción que me diste se llama Saúl Hernández tiene antecedentes por violencia familiar eduardo se detuvo en seco en plena banqueta el tráfico zumbaba a su alrededor pero su mente estaba en otro lugar y los niños saben esto ¿no y no deberías decirles nada aún horas después en una oficina del DIF Isabel se sentaba frente a una trabajadora social que le preguntaba lo mismo por tercera vez
¿está usted conviviendo con el padre de los niños isabel apretó los dientes no es convivencia es es temporal no tengo donde más quedarme ¿y es consciente de que eso pone en duda su capacidad para recuperar la custodia sí dijo tragando saliva pero también sé que no soy una criminal soy una mujer sola sobreviviendo la funcionaria suspiró usted sabe que el tribunal prioriza la estabilidad el señor Santa María a pesar de su diagnóstico ha provisto un entorno estable afectivo y sin antecedentes isabel desvió la mirada me está diciendo que él tiene más derecho
que yo a estar con mis hijos no le estoy diciendo que en este momento él representa menos riesgo esa noche Eduardo no durmió las imágenes de los niños riendo dibujando peleando por quien iba a leer el cuento antes de dormir se mezclaban con la cara dura y ausente de Saúl Hernández si él regresaba si él siquiera tocaba a alguno de ellos otra vez el dolor en el costado volvió con violencia cayó de rodillas en el baño sudando frío jadeando cuando logró incorporarse lo primero que hizo fue llamar a Alfredo quiero que encontremos la forma de blindar legalmente a los
niños si esa mujer regresa con ese hombre no puede acercarse a ellos pero Eduardo si haces eso será una guerra abierta ella podría alegar alienación parental no me importa no voy a dejar que ese tipo vuelva a acercarse y sin decir más colgó al día siguiente Alfredo entregó un recurso urgente ante el juzgado una solicitud para investigar el entorno actual de la madre biológica si se comprobaba que vivía con una persona violenta podría perder cualquier posibilidad de recuperar la custodia pero no todo se mantenía oculto una noche mientras se lavaban los dientes
Lupita le hizo una pregunta inesperada a Eduardo nuestra mamá nos va a llevar ¿por qué preguntas eso porque la maestra dijo que si nuestra mamá viene por nosotros tenemos que ir con ella eduardo se agachó a su nivel con voz firme pero dulce le respondió “Solo si tú quieres nadie puede obligarte a nada ¿de acuerdo pero ¿y si ella no quiere vivir con nosotros ¿y si está con él ¿con quién?” Lupita bajó la voz con mi papá el que le gritaba el que pateó a Diego una vez el corazón de Eduardo se rompió en mil
pedazos nadie escúchame bien nadie va a hacerles daño mientras yo esté con ustedes ¿lo prometes lo prometo esa misma noche Eduardo volvió a grabar videos era algo que había empezado a hacer en secreto desde que le confirmaron la recaída grababa mensajes para cada niño consejos chistes confesiones quería dejarles algo que no muriera con él encendió la cámara respiró hondo y habló mateo cuando sientas miedo cierra los ojos y respira como te enseñé nada dura para siempre ni el dolor lupita nunca dejes que nadie apague tu voz eres fuerte más de lo que
sabes diego tú vas a cambiar el mundo aunque sea con una sonrisa tomás mi valiente Tomás nunca dudes de lo que vales y si alguna vez me extrañan vean esto estoy con ustedes siempre en un rincón de Iztapalapa Isabel también lloraba no tenía televisión no tenía cama propia solo un colchón en el suelo una maleta con ropa usada y el eco de la voz de Saúl en la cocina ordenándole que saliera temprano al día siguiente a buscar más horas en la maquila apretó contra su pecho una camiseta vieja que aún olía a los niños y supo sin que nadie se lo dijera que
estaba perdiendo la guerra porque ellos ya no la llamaban mamá ya decían Eduardo con el corazón el lunes siguiente Eduardo decidió ir personalmente a Iztapalapa no iba con abogado ni guardaespaldas solo llevaba una carpeta en la mano y la determinación en la mirada había llegado la hora de enfrentar el pasado de frente isabel vivía en una vecindad vieja con paredes agrietadas y ropa colgando en los cables como banderas improvisadas eduardo tocó la puerta metálica con fuerza tardaron varios minutos en abrir cuando finalmente lo hicieron no fue
Isabel quien apareció “¿tú quién eres?” preguntó el hombre de voz ronca y ojos pequeños eduardo Santa María “¿Y tú debes ser Saúl?” El hombre lo miró con desconfianza detrás de él una radio vieja escupía música ranchera a todo volumen eduardo no esperó una invitación simplemente lo empujó suavemente con el cuerpo y entró oye ¿qué te pasa cabrón tranquilo dijo Eduardo sin levantar la voz no vine a discutir vine a hablar con Isabel pues no está y aunque estuviera no tiene nada que hablar contigo eduardo dio un paso más
explorando con la mirada el interior del cuarto una cama sucia latas de cerveza vacías platos acumulados olía a encierro a abandono a derrota escúchame bien Saú no sé por qué estás con ella ni que le prometiste pero si te acercas a esos niños te juro que no te va a alcanzar la ley ni tu sombra para esconderte el hombre sonrió con burla ah sí ¿y tú quién eres su nuevo marido rico el papá sustituto soy el único que ha estado ahí cuando ellos lloran por las noches cuando sueñan con golpes cuando preguntan porque su padre
les tuvo miedo y no amor saúl frunció el ceño lárgate de mi casa geey antes de que me olvide que soy civilizado no es tu casa ni tu familia ni tu historia tú eres solo una cicatriz y yo me encargaré de que no vuelvas a abrirla eduardo se giró y salió sin esperar respuesta el corazón le latía con fuerza la náusea le subía por el estómago pero había dicho lo que necesitaba decir y no se arrepentía horas más tarde Isabel llegó y encontró a Saúl bebiendo frente a la televisión ¿qué hiciste nada el ricachón vino a hacerse el héroe
ya te dije que ese güey solo está jugando a ser papá isabel lo miró fijamente algo dentro de ella se quebró él no juega tú sí y por primera vez en años empacó sus cosas salió sin avisar a nadie solo con su bolsa de tela y sus lágrimas escondidas no sabía a dónde iba pero sabía de quién huía mientras tanto en la oficina de Alfredo las cosas se complicaban leonel el hermano de Eduardo había conseguido una audiencia con el juez llevaba nuevas pruebas incluyendo informes médicos actualizados que confirmaban el deterioro del estado de salud de Eduardo tu hermano quiere que
te declaren incapaz legalmente está pidiendo la tutela de tus bienes y de los niños en caso de que fallezcas eduardo cerró los ojos sintió que el mundo se le venía encima no voy a permitirlo entonces tenemos que responder mañana en el juzgado prepara a los niños el juez quiere hablar con ellos la noticia cayó como una piedra en la casa de Narbarte diego se puso pálido lupita empezó a llorar tomás se escondió en el baño y Mateo no dijo nada por horas nos van a separar preguntó Diego con la voz rota no mi amor dijo Eduardo arrodillándose frente
a ellos pero necesito que sean valientes mañana solo tienen que decir la verdad lo que sienten nadie puede obligarlos a mentir ¿y si dicen que no somos tus hijos preguntó Tomás desde la puerta del baño entonces les decimos que las familias no siempre nacen a veces se construyen al día siguiente en la audiencia el juez un hombre canoso de rostro severo pero mirada atenta pidió que los niños entraran por separado mateo fue el primero se sentó nervioso pero habló con voz firme eduardo me enseñó a leer bien
me ayudó a dormir sin pesadillas yo yo quiero vivir con él después fue Lupita con sus trenzas bien peinadas y el uniforme de escuela impecable él nos escucha nunca nos grita me dice que puedo ser doctora si quiero nadie me había dicho eso antes tomás fue breve pero contundente con el no me duele la panza con él tengo casa finalmente Diego el más pequeño se sentó frente al juez y no dijo nada al principio solo lo miró luego miró a Eduardo sentado detrás de un vidrio “yo quiero que él me vea crecer” dijo en voz bajita “quiero que él me vea jugar
fútbol y que esté cuando me caiga no me importa si es mi papá o no es mi familia el juez cerró el expediente se levantó y pidió un receso eduardo se acercó a ellos cuando salieron de la sala estoy orgulloso de ustedes no importa lo que decidan los adultos ustedes ya son mi familia mientras tanto Isabel se presentaba sin previo aviso en la oficina del DIF llevaba un papel en la mano un acta notariada donde renunciaba temporalmente a la custodia alegando que no tenía condiciones para cuidar de sus hijos en ese momento “solo quiero que estén bien” dijo firme “y con él sé que
lo están.” La noticia llegó a Eduardo esa misma noche renunció preguntó incrédulo por ahora sí confirmó Alfredo dice que necesita sanar ¿qué confía en ti eduardo sintió una mezcla de alivio tristeza y respeto sabía que no era una derrota era un acto de amor y esa noche por primera vez desde que empezó todo durmió tranquilo el reloj marcaba las 5 de la mañana cuando Eduardo se levantó del sofá del departamento en la Narbarte no podía dormir desde que Isabel renunció temporalmente a la custodia un nuevo
tipo de inquietud había tomado lugar en su mente ya no era la ansiedad del me los van a quitar sino algo más profundo más doloroso el miedo de no alcanzar a vivir lo suficiente con ellos se preparó un café fuerte en silencio mientras el sol aún no tocaba los edificios de alrededor en la habitación los niños dormían profundamente diego roncaba suave lupita murmuraba algo en sueños mateo estaba enroscado en las cobijas y Tomás dormía abrazando su mochila escolar como si fuera un escudo eduardo los observó por
un largo minuto antes de girarse y tomar su celular abrió la carpeta de videos que había estado grabando esa mañana decidió grabar uno más encendió la cámara se sentó frente a la ventana y habló hoy es uno de esos días donde uno se da cuenta que no puede con todo pero también es uno de esos días en los que basta con que un niño sonía para que el mundo tenga sentido otra vez no sé cuánto tiempo me queda tal vez un año tal vez semanas pero cada desayuno con ustedes vale una vida entera si algún día ven
esto es porque ya no estoy pero no quiero que eso les duela quiero que me recuerden haciendo rayuela cargando mochilas leyendo cuentos no como alguien que los dejó sino como alguien que llegó justo a tiempo horas después dejó a los niños en la escuela y fue a una reunión especial con Alfredo y la nueva pieza clave de su equipo la abogada Paula Sandoval una mujer joven firme y meticulosa que había sido asignada al caso tras la intensificación del conflicto legal con Leonel eduardo dijo Paula desplegando un nuevo
expediente sobre la mesa necesitamos estabilizar tu situación legal y personal el juez pedirá una última evaluación médica en los próximos 30 días si no mejoras la adopción no avanzará por mucho que los niños te amen no voy a mejorar respondió él sin rodeos pero no pienso dejar esta batalla a medias paula lo miró con una mezcla de respeto y preocupación entonces hay que prepararnos para todo incluido lo peor pero ese mismo día algo inesperado ocurrió mientras almorzaba en un restaurante de comida corrida en la colonia Roma Eduardo recibió una llamada del Centro Nacional de Oncología
Experimental señor Santa María hemos revisado su historial y su última biopsia existe un protocolo de tratamiento inmunológico que podría entrar en etapa clínica dentro de dos semanas no es una cura pero podría extender significativamente su calidad de vida ¿estaría dispuesto a evaluarse para ingresar eduardo sintió un vértigo que no supo cómo interpretar esperanza otra batalla un milagro sí claro que sí lo que sea necesario esa tarde volvió al departamento con una energía distinta compró pizza globos e incluso
un pastel pequeño con forma de dinosaurio ¿es el cumpleaños de alguien preguntó Tomás confundido sí hoy celebramos que tenemos una familia que estamos vivos que podemos gritar reír y comer pastel sin pedir permiso los niños rieron bailaron se ensuciaron la cara con betún lupita hizo dibujos de dinosaurios con corona mateo inventó una canción improvisada con un vaso y una cuchara y Diego simplemente se sentó al lado de Eduardo y lo abrazó hoy fue el mejor día dijo pero al día siguiente llegó otra carta era del despacho de abogados de Leonel una
citación para una nueva audiencia esta vez con una acusación más peligrosa Eduardo era sospechoso de manipulación emocional infantil “¿qué demonios es esto?” le preguntó a Alfredo leonel está argumentando que estás utilizando tu enfermedad para generar dependencia emocional en los niños dice que estás preparándolos para una pérdida traumática y que eso es irresponsable ¿y cómo pretende probar semejante barbaridad con testimonios de terapeutas privados que él pagó ya contactó a un canal de televisión van a hacer una nota sobre el hombre enfermo que juega a ser padre eduardo
apretó los puños se levantó caminó hasta la ventana y respiró profundo ¿qué busca Alfredo mi ruina verme muerto busca heredar lo que tú construiste y por encima de todo no permitir que tu legado se convierta en algo humano quiere que sigas siendo el empresario frío que todos conocían no soporta la idea de que ahora seas un padre entonces vamos a pelear esa misma noche recibió un mensaje era de Isabel quiero verlos puedo pasar por ellos el sábado solo un rato para hablar para despedirme bien eduardo dudó tenía
miedo no por él sino por los niños pero también sabía que tarde o temprano ese momento tenía que llegar le respondió “Ven pero no vengas como un fantasma ven como su madre y así el sábado por la mañana Isabel se presentó en el departamento iba bien vestida con el cabello recogido y los ojos húmedos pero decididos los niños la vieron desde el sofá al principio se quedaron en silencio como si no la reconocieran del todo isabel se agachó y los miró uno por uno sé que tengo muchas cosas que explicarles y no sé si van a perdonarme pero vine porque no podía
quedarme sin decirles esto yo sí los quise siempre solo no supe cómo hacerlo bien lupita fue la primera en hablar ¿te vas a ir otra vez no respondió Isabel respirando hondo esta vez vine a decirles que está bien si ya no quieren llamarme mamá está bien si me guardan lejos pero no quiero que vivan con dudas quiero que sepan que aunque fallé nunca los dejé de amar mateo la miró largo rato y si un día queremos buscarte aquí estaré no voy a esconderme nunca más isabel los abrazó a los cuatro lloraron todos hasta Eduardo desde la cocina con
la vista nublada al despedirse ella se acercó a él cuídalos por favor sé que tú sí puedes eduardo solo asintió y tú cuídate tú también mereces sanar el domingo amaneció con un aire diferente las calles de la Narbarte estaban tranquilas el tráfico dormía y las nubes filtraban la luz del sol como si el cielo por un instante se hubiese detenido eduardo se levantó temprano mucho antes que los niños y preparó el desayuno el mismo pan francés fruta cortada chocolate caliente tenía una razón esa mañana empezarían una nueva etapa los seis vivirían juntos no en el departamento
temporal no en casas separadas sino bajo un mismo techo como una familia eduardo había decidido mudarse con ellos a una casa en la colonia del Valle una casa grande antigua con patio árboles frutales en el jardín y paredes que parecían haber estado esperando por años que alguien les devolviera vida era el primer lugar que sentía como hogar desde que su madre murió y ahora era el nuevo comienzo que no había imaginado pero que ya no podía evitar ¿nos vamos a mudar otra vez preguntó Mateo con el cepillo de dientes en la boca ¿a dónde
añadió Lupita medio dormida “a nuestra casa” dijo Eduardo sonriente una de verdad para todos tomás sin entender del todo preguntó bajito “¿Y tú vas a vivir ahí también?” Eduardo lo miró se agachó y le tocó la frente con ternura “claro si ustedes me dejan.” La reacción fue inmediata gritos abrazos saltos era como si hubieran estado esperando esa noticia aunque nunca se hubieran atrevido a pedirla la mudanza fue sencilla cajas de ropa mochilas dibujos peluches los libros de cuentos y una caja especial donde Lupita guardó sus dibujos favoritos de Eduardo en el asiento trasero del coche Diego no
paraba de hacer preguntas ¿tiene escaleras tiene cocina con ventana ¿puedo tener mi propia cama sí sí y sí respondía Eduardo sin borrar la sonrisa cuando llegaron el portón se abrió lentamente y los niños salieron corriendo como si estuvieran entrando a un parque de diversiones “¡hay árboles!” gritó Tomás y un columpio oxidado añadió Mateo y un perro dijo Diego al ver a un pequeño pup que los esperaba en la entrada moviendo la cola se llama Chato dijo Eduardo está viejo medio sordo pero es más noble que yo esa primera noche en la
nueva casa fue diferente no había televisión no había lujos solo la cena preparada entre todos un mantel manchado con salsa y cuatro niños peleando por quien contaba el primer chiste eduardo se reía con una sinceridad que le dolía en el pecho dolía porque sabía que ese momento ese pedazo de felicidad era prestado pero aún así lo vivía como si fuera eterno al día siguiente Eduardo inscribió a los niños en la escuela local habló personalmente con los directores con los maestros con los orientadores escolares aseguró que recibirían apoyo emocional seguimiento académico y sobre
todo respeto “mis hijos han vivido cosas que ustedes no pueden imaginar” dijo Eduardo con firmeza “no quiero lástima quiero igualdad quiero oportunidad la palabra mis hijos salió de su boca por primera vez sin esfuerzo y nadie lo cuestionó en casa empezaron a organizar rutinas horarios para tareas días para limpieza tardes de juegos y domingos de películas con palomitas hechas en olla cada uno tenía su tarea mateo barría Lupita lavaba los trastes Diego cuidaba a Chato y Tomás se encargaba de regar las plantas
pero no todo era perfecto una noche mientras Eduardo recogía la cocina escuchó una discusión en la habitación subió con rapidez y los encontró a los cuatro gritándose no es justo gritaba Mateo lupita no quiere compartir sus libros porque tú los mojas con tus manos sucias respondió ella ya dijo Eduardo con una voz que nunca antes había usado con ellos el silencio fue inmediato los niños lo miraron asustados eduardo se dio cuenta de lo que había hecho respiró hondo se agachó y los miró a los ojos uno por uno perdón no debí gritar pero en esta casa vamos a hablar
no a pelear todos cometemos errores yo también lo importante es pedir perdón y no hacer daño lupita bajó la cabeza perdón Mateo te presto mis libros mateo murmuró yo también te los voy a cuidar esa noche Eduardo se encerró en su habitación estaba cansado el cuerpo no le respondía igual el dolor volvía a veces como punzada a veces como fuego aún así se negó a tomar medicamentos fuertes no quería dormirse no quería perder ni una sola noche con ellos el sábado por la tarde recibieron una visita inesperada paula la joven abogada apareció con una caja
en los brazos no vine como abogada” dijo “vine como amiga les traje juegos de mesa.” Los niños la recibieron con gritos y abrazos paula se quedó a cenar jugó maratón con todos y al final se quedó un rato con Eduardo en la terraza “¿no tienes idea de lo que estás haciendo con ellos?” “¡Algo bueno algo irreversible?” Eduardo rió irreversible me gusta ¿y tú cómo estás él dudó algunos días me cuesta respirar otros no siento las manos pero todos los días me siento vivo por ellos y el tratamiento experimental empieza la semana que viene me tienen que internar unos días ¿vas a
decirles no sé no quiero asustarlos pero tampoco puedo mentirles esa noche grabó otro video esta vez con el fondo del comedor lleno de platos sucios risas lejanas y la voz de Tomás cantando desafinado este es mi hogar no por los muebles no por las paredes sino por las personas que lo habitan si algún día me voy no limpien el lugar llénenlo de ruido de amor de memoria la casa en la colonia del Valle empezaba a llenarse de sonidos nuevos risas durante el desayuno pasos acelerados rumbo al baño porque alguien
siempre se le hacía tarde gritos de ese era mi control durante las tardes de películas eduardo observaba todo con una especie de paz que nunca antes había sentido como si el caos de la convivencia fuera la música que siempre había faltado en su vida pero como todo lo bueno esa calma no duró demasiado un martes por la tarde mientras recogía a los niños de la escuela vio a lo lejos una figura que le heló la sangre leonel su hermano menor parado junto al portón del colegio vestido de traje con un portapapeles en la mano y una sonrisa vacía
¿qué haces aquí?” le preguntó Eduardo deteniéndose frente a él “solo vine a ver a mis sobrinos” dijo Leonel como si la palabra no le pesara “tú no tienes sobrinos.” No en esta historia ¿y quién lo decide ¿tú con tus delirios de padre heroico o los tribunales ¡lárgate Leonel antes de que te saque a empujones tranquilo hermano solo vine a dejarte esto respondió extendiéndole una carpeta una nueva audiencia esta vez con pruebas de que tu condición médica ha empeorado vamos a solicitar que se suspenda definitivamente tu proceso de
adopción por el bien de los niños claro eduardo no respondió solo apretó los dientes tomó la carpeta y esperó a que Leonel se alejara lo vio marcharse con esa arrogancia con la que siempre había caminado por la vida creyéndose el dueño de todo incluso de lo que no entendía al subir al coche Diego notó la tensión en su rostro ese señor te hizo enojar no campeón solo me recordó que hay gente que no entiende lo que es una familia esa noche Eduardo se reunió con Paula y Alfredo en la sala de su casa estaban todos los documentos desplegados
sobre la mesa análisis médicos informes psicológicos registros escolares hasta dibujos de los niños que podrían demostrar el vínculo emocional con Eduardo “leonel no va a parar hasta que destruyamos su caso” dijo Paula revisando hoja por hoja la buena noticia es que su demanda tiene puntos débiles la mala es que no juega limpio ¿y qué opciones tengo preguntó Eduardo agotado podríamos presentar una demanda por difamación y conflicto de interés también podemos convocar una audiencia pública para demostrar la voluntad de los niños
una audiencia pública con prensa no exactamente pero con presencia de testigos civiles y sociales incluyendo maestros vecinos médicos gente que pueda declarar a tu favor eduardo suspiró miró hacia las escaleras donde los niños jugaban con Chato si esto los daña no me lo voy a perdonar no va a pasar dijo Paula con firmeza “Ellos ya están contigo lo único que necesitamos ahora es resistir.
” Pero Leonel no solo atacó en los tribunales una mañana la casa amaneció con pintas en la fachada alguien había escrito con aerosol negro “Esto no es una familia es una farsa.” Los niños salieron para ir a la escuela y se quedaron paralizados frente a la puerta ¿quién ¿hizo eso preguntó Mateo gente con miedo respondió Eduardo respirando hondo pero aquí no se vive con miedo aquí se vive con amor mandó repintar la entrada ese mismo día y encima del color nuevo pintó a mano un mensaje simple con los niños aquí vive una familia semanas después durante una visita de rutina al hospital para sus pruebas médicas previas al tratamiento
experimental Eduardo recibió otra noticia que le cambió el paso “los niveles de agresividad del tumor han bajado levemente” le informó la doctora es poco pero significativo puedes ingresar al protocolo en la siguiente fase tendrás que estar hospitalizado 5co días seguidos por cada ciclo y eso afectará mi custodia dependerá del juez pero médicamente aún estás apto para seguir salió del hospital sin saber si sentía esperanza o temor lo primero que hizo fue ir a recoger a los niños tenía ganas de verlos de contarles que
tal vez solo tal vez tendría más tiempo pero al llegar a la escuela una maestra lo interceptó señor Santa María ¿podemos hablar un momento claro pasó algo hoy un hombre intentó hablar con Diego y Tomás a la salida uno de los vigilantes lo detuvo no llegó a acercarse mucho pero los niños se asustaron ed eduardo se quedó inmóvil sabía de inmediato quién había sido describieron cómo era alto con traje pelo oscuro muy insistente no quiso dar nombre leonel al llegar a casa lo primero que hizo fue sentarse con los cuatro a
partir de hoy si alguien extraño se les acerca lo ignoran si no estoy buscan a su maestra no se alejan ¿entendido ¿es por ese señor del coche negro preguntó Diego sí ¿y si nos quiere llevar eduardo se inclinó hasta quedar a su altura nadie escúchame bien nadie los va a llevar a ningún lugar sin que yo esté con ustedes y si algún día no estoy tienen a Paula a Clarita a Alfredo nunca van a estar solos los niños asintieron pero la herida ya se había abierto esa noche cuando Eduardo revisaba los cuadernos de tareas encontró un dibujo de Tomás había una casa una familia y un hombre
con cara de sombra con un letrero que decía “No entres.” Al dorso Tomás había escrito en letras torcidas “Mi casa está cerrada para los malos aquí manda el amor.” Eduardo sintió un nudo en la garganta guardó el dibujo en una carpeta especial sabía que ese papel valía más que cualquier escritura de propiedad más que cualquier acción de su empresa porque eso era su legado ahora y no iba a permitir que nadie lo destruyera el edificio del juzgado de lo familiar en la calle Río Guadalquivir estaba especialmente frío aquella mañana
eduardo se presentó puntual con los pasos lentos y la espalda erguida como si con cada movimiento sostuviera el peso no solo de su cuerpo enfermo sino de una familia entera que había nacido del caos junto a él caminaban Paula y Alfredo ambos con carpetas repletas de documentos testimonios pruebas médicas informes escolares y cartas escritas por vecinos y maestros hoy es el día Eduardo” le dijo Paula mientras subían por las escaleras de mármol el juez va a decidir si el proceso de adopción continúa o sí como
quiere Leonel se cancela por completo ¿crees que tenemos posibilidades tenemos algo mejor que posibilidades dijo Paula tenemos la verdad la sala estaba llena más de lo habitual había periodistas con cámaras discretas representantes del DIF y hasta un par de ciudadanos convocados como observadores civiles al fondo detrás de una fila de bancas estaba Leonel solo con su expresión altiva y su corbata impecablemente ajustada ni un rastro de remordimiento eduardo se sentó en el banco de los solicitantes paula a su izquierda Alfredo a su derecha
frente a ellos el juez González un hombre de mediana edad con fama de imparcial y riguroso revisaba los expedientes con atención quirúrgica hoy decidiremos si el proceso de adopción de los menores Diego Mateo Lupita y Tomás continúa o se anula en razón del recurso presentado por el señor Leonel Santa María ambos lados han presentado pruebas suficientes para esta audiencia procedamos el primero en hablar fue Alfredo con voz firme explicó el origen del vínculo entre Eduardo y los niños desde el primer encuentro en la calle hasta la actual convivencia en la casa de la
colonia del Valle luego Paula presentó los testimonios de profesores psicólogos y vecinos los menores han demostrado mejoras significativas en su estado emocional académico y físico desde que viven con el señor Santa María el entorno es estable afectivo y estructurado su diagnóstico médico no ha sido impedimento para cumplir sus funciones paternales el juez asintió sin mostrar expresión alguna gracias señor Leonel Santa María es su turno leonel se levantó y caminó al estrado como si estuviera cerrando una negociación en una sala de juntas
su señoría no discuto que mi hermano haya brindado atención y cariño a esos niños lo que cuestiono es su estabilidad mental y física para sostener un rol parental a largo plazo está enfermo debilitado y emocionalmente vulnerable no es apto para criar a cuatro menores más aún los está vinculando a una figura que podría desaparecer en cualquier momento ¿y su propuesta alternativa preguntó el juez que los niños pasen a una institución especializada mientras se encuentra una familia adoptiva permanente o que yo como familiar
directo y empresario responsable asuma su custodia un murmullo recorrió la sala eduardo lo miró desde su banco sin una pisca de miedo lo conocía demasiado bien sabía que a Leonel no le interesaban los niños le interesaba el apellido la herencia la imagen ¿desea usted hacer una declaración personal señor Santa María preguntó el juez eduardo se levantó el dolor en el abdomen lo obligaba a caminar despacio se apoyó levemente en el respaldo del asiento frente a él respiró hondo no soy un hombre perfecto ni lo
pretendo he cometido errores me obsesioné con el trabajo me alejé de mi familia y cuando me diagnosticaron cáncer me di cuenta de que no tenía a nadie que supiera mi comida favorita o mi canción preferida o mi miedo más grande y entonces conocí a cuatro niños que me enseñaron a vivir que me dieron una segunda oportunidad no soy su padre biológico no los parí no los críe desde bebés pero los abrazo cuando tienen pesadillas les limpio las heridas cuando se caen los acompaño a la escuela cada mañana ¿qué más necesita
uno para ser padre el juez lo observó en silencio no vine aquí a pelear por un apellido vine a proteger a cuatro niños que aprendieron a confiar en mí y no voy a dejar que alguien con poder pero sin amor los arrebate del único hogar que conocen ahora al terminar su declaración Eduardo regresó a su asiento jadeando paula se acercó y le dio una botella de agua él no dejaba de mirar al juez que escribía algo en su libreta con calma absoluta “he escuchado y valorado ambos lados” dijo el juez finmente “y antes de emitir mi
resolución quiero leer una carta que fue entregada ayer en mano propia por una persona que no está hoy presente en esta sala.” tomó un papel doblado de un sobreoficial y comenzó a leer “Su señoría no tengo estudios no tengo dinero no tengo poder pero tengo algo que aprendí a fuerza de errores el amor de una madre también es saber cuando dar un paso atrás sé que cometí fallas sé que perdí momentos con mis hijos que nunca voy a recuperar pero también sé que ahora están mejor con Eduardo tienen escuela comida cariño
y estabilidad por eso le ruego que no les arrebaten eso no por mí por ellos porque él no es su padre de sangre pero lo es en todo lo demás firmado Isabel Ramírez hubo un silencio total en la sala el juez dejó el papel sobre la mesa suspiró y habló en vista de los testimonios presentados del informe psicológico de los menores de la evolución clínica del solicitante y de la declaración voluntaria de la madre biológica este tribunal decide el proceso de adopción continúa los niños podrán permanecer bajo la custodia de
Eduardo Santa María hasta que se complete el trámite legal correspondiente la demanda del señor Leonel Santa María queda rechazada en su totalidad un aplauso espontáneo estalló desde el fondo de la sala paula apretó la mano de Eduardo con fuerza alfredo suspiró aliviado eduardo bajó la cabeza no lloró pero por dentro algo se aflojaba algo se llenaba algo sanaba leonel rojo de rabia salió sin decir palabra horas después al llegar a casa los niños lo esperaban con carteles hechos a mano que decían “Gracias papá ganamos esta es
nuestra casa.” Mateo había hecho una corona de papel aluminio y se la puso a Eduardo “eres nuestro rey” dijo riendo eduardo se arrodilló los abrazó a todos al mismo tiempo y por primera vez en mucho tiempo se permitió llorar con ellos no por tristeza sino por justicia el alivio de la victoria legal todavía flotaba en el ambiente cuando Eduardo comenzó el tratamiento experimental fue internado un lunes por la mañana en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Subirán bajo estrictas medidas
clínicas los niños no lo sabían con detalle él les había dicho que iba a una revisión larga y que estaría unos días en el hospital pero Diego con su instinto agudo no se tragó la explicación ¿y por qué llevas maleta ¿vas a dormir allá solo por unos días campeón me van a hacer estudios y necesito descansar sin ruido de niños que brincan en el sillón a las 7 de la mañana” bromeó Eduardo pellizcándole la nariz diego sonrió pero sus ojos se quedaron fijos en la puerta mientras Eduardo salía el primer ciclo del tratamiento fue brutal náuseas fiebre dolor óseo fatiga
extrema durante dos días completos Eduardo no pudo ni abrir los ojos sin sentir que el mundo giraba paula lo visitó a diario y Clarita mantenía a los niños ocupados con tareas juegos y películas haciendo lo imposible por protegerlos de la verdad pero el miércoles en la noche algo cambió eduardo se desmayó en el baño del hospital golpeó la cabeza contra el borde de la tina y perdió la conciencia por varios minutos cuando despertó tenía el rostro vendado una vía intravenosa en el brazo y un equipo médico completo
monitoreándolo ¿qué pasó murmuró confundido tu cuerpo reaccionó de forma agresiva al fármaco vamos a pausar el tratamiento por ahora dijo la doctora con voz serena pero directa eso significa que significa que no podemos continuar sin poner tu vida en riesgo inmediato eduardo cerró los ojos el silencio se le metió en el alma al día siguiente Paula llegó con cara de preocupación no le bastaba la fortaleza legal ahora se sentía impotente no podía luchar contra la biología ¿y si este fue mi último intento le preguntó Eduardo desde la cama ¿y si no me queda
tiempo entonces hagámoslo valer respondió ella no estás solo Eduardo y lo que construiste ya no depende solo de ti esa tarde por decisión médica lo dieron de alta clarita fue a recogerlo los niños estaban esperándolo en casa con una cena especial y un mantel decorado con crayones y servilletas dobladas como corazones “papá está de vuelta” gritó Tomás al verlo entrar “chato te extrañó dijo Lupita señalando al perro que saltaba alrededor de Eduardo pero él estaba pálido sus pasos eran lentos no quería asustarlos pero tampoco
podía mentir más niños tenemos que hablar todos se sentaron alrededor de la mesa diego fue el primero en sentir lo que venía es grave ¿verdad eduardo asintió estoy enfermo más de lo que les había dicho y el tratamiento no funcionó como esperábamos lupita empezó a llorar en silencio tomás lo miraba sin entender del todo mateo apretaba los dientes sin soltar palabra ¿te vas a morir preguntó Diego directo eduardo se levantó con esfuerzo se arrodilló frente a ellos uno por uno sí tal vez no mañana pero sí y
eso me da miedo pero lo que más miedo me da es que ustedes piensen que se van a quedar solos ¿y no nos vas a dejar preguntó Tomás con voz bajita no porque les dejé cartas videos una casa amigos y sobre todo a ustedes mismos ya son una familia aunque yo no esté esa noche los niños durmieron todos juntos en la misma habitación se abrazaron sin hablar como si entre sus cuerpecitos pequeños se pudieran proteger de lo que venía durante las semanas siguientes Eduardo empezó a preparar todo con Paula y Alfredo
redactó su testamento se dio todos sus bienes personales a los niños bajo la figura de Fide Comiso designó a Paula como tutora legal y a Clarita como cuidadora primaria hasta que los cuatro cumplieran la mayoría de edad no quiero que se pierdan en instituciones ni que terminen separados no lo van a hacer Eduardo dijo Paula conteniendo las lágrimas te lo prometo pero el golpe más duro vino una tarde en que tras regresar de un paseo corto con Mateo Eduardo colapsó en la entrada de la casa cayó de rodillas empezó a toser sangre mateo gritó
clarita llamó a emergencias los niños lo vieron subir a la ambulancia entre luces rojas y llanto contenido “papá papá no te vayas” gritó Diego desde la banqueta esa noche lo internaron de emergencia pérdida severa de glóbulos rojos disfunción hepática parcial el oncólogo fue claro días tal vez semanas eduardo pidió una sola cosa su cámara y desde la cama grabó su mensaje más importante si están viendo esto es porque el tiempo me ganó pero quiero que sepan algo nadie me salvó la vida como ustedes nadie me hizo reír como ustedes nadie me enseñó a amar como
ustedes no me tengan lástima ténganme en sus recuerdos con cariño porque el corazón de un padre no muere solo se queda ahí en cada decisión buena que ustedes tomen en cada abrazo que se den yo no lo salvé ustedes me salvaron a mí la habitación del hospital estaba en penumbra solo una lámpara tenue iluminaba el rostro cansado de Eduardo que permanecía conectado a una bomba de infusión y con el oxígeno nasal constante las horas parecían detenerse ahí dentro como si el tiempo tuviera miedo de avanzar demasiado rápido paula
llegó temprano esa mañana llevaba una mochila pequeña en la espalda y un sobremanila en la mano “te traje lo que pediste” dijo sentándose junto a la cama eduardo le sonrió con esfuerzo las cartas sí están aquí pero aún puedes entregarlas tú quiero asegurarme de que lleguen por si acaso paula dejó el sobre en la mesa junto a la cama lo miró largo rato sus ojos ya no eran los de un cliente eran los de una amiga que no sabía cómo despedirse y los niños están en casa con clarita les dije que hoy no podían venir
¿qué ¿estabas cansado eduardo asintió no quería que lo vieran así delgado con la piel amarilla por la disfunción hepática sin la fuerza para alzar los brazos me quedan pocos días ¿verdad paula no respondió necesito terminar lo que empecé esa tarde Eduardo pidió su cámara por última vez grabó mensajes separados uno para cada uno de los niños no quería que escucharan generalidades quería que cada uno sintiera que él seguía ahí hablándoles directo al alma primero fue Lupita mi Lupita valiente tú me enseñaste a escuchar a
tener paciencia a entender que a veces lo más importante no es lo que uno dice sino lo que uno calla por amor quiero que seas todo lo que sueñe ser doctora maestra presidenta pero sobre todo quiero que seas feliz si alguna vez te sientes sola busca la luna yo estaré ahí sonriéndote en silencio después fue Mateo mateo tú siempre fuiste el que guardaba todo las preguntas las emociones hasta las lágrimas pero también fuiste el que más me sorprendió tienes el corazón más fuerte que he conocido no tengas miedo de llorar hijo
llorar también es ser valiente prométeme que nunca vas a dejar que el enojo te quite el amor luego fue Tomás tommy mi campeón de los dibujos nadie miró el mundo como tú con esa inocencia con esa forma de ver magia donde todos veían basura guárdate eso esa mirada porque te va a salvar cuando todo parezca oscuro y cuida a Chato sí él también va a necesitarte y por último Diego mi Diego tú fuiste mi primer abrazo mi primer papá dicho con miedo contigo aprendí a tener fe a creer que sí se puede empezar de nuevo que una vida no se mide por los años sino por
los momentos que uno elige compartir si alguna vez te preguntan quién fui diles que fui el hombre más feliz del mundo porque tú me llamaste padre cuando terminó de grabar Eduardo se quedó mirando la pantalla por varios minutos luego cerró los ojos ya no lloraba ya no se resistía solo descansaba al día siguiente Paula y Clarita organizaron todo para entregar las cartas lo hicieron en el patio de la casa una tarde tranquila los niños estaban sentados en círculo cada uno con su sobre en la mano sin entender del todo por qué estaban
ahí paula les explicó con cuidado eduardo les escribió estas cartas para que las leyeran cuando sintieran que lo extrañaban mucho no es una despedida es una manera de seguir hablándoles incluso si no está aquí ¿va a morir preguntó Lupita sin rodeos no hoy pero sí pronto y él quiere que estén preparados los niños se miraron entre sí nadie lloró como si de algún modo ya lo supieran desde hacía tiempo diego fue el primero en abrir su sobre leyó en voz baja sin mover los labios cuando terminó abrazó la hoja con fuerza tomás en cambio la besó y la guardó en
su mochila mateo se fue a su habitación sin decir palabra y Lupita Lupita pidió leerla en voz alta “querida Lupita tú eres el corazón de esta familia” leyó con voz temblorosa hasta que no pudo más y Paula la abrazó con fuerza esa noche los niños durmieron todos juntos en el colchón de la sala pusieron las cartas debajo de sus almohadas chato se acurrucó a los pies del grupo como un guardián silencioso y mientras la casa se llenaba de suspiros Eduardo en el hospital le dictaba a Paula una última instrucción quiero que el video final lo vean juntos después de mi partida que lo
escuchen una vez y que luego lo borren no quiero que vivan atados a mi voz solo que sepan cuánto los amé al tercer día Eduardo cayó en coma el cuerpo ya no respondía pero su rostro estaba en paz en la casa los niños comenzaron a dibujar como nunca llenaron las paredes con corazones casitas estrellas y una figura alta con corbata y una sonrisa grande es papá decía Tomás él no se fue solo se convirtió en un dibujo la mañana en que los médicos anunciaron que Eduardo no despertaría el cielo de la Ciudad de México estaba
cubierto por una neblina espesa como si el aire mismo se negara a aceptar la noticia paula fue la primera en llegar al hospital entró en la habitación con el corazón encogido eduardo seguía ahí inmóvil con la piel más pálida que nunca y los labios resecos aún así parecía tranquilo como si ya no tuviera miedo como si hubiera entregado todo lo que tenía que entregar el médico jefe habló con serenidad podemos mantenerlo conectado por algunos días más pero no hay actividad cerebral significativa es solo cuestión de tiempo
¿no murmuró Paula apretando los dientes él dijo que quería irse en paz no rodeado de máquinas esa tarde tras hablar con Clarita los niños fueron llevados al hospital paula no pensaba hacerlo no quería traumatizarlos pero fue Diego quien insistió yo quiero despedirme él siempre me decía que nunca hay que irse sin decir adiós entraron uno por uno mateo fue el primero se quedó parado a los pies de la cama no dijo palabra solo dejó un dibujo en la mesa de noche una casa un sol grande y cinco figuras tomadas de la mano tomás se subió a la
silla y le cantó en voz bajita la canción que Eduardo siempre le tarareaba para dormir luego le besó la mano y le susurró “No te vayas todavía te falta ver mi cumpleaños.” Lupita lloró en silencio le acomodó las cobijas como si fuera una enfermera experta le puso en el pecho un moño que había hecho ella misma con papel brillante para que sepas que esta casa siempre va a tener tu nombre y Diego diego se subió a la cama se acostó a su lado le tomó el rostro con sus manitas pequeñas y le dijo “Si ya no puedes
abrir los ojos entonces espérame en los sueños.” Después de eso se marcharon con las cartas en sus mochilas con los corazones hechos pedazos pero con la certeza de que habían dicho todo lo que un hijo necesita decir fue esa noche cuando ya todo estaba en silencio que ocurrió lo que nadie esperaba paula que aún no había salido del hospital recibió una llamada urgente del Instituto de Oncología Experimental doctora Sandoval los análisis del último cultivo inmunológico que extrajimos antes del coma han mostrado una reacción
positiva creemos que el cuerpo del Señor Santa María ha generado anticuerpos es increíble pero hay actividad biológica regenerativa paula tardó unos segundos en entender qué está diciendo estamos diciendo que hay una posibilidad pequeña pero real que despierte paula colgó con las manos temblorosas volvió corriendo a la habitación eduardo seguía igual pero al tomarle la mano creyó sentir un leve movimiento eduardo si estás ahí si me escuchas te necesitan los niños te necesitan no te vayas todavía durante los días siguientes el
equipo médico monitoreó de cerca sus signos y el cuarto día sucedió eduardo abrió los ojos no de golpe no como en las películas solo un parpadeo lento un suspiro y un intento torpe por mover la cabeza paula estaba ahí hola le dijo con los ojos llenos de lágrimas pensamos que te habías adelantado eduardo trató de hablar apenas pudo murmurar “Los niños están bien esperándote.
” Durante las semanas siguientes Eduardo fue sometido a un proceso de recuperación lento pero esperanzador el cuerpo aunque debilitado comenzaba a responder al tratamiento inmunológico los médicos no hablaban de cura pero sí de remisión el cáncer por primera vez se estaba deteniendo la noticia no tardó en llegar a los niños ¿va a vivir preguntó Mateo incrédulo sí respondió Paula todavía no está fuera de peligro pero tiene más tiempo y va a regresar a casa muy pronto los cuatro se abrazaron en el jardín brincando como si el mundo les hubiera devuelto su lugar cuando Eduardo finalmente volvió a casa caminando con ayuda con la voz ronca pero con una sonrisa en el rostro encontró la entrada
decorada con globos carteles hechos a mano y chato ladrando como loco “papá!” gritó Diego sobreviviste siempre lo hago dijo él riendo con la poca energía que tenía esa noche cenaron todos juntos pasta con albóndigas la favorita de Eduardo los niños contaban historias imitaban voces se turnaban para abrazarlo cada 5 minutos clarita lloraba en la cocina paula brindaba con un jugo de manzana cuando Lupita le preguntó “¿Te vas a volver a ir?” Eduardo respondió sin titubear “No me quedo el tiempo que tenga pero me quedo.” Antes de dormir Diego se le acercó con una pregunta
“¿crees que fue un milagro?” Eduardo pensó en todo el hospital el dolor la recuperación las cartas la muerte rozándole la espalda y luego en ellos no el milagro fueron ustedes las semanas posteriores al regreso de Eduardo se convirtieron en una nueva etapa para todos ya no se trataba de sobrevivir ni de resistir ahora se trataba de aprender a vivir con lo que tenían con lo que quedaba la casa de la colonia del Valle se transformó lentamente en algo más que un hogar se volvió un espacio de reconstrucción clarita con su sabiduría
silenciosa organizó horarios más estrictos para que todos aprendieran a ser más independientes paula seguía involucrada en la vida familiar aunque ya no desde lo legal más como aliada incondicional y Eduardo aunque físicamente limitado comenzó a reaprender el valor de cada gesto despertarse sin dolor tomar el desayuno en la terraza ver a los niños correr por el jardín sin pensar que era la última vez una mañana mientras tomaba café sin azúcar Lupita se sentó junto a él papá quiero contarte algo dime me
inscribí en el taller de ciencias la maestra dijo que puedo hacer un proyecto para el concurso del año ¿y qué vas a presentar voy a construir un corazón de cartón que se abre y cierra para explicar cómo funciona el de verdad eduardo sonrió ¿y sabes cómo funciona el de verdad lupita lo miró fijo y con voz segura respondió “Funciona cuando alguien te quiere de verdad.
” Aquella respuesta lo desarmó ¿por qué era eso su corazón antes acostumbrado a los latidos mecánicos del poder y del dinero ahora latía por esos momentos sencillos motivado por el nuevo ritmo de vida Eduardo empezó terapia física dos veces por semana aunque los médicos aún no hablaban de cura si celebraban la mejora inesperada el tratamiento inmunológico había logrado estabilizar el crecimiento tumoral una tarde mientras descansaba en su estudio Eduardo abrió una carpeta vieja de la empresa era su agenda de hace 5 años tenía citas reuniones vuelos almuerzos con ejecutivos casi ninguna línea hablaba de familia casi ninguna hablaba de él y en
ese momento tomó una decisión voy a cerrar Santa María inversiones le dijo a Paula ¿cómo voy a vender todo quiero usar ese dinero para algo que valga la pena algo que dure más que los edificios que construí ¿y qué vas a hacer voy a crear una fundación para niños de la calle como ellos ¿y cómo se va a llamar corazón abierto en honor a Lupita y al mío con ayuda de Paula y Alfredo Eduardo destinó una parte importante de su fortuna para la creación legal da Fundación Corazón Abierto en solo dos meses alquilaron casa en la colonia Juárez la remodelaron y la convirtieron
en un centro de atención alimentación terapia y apoyo escolar para criancas en situación de abandono los cuatro niños Diego Mateo Lupita y Tomás fueran nomeados cofundadores simbólicos cada um de les ganó um crachá con seu nome sua foto e una frase escolida por eles yo puse siempre hay una segunda oportunidad dijo Mateo el mío dice nunca es tarde para reír agregó Tomás amar más fuerte que el miedo compartió Lupita diego que no decía nada entregó el suyo a Eduardo en su tarjeta decía “Papá me enseñó que no hay calle que no tenga salida.” La inauguración de la fundación
fue un evento íntimo sin prensa sin lujos pero lleno de personas que sabían lo que era la necesidad eduardo cortó la cinta con los niños a su lado clarita lloraba en silencio paula aplaudía con orgullo este lugar dijo Eduardo frente a todos no es mío es de los que nunca tuvieron una mano que los levantara es para quienes aún creen que amar a tiempo puede salvar una vida como ellos salvaron la mía a partir de entonces las rutinas cambiaron eduardo pasaba parte de sus mañanas en la fundación leyendo cuentos a niños pequeños escuchando historias que dolían
pero que ya no lo paralizaban en la tarde regresaba a casa para las tareas las cenas las peleas por la televisión las conversaciones en pijama una noche Mateo se acercó con una carpeta azul ¿qué es esto preguntó Eduardo es mi proyecto quiero escribir un libro sobre nosotros sobre cómo nos encontramos y cómo se va a llamar mateo lo pensó un momento el hombre que tenía todo y lo perdió para encontrar lo más importante eduardo se quedó en silencio no porque no tuviera que decir sino porque por primera vez entendió que
había construido algo que iba a durar más que él el invierno llegó suavemente a la Ciudad de México las mañanas eran frías pero no gélidas y el cielo se mantenía despejado la mayor parte del día en la casa de la colonia del Valle el ambiente era distinto más sereno más maduro los niños seguían creciendo pero ya no corrían todo el tiempo ni gritaban con la misma frecuencia había espacio para el silencio para la reflexión para conversaciones que antes no se daban una de esas conversaciones nació una noche
en la cocina mientras Eduardo y Lupita lavaban los trastes juntos papá ¿te vas a volver a enamorar algún día eduardo se quedó quieto con un plato en la mano no esperaba esa pregunta no la temía pero lo tomó por sorpresa ¿por qué lo preguntas porque Paula te ve como si sí y tú la miras como si tuvieras miedo de que también te quiera eduardo rió suavemente sacudido por la madurez inesperada de su hija yo no sé si el amor a mi edad se da igual que cuando uno es joven Lupita pero sé que cuando alguien llega a tu vida en el momento más oscuro y se queda es porque merece ver también la luz
contigo esa misma noche mientras los niños dormían Eduardo y Paula compartieron una taza de té en la terraza las luces de la ciudad se veían a lo lejos y el sonido lejano de los coches era como un murmullo de fondo ¿te has dado cuenta de que llevas semanas viniendo todas las noches preguntó Eduardo mirándola de reojo ¿y te molesta al contrario solo quería saber si ya puedo pedirte que te quedes paula lo miró con esos ojos que sabían ver más allá de las palabras ¿te quedas tú conmigo también hasta que la vida me lo permita”
respondió él con voz firme fue el inicio de algo nuevo no hubo anillo ni declaración formal solo un acuerdo tácito entre dos almas que ya habían vivido lo suficiente como para saber que no se trataba de promesas sino de presencia con el paso de los meses la relación entre Eduardo y Paula se fue integrando de forma natural en la dinámica familiar los niños lejos de resistirse parecían haber estado esperando ese momento diego fue quien lo puso en palabras una noche durante la cena ya le puedo decir mamá a
Paula hubo un silencio paula se sonrojó eduardo la miró buscando su respuesta solo si tú quieres” dijo ella “Pero no necesitas llamarme nada distinto si eso te hace sentir raro y si quiero decirte mamá dos veces una cuando estás feliz y otra cuando te enojas” bromeó Tomás rieron todos fue uno de esos momentos simples que quedan tatuados en la memoria para siempre a medida que la salud de Eduardo se estabilizaba las visitas al hospital se redujeron ya no había dolor constante no había pronósticos definitivos solo la certeza de que cada día era un regalo y debía vivirse como
tal un sábado por la tarde Paula propuso algo que cambiaría el rumbo de todos “quiero que nos casemos” dijo sin rodeos “no por tradición sino porque este es el hogar que quiero construir contigo con ellos con todo lo que somos eduardo la miró emocionado pero con un nudo en la garganta ¿no te da miedo ya pasamos por todo lo que da miedo ahora quiero vivir lo que da paz la boda fue sencilla íntima hermosa en el jardín de la casa bajo luces colgantes y flores frescas que los niños ayudaron a colgar diego llevó los
anillos en una caja de madera pintada por él mateo tocó una melodía con flauta lupita leyó un poema que había escrito en secreto y Tomás lanzó pétalos de papel desde un balde de palomitas reciclado con ustedes no necesito iglesia dijo Eduardo durante sus votos ya encontré a Dios en cada abrazo y yo a ti respondió Paula sin necesidad de nada más después de la boda las cosas no cambiaron drásticamente nadie se mudó nadie reformó horarios pero sí se instauró una nueva costumbre cada noche después de la cena
los seis se sentaban en el patio a contar algo bueno que había pasado en su día “hoy ayudé a un niño nuevo en la fundación” decía Lupita “yo gané en ajedrez” anunciaba Mateo “yo no lloré cuando me caí” presumía Tomás y yo decía Diego yo me senté en la banca donde papá me contó que estaba enfermo y me di cuenta de que ya no me da miedo volver ahí eduardo escuchaba en silencio miraba sus caras sus gestos sus risas y pensaba que tal vez nunca había tenido realmente todo hasta ahora una noche mientras acomodaban libros en la nueva biblioteca que instalaron en la fundación Paula se detuvo frente a una
pared vacía aquí falta algo ¿qué una foto la primera de los seis juntos días después la tomaron en blanco y negro sin poses forzadas solo abrazos ojos cerrados cabezas apoyadas unas en otras la colgaron en la pared de la entrada debajo de la imagen una placa decía un hogar no se encuentra se construye un año había pasado desde que Eduardo volvió a casa un año desde que la muerte le rozó la espalda y él decidió no mirar atrás la vida se había vuelto otra cosa más tranquila más consciente más honesta ya no existía la urgencia del reloj ni la presión de los
correos solo había un propósito claro enseñar a amar la Fundación Corazón Abierto crecía con fuerza ahora contaban con terapeutas voluntarios maestros de apoyo psicólogos y un comedor comunitario que servía más de 100 platos al día eduard asistía con regularidad aunque ya no como director sino como acompañante le gustaba sentarse con los niños nuevos escuchar sus historias mostrarles que no estaban solos ¿usted también vivió en la calle le preguntó un niño una tarde no pero viví mucho tiempo sin sentirme parte de nada y eso se parece bastante en casa la vida familiar seguía
su curso lupita ya escribía mejor que muchos adultos y había ganado una mención en un concurso de redacción mateo era el campeón de matemáticas de su salón y empezaba a hablar de universidades tomás soñaba con ser veterinario aunque todavía no podía dejar de llorar cada vez que veía un gato herido y Diego Diego había empezado a dar charlas en la fundación contando su historia con palabras propias nadie se lo pedía él simplemente lo hacía quiero que otros niños sepan que no hay que tener miedo de querer otra vez”
decía con su voz clara una tarde mientras revisaban papeles viejos en la oficina de la fundación Eduardo encontró una libreta olvidada era una lista escrita por el mismo hacía años cuando aún vivía solo en el Pentouse una lista de metas comprar otro edificio aumentar un 15% las ganancias del trimestre aparecer en una revista de negocios al final de la página una línea tachada en lápiz tener una familia la miró largo rato luego la arrancó la dobló con cuidado y la guardó en su cartera ahora sí susurró esa noche reunió niños no sofá paula se sentó a lado sem sabero que
estaba por vir eduardo estaba como aquelebrilo no solos que aparecía o cuando él le guardaba algo especial tengo una idea” dijo él “quiero que escribamos un libro.” “Otro,” preguntó Tomás con entusiasmo “sí pero este no va a ser un cuento será nuestra historia la verdadera desde que nos conocimos desde el semáforo Mateo alzó las cejas ¿y qué título le pondremos eso se los dejo a ustedes lupita levantó la mano como si estuviera en clase yo digo que se llame Corazón abierto todos asintieron ¿y para quién va a ser preguntó Diego para quienes no creen en
las segundas oportunidades respondió Eduardo para que nunca olviden que amar no es un acto de suerte es una decisión todos los días durante meses escribieron el libro entre todos cada uno narraba desde su punto de vista paula ayudaba a editar clarita revisaba los textos como una tía orgullosa el manuscrito creció entre risas recuerdos lágrimas y confesiones que nunca habían sido dichas en voz alta yo tenía miedo de que Eduardo también se fuera confesó Diego en su parte del texto yo pensé que nadie podía quererme
sin pedir nada a cambio escribió Mateo yo odiaba que me abrazaran hasta que él me abrazó sin pedirme permiso” contó Lupita yo pensaba que los papás eran señores que gritaban dijo Tomás pero descubrí que también pueden ser señores que cocinan hotcacakes feos pero ricos el día que terminaron el borrador Eduardo lloró en silencio no por tristeza sino por alivio porque ahora su historia no era solo suya era de todos ellos era pública era real ¿y qué vas a hacer con el libro preguntó Paula publicarlo y que todo lo que se recaude se use para abrir otra sede de la
fundación en Guadalajara o en Puebla donde haga falta y así lo hicieron corazón abierto la historia de una familia improbable fue publicado con ayuda de una editorial independiente en pocas semanas se convirtió en un fenómeno no por la fama de Eduardo sino por la fuerza de lo que contaba una historia de pérdidas encuentros segundas oportunidades y amor verdadero los medios retomaron la historia programas de televisión canales de YouTube podcast todos querían hablar con el empresario que se convirtió en padre pero Eduardo
no se dejó seducir por los reflectores solo aceptó una entrevista sentado en la fundación rodeado de niños dijo “No quiero que me recuerden por lo que tenía quiero que me recuerden por lo que decidí dar cuando ya no tenía nada.” En la última página del libro escribió una carta abierta si estás leyendo esto tal vez te hayas sentido roto alguna vez yo también pero aprendí que no se trata de juntar todas las piezas a veces lo importante es empezar de nuevo con las que te quedan y si lo haces con amor ya ganaste el otoño llegó sin aviso las hojas de
los árboles caían con más frecuencia en el jardín cubriendo el pasto como un recordatorio suave de que todo incluso lo bello tiene un ciclo eduardo lo sabía su cuerpo también aunque la remisión seguía estable su energía se desvanecía día a día las caminatas hasta la fundación eran más cortas y los trayectos por la casa ahora requerían apoyo pero no se quejaba no tenía por qué una tarde mientras ayudaba a Tomás con una maqueta escolar sintió un dolor agudo en el pecho no dijo nada respiró hondo y fingió seguir enfocado en los cartones y pegamento esa noche cuando Paula lo notó
más pálido que de costumbre lo llevó de inmediato al hospital la revisión fue clara el cáncer había comenzado a avanzar de nuevo silencioso determinado esta vez no había posibilidad de otro tratamiento ¿cuánto tiempo preguntó Eduardo sin rodeos semanas tal vez un mes paula se quedó en silencio eduardo no tomó su mano con una calma imposible ya tuve lo que necesitaba ahora solo quiero irme sin miedo esa noche pidió volver a casa no quería hospitales no quería máquinas solo quería dormir escuchando las risas de sus hijos
y así fue durante los días siguientes la casa se llenó de visitas clarita preparaba caldos y chocolate caliente los niños lo acompañaban todo el día leyendo cuentos mostrando dibujos escribiendo cartas ¿y tú qué le vas a dejar preguntó Mateo a Diego una tarde le voy a dejar mi pelota respondió para que juegue en el cielo yo le voy a dar mi dibujo favorito dijo Lupita y yo mi gorra de la suerte agregó Tomás eduardo escuchaba todo desde su sillón con una cobija sobre las piernas y los ojos húmedos no quiero que me dejen nada les
dijo un día quiero que usen todo eso aquí con ustedes con los que vengan en su última semana pidió algo especial que todos los días alguien leyera una historia en voz alta al anochecer una historia real inventada triste alegre no importaba lo importante era no dejar que el silencio tomara el lugar del amor paula le leía capítulos de su propio libro lupita escribía cuentos nuevos tomás hacía teatro con muñecos de calcetín mateo leía poemas que encontraba en libros viejos y Diego diego le contaba historias inventadas pero siempre con el mismo final y entonces el papá volvió a
casa y se quedó para siempre una madrugada Eduardo llamó a Paula es hoy ¿estás seguro él asintió los niños están dormidos sí no los despiertes ya me lo dijeron todo ya me abrazaron con cada cosa que hicieron paula lloró en silencio eduardo le pidió que trajera su celular quería ver una vez más los videos que había grabado los vio todos y al terminar dejó el celular en el regazo y tú le preguntó Paula ¿estás en paz sí me voy con el corazón abierto sus últimas palabras esa mañana cuando los niños despertaron Clarita los reunió en la sala paula con los ojos enrojecidos los
abrazó uno por uno papá murmuró Diego sin que nadie le dijera nada todos corrieron al cuarto eduardo ya no estaba su cuerpo sí su aroma su cobija su bastón su libreta de dibujos pero él ya no lupita no lloró se sentó a su lado y le tomó la mano mateo cerró los ojos y se quedó quieto tomás le dejó la gorra sobre el pecho diego subió a la cama y le susurró “¿Te quedas aquí no en el cielo aquí Paula con la voz entrecortada les entregó un sobre a cada uno son las últimas cartas que escribió para ustedes y en silencio las leyeron carta de Eduardo a sus hijos si estás leyendo esto ya no puedo
abrazarte pero puedes cerrar los ojos y sentir el mío en tu espalda no te pido que me llores todos los días te pido que me recuerdes en los momentos felices cuando rías fuerte cuando abraces a alguien cuando hagas algo bueno por otro ahí estoy yo eso soy yo y aunque no me veas seguiré cuidándote desde la parte más viva que hay en ti tu corazón carta de Eduardo a Paula fuiste mi puente entre la muerte y la vida entre el miedo y el amor te elegí tarde pero no equivocadamente enséñales a amar sin medida como tú lo hiciste
conmigo te amo te libero pero siempre estarás en mi eternidad el velorio fue privado nada de flores ostentosas nada de discursos solo música suave una foto sencilla y una urna con su nombre al lado de un árbol de guayaba que él mismo había plantado meses atrás los niños decidieron enterrarlo ahí en el jardín en casa donde pertenecía en la lápida mandaron grabar una frase que decidieron juntos aquí descansa quien nos enseñó a vivir pasaron los años la casa en la colonia del Valle seguía de pie pero ahora las paredes estaban más llenas dibujos nuevos fotos enmarcadas frases
escritas con marcador permanente en el centro del jardín el árbol de guayaba crecía fuerte con ramas amplias que ofrecían sombra a quien se sentara debajo y justo ahí al pie del tronco seguía la placa con el nombre de Eduardo Santa María aquí descansa quien nos enseñó a vivir los cuatro niños ya no eran niños lupita tenía 18 años y acababa de ser aceptada en la Facultad de Medicina de la UNAM usaba el cabello suelto lentes grandes y llevaba un cuaderno siempre bajo el brazo “voy a ser cardióloga” decía con orgullo porque papá tenía el corazón más fuerte que conocí mateo a
los 19 estudiaba ingeniería en sistemas en el IPN había creado un programa de alfabetización digital para niños de comunidades rurales en alianza con la Fundación Corazón Abierto que ahora tenía sedes en cinco estados del país papá me enseñó que el conocimiento se comparte repetía cada vez que daba una charla como las cobijas los cuentos y el pan caliente tomás con 17 terminaba la preparatoria mientras hacía voluntariado en una clínica veterinaria había adoptado tres gatos callejeros y todos se llamaban Eduardo porque no
podía elegir solo uno decía entre risas y Diego con 16 era el más comprometido con el legado se convirtió en el rostro joven de la fundación viajaba a escuelas daba conferencias escribía artículos yo no nací en una cuna de oro decía frente a auditorios llenos pero nací dos veces la segunda en una banqueta cuando alguien se agachó a jugar rayuela conmigo paula seguía siendo parte de familia nao como substituta de Eduardo más como a ponte que os mantina unidos coordenaba a Fundacao administraba a casa cuidaba do jardim en nunca faltaba
a ritual de todos los aniversarios leer as cartas que Eduardo había deado na noite de um de aniversarios os cuatro se reunirán no jardim sentaram se sopo guayabo ascenderá uma vela hoy cumpliría 60 años dice Lupita seguro estaría canoso pero con la misma sonrisa comentó Tomás ¿se acuerdan de su risa cuando Chato se comió el pastel preguntó Mateo y de cuando casi se cae intentando colgar las luces de Navidad completó Diego Riram depois ficaram en silencio o tipo de silencio que existe entre pesoas que se concemen coma alma
¿listos preguntó Lupita todos asentiram en el sacó bolso um pen drive era o video a última grabacao a que Eduardo había pedido que Bisema apenas una vez conectáramos laptope sob estrelas asistiram na tela Eduardo estaba sentado na sala magro más sorrindo atrás de desenos colados na parede e os distante de rizos de Crianca si están viendo esto es porque cumplimos la promesa porque crecieron porque siguieron porque no dejaron que mi ausencia los quebrara no quiero que vivan intentando recordarme quiero que vivan construyendo
algo nuevo ya dejé mi parte mi tiempo mi amor mi corazón ahora les toca a ustedes y si alguna vez sienten que el mundo se pone muy pesado mírense entre ustedes ahí estoy yo en cada uno o video terminó nenúndeles dice una palabra más o solos um por um se encherán de lágrimas nao de dor de gratidao na semana siguiente publicará más segunda edica do libro corazón abierto ahora como m capítulo extra el adiós más dulce en dedicatoria escribirán juntos a nuestro papá Eduardo Santa María gracias por enseñarnos que una familia no se hereda se elige y que un
corazón amado nunca muere m
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