Mi hija no quiere que vaya a su graduación porque con su padrastro rico es suficiente, pero ni su madre ni su padrastro pagarán su universidad y yo le he quitado su fondo. Recientemente, mi hija se graduó de la escuela. Estaba muy emocionado por ello, no solo porque es un gran logro para ella, sino porque también significa mucho para mí en lo personal.

 Como padre soltero, verla llegar a este punto se siente como una gran victoria. No ha sido un camino fácil y este hito me recordó todo lo que hemos pasado juntos. Hace dos años, mi vida cambió de forma dolorosa y repentina. Llegué a casa y encontré a mi esposa, bueno, ahora mi ex, con otro hombre en nuestra cama. Ella ni siquiera parecía avergonzada o arrepentida.

 De hecho, cuando perdí el control y confronté al hombre, ella no intentó detenerlo ni explicarlo. En cambio, lo defendió. Incluso me amenazó con llamar a la policía. Piénsalo. Me estaba engañando en nuestra casa, en la cama que compartíamos. Y cuando reaccioné como lo haría cualquier esposo herido y traicionado, se puso del lado del hombre con quien me engañó y actuó como si yo fuera el problema.

 Sin pensarlo dos veces, los eché a ambos de la casa. No me importaba lo que tuvieran que decir. Mi hogar ya no era un lugar para mentiras y traición. Después de todo lo que pasó, mi ex no se detuvo ahí. es el tipo de persona que tuerce la verdad para parecer inocente. Intentó mentirle a nuestra hija, haciendo parecer que ella era la víctima, como si ella hubiera sido la que salió herida de todo esto.

 Es repugnante, honestamente, hasta donde puede llegar para proteger su imagen, incluso si eso significa confundir y manipular a nuestra propia hija. Mi reacción ante ello fue contarle mi versión de los hechos a mi hija, lo cual entendió y por eso resintió a su madre por un tiempo. aunque con el paso del tiempo también volvió a acercarse a ella, porque al final era su madre.

Después de que nos separamos, mi ex no perdió el tiempo. Comenzó oficialmente a salir con el mismo hombre con el que me engaño. Al principio, mi hija no soportaba a ese hombre, pero con el tiempo cambió poco a poco. Empezó a acostumbrarse a él y ahora incluso parece que le ha tomado cariño. Verás, a diferencia de mí, el hombre de mi ex viene de una familia con dinero.

 Nunca ha tenido que trabajar de verdad en su vida. Mientras tanto, yo soy plomero. Trabajo duro todos los días, llegando a casa exhausto, solo para asegurarme de que a mi hija no le falte nada. No tengo el lujo de vivir de una herencia familiar como él y no me va mal, porque es una profesión bien demandada de la cual me siento orgulloso, porque no solo pone comida en nuestra mesa, también me ha ayudado a ahorrar.

 Desde que están juntos, mi ex ha estado viviendo la buena vida a su lado. Siempre están de viaje. Un día están en Europa, al siguiente en algún resort tropical. Y cuando regresan a casa traen regalos caros y bolsas de compras, entregándoselas a mi hija como si eso compensara todo. Como si los regalos pudieran reemplazar estar presente, como si el dinero pudiera reemplazar ser padre o madre.

 Pero debe haber funcionado porque mi hija aceptó al amante y también ha perdonado a mi ex. Pero la verdad es que soy yo quien está ahí todos los días. Soy yo quien paga su escuela, la ayuda con las tareas, le cocina, le prepara el almuerzo y me aseguro de que se levante y esté lista para ir a la escuela. Yo planeo sus cumpleaños, envuelvo sus regalos, me desvelo cuando está enferma y la escucho cuando está triste.

 Yo he hecho todo eso, así que sí, a veces me llena de rabia. Los veo llegar con sus cosas brillantes, pretendiendo que están muy involucrados en su vida. Pero ser padre no es aparecer con regalos unas pocas veces al año. Ser padre es estar ahí todos los días. estar en las buenas, en las malas y en todo lo que hay en medio.

 En fin, para su graduación, quería hacer que ese día fuera muy especial para ella. La llevé de compras y le compré un hermoso vestido de graduación. Se veía increíble con él y verla tan emocionada me llenó de orgullo. Esperaba ese día más que nada, pero solo dos días antes de la graduación me dijo algo que me destrozó por completo.

 Me dijo que no quería que fuera a la ceremonia. No porque no me quisiera, según ella, sino porque su mamá y su nuevo esposo, su padrastro, finalmente habían aceptado ir y ahora ya no quería que estuviéramos los dos allí. Dijo que tener dos papás en su graduación la haría sentir incómoda y avergonzada. No quería que la gente viera que tenía una familia rota con padres divorciados.

 Le dije, “Soy tu papá. Merezco estar en tu ceremonia y verte graduarte. ¿Cómo puedes pedirme que no vaya algo tan importante en tu vida?” Pero ella se mantuvo firme en su decisión. Para ella era más fácil si simplemente no me presentaba. Intenté razonar con ella. Le dije que si no quería tener dos papás en la ceremonia, entonces tal vez solo deberíamos estar su madre y yo, las dos personas que realmente la trajimos al mundo, que su padrastro podía quedarse fuera esta vez.

Pero me dijo que no quería herir los sentimientos de su padrastro, que pedirle que no fuera molestaría a su madre y eso era algo que no quería enfrentar. Le pregunté directamente si no le importaba que me molestara y me respondió que yo lo entendería. también argumentó que de ahora en adelante su padrastro iba a ser más importante en su vida que yo, porque según su madre él tenía más conexiones y conocía las personas adecuadas que podrían ayudarla con su carrera o futuras oportunidades.

Me quedé sin palabras porque veía lo que estaba sucediendo claramente. Después de todo lo que he hecho, después de criarla solo, después de sacrificar tanto, después de estar presente cada día cuando nadie más lo estaba, me estaba diciendo que un hombre que apareció más tarde en su vida, que rompió mi matrimonio, iba a importar más que yo por las personas que conocía.

 Y no terminó ahí. Ella argumentó que sabía que yo no tenía un traje apropiado para su ceremonia de graduación y que su padrastro definitivamente se vería mejor vestido que yo si asistía, que se vería más presentable frente a sus amigos. siguió insistiendo en que debería simplemente no asistir. Incluso en la mañana del día de su graduación seguía esperando que cambiara de opinión, pero no lo hizo.

 Mi ex y su esposo vinieron a recoger a mi hija. Estuve allí mirando cómo llegaban al camino de entrada. Ambos bajaron del auto, vestidos de gala. Yo me quedé allí impotente viendo a mi hija salir por la puerta con el mismo vestido que yo le había comprado. Antes de irse, mi ex me dijo que no me lo tomara personal, como si quedarme fuera del día más importante de mi hija no tuviera importancia.

 Ese momento se quedará conmigo para siempre. Me había imaginado estar entre el público, animándola con lágrimas en los ojos mientras recibía su diploma. Pero en su lugar me quedé solo en la entrada de mi casa, en silencio, con el corazón roto, completamente excluido del momento que más había esperado. Después de la ceremonia, mi ex y su esposo sorprendieron a mi hija con un regalo, un coche de segunda mano.

 En cuanto lo vio, se iluminó. estaba saltando de alegría, abrazándolos, riéndose, actuando como si fuera el mejor regalo del mundo. Le señalé suavemente que ni siquiera tiene licencia de conducir. No intentaba arruinar el momento, solo pensé que valía la pena mencionarlo. Pero su padrastro lo desestimó y dijo, “Ya aprenderá. Yo puedo enseñarle.

” Como si no fuera cosa, como si darle un coche a un adolescente sin licencia fuera completamente normal. Entonces, mi ex intervino y me dijo que si no me gustaba el regalo, que me callara, que al menos su esposo podía permitirse comprarle un auto, dando a entender muy claramente que yo no podía.

 Mientras tanto, mi hija estaba encantada con su padrastro, lo abrazaba, le daba las gracias por el coche, le sonreía como si fuera un héroe. Esa misma noche estaba revisando las redes sociales y me encontré con la publicación de graduación de mi hija. Había compartido todas sus fotos del día, imágenes de ella con su toga, sonriendo llena de alegría, y en cada foto aparecían solo su madre y su padrastro.

 El pie de foto decía algo como, “Agradecida por las personas que han estado a mi lado desde el primer día. Desde ese día, el día de su graduación, no he podido mirar a mi hija de la misma forma. Antes la veía como mi niña, mi dulce hija, en quien ponía todo mi corazón cada día sin dudarlo. Pero ahora, no sé, a veces me parece una desconocida.

 Es como si todo lo que una vez fue cálido y cercano entre nosotros se hubiera vuelto frío. Ahora veo rasgos de su madre en ella y no precisamente los buenos. Veo a alguien que está aprendiendo a usar a las personas, a elegir quién importa en función de la conveniencia, el estatus o lo que pueden ofrecer.

 Eso me aterra y duele porque la críé para que fuera mejor que eso. La críé con amor, con valores, con honestidad. Y sin embargo, ahora siento que se me está escapando hacia algo que no reconozco. Ella también lo ha notado últimamente. Ha intentado hablar conmigo, pero no tengo nada que decirle. Ella tomó su decisión y aunque no lo esté haciendo de forma consciente, me genera rechazo todo lo que hizo y en lo que se transformó. Actualización uno.

 La verdad es que he estado dudando mucho en compartir esto, pero leer todos sus comentarios, saber que algunos de ustedes entienden, aunque sea una pequeña parte de lo que estoy sintiendo, realmente hace más fácil seguir compartiendo mi vida con extraños en internet. Así que gracias desde el fondo de mi corazón.

 Solo quiero aclarar algunas cosas. Sí, todavía me hago cargo de mi hija. Es decir, vive aquí todavía. No la he echado de la casa. Tampoco pasa todo el tiempo aquí. La custodia es compartida y pasa tiempo en la casa de su madre y en mi casa. Ella sabe la verdad sobre lo que pasó entre su madre y yo, y quién es su padrastro.

 No había motivo para esconderlo, siendo que tarde o temprano lo iba a descubrir y cuando se lo conté era grande. Tenía 16 años. No lo hice para que creciera odiando a su madre. Fueron todas decisiones tomadas por ella misma. Algunas personas han preguntado si he hablado con ella sobre cómo me siento. La respuesta honesta es no.

 Ya le dije la vez que me comunicó que iría con su padrastro, que no parecía nada bien lo que estaba haciendo y que me dolería. No veo el punto de volver a decir lo obvio. Sabe que no estaba nada feliz con la idea y lo hablamos. Ella espera que yo me olvide de esto y siga siendo todo como antes. Algunos de ustedes han sugerido en los comentarios que mi ex podría estar envenenando a mi hija en mi contra.

 Creo que eso está claro, pero no hay nada que pueda hacer. Ella es prácticamente una adulta y si sabiendo lo que hizo su madre se deja envenenar por ella, no hay mucho por hacer. Tampoco quiero. No es que buscaré un programa para desprogramarla o lo que sea. Cada uno toma sus decisiones y eso es todo. Pronto tendrá que ir a la universidad y nuestros caminos se separarán.

 Hablar con ella sobre esto no creo que haga la diferencia. Actualización dos. Mi hija se va mañana de vacaciones con mi ex y su esposo para celebrar su cumpleaños número 18. ni siquiera lo sabía hasta hoy. Ella no me lo mencionó antes, no lo comentó de pasada, ni siquiera me dio un aviso. Cuando le pregunté a dónde iba y por qué no me había informado con anticipación, me respondió de forma cortante.

 Me dijo que no era asunto mío. Luego añadió que como está a punto de cumplir 18 años, ya no tiene que rendirme cuentas. Me sorprendió mucho su tono y su actitud, así que le recordé con calma, pero con firmeza, que sigo siendo su padre. Pero en lugar de arrepentirse o pedirle disculpas, me dijo, “Ojalá no lo fueras.

Al menos mamá y mi padrastro me están llevando de verdad de vacaciones en lugar de darme una fiesta barata de cumpleaños.” No discutí con ella. ¿Para qué? Cualquier cosa que dijera solo habría empeorado las cosas. Cuando mi ex y su esposo vinieron a recogerla, mi hija se fue sin siquiera decirme adiós. No voy a discutir más sobre este asunto.

Ella tiene razón, que tiene 18 años y mis obligaciones como padre han terminado. De ahora en más es responsabilidad de ellos, tanto en lo económico como en los caprichos que ella pueda tener luego de transformarse en esto. Lo único que me pregunto es si siempre ha sido así y lo escondió hasta cumplir 18 o es algo reciente.

 De cualquier forma, me he cansado de ser el padre de alguien que no quiere que lo sea. Lo fui durante los años de niñez y formación. Ya he cumplido con mi parte. Y aunque me gustaría seguir siendo su padre por el resto de mi vida, no la obligaré ni me arrastraré por alguien que defiende a su madre infiel por encima del padre que intentó darle todo lo que podía. Actualización tres.

 Mi hija regresó de las vacaciones, pero pasó poco tiempo en casa. Por eso, cuando finalmente apareció, le pedí que si podíamos sentarnos y tener una conversación seria. Quería aclarar las cosas. A ella le parecía un fastidio hacerlo, pero quería dejar todo bien claro para que no haya malentendidos más adelante.

 Le dije que como había comenzado a tratarme como si no significara nada, entonces yo no iba a seguir ayudándola. Le dije que iba a dar un mejor uso a su fondo para la universidad, que planeaba usar ese dinero para tomar una jubilación anticipada. Al fin y al cabo, es mi dinero. Tengo derecho a decidir en qué lo uso.

 Y si ella no me valora, tampoco debería valorarlo. Quería que entendiera que las acciones tienen consecuencias y que no puede simplemente apartarme y esperar que todo siga igual entre nosotros. Allí fue cuando mi hija comenzó a preocuparse por la conversación. dijo que no era justo, que ese dinero básicamente era suyo porque estaba destinado a su universidad, pero no era suyo y se lo dije.

 Era dinero que había ahorrado con mi esfuerzo y que pensaba entregárselo, pero que última instancia era mi decisión que hacer con él. Seguía siendo mío hasta que se lo entregara. Ella se alteró más y más, discutiendo porque yo ya no estaba dispuesto a darle el dinero. Dijo que me odiaba, que por eso ya no me soportaba. dijo que se alegraba de haber escuchado a su madre y de haber invitado solo a su padrastro a la graduación, porque él sí se preocupaba por ella y la trataba mejor.

 Siguió diciéndome que siempre había estado avergonzada de mí, que no la entendía ni sabía lo que necesitaba. Dijo que yo era egoísta por quedarme con el dinero en lugar de simplemente dejarla usarlo. Me dijo que era un mal padre y que en realidad nunca la amé, que solo la cuidé por obligación. En un momento, gritó, “Debería haberme quedado todo el tiempo con mamá.

 Tal vez así habría tenido una mejor vida con ella y con mi padrastro. Si esperaba que se lo diera igual el dinero luego de decir eso, estaba muy equivocada. Era una confirmación de que no darle el dinero era la mejor opción porque ella no lo hubiera agradecido. Se sentía con derecho a ese dinero y que no importaba lo que hiciera conmigo, que igual lo iba a obtener.

 Por eso seguía tratándome como lo ha hecho este último tiempo. Me dijo que se alegraba de que su madre haya sido infiel, porque gracias a eso había encontrado un padre que si tuviera dinero y no fuera un tacaño como yo. Podría decirle que este tacaño pagó por muchas cosas durante este tiempo, pero el sentido de intentar convencer a una persona horrible para que se quede en tu vida no tiene ningún sentido para mí.

Solo le advertí que tarde o temprano se arrepentiría de elegir un padre por dinero y no el que siempre la amó y la cuidó, que no esperara en el futuro que la reciba con los brazos abiertos cuando algo suceda con su padrastro o su madre. A ella no le importó, porque según lo que dijo, no volvería arrepentida a mí y no me necesitaría en el futuro para nada.

 La miré y le dije, “¿Te arrepientas o no, ya estoy cansado, ya hice mi parte? Te crié, te alimenté, estuve a tu lado, te amé y te protegí durante 18 años. Lo hice solo, sin ayuda, sin reconocimiento, sin ponerte nunca en medio de lo que tu madre y yo pasamos.” Le dije que ahora era una adulta y que si quiere independencia tendrá que ganársela, que no iba a seguir cargando yo solo con el peso de ser padre mientras ella me trata como si no valiera nada.

 Mi hija volvió a molestarse. Comenzó a discutir conmigo otra vez, preguntando cómo iba a pagar la universidad. Ahora me dijo que su madre nunca ahorró nada para su educación y que su padrastro ya le había dicho que no pagaría eso. Creo que un coche usado de unos pocos miles de dólares, sí, pero una universidad que puede costar bastante más que eso, ¿no? Su voz se quebró cuando preguntó, “¿Y ahora qué se supone que haga?” Mi respuesta le gustó aún menos, pero era la verdad.

 Ya eres adulta y no tengo obligación financiera contigo. Tendría un sentimiento de querer ayudarte si la relación fuera equitativa y no me vieras solo como una fuente de dinero. Pero hasta aquí llegué. Deberías intentar convencer a tu padrastro o tu madre que paguen por tus cosas, ya que hasta ahora fueron más importantes para ti porque te compraron con dinero en lugar de darte amor.

 No puedes obtener todo, tratarme horrible y luego pretender que el dinero que yo ahorré es tuyo sin más. Tu madre y tu padrastro son mejores porque te dieron regalos, te llevaron de vacaciones y se ven mejor en tu graduación que yo. No querrás aceptar dinero de alguien que te da vergüenza, eso sería muy vergonzoso para ti. Te estoy haciendo un doble favor, porque ir a la universidad con el dinero de un plomero no es cool.

 Finalmente se fue a la casa de su madre. Aunque me envía mensajes tratando de convencerme de que cambie de opinión, pero mi decisión ya está tomada. No voy a cambiarla porque es una decisión ya tomada. Estoy pensando en vender esta casa, ya que no me sirve ahora que ya ni siquiera soy un padre soltero. Ya lo había estado pensando desde hace tiempo y ahora simplemente se siente como el momento adecuado.

 Ella está molesta conmigo, dice que estoy siendo vengativo. Puede que tenga razón, pero eso no me convence para darle mi dinero. Me acusa de no preocuparme por ella más, pero eso no es verdad ni de cerca. La verdad es que siempre me ha importado. Cada uno de los últimos 18 años me ha importado. Todo lo que hice lo hice por amor a ella.

 Pero tampoco puedo dejar que ese amor me ciegue y le dé mis ahorros de toda la vida cuando parezco importarle tampoco. Ni siquiera le importo ahora, solo le importa que no le dé dinero. ¿Crees que me ha pedido perdón o ha visto algo malo en lo que hizo? Para nada. Es triste perder un hijo, pero es triste también darle dinero a alguien que sabes que nunca te amará y solo te tolerará por lo material que puede recibir de ti.

Actualización cuatro. No tengo muchas novedades de mi hija. No responder sus mensajes ante sus exigencias parece tener ese efecto en ella. Pero al parecer su madre ya sabe sobre mi decisión, porque ella sí se ha comunicado conmigo para decirme lo mal que le parece todo esto. Fue una tarde donde me llegaron primero una serie de mensajes de texto y luego llamadas una tras otra de mi ex. Estaba furiosa.

 Me exigía saber qué quería decir con que no iba a pagar más la matrícula universitaria de nuestra hija. Le dije que significa exactamente eso. No había ningún mensaje oculto. Actuaba como si de repente hubiera decidido abandonar mis responsabilidades sin previo aviso, ignorando los años que pasé haciéndome cargo de todo yo.

 Solo me mantuve tranquilo y le dije la verdad que ya hice mi parte durante 18 años. Estuve ahí cada día apoyando a nuestra hija emocional, física y económicamente. Le recordé que su esposo, el mismo hombre con el que me fue infiel y con quien después se casó, viene de una familia con dinero. No creo que le cueste demasiado largar unos cientos de miles por su hijastra.

 Incluso podría mover contactos para hacerla entrar a una universidad mejor de la que podría conseguir con sus calificaciones. No tiene problemas llenarle la cabeza en contra mío de comprarla con regalos, coches y viajes. Entonces, ahora les toca a ellos. Si pueden darse esos lujos, seguramente pueden encargarse también de la matrícula universitaria.

Pero esa respuesta, que estaba llena de verdades, no fue de su agrado. Me dijo que su esposo estaba dispuesto a darle regalos materiales como ropa o aparatos electrónicos, pero que nunca iba a pagar la universidad porque eso ya era demasiada responsabilidad. Según ella, él considera que eso es mi obligación, ya que soy el padre biológico.

 Me pareció gracioso porque ella también es su madre y es parte de su responsabilidad hacerlo, pero ella no había ahorrado nada. ni siquiera trabajaba porque dependía exclusivamente de su esposo amante para todos sus gastos. Bueno, ¿sabes qué? No es mi problema. Aquí todo el mundo vive sin responsabilidades, pensando que el universo les debe algo.

 No, hay que ganárselo. Ella estaba gritando por teléfono cuando corté porque no quería escuchar más nada. Este no es mi problema, es el de ellos. Actualización cinco. Unos días después de mi llamada telefónica con mi hija, ella volvió a casa llorando, completamente destrozada y abrumada. entre sollozos me dijo que su madre la había sentado y sin mucha simpatía le había dicho claramente que ni ella ni su esposo iban a pagar ni un solo centavo de su matrícula universitaria.

 Su madre admitió que no había ni un solo centavo, exactamente nada ahorrado para ella, y que no debería esperar ningún tipo de apoyo económico de parte de ellos. Ella estaba devastada porque ni siquiera su madre o su padrastro están de acuerdo en confirmar un préstamo estudiantil. quería que yo si lo hiciera, que al menos le ayudara a buscar opciones de préstamos y confirmara.

 Mi respuesta fue que, como soy un simple plomero, no entiendo sobre finanzas y préstamos estudiantiles, así que preferiría no firmar nada para no meterme en problemas. Ella protestó de inmediato, se frustró y comenzó a discutir diciendo cosas como, “Pero tú podrías pagarlo todo. ¿Por qué estás haciendo esto tan difícil? No creo que esto esté siendo más difícil, sino más fácil, pero para mí es una cantidad importante de dinero.

Dinero que el día de mañana voy a necesitar en mi vejez. Y ya sé lo que piensan algunos, que al hacer esto voy a morir solo porque mi hija me odiará toda su vida y no vendrá a cuidarme. Esa persona del comentario realmente ha ganado la lotería de baja materia gris. Porque, ¿qué piensas que sucederá si le doy este dinero a una persona como mi hija? ¿Vendrá a cuidarme y se preocupará por mí? piénsalo.

 Si te esfuerzas, quizás llegues a la respuesta correcta. En cuanto a mi hija, lo siento, pero decisión tomada. Mi casa ya está puesta en venta y en poco tiempo espero venderla y mudarme algo más chico. Mi meta en estos próximos años es ahorrar lo suficiente y poder retirarme unos años antes de lo previsto. Actualización seis.

 Ya he vendido mi casa luego de algunos meses en el mercado. Actualmente estoy en pleno proceso de mudanza, mientras los compradores me han dado unas semanas antes de tomar posesión de la propiedad. Mi hija intentó iniciar una campaña de lástima hasta que recibió una carta de mi abogado y borró todo antes de que tomáramos acciones legales.

Sin embargo, luego hizo exactamente lo mismo con su madre y su padrastro. Debo decir que ahora está viviendo con una amiga porque la situación con su madre está en su punto más bajo en este momento. Cuando intentó publicar cosas sobre mí, me acusó de ser un mal padre por quedarme con su dinero. Pero cuando lo hizo respecto a su madre, la acusó de haber sido infiel, de que por su culpa yo no quise darle el dinero que yo había ahorrado.

 Y también habló sobre su padrastro. Al menos esta vez se cuidó de no mentir sobre mí y no mencionó que era su dinero. La diferencia es que la publicación contra su madre y su padrastro sí era cierta, a diferencia de la que hizo contra mí. Por ahora, esa publicación se ha mantenido en línea, lo cual ha causado revuelo, ya que su padrastro es una persona conocida.

 Doy gracias de no estar metido en medio de todo ese asunto, porque desde afuera se ve bastante feo. Actualización siete. Si tuviera que resumir esta publicación, sería mi ex se está divorciando y mi hija intentó buscar mi perdón. Sin éxito, claro. Mi exesposa se ha divorciado, lo cual es una simplificación enorme de todo el espectáculo de acusaciones de infidelidad y el concurso de quien era peor dentro de esa relación.

 La familia del esposo no estaba al tanto de ese pequeño detalle, que su nueva esposa había sido infiel. Por eso lo desheredaron y le quitaron casi todo lo que tenía. Al menos él había firmado un acuerdo prenupcial con mi ex, porque podría haber terminado aún con más. Mi ex y mi hija no pueden ni verse. Mi hija aún la culpa por no haber ahorrado dinero para su universidad y mi ex por arruinarle el matrimonio.

 También me culpan a mí por no darle mi dinero, pero eso no es nada nuevo. Durante el divorcio surgieron rumores que no sé si están confirmados de infidelidades mutuas. Fue un gran espectáculo de trapos sucios digno de unas palomitas. Si no estabas involucrado. Cuando las cosas estaban en su peor momento, mi hija me envió un mensaje tratando de reparar la relación.

 dijo que ahora sabía el tipo de madre que tenía y que lamentaba haberla elegido a ella y él. No puedo repetir la palabra que usó para referirse a su padrastro. Las lealtades de esta chica merecen un análisis profundo. Suena a que está desesperada por el dinero, pero como ya dije antes, ese dinero ya se fue.

 No voy a pagarle a alguien para que me quiera. Escuchar a tu madre o a cualquier persona infiel tiene consecuencias. M.