Gemelas de banquero desaparecen en Puebla. 8 años después hallan esto. Mayo de 2012. Roberto Valentín Herrera estacionó su Mercedes-Benz frente a las oficinas de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Puebla. 8 años habían pasado desde que sus hijas gemelas, Esperanza Cristina y Paloma
Beatriz desaparecieron sin dejar rastro.
El banquero de 54 años bajó del vehículo con las manos temblorosas. al sostener la llamada telefónica que había recibido esa mañana. Señor Herrera, necesitamos que venga inmediatamente. Hemos encontrado algo relacionado con sus hijas, había dicho la voz del detective Sergio Ramón García Ortega.
Roberto caminó por los pasillos de la Procuraduría recordando aquella terrible noche de septiembre de 2004. Esperanza y Paloma, de 18 años recién cumplidos, habían salido a una fiesta de graduación en el centro histórico de Puebla. Nunca regresaron. La investigación oficial concluyó que
probablemente habían huído voluntariamente quizás a Estados Unidos como tantos jóvenes mexicanos. Roberto nunca lo creyó. El detective García Ortega lo recibió en su oficina.
Era un hombre de mediana edad con el cabello canoso y expresión seria. Señor Herrera, siéntese, por favor. Lo que voy a mostrarle es perturbador. García colocó sobre el escritorio una bolsa de evidencia que contenía dos identificaciones estudiantiles deterioradas y un anillo de graduación. Roberto
reconoció inmediatamente los objetos. Estos son de mis hijas.
¿Dónde los encontraron? Un trabajador de construcción los halló ayer durante la demolición de un edificio abandonado en la colonia La Paz. El inmueble pertenecía a la clínica San Rafael que cerró en 2005. Encontramos también esto. García mostró una segunda bolsa con fragmentos de ropa y un diario
personal. Roberto tomó el diario con manos temblorosas. La letra era inconfundiblemente de esperanza.
Su hija mayor por 3 minutos. La última entrada estaba fechada el 15 de septiembre de 2004, dos días después de su desaparición. No puedo creer esto. Dice aquí que estaban escondidas, que alguien las tenía prisioneras. Señor Herrera, necesito que me cuente nuevamente todo lo que recuerda de aquella
noche.
Los detalles más pequeños podrían ser cruciales ahora. Roberto respiró profundo. Esperanza y Paloma salieron de casa a las 8 de la noche. Iban a la fiesta de graduación del colegio británico en el hotel Colonial. Les dije que regresaran antes de medianoche. Cuando no llegaron a las 2 de la mañana,
llamé a todos sus amigos. Nadie las había visto en la fiesta.
¿Recuerda quién investigó el caso originalmente? El comandante Julio César Mendoza Ruiz dijo que las muchachas probablemente se habían fugado con novios, pero mis hijas no tenían novios serios. Además, no se llevaron ropa, dinero, ni pasaportes, nada. García tomó notas detalladamente. El comandante
Mendoza se jubiló en 2007. He revisado el expediente original. La investigación fue superficial.
No se interrogó a testigos potenciales, ni se revisaron las cámaras de seguridad del hotel. Siempre sospeché que no se tomó en serio el caso porque pensaron que era cosa de niñas ricas caprichosas. Señor Herrera, ¿hay algo más? El diario menciona repetidamente a un Dr. P. ¿Sabe quién podría ser?
Roberto frunció el seño. Las gemelas eran muy saludables.
Rara vez iban al médico. Quizás se refería a algún profesor. En el colegio había varios doctores que daban clases. García continuó leyendo fragmentos del diario. Aquí dice, “El Dr. P. nos dijo que ayudaría a otras chicas como nosotras. Paloma tiene miedo, pero yo creo que debemos confiar.
Y más adelante nos trajeron a este lugar frío. El Dr. P dice que es temporal, pero ya llevamos dos días aquí. ¿Hay más entradas? Sí, la última es la más inquietante. Paloma está muy enferma. El doctor P le dio una inyección, pero empeoró. Yo también me siento extraña. Si alguien encuentra esto,
busquen en la clínica San Rafael. El doctor P no es lo que parece.
Roberto sintió un escalofrío. La clínica San Rafael nunca había oído de ese lugar. Era una clínica privada especializada en tratamientos para jóvenes con problemas de drogas y trastornos alimentarios. El director era el Dr. Patricio Armando Vázquez Luna, un psiquiatra muy respetado en Puebla.
La clínica cerró abruptamente en febrero de 2005, 5 meses después del desaparecimiento de sus hijas. ¿Dónde está ese doctor ahora? Esa es una pregunta interesante. Según los registros, se mudó a Guadalajara en 2005, pero no hemos podido localizarlo. Su licencia médica fue suspendida en 2006 por
razones no especificadas. Roberto se levantó bruscamente.
Detective García, ¿usted cree que este hombre tiene algo que ver con la desaparición de mis hijas? Es demasiado temprano para conclusiones, pero hay elementos que requieren investigación profunda. El hecho de que sus pertenencias aparecieran en el edificio de su clínica no es coincidencia. ¿Qué
necesita de mí? Primero, queremos que identifique formalmente los objetos encontrados.
Segundo, necesito una lista completa de todas las personas que conocían a sus hijas en septiembre de 2004. maestros, amigos, empleados de su casa, cualquiera que hubiera tenido contacto con ellas. Roberto asintió. ¿Hay posibilidad de encontrar encontrarlas? García dudó antes de responder. Señor
Herrera, han pasado 8 años, pero le prometo que esta vez investigaremos cada pista.
Su caso será prioritario. Dos horas después, Roberto salió de la Procuraduría con una mezcla de esperanza y terror. Por primera vez en 8 años tenían pistas concretas, pero el diario de Esperanza sugería un final que no quería contemplar. Esa tarde convocó una reunión con su abogado LCK, Mauricio
Alejandro Campos Rivera.
Mauricio, necesito que contrates a los mejores investigadores privados del país. No me importa el costo, Roberto. Deja que primero veamos qué encuentra la policía oficial. No confío en ellos. Ya fallaron una vez. Mis hijas mencionaron a un doctor P en sus últimos días.
Necesito saber todo sobre la clínica San Rafael y sobre Patricio Vázquez Luna. Campos tomó notas. ¿Qué más te dijo el detective? Que la clínica cerró súbitamente 5co meses después del desaparecimiento. Que el doctor desapareció y su licencia fue suspendida. Todo esto apesta a encubrimiento. Ten
cuidado, Roberto. Si realmente hay algo siniestro aquí, podrías estar metiéndote en problemas peligrosos.
Roberto miró por la ventana hacia la ciudad donde había perdido a sus hijas. Mauricio, ya perdí lo más importante de mi vida. ¿Qué más me pueden quitar? El detective Sergio García llegó temprano a su oficina para revisar minuciosamente el expediente original del caso Herrera. Los archivos de 2004
revelaban una investigación plagada de negligencia y suposiciones incorrectas.
El comandante Julio César Mendoza había cerrado el caso apenas tres semanas después del desaparecimiento. García leyó las declaraciones iniciales. Roberto Herrera había reportado la desaparición a las 3 de la mañana. del 14 de septiembre de 2004. Las gemelas habían salido a las 8 de la noche del
día anterior para asistir a una fiesta de graduación en el hotel colonial del centro histórico.
El primer error fue evidente. Nadie había verificado realmente si las jóvenes llegaron al hotel. El oficial encargado, subteniente Carlos Medina simplemente anotó la información sin corroborarla. García llamó inmediatamente al hotel colonial. Buenos días, habla el detective García de la
Procuraduría. Necesito hablar con alguien que trabajara en el hotel en septiembre de 2004.
La gerente María Soledad Aguilar Peña había estado en el hotel desde 1995. Claro que recuerdo esa fiesta. Fue muy comentada porque nunca aparecieron esas gemelas. Los padres llegaron al hotel esa madrugada buscándolas desesperados. Las gemelas llegaron al hotel esa noche. No, detective, eso fue lo
raro. Varios estudiantes preguntaron por ellas durante la fiesta. Esperanza y Paloma eran muy populares.
Su ausencia se notó inmediatamente. García tomó notas detalladamente. Se revisaron las cámaras de seguridad. El comandante que investigó el caso pidió las grabaciones, pero había un problema técnico esa noche. Las cámaras del estacionamiento no funcionaron entre las 6 y las 10 de la noche. Un
problema técnico. Sí, muy extraño.
Nuestro sistema de seguridad rara vez fallaba, pero esa noche, específicamente, las cámaras exteriores no grabaron nada. García sintió que había algo más. ¿Recuerdas si alguien más preguntó por las cámaras en los días siguientes? Curiosamente, sí. Un médico vino dos días después preguntando lo
mismo. Dijo que conocía a la familia y quería ayudar.
Un hombre muy elegante, bien vestido. ¿Recuerdas su nombre? Doctor Vázquez Algo. Tenía una clínica para jóvenes con problemas. Me dio su tarjeta por si recordaba algo más. García sintió un escalofrío. Conserva esa tarjeta. Posiblemente. Déjeme revisar mi escritorio. 20 minutos después, María
Aguilar encontró una tarjeta arrugada en un cajón viejo. Dr. Patricio A.
Vázquez Luna, clínica San Rafael. Especialista en trastornos juveniles. García copió toda la información. Era la primera conexión directa entre el doctor Vázquez y el caso. Decidió revisar los registros de la clínica inmediatamente. En el archivo municipal encontró la documentación de la clínica
San Rafael. había sido establecida en enero de 2001 con el Dr.
Patricio Vázquez Luna como director médico. Los documentos mostraban que trataba principalmente adolescentes y jóvenes adultos con problemas de drogas, trastornos alimentarios y crisis familiares. Lo inquietante era la lista de empleados. Enfermera Rosa María Delgado Santos, Lis en psicología Ana
Cristina Herrera Valdés.
administrador Felipe Moreno Castro y curiosamente como consultora externa aparecía registrada Isabel Guadalupe Ríos Fernández. García reconoció el último nombre. Isabel Ríos había sido mencionada en el expediente original como una amiga de las gemelas, pero nunca fue entrevistada formalmente.
Decidió localizarla inmediatamente.
Isabel Ríos vivía ahora en la colonia Angelópolis, en una casa modesta, pero bien cuidada. Era una mujer de 26 años, casada y con dos hijos pequeños. Cuando García se identificó, su rostro palideció visiblemente. Es sobre esperanza y palomá. Después de tantos años pensé que ya nadie se acordaba.
Señorita Ríos, hemos encontrado evidencia nueva.
Necesito que me cuente todo lo que recuerda de septiembre de 2004. Isabel invitó a García a sentarse en su sala. Detective, yo sabía que algo malo había pasado desde el principio. Las gemelas no se habrían fugado, como decían todos. ¿Por qué dice eso? Porque el día anterior a su desaparición,
Paloma me llamó muy nerviosa.
Dijo que habían conocido a un médico que quería ayudarlas con un problema personal. ¿Qué tipo de problema? Isabel dudó. Las gemelas tenían problemas con la comida. No era muy evidente, pero yo era su mejor amiga y lo sabía. Paloma a veces se provocaba vómito después de comer y Esperanza dejaba de
comer por días enteros. Sus padres lo sabían. No creo.
Roberto Herrera trabajaba muchísimo y su esposa había muerto cuando ellas tenían 15 años. Las gemelas eran muy buenas ocultando sus problemas. García tomó notas. ¿Cómo conocieron al médico? Esperanza me contó que lo encontraron en el centro comercial Angelópolis.
Él se acercó a ellas y les dijo que notaba signos de estrés alimentario. Les ofreció ayuda gratuita en su clínica. le dijo el nombre del médico. Drctor Patricio Esperanza dijo que era muy guapo y parecía realmente preocupado por ellas. Les dio su tarjeta y programó una cita para después de la
fiesta de graduación. García sintió que las piezas comenzaban a encajar. Las gemelas fueron a esa cita. No estoy segura.
El día de su desaparición, Paloma me llamó diciendo que irían a ver al doctor antes de la fiesta. Era como una consulta inicial. Después de eso, nunca volví a hablar con ellas. ¿Por qué nunca le contó esto a la policía? Isabel bajó la mirada. Detective, yo también trabajaba en la clínica San
Rafael. Era estudiante de psicología y hacía prácticas profesionales ahí.
Cuando desaparecieron las gemelas y comenzó la investigación, el doctor Vázquez me dijo que no mencionara mi relación con ellas porque podría complicar las cosas. García se enderezó en su asiento. ¿Usted trabajaba para Vázquez? Sí, tres tardes por semana. Ayudaba con terapias grupales y llevaba
expedientes. Era un trabajo bien pagado para una estudiante.
¿Qué más le dijo Vázquez sobre las gemelas? Dijo que habían ido a la clínica esa tarde, pero que se fueron después de unos minutos porque decidieron que no necesitaban ayuda. Me pidió que si alguien preguntaba dijera que nunca habían estado ahí. ¿Y usted le creyó? Al principio sí, el doctor Vázquez
era muy respetado, pero después comenzaron a pasar cosas extrañas en la clínica. García se inclinó hacia adelante.
¿Qué tipo de cosas? Pacientes que llegaban y nunca volvían a salir. El doctor Vázquez decía que habían sido trasladados a otras instalaciones, pero nunca había documentación. Además, comenzó a llegar equipamiento médico muy sofisticado, como si la clínica fuera un hospital y no solo un centro de
terapia.
¿Cuándo notó estos cambios? Comenzó en octubre de 2004, justo después del desaparecimiento de las gemelas. Para diciembre yo ya tenía mucho miedo. Renuncié en enero de 2005. ¿Por qué? Isabel se levantó y cerró las cortinas antes de continuar. Detective, una noche de diciembre me quedé trabajando
hasta tarde. Escuché gritos que venían del sótano de la clínica.
Cuando pregunté, el doctor Vázquez dijo que era un paciente con crisis, pero los gritos sonaban como de una chica joven. Investigó. Traté de bajar al sótano, pero estaba cerrado con llave. Al día siguiente noté que habían instalado una puerta nueva, más gruesa, con cerraduras especiales. García
sintió que se acercaban a algo muy grave.
¿Qué más recuerda de esos últimos meses? La enfermera Rosa María Delgado también actuaba extraño. Antes era muy amigable conmigo, pero después de octubre se volvió distante y nerviosa. Una vez la vi llorando en el baño y cuando le pregunté qué pasaba, me dijo que algunas cosas no estaban bien en la
clínica. Habló con ella después de renunciar.
Intenté contactarla en 2005, pero había desaparecido. Su familia dijo que se había ido a trabajar a Tijuana, pero nunca más supieron de ella. García terminó de tomar notas. Tenía ahora un patrón claro. El doctor Vázquez había contactado a las gemelas. Ellas habían ido a su clínica el día de su
desaparición y posteriormente tanto el médico como su cómplice habían desaparecido.
Isabel, ¿estaría dispuesta a testificar oficialmente sobre todo esto? Detective, tengo familia ahora. Dos niños pequeños. Si este hombre es tan peligroso como sospecho, entiendo sus miedos, pero necesitamos su testimonio para hacer justicia a Esperanza y Paloma. Isabel asintió lentamente. Está
bien, pero necesito protección para mi familia. García le aseguró que tomarían todas las precauciones necesarias.
Tenía ahora suficiente evidencia para convertir el caso de desaparición en una investigación de homicidio. Roberto Herrera contrató al investigador privado Antonio Jesús Salinas Medina, excomandante de la Policía Judicial Federal con 20 años de experiencia en casos complejos. Salinas tenía
contactos en todo el país y reputación de encontrar personas desaparecidas.
Señor Herrera, he revisado la información que me proporcionó. El Dr. Patricio Vázquez Luna no desapareció simplemente. Alguien ayudó a borrar sus huellas de manera muy profesional. Se reunieron en la oficina privada de Roberto en el Banco Comercial de Puebla, donde había trabajado como director
general desde 1995.
Las ventanas daban al zócalo de la ciudad. donde 8 años antes había pegado carteles con las fotos de sus hijas, buscándolas desesperadamente. ¿Qué encontró? Salinas abrió un expediente grueso. El doctor Vázquez vendió su casa de Puebla en enero de 2005 a través de un intermediario. El comprador fue
una empresa fantasma registrada en las Islas Caimán.
El dinero fue transferido a una cuenta bancaria en Suiza que se cerró inmediatamente después. ¿Cómo consiguió esa información? Tengo contactos en el sistema bancario. Lo interesante es que la venta se hizo tres meses antes de que él supuestamente se mudara a Guadalajara. Alguien planificó su
desaparición con mucha anticipación. Roberto sintió un escalofrío.
¿Hay algún rastro de él en Guadalajara? Esa es otra mentira. Verifiqué con el Colegio de Médicos de Jalisco. Nunca registraron a ningún Patricio Vázquez Luna. Tampoco hay registro de que haya ejercido medicina en ese estado. Entonces, ¿dónde está? Salinas mostró fotografías y documentos. Encontré
algo mejor. En 2007, dos años después de su supuesta mudanza, el doctor Vázquez fue visto en Cancún operando un resort de rehabilitación para jóvenes extranjeros adinerados.
Usaba el nombre de Patrick Valdés Luna. Roberto estudió las fotografías. Era definitivamente el mismo hombre. Alto, delgado, cabello gris, bien peinado, unos 50 años de edad. ¿Quién lo vio ahí? Un exempleado del resort contactó a un colega mío. El hombre estaba preocupado porque varios huéspedes
jóvenes habían desaparecido del lugar sin explicación.
Cuando trató de reportarlo a las autoridades locales, lo amenazaron y tuvo que huir de Cancún. ¿Dónde está ese testigo ahora? En Houston, Texas. Está dispuesto a hablar, pero quiere garantías de protección. Roberto se levantó y caminó hacia la ventana. Salinas, mi intuición me dice que este hombre
no solo secuestró a mis hijas. Hay algo mucho más grande aquí. Estoy de acuerdo.
He investigado casos de trata de personas antes. Los patrones que estoy viendo son consistentes con una red internacional. En ese momento sonó el teléfono de Roberto. Era el detective García. Señor Herrera, necesito verlo inmediatamente. Hemos encontrado más evidencia en la clínica San Rafael.
Roberto y Salinas se dirigieron al sitio de la demolición.
García los esperaba junto a un equipo forense que había estado excavando el sótano del edificio destruido. ¿Qué encontraron? La doctora Fernanda Lucía Castillo Vargas, médica forense del estado, se acercó con expresión grave. Señora Herrera, hemos descubierto restos socios de al menos cuatro
personas jóvenes.
Los análisis preliminares indican que murieron hace aproximadamente 8 años. Roberto sintió que las piernas le temblaban. Salinas lo sostuvo del brazo. Son mis hijas. Necesitaremos análisis de ADN para confirmarlo. Pero dos de los esqueletos corresponden a mujeres de aproximadamente 18 años de edad.
También encontramos esto. La forense mostró una bolsa de evidencia con un collar de oro con dos corazones unidos.
Roberto lo reconoció inmediatamente. Ese collar se lo regalé a las gemelas en su cumpleaños. Número 18. Cada una llevaba un corazón. García tomó notas. Dr. Castillo, ¿cuánto tiempo necesita para los análisis de ADN? Con prioridad, una semana máximo. Salinas examinó la escena.
Detective García, ¿han encontrado evidencia de cómo murieron? Los análisis toxicológicos tomarán más tiempo, pero hay marcas en los huesos que sugieren uso de sustancias químicas antes de la muerte. Roberto se alejó del grupo luchando por controlar sus emociones. Durante 8 años había mantenido la
esperanza de que sus hijas estuvieran vivas en algún lugar. Ahora esa esperanza se desvanecía. Salinas se acercó.
Señor Herrera, sé que esto es devastador, pero necesitamos usar esta rabia para encontrar al responsable. ¿Dónde está ahora Vázquez? El rastro en Cancún se pierde en 2009, pero tengo una pista nueva. Mi contacto en Houston dice que el exempleado del resort tiene información sobre los socios de
Vázquez. Aparentemente no trabajaba solo. García se unió a la conversación.
Señores, oficialmente necesito pedirles que no interfieran con la investigación policial. Extraoficialmente, cualquier información que puedan obtener será muy útil. Roberto tomó una decisión. Salinas, vamos a Houston. Quiero hablar personalmente con ese testigo. Señor Herrera, podría ser peligroso.
Si Vázquez tiene socios poderosos, no me importa. Mis hijas están muertas. Ya no tengo nada que perder.
Esa noche Roberto llamó a su hermano Esteban Francisco Jiménez Torres, que trabajaba como procurador en la Ciudad de México. Esteban, necesito todos los favores que me debas. Hay una red criminal que opera internacionalmente y las autoridades locales no tienen recursos para investigarla. ¿Qué
necesitas? Contactos en la DA, FBI. Cualquier agencia que investigue trata de personas.
También necesito protección para testigos. Roberto, ten cuidado. Si te estás metiendo con traficantes internacionales, tu vida podría estar en peligro. Ya destruyeron mi vida hace 8 años. Ahora solo busco justicia. Al día siguiente, Roberto y Salinas volaron a Houston.
El testigo era Miguel Ángel Torres Espinoza, de 35 años, quien había trabajado como administrador del resort de Vázquez en Cancún. Se reunieron en un hotel cerca del aeropuerto. Torres estaba visiblemente nervioso y revisaba constantemente las puertas y ventanas. Señor Herrera, lamento mucho lo de
sus hijas. Cuando vi sus fotos en los documentos que me mostró el investigador, las reconocí inmediatamente. Roberto sintió un vuelco en el corazón.
Las vio en Cancún, sí, pero no vivas. El doctor Vázquez tenía fotografías de todas las chicas que habían pasado por sus clínicas. Decía que eran sus casos de estudio. Sus hijas aparecían en un álbum marcado como Puebla 2004. ¿Qué más había en ese álbum? Fotos de otras muchachas jóvenes, todas muy
bonitas, todas con marcas de identificación como fechas y lugares.
También había documentos médicos, pero estaban en inglés y no los entendí completamente. Salinas mostró fotografías de Vázquez, con quién trabajaba en el resort. Tenía socios estadounidenses y europeos, hombres mayores muy ricos que venían al resort frecuentemente. El drctor Vázquez los llamaba
inversionistas especiales. ¿Recuerdan nombres? Uno se llamaba Richard algo, hablaba inglés, otro era alemán, creo que se apellidaba Muellerer. Venían cada tres meses aproximadamente. Roberto interrumpió.
Miguel, ¿qué pasaba exactamente en ese resort? Torres dudó antes de responder. Oficialmente era un centro de rehabilitación para jóvenes adictos cuyos padres pagaban mucho dinero. Pero había algo más siniestro. Algunos huéspedes desaparecían y nunca se iba a buscar. ¿Cómo que desaparecían? El doctor
Vázquez decía que habían sido trasladados a otras instalaciones o que sus familias los habían recogido, pero yo llevaba los registros y nunca había documentación de salida. Salinas tomó notas detalladamente. ¿Por qué huyó de
Cancún? Una noche en 2009 vi algo que no debía ver. Había una fiesta privada en la parte restringida del resort. Vi cómo trataban a las chicas jóvenes. No eran pacientes, eran prisioneras. Roberto sintió náuseas. ¿Qué vio exactamente? Chicas drogadas siendo usadas por los inversionistas. Cuando
traté de intervenir me amenazaron de muerte.
Escapé esa misma noche y nunca regresé. Denunció esto a las autoridades. Traté, pero el doctor Vázquez tenía contactos poderosos en el gobierno local. Decidió huir a Estados Unidos y cambiar de identidad. Salinas le mostró más fotografías. ¿Reconoce a alguna de estas personas? Torres examinó las
fotos y señaló una. Este es el alemán, Mueller.
Y este otro era el segundo al mando de Vázquez. Se llamaba Dr. Ramírez o algo así. Roberto supo que habían encontrado la punta de un iceberg mucho más grande y peligroso de lo que había imaginado. De regreso en Puebla, Roberto y Salinas se reunieron con el detective García para compartir la
información obtenida en Houston.
García había recibido los resultados preliminares de los análisis forenses. Señora Herrera, confirmo que dos de los esqueletos encontrados pertenecen a sus hijas Esperanza y Paloma. La causa de muerte fue envenenamiento con una combinación de sedantes y opioides. Roberto cerró los ojos. Después de
8 años de incertidumbre, tenía la confirmación más dolorosa posible.
¿Qué hay de los otros esqueletos? Una corresponde a una mujer de aproximadamente 20 años, la cuarta a un hombre joven de edad similar. Estamos cotejando con la base de datos de personas desaparecidas, pero podría tomar tiempo. Salinas intervino. Detective, la información que obtuvimos en Houston
confirma que Vázquez operaba una red internacional.
Necesitamos involucrar a agencias federales. Ya lo hice. El caso ha sido transferido parcialmente a la PGR debido a su naturaleza internacional. Un agente especial llegará mañana desde la Ciudad de México. García continuó revisando sus notas. Mientras tanto, localizamos a Rosa María Delgado Santos,
la enfermera que trabajó con Vázquez. Está viva y viviendo en Tijuana bajo identidad falsa.
¿Está dispuesta a cooperar? Eso depende. Está aterrorizada y dice que si habla la matarán. Necesitaríamos ofrecerle protección de testigos para que declare. Roberto se levantó. Haré las llamadas necesarias. Mi hermano en la PGR puede arreglar la protección. Esa tarde llegó el agente especial Carlos
Alberto Ruiz Hernández de la División de Investigación de Delitos contra la salud.
Era un hombre de 40 años con experiencia en redes de tráfico internacional. Señores, he revisado el expediente. Este caso tiene elementos que coinciden con una organización criminal que hemos estado investigando desde 2008. Le decimos la red del doctor. Ruis mostró fotografías y diagramas en una
pizarra.
Operan clínicas falsas en México, Colombia y Costa Rica. Secuestran jóvenes de familias adineradas bajo pretexto de tratamientos médicos. Posteriormente las venden a redes de prostitución internacional o las usan en pornografía. Roberto sintió una rabia profunda. ¿Cuántas víctimas ha habido?
Estimamos más de 200 en los últimos 10 años. El Dr.
Patricio Vázquez Luna es uno de los operadores principales, pero no el líder, quien dirige la organización. Creemos que es un consorcio de inversionistas europeos y estadounidenses. Usan las clínicas como fachada para sus operaciones. Salinas mostró las fotografías obtenidas del testigo en Houston.
¿Reconoce a alguno de estos hombres? Ruis examinó cuidadosamente las imágenes. Este alemán se llama Klaus Müeller. está en nuestra lista de buscados internacionalmente y este otro es Richard Colman, ciudadano estadounidense con antecedentes por abuso sexual de menores. ¿Dónde están ahora? Coleman
fue arrestado en Tailandia el año pasado, pero logró escapar durante el traslado. Mueller desapareció de Europa en 2010.
García intervino. Agente Ruiz, ¿qué necesitamos para localizar a Vázquez? Primero, necesitamos que la enfermera Rosa María declare todo lo que sabe. Segundo, debemos analizar todas las transacciones financieras de la clínica San Rafael entre 2004 y 2005. Roberto ofreció sus contactos bancarios.
Puedo conseguir información financiera que las autoridades normales no podrían obtener.
Señor Herrera, oficialmente no puedo pedirle eso. Extraoficialmente, cualquier información será muy útil. Al día siguiente, Rosa María Delgado Santos fue trasladada desde Tijuana con escolta federal. Era una mujer de 38 años, visiblemente marcada por años de miedo y culpa.
La entrevista se realizó en las oficinas de la PGR con la presencia de Roberto García Ruiz y un fiscal federal. Rosa María, entendemos que está asustada, pero necesitamos que nos cuente la verdad sobre lo que pasó en la clínica San Rafael. Rosa María comenzó a hablar con voz temblorosa. Todo
comenzó como un trabajo normal. El doctor Vázquez me contrató en 2003 como enfermera para terapias de grupo con adolescentes cuando comenzó a notar que algo estaba mal.
En septiembre de 2004 llegaron las gemelas Herrera para una consulta inicial. El doctor me pidió que las sedara ligeramente para relajarlas durante la evaluación. Pensé que era un procedimiento normal. Roberto apretó los puños. ¿Qué pasó después? Las muchachas nunca despertaron normalmente de la
sedación.
El doctor Vázquez dijo que habían tenido una reacción alérgica y que necesitaban quedarse en observación. Las llevamos al sótano. ¿Por cuánto tiempo? Dos semanas. Durante ese tiempo, el doctor les administraba diferentes medicamentos. Decía que era tratamiento experimental para trastornos
alimentarios. Ruis intervino. ¿Había otros pacientes en el sótano? Sí, llegaban jóvenes cada pocas semanas.
Algunos eran realmente voluntarios que venían por problemas de drogas, pero otros habían sido traídos como las gemelas Herrera. Cómo distinguía entre unos y otros. Los voluntarios reales tenían expedientes completos y familias que los visitaban. Los otros no tenían visitas y sus expedientes estaban
marcados con códigos especiales. García tomó notas.
¿Qué significaban esos códigos? Nunca lo supe completamente, pero el doctor Vázquez hablaba por teléfono en inglés sobre mercancía especial y clientes internacionales. Roberto no pudo contenerse más. Mis hijas sufrieron. Rosa María comenzó a llorar. Señor Herrera, traté de ayudarlas. Les daba
comida extra y trataba de mantenerlas cómodas.
Pero el doctor Vázquez se enojó conmigo y dijo que si no seguía órdenes, terminaría como ellas. ¿Cómo murieron? Una noche de octubre, Paloma empeoró mucho. Había estado rechazando los medicamentos y gritando pidiendo ayuda. El doctor le dio una dosis muy alta de sedantes, nunca despertó y
esperanza. Ella vio morir a su hermana, entró en shock y dejó de hablar completamente.
Tres días después, el doctor decidió que era demasiado problemática y le administró la misma dosis letal. Roberto salió de la habitación para vomitar. La descripción de los últimos momentos de sus hijas era más horrible de lo que había imaginado. Ruith continuó el interrogatorio.
¿Qué pasó con los cuerpos? El doctor Vázquez tenía un incinerador pequeño en el sótano, pero estaba descompuesto. Decidió enterrar los cuerpos temporalmente hasta que pudiera repararlo. Nunca lo hizo. ¿Por qué cerró la clínica? En diciembre de 2004 llegó un inspector de salubridad sin avisar. Casi
descubre el sótano secreto.
El doctor se puso muy nervioso y comenzó a planificar su salida de Puebla. García preguntó sobre otros cómplices. ¿Quién más sabía lo que pasaba? El administrador Felipe Moreno Castro sabía todo. Él coordinaba la llegada de nuevos pacientes y manejaba los pagos internacionales. También había un
abogado, Lick, Armando Vega Sánchez, que falsificaba documentos. ¿Dónde están ahora? No sé de Felipe.
El abogado murió en un accidente de auto en 2006. Yo siempre pensé que no fue accidente. Ruis mostró fotografías de Coleman y Müer. Estos hombres visitaron la clínica. Sí, varias veces. Venían a inspeccionar la mercancía antes de hacer transferencias bancarias. Hablaban de enviar pacientes a sus
instalaciones en el extranjero.
La declaración de Rosa María proporcionó el mapa completo de la operación criminal. Ahora necesitaban encontrar a los responsables que aún estaban libres. Roberto supo que la búsqueda de justicia apenas comenzaba. Con la autorización del agente Ruiz, Roberto utilizó sus contactos bancarios para
rastrear las transacciones financieras de la clínica San Rafael.
Su posición como director del Banco Comercial de Puebla le daba acceso a información que normalmente requería órdenes judiciales complicadas. En su oficina privada, Roberto trabajó con su contador de confianza, LCK, Fernando Javier Morales Gutiérrez, para analizar los movimientos bancarios
sospechosos entre 2004 y 2005. Roberto, encontré algo muy interesante.
La clínica San Rafael recibía transferencias regulares desde tres fuentes principales. Una cuenta en las islas Caimán, otra en Suiza y una tercera en Panamá. Roberto estudió los documentos bancarios. ¿Cuánto dinero estamos hablando? En total, aproximadamente 2 millones de dólares en 18 meses.
Cantidades demasiado grandes para una clínica pequeña de terapias juveniles. Identificaste a los remitentes.
Las cuentas están registradas a nombres de corporaciones fantasma, pero logré rastrear los beneficiarios finales de dos de ellas. Una pertenece a Klaus Müeller, el alemán que aparece en tus fotografías. La otra está vinculada a una red de empresas controladas por Richard Colman.
Roberto sintió que se acercaban a los verdaderos responsables. ¿Hay más transacciones después de 2005? Sí, pero no a la clínica San Rafael. A partir de febrero de 2005, las mismas fuentes comenzaron a enviar dinero a una nueva cuenta en Costa Rica registrada a nombre de Clínica Esperanza Tropical.
Vázquez siguió operando desde Costa Rica. Aparentemente sí.
Las transferencias continuaron hasta 2009 cuando se detuvieron súbitamente. Roberto llamó inmediatamente a la agente Ruiz para informar los hallazgos. Ruis confirmó que tenían investigaciones abiertas sobre operaciones similares en Costa Rica. Señor Herrera, esa información coincide con reportes de
personas desaparecidas en San José entre 2005 y 2009.
Vázquez probablemente reubicó su operación después de cerrar la clínica en Puebla. ¿Dónde está ahora? Estamos coordinando con Interpol para localizarlo. Sus últimas transacciones bancarias fueron rastreadas hasta Paraguay en 2010. Esa tarde, Roberto recibió una llamada inesperada. Era Isabel
Guadalupe Ríos Fernández, la exempleada de la clínica que había testificado anteriormente. Señor Herrera, alguien ha estado vigilando mi casa.
Un hombre en un auto oscuro ha estado estacionado en mi calle durante los últimos tres días. Roberto sintió alarma inmediata. Isabel, vaya inmediatamente a un lugar público y llame al Detective García. Le daré su número. Señor Herrera, tengo miedo. ¿Cree que me quieran hacer daño? No lo sé, pero no
vamos a correr riesgos.
García organizará protección para usted y su familia. Una hora después, García llamó confirmando que Isabel y sus hijos habían sido trasladados a una casa segura. Señor Herrera, esto confirma que alguien está monitoreando nuestra investigación. Necesita tomar precauciones también. ¿Qué tipo de
precauciones? Cambie su rutina diaria. No vaya solo a lugares aislados. Considere contratar seguridad privada.
Roberto se dio cuenta de que había subestimado el peligro. Si la organización criminal aún tenía poder para intimidar testigos, también podrían atacarlo a él. Esa noche instaló un sistema de seguridad avanzado en su casa y contrató guardaespaldas profesionales. También movió a su hermana María
Elena Herrera de Santa María y su familia a una casa de seguridad.
Al día siguiente, el agente Ruiz convocó una reunión urgente. Había recibido información de Interpol sobre el paradero de Vázquez. Señores, tenemos una pista sólida. Patricio Vázquez Luna fue visto en Asunción, Paraguay, operando bajo el nombre de Dr. Patrick Valenzuela. Dirige una clínica de
rehabilitación en las afueras de la ciudad. García preguntó sobre los procedimientos de extradición.
¿Podemos arrestarlo desde Paraguay? Estamos coordinando con las autoridades paraguayas, pero es complicado. Vázquez aparentemente tiene conexiones políticas allá también. Roberto no podía esperar más procedimientos burocráticos. ¿Qué necesitamos para ir directamente por él? Señor Herrera,
oficialmente no puedo apoyar una operación no autorizada en territorio extranjero.
Salinas intervino. Agente Ruiz, yo tengo contactos en seguridad privada internacional. ¿Podríamos organizar algo extraoficial? Repito, oficialmente no puedo apoyar eso. Extraoficialmente cualquier información que obtengan será muy valiosa. Esa tarde Roberto tomó la decisión de viajar a Paraguay. No
importaban los riesgos.
Había esperado 8 años por justicia y no iba a dejar que la burocracia se la negara más tiempo. Salinas organizó el viaje con extremo cuidado. Utilizarían pasaportes de turistas, se hospedarían en hoteles diferentes y tendrían un equipo de apoyo local dirigido por un excandante del ejército
paraguayo.
Antes de partir, Roberto grabó un video testamento explicando toda la información que habían descubierto. lo dejó en custodia de su abogado con instrucciones de entregarlo a las autoridades si algo le pasaba. Mauricio, si no regreso de este viaje, asegúrate de que el mundo sepa lo que Vázquez y sus
socios le hicieron a mis hijas y asientos de otras víctimas. Campos trató de disuadirlo. Roberto, deja que las autoridades manejen esto.
Ya tienes evidencia suficiente para un proceso legal. un proceso legal que podría tomar años y que él podría evadir con sus conexiones políticas. No, Mauricio, voy a enfrentarlo cara a cara. El vuelo a Asunción salió esa misma noche. Roberto llevaba fotografías de esperanza y paloma en su cartera.
Por primera vez en 8 años sentía que estaba verdaderamente cerca de hacer justicia por sus hijas. Durante el vuelo, Salinas repasó el plan.
Señor Herrera, nuestros contactos locales han confirmado la ubicación de la clínica. Vázquez vive en una finca adjunta con seguridad mínima. Podríamos confrontarlo directamente. ¿Cuáles son los riesgos? Si huye, perdemos la oportunidad. Si se defiende, podríamos enfrentar problemas legales en
Paraguay. Pero si coopera, podríamos obtener información sobre toda la red.
Roberto miró por la ventanilla del avión hacia las luces de las ciudades que sobrevolaban. En algún lugar allá abajo estaba el hombre que había destruido su vida. Pronto se enfrentarían. El avión aterrizó en Asunción al amanecer. Roberto supo que las siguientes horas determinarían si finalmente
obtendría justicia para Esperanza y Paloma.
El contacto de Salinas en Paraguay era el mayor retirado Gustavo Alberto Benítez Machado, quien dirigía una empresa de seguridad privada en Asunción. Benítez había investigado previamente a la clínica Esperanza del Sur. por sospechas de actividades ilegales.
Señor Herrera, confirmo que Patrick Valenzuela es definitivamente su Patricio Vázquez. Tenemos fotografías de vigilancia que lo muestran llegando y saliendo de la clínica diariamente. Se reunieron en una casa segura en las afueras de Asunción. Benítez mostró mapas detallados y fotografías aéreas de
la instalación. La clínica está ubicada en una finca de 20 hectáreas.
tiene aproximadamente 40 pacientes registrados, pero mis fuentes dicen que al menos la mitad no están ahí voluntariamente. Roberto estudió las imágenes. ¿Cómo conseguimos acceso? Tengo un plan. Uno de mis hombres se infiltrará como familiar de un paciente potencial. Una vez adentro, podrá abrir
acceso para el resto del equipo. Salinas revisó los detalles operativos.
¿Qué resistencia esperamos? Vázquez tiene cuatro guardias armados, pero no son profesionales. El verdadero problema son sus conexiones políticas. Si llama a sus contactos, podríamos enfrentar interferencia oficial. Roberto no quería esperar más. Mayor Benítez, ¿cuándo podemos proceder? Esta misma
noche, Vázquez sigue un horario muy rutinario, termina sus consultas a las 8 de la noche y se retira a su oficina privada hasta las 10. Esa tarde, Roberto se preparó mentalmente para el encuentro. Había ensayado mentalmente ese momento
durante 8 años, pero ahora que era real, sentía una mezcla de rabia, dolor y determinación. A las 9 de la noche, el equipo se acercó a la clínica. El agente infiltrado había logrado desactivar el sistema de alarmas y neutralizar a dos guardias. Roberto, Salinas y Benítez entraron por la entrada
trasera. La clínica era más grande por dentro de lo que parecía.
Tenían habitaciones individuales, salas de terapia y un área médica completamente equipada, demasiado sofisticada para ser solo un centro de rehabilitación. Encontraron la oficina de Vázquez en el segundo piso. Roberto sintió el corazón acelerado cuando Benítez abrió la puerta silenciosamente.
Patricio Vázquez Luna estaba sentado detrás de su escritorio revisando expedientes médicos.
A los 58 años seguía siendo un hombre imponente, aunque el cabello era completamente gris y tenía arrugas profundas alrededor de los ojos. “Doctor Patricio Vázquez Luna”, dijo Roberto entrando a la habitación. Vázquez levantó la vista con sorpresa, pero rápidamente recuperó la compostura. Me temo
que se equivoca.
Mi nombre es Patrick Valenzuela. ¿En qué puedo ayudarles? Roberto se acercó al escritorio y colocó las fotografías de Esperanza y Paloma. frente a Vázquez. Reconoce a estas jóvenes. Vázquez examinó las fotos sin cambiar su expresión. Lo siento, no las reconozco. Son familiares suyos.
Eran mis hijas, Esperanza Cristina y Paloma Beatriz Herrera Morales. Las asesinó en su clínica de Puebla en septiembre de 2004. Por primera vez, Vázquez mostró nerviosismo. Señor, creo que hay una confusión. Nunca he estado en Puebla, México. Soy médico paraguayo y he trabajado aquí toda mi vida.
Salinas colocó documentos bancarios sobre el escritorio.
Entonces, ¿puede explicar estas transferencias de 2 millones de dólares desde las islas Caimán a la clínica San Rafael en Puebla o estas otras transferencias a esta clínica desde las mismas cuentas? Vázquez se puso pálido al revisar los documentos. sabía que habían sido descubierto. Además,
continuó Roberto, tenemos el testimonio de Rosa María Delgado Santos, su exenfermera, nos contó exactamente cómo mató a mis hijas. Vázquez se levantó lentamente de su silla.
Señores, no sé quiénes son ustedes ni cómo obtuvieron esa información, pero están interfiriendo con una operación médica legítima. Legítima. Roberto sintió que la rabia lo dominaba. Llamaría legítimo sedar a dos jóvenes de 18 años contra su voluntad mantenerlas prisioneras durante dos semanas y
después asesinarlas con sobredosis de opioides.
Por primera vez, Vázquez perdió completamente la compostura. Usted no entiende la situación. Esas muchachas eran problemáticas. Se resistían al tratamiento y amenazaban con exponer operaciones médicas confidenciales. ¿Qué operaciones? Vázquez se dio cuenta de que había dicho demasiado, pero ya era
tarde.
Investigación médica avanzada, tratamientos experimentales que podrían ayudar a miles de jóvenes con trastornos similares. Benítez intervino. Doctor, hemos visto sus investigaciones. Tenemos documentos que muestran que vende pacientes a redes de prostitución internacional. Eso es falso. Yo ayudo a
jóvenes con problemas.
Los trasladamos a instalaciones especializadas donde reciben mejor atención. Roberto ya no podía contenerse. Mentiroso. Mis hijas no tenían problemas que justificaran secuestrarlas y matarlas. Eran víctimas inocentes de su red criminal. Vázquez intentó llegar a un teléfono en su escritorio, pero
Salinas lo detuvo. Dr. Vázquez.
Sabemos de sus socios Klaus Müller y Richard Coleman. Sabemos de las clínicas en Costa Rica y Cancún. Sabemos de las cuentas bancarias internacionales. ¿Cuántas víctimas más ha habido? Enfrentado con evidencia abrumadora, Vázquez finalmente comenzó a quebrantarse. Ustedes no entienden las presiones
económicas.
Mantener clínicas especializadas es extremadamente costoso. Los inversionistas internacionales proporcionan financiamiento que permite tratar a muchos más pacientes. A cambio de que algunos pacientes, algunos casos especiales son transferidos a sus instalaciones para tratamientos que nosotros no
podemos proporcionar aquí. Roberto se acercó más. ¿Qué tipo de tratamientos? Vázquez dudó, pero sabía que no tenía escape.
Investigación médica avanzada, estudios sobre respuesta neurológica a diferentes estímulos, tratamientos de inmersión total para trastornos de personalidad. Está hablando de prostitución y pornografía forzadas, ¿no? Bueno, algunos inversionistas tienen métodos poco convencionales, pero el objetivo
fundamental es médico.
Salinas grabó toda la conversación. ¿Cuántas víctimas ha habido en total? No llevo cuenta exacta. Quizás quizás 200 jóvenes en los últimos 10 años, pero la mayoría fueron casos exitosos que ahora viven vidas productivas. Roberto sintió náuseas. Casos exitosos.
¿Llama exitoso vender muchachas como esclavas sexuales? Señor Herrera, sus hijas fueron fueron una excepción lamentable. Su reacción a los medicamentos fue inesperada. Normalmente los pacientes responden bien al tratamiento inicial. tratamiento. Las drogó hasta matarlas. Vázquez se desplomó en su
silla. Después de 8 años escondido, su mundo criminal se había derrumbado en una sola noche.
Roberto tenía finalmente la confirmación directa del asesino de sus hijas, pero sabía que la justicia apenas comenzaba. Con Vázquez bajo custodia del equipo de Benítez, Roberto contactó inmediatamente a la gente ruiz en México para coordinar los siguientes pasos.
Tenían al principal responsable, pero necesitaban actuar rápido antes de que sus socios internacionales se dieran cuenta y desaparecieran. Agente Ruiz, tenemos a Vázquez y está hablando. Nos está dando nombres, ubicaciones y detalles de toda la operación. Señor Herrera, oficialmente no puedo
aprobar lo que hicieron, pero necesitamos esa información inmediatamente. ¿Pueden mantenerlo seguro hasta que coordinemos la extradición oficial? Sí, pero necesitamos actuar rápido con la información que nos está dando. Dice que hay operaciones activas en cinco países diferentes. Ruis coordinó con
Interpol
para arrestos simultáneos. Tenían una ventana de oportunidad de tal vez 48 horas antes de que la red se diera cuenta de que Vázquez había sido capturado. En la casa segura de Asunción, Vázquez continuó revelando detalles de la organización criminal. Roberto grabó cada palabra sabiendo que sería
evidencia crucial para procesar a todos los involucrados.
Doctor Vázquez, necesito que me explique exactamente qué le pasó a mis hijas desde el momento que llegaron a su clínica. Vázquez, ya derrotado, habló con voz monótona. Esperanza y Paloma llegaron el 13 de septiembre de 2004 a las 3 de la tarde. Yo las había contactado previamente en el centro
comercial porque encajaban en el perfil que buscaban nuestros inversionistas.
¿Qué perfil? Jóvenes atractivas de familias adineradas con alguna vulnerabilidad psicológica que justificara tratamiento médico. Sus trastornos alimentarios leves las hacían candidatas perfectas. Roberto sintió náuseas, pero necesitaba escuchar todo. ¿Qué pasó durante la consulta? Les administré un
sedante ligero supuestamente para relajarlas durante la evaluación psicológica inicial, pero en lugar de despertarlas después de una hora, aumenté la dosis gradualmente.
¿Por qué? Había recibido una orden específica de Klaus Müller. Necesitaba dos gemelas para un cliente especial en Alemania que pagaba $50,000 por el par. Roberto tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para no golpear a Vázquez. ¿Qué pasó después? Las mantuve sedadas en el sótano durante dos semanas
mientras organizábamos el transporte internacional.
Pero Paloma comenzó a despertar y a resistirse más de lo esperado. ¿Cómo se resistía? Gritaba, se rehusaba a tomar medicamentos, trataba de escapar. El 28 de septiembre, durante un intento de fuga, se lastimó gravemente golpeándose contra una pared y entonces su condición empeoró. Desarrolló una
infección por las heridas y entró en estado crítico. No teníamos equipamiento médico para salvarla.
Roberto apretó los puños. ¿Por qué no la llevaron a un hospital? Habría expuesto toda la operación. Decidía administrarle una dosis letal de morfina para evitar que sufriera más. Y Esperanza. Vázquez pausó antes de continuar. Esperanza vio morir a su hermana. Entró en shock psicológico completo.
Dejó de hablar, de comer, de reaccionar a cualquier estímulo. ¿Cuánto tiempo duró así? Tres días. Klaus Meller canceló la orden porque decía que una gemela traumatizada no tenía valor comercial. Me ordenó limpiar la situación. Roberto sintió que el mundo se le venía encima. Usted mató a Esperanza
porque ya no era comercialmente viable. Le administré la misma dosis que a su hermana. No sufrió.
Roberto salió de la habitación para vomitar y llorar. Después de 8 años tenía los detalles exactos de los últimos momentos de sus hijas. Era peor de lo que había imaginado. Salinas continuó el interrogatorio. Doctor Vázquez, necesitamos información sobre las otras operaciones.
¿Dónde están Müeller y Coleman ahora? Mueller tiene una instalación en Berlín que usa como centro de distribución europeo. Coleman operaba desde Tailandia, pero después de su arresto está escondido en Filipinas. Hay otras víctimas vivas que podamos rescatar. En la instalación de Berlín hay
aproximadamente 20 jóvenes de diferentes países. En Filipinas, Coleman maneja una red de 30 a 40 muchachas.
Beníz preguntó sobre las conexiones locales, ¿quién lo protege aquí en Paraguay? El coronel Eduardo Ramírez Cáceres tiene una participación financiera en la clínica. También el juez Ricardo Morales Espínola, reciben el 10% de las ganancias.
Salinas transmitió inmediatamente esta información a Ruis, quien coordinó con las autoridades paraguayas honestas para arrestar a los cómplices locales. Mientras tanto, operaciones simultáneas de Interpol asaltaron las instalaciones de Berlín y Manila. Rescataron a 67 jóvenes víctimas. y arrestaron
a 23 miembros de la red criminal. Klaus Meller fue capturado en Berlín tratando de destruir evidencia.
Richard Colman logró escapar de Filipinas, pero fue arrestado tres días después en un aeropuerto de Singapur. Roberto recibió las noticias con una mezcla de satisfacción y dolor. La red que había matado a sus hijas finalmente estaba siendo desmantelada, pero nada podría devolverle a esperanza y
paloma. Vázquez proporcionó una lista completa de 347 víctimas durante su década de operación criminal.
89 estaban muertas, 78 fueron rescatadas vivas y 180 seguían desaparecidas. “Drctor Vázquez”, dijo Roberto en su última conversación, “espero que entienda que va a pasar el resto de su vida en prisión. Señor Herrera, lamento genuinamente lo que pasó con sus hijas. Si pudiera cambiar el pasado, no
puede, pero puede ayudar a que las familias de las otras víctimas se encuentren paz proporcionando toda la información posible. Vázquez asintió.
Cooperaré completamente. Es lo mínimo que puedo hacer. Tres días después, Vázquez fue extraditado a México para enfrentar cargos de homicidio, secuestro, trata de personas y crimen organizado. Roberto regresó a Puebla sabiendo que finalmente había logrado justicia para sus hijas.
De regreso en México, Patricio Vázquez Luna fue procesado en el reclusorio norte de la Ciudad de México bajo máxima seguridad. El agente Ruiz condujo interrogatorios exhaustivos durante dos semanas para documentar completamente la extensión de la red criminal. Roberto asistió a cada sesión de
interrogatorio.
Quería escuchar personalmente cada detalle para asegurar que ningún cómplice escapara la justicia. Doctor Vázquez, comenzó el fiscal especial LCK, Esteban Francisco Jiménez Torres, hable sobre el origen de esta organización criminal. Vázquez, esposado y vestido con uniforme penitenciario naranja,
había perdido toda la arrogancia que mostraba en Paraguay. Todo comenzó en 2001.
Yo dirigí a una clínica legítima de rehabilitación en Puebla cuando fui contactado por Klaus Müller. ¿Cómo fue ese contacto? Müller llegó como padre de una paciente alemana. Dijo que representaba a inversionistas europeos interesados en financiar tratamientos experimentales para jóvenes
problemáticos.
¿Qué tipo de tratamientos? Inicialmente parecían legítimos. Terapias de inmersión, modificación de comportamiento, tratamientos hormonales para trastornos de identidad, pero gradualmente se volvieron más siniestros. El fiscal mostró documentos bancarios. explique estas transferencias de dinero.
Los inversionistas pagaban $50,000 por paciente transferida a sus instalaciones. Decían que era para tratamientos especializados de largo plazo en Europa cuando se dio cuenta de la verdadera naturaleza de estos tratamientos. Vázquez pausó. En 2003 visité la instalación de mueller en Berlín. Vi que
las jóvenes no recibían tratamiento médico. Estaban siendo utilizadas para prostitución y pornografía. Roberto interrumpió y aún así continuó enviándoles víctimas.
Müeller me amenazó. Dijo que si dejaba de cooperar me denunciaría a las autoridades mexicanas por los tratamientos ya realizados. Para entonces yo ya había enviado aproximadamente 40 jóvenes. ¿Por qué no contactó a las autoridades usted mismo? Tenía miedo y también también me había vuelto adicto al
dinero.
Los pagos me permitían mantener un estilo de vida muy cómodo. El fiscal continuó. Describa el proceso de selección de víctimas. Buscábamos jóvenes de familias adineradas con problemas psicológicos menores que justificaran tratamiento médico, trastornos alimentarios, ansiedad, depresión leve,
problemas familiares.
¿Cómo las contactaban? Yo personalmente las abordaba en centros comerciales, universidades, eventos sociales. Me presentaba como médico especialista y ofrecía consultas gratuitas. Las familias no sospechaban. Generalmente les decía a los padres que sus hijas habían decidido ingresar a tratamiento
voluntario de internamiento para cuando se daban cuenta de que algo estaba mal, ya era demasiado tarde.
Roberto preguntó sobre casos específicos. ¿Cuántas víctimas murieron en su clínica? 17 en total durante los 4 años de operación. Algunas por reacciones adversas a medicamentos, otras por complicaciones médicas y algunas algunas porque se volvieron demasiado problemáticas, como mis hijas. Sus hijas
fueron un caso especial.
Mueler había hecho un pedido específico de gemelas para un cliente que pagaba el doble del precio normal. El agente Ruiz mostró fotografías de otras víctimas. Reconoce a estas jóvenes. Vázquez examinó las imágenes. Esta es Ana Sofía Mendoza de Guadalajara. Murió por una sobredosis accidental en
2003. Esta otra es Carmen Leticia Vargas de Monterrey. Fue transferida a Coleman en Tailandia en 2004. ¿Qué pasó con Carmen? No lo sé.
Una vez que las transferíamos perdíamos contacto. Pero según entiendo, Coleman las usaba en su operación de pornografía infantil. El fiscal presentó documentos de otros países. Las autoridades alemanas encontraron expedientes de 127 jóvenes latinoamericanas en la instalación de Mueller. Todas
vinieron de su operación. No todas.
Yo proporcioné aproximadamente 80 durante 4 años. Müeller tenía otros proveedores en Colombia, Venezuela y Brasil. ¿Conoce a esos otros proveedores? Dr. Carlos Mendoza en Bogotá. Dr. Rafael Santos en Caracas y Dr. Luis Ferreira en Sao Paulo. Todos seguían el mismo modelo que nosotros.
Ruis tomó notas para coordinar con Interpol, cómo coordinaban las transferencias internacionales. Müeller tenía una red de transporte muy sofisticada, usaba aviones privados, barcos de carga y camiones comerciales. Las jóvenes eran sedadas y transportadas como pacientes médicos en traslado. ¿Qué
documentación falsificaban? certificados médicos, autorizaciones de tratamiento firmadas supuestamente por familiares y permisos de viaje por razones médicas.
Mi cómplice, el abogado Armando Vega Sánchez, era experto en falsificar documentos. Roberto preguntó sobre el abogado, ¿por qué murió Vega en 2006? Comenzó a exigir más dinero y amenazó con exponer la operación si no lo pagábamos. Müeller organizó su eliminación para proteger la red. Fue asesinado.
Sí. Hicieron que pareciera accidente automovilístico, pero fue homicidio. El fiscal presentó evidencia forense.
¿Qué puede decirnos sobre los métodos de asesinato en su clínica? Usaba principalmente sobredosis de opioides combinados con sedantes. Era relativamente rápido y dejaba pocas marcas de violencia. ¿Por qué enterró los cuerpos en lugar de usar el incinerador? El incinerador se descompuso en
septiembre de 2004. Planeaba repararlo, pero el inspector de salubridad, que llegó en diciembre me obligó a acelerar el cierre de la clínica.
Durante las tres semanas siguientes, Vázquez proporcionó información detallada sobre 347 víctimas, identificó 67 cómplices en seis países y reveló la ubicación de 23 sitios donde podrían encontrarse más evidencias. Su cooperación completa resultó en el rescate de 43 víctimas adicionales que aún
estaban vivas y el arresto de toda la red internacional. Roberto observó cada confesión con una mezcla de satisfacción y dolor profundo.
Finalmente conocía toda la verdad sobre la muerte de sus hijas, pero el costo emocional era devastador. El juicio contra la red internacional de trata de personas dirigida por Patricio Vázquez Luna comenzó en marzo de 2013 en la Ciudad de México. Fue declarado el juicio del siglo por los medios
internacionales debido al alcance global de los crímenes y el número de víctimas involucradas.
Roberto Herrera asistió a cada día del proceso acompañado por familiares de otras víctimas que habían viajado desde diferentes países. La Sala de audiencias del Tribunal Superior de Justicia estaba llena de periodistas, observadores internacionales y representantes de organizaciones de derechos
humanos. El juez presidente, magistrado Dr.
Jorge Luis Morales Hernández, abrió el proceso con una declaración sobre la gravedad histórica del caso. Este tribunal juzgará crímenes que representan una de las violaciones más graves a los derechos humanos documentadas en la historia moderna de América Latina. La fiscal especial Dr.
Trasun Patricia Elena Ruiz Fernández presentó evidencia que incluía 2847 documentos, 156 testimonios, análisis forenses de seis países y grabaciones de las confesiones completas de Vázquez. Señores del tribunal, demostraremos que los acusados operaron una red criminal que durante una década
secuestró, torturó, violó y asesinó a 347 jóvenes de 12 países diferentes. La defensa dirigida por el lícamó.
Marcos Antonio Delgado Cuevas argumentó que Vázquez había sido manipulado por los verdaderos líderes de la organización. Mi cliente fue víctima de coherón y amenazas por parte de criminales internacionales más poderosos. Cuando trató de salirse de la organización amenazaron su vida. Roberto fue el
primer testigo en declarar.
Su testimonio duró tres días completos, durante los cuales describió la desaparición de sus hijas, la investigación fallida original y el proceso que lo llevó a descubrir la verdad. Durante 8 años viví con la esperanza de que Esperanza y Paloma estuvieran vivas en algún lugar. Descubrir que fueron
asesinadas después de dos semanas de tortura fue el momento más devastador de mi vida.
La defensa trató de desacreditar su testimonio, sugiriendo que había obtenido evidencia ilegalmente. Señor Herrera, ¿no es cierto que secuestró ilegalmente a mi cliente en Paraguay? No lo secuestré. Lo confronté con la verdad sobre los crímenes que había cometido. Él confesó voluntariamente, bajo
coacción, bajo el peso de la evidencia irrefutable de su culpabilidad. El testimonio más impactante fue el de Rosa María Delgado Santos, la exenmera de Vázquez.
Describió en detalle las condiciones en que mantenían a las víctimas y los métodos utilizados para asesinarlas. El doctor Vázquez me ordenaba inyectar sedantes cada 4 horas. para mantener a las jóvenes inconscientes. Cuando alguna se resistía demasiado, él aumentaba las dosis hasta niveles letales.
La defensa argumentó que Rosa María había sido cómplice voluntaria y que su testimonio no era confiable. ¿No es cierto que usted participó activamente en estos crímenes durante más de un año, sí, y eso es algo con lo que tendré que vivir el resto de mi vida? Pero testimoniar ahora es mi manera de
tratar de reparar parte del daño.
Testificaron también 23 víctimas que habían sido rescatadas vivas de las instalaciones de Mueller y Coleman. Sus testimonios fueron devastadores. Ana Cristina Morales Jiménez, rescatada de Berlín, declaró: “Me mantuvieron drogada durante 8 meses. Me violaron repetidamente y me obligaron a
participar en grabaciones pornográficas. Pensé que nunca volvería a ver a mi familia.
El proceso incluyó videoconferencias desde Alemania y Filipinas, donde Müer y Coleman también testificaron contra Vázquez tratando de reducir sus propias sentencias. Müer declaró, Vázquez era nuestro proveedor principal de víctimas latinoamericanas. Él seleccionaba personalmente a las jóvenes y
coordinaba su transporte.
Coleman agregó, Vázquez sabía exactamente para qué usábamos a las víctimas. No era un médico ingenuo manipulado por nosotros, era un socio criminal completo. Los peritajes médicos confirmaron las causas de muerte de las 89 víctimas fallecidas. El Dr. Fernando García Castillo, médico forense
especializado en toxicología, explicó los efectos de los medicamentos utilizados.
Las víctimas murieron por paros respiratorios causados por sobredosis de morfina y fentanilo. Las dosis encontradas en los análisis eran de tres a cinco veces superiores a los niveles terapéuticos. El aspecto financiero fue presentado por peritos bancarios internacionales. La investigación reveló
que la red había generado aproximadamente 45 millones de dólares durante una década.
Los pagos promedio eran de $50,000 por víctima transferida viva y $,000 por víctima utilizada localmente en pornografía. La parte más emotiva del juicio fue cuando se presentaron videos testimoniales de las víctimas fallecidas recreados a partir de diarios y cartas encontrados en las instalaciones
criminales. El video del diario de Esperanza Herrera fue leído por una actriz mientras se mostraban fotografías de las gemelas.
Paloma está muy asustada y yo también, pero tratamos de consolarnos mutuamente. El doctor dice que el tratamiento es necesario, pero esto no se siente como medicina, se siente como prisión. Roberto lloró abiertamente cuando escuchó las últimas palabras de su hija recreadas en el tribunal. Después de
tres meses de proceso, las declaraciones finales resumieron la magnitud de los crímenes.
La fiscal concluyó, “Los acusados operaron una empresa criminal que transformó el sufrimiento humano en ganancia financiera. Sus víctimas eran hijas, hermanas, estudiantes, con toda una vida por delante. La defensa hizo un último intento. Mi cliente merece castigo, pero también merece consideración
por su cooperación completa con la justicia. El 15 de junio de 2013, el tribunal emitió su veredicto.
Patricio Vázquez Luna fue declarado culpable de 89 cargos de homicidio agravado, 258 cargos de secuestro, 347 cargos de trata de personas y asociación delictuosa. La sentencia fue de 2847 años de prisión, la más larga en la historia del sistema judicial mexicano. Roberto escuchó el veredicto con
una mezcla de satisfacción y vacío.
Finalmente había justicia para esperanza y paloma, pero nada podría devolverle a sus hijas. Agosto de 2025, 11 años después del veredicto, Roberto Herrera se encuentra frente a la tumba de sus hijas en el panteón francés de Puebla. Las lápidas de mármol negro tienen grabadas las fotografías de
Esperanza Cristina y Paloma Beatriz Herrera Morales, junto con la inscripción víctimas del mal, pero eternas en el amor de su padre.
A los 67 años, Roberto ha dedicado la última década de su vida a la Fundación Esperanza y Paloma, organización que ayuda a familias de víctimas de trata de personas y financia investigaciones de casos similares. Papá llegó temprano otra vez, dice María Elena Herrera de Santa María, hermana de
Roberto, quien lo acompaña en esta visita mensual al cementerio. Es el aniversario de cuando encontramos sus restos. No podía faltar. Roberto coloca flores frescas en cada tumba.
Después de todos estos años, el dolor sigue siendo intenso, pero ha encontrado propósito en mantener viva la memoria de sus hijas y ayudar a otras familias. La Fundación Esperanza y Paloma ha logrado resultados significativos. Tean son 27 casos de personas desaparecidas resueltos, 89 víctimas de
trata rescatadas vivas, 34 redes criminales desmanteladas, apoyo psicológico ilegal a 456 familias de víctimas.
Señor Herrera, dice la doctora Carmen Leticia Vázquez Morales, directora ejecutiva de la fundación. Tenemos el reporte anual listo para su revisión. Roberto revisa los documentos en su oficina de la fundación, ubicada en el mismo edificio donde antes funcionaba su banco. Las paredes están llenas de
fotografías de víctimas encontradas y familias reunidas.
¿Cómo van los casos activos? Tenemos 18 investigaciones en proceso. El más prometedor es el de las hermanas González desaparecidas en Cancún el año pasado. Creemos haber identificado a la red responsable. La fundación trabaja en coordinación con autoridades de 16 países y ha establecido protocolos
internacionales para investigar casos de trata transnacional.
El detective Sergio García, ahora director de la División Especializada en desapariciones de la Procuraduría de Puebla, visita regularmente la fundación para coordinar casos. Roberto, el protocolo que desarrollamos basado en la investigación de tus hijas se ha convertido en estándar internacional.
Interpol lo usa como modelo para capacitar investigadores. Eso me da algo de paz.
Si la muerte de Esperanza y Paloma puede ayudar a salvar otras vidas, entonces su sacrificio no fue completamente en vano. Patricio Vázquez Luna murió en prisión en 2019 a los 65 años. Sus cómplices Klaus Mueller y Richard Coleman siguen cumpliendo sentencias de cadena perpetua en Alemania y Estados
Unidos, respectivamente.
Rosa María Delgado Santos, quien testificó contra la red, trabaja ahora como coordinadora de víctimas en la Fundación Esperanza y Paloma. Su testimonio ayudó a desmantelar redes similares en Colombia y Venezuela. Señor Herrera, dice Rosa María durante una reunión del Consejo Directivo, acabamos de
recibir confirmación de que la red de Bogotá fue desarticulada completamente. Rescataron a 23 víctimas. Todas vivas.
Sí, todas vivas y recibiendo atención médica y psicológica. Roberto asiente con satisfacción. Cada vida salvada representa una pequeña victoria contra el mal que destruyó a su familia. La fundación también financia investigación académica sobre trata de personas. La Universidad Nacional Autónoma de
México estableció la cátedra esperanza y Paloma Herrera para estudios criminológicos especializados. El doctor.
Antonio Salinas Medina, quien ayudó en la investigación original, ahora dirige un programa de formación para investigadores privados especializados en casos de desaparición. Roberto, hemos capacitado a 234 investigadores en 14 países usando las técnicas que desarrollamos para encontrar a Vázquez.
La efectividad en resolver casos ha aumentado un 340%. En 2020, el Congreso Mexicano aprobó la Ley Esperanza y Paloma, que establece protocolos específicos para investigar desapariciones de jóvenes y crea un Fondo Nacional para apoyar a familias de víctimas. La ley incluye disposiciones que Roberto
propuso basadas en su experiencia.
Investigación inmediata sin periodo de espera de 48 horas, coordinación automática con Interpol en casos que sugieran trata internacional, protección de testigos desde el inicio de la investigación, apoyo psicológico gratuito para familias de víctimas. Papá”, dice María Elena durante la cena
familiar de Navidad 2024, “tus nietos quieren saber más sobre sus tías que nunca conocieron.
” Roberto mira a sus tres nietos, Roberto Carlos de 15 años, Ana Esperanza de 13 y Paloma María de 11. Sus nombres honran la memoria de las gemelas. ¿Qué quieren saber? Roberto Carlos el Mayor pregunta, “Abuelo, ¿cómo eran la tía Esperanza y la tía Paloma?” Roberto sonríe por primera vez en meses.
Esperanza era la líder. Siempre protegía a Paloma cuando eran niñas.
Era muy inteligente y quería estudiar medicina para ayudar a la gente. Y la tía Paloma. Paloma era artista, pintaba hermosos paisajes y escribía poesía. Era más tímida que esperanza, pero tenía un corazón enorme. Ana Esperanza pregunta, “¿Por qué las mataron?” Roberto pausa antes de responder,
porque había gente muy mala que lastimaba a jóvenes inocentes para ganar dinero.
Tus tías fueron víctimas de esa maldad, pero tú los castigaste. Sí, mija. Los encontré y se aseguró que pagaran por sus crímenes. Y ahora trabajo para que ninguna otra familia pase por lo que nosotros pasamos. En su oficina, Roberto mantiene las últimas fotografías de esperanza y paloma tomadas dos
días antes de su desaparición.
están en el jardín de su casa, abrazadas y sonriendo, sin saber que sería la última vez que estarían juntas. Junto a esas fotografías están cientos de cartas de familias que la fundación ha ayudado a reunir con sus seres queridos desaparecidos. Una carta reciente de María Fernández, madre de una
víctima rescatada en Guatemala, dice, “Señor Herrera, gracias a su fundación recuperé a mi hija después de 3 años de búsqueda.
Sé que esto no le devuelve a sus hijas, pero quiero que sepa que el amor de ellas sigue salvando vidas.” Roberto lee estas cartas cuando el dolor se vuelve insoportable. Le recuerdan que el sacrificio de esperanza y paloma ha tenido significado. En agosto de 2025, exactamente 21 años después de la
desaparición de sus hijas, Roberto anuncia la expansión internacional de la fundación.
Abriremos oficinas en Colombia, Guatemala, El Salvador y Honduras. La trata es más grave y las familias tienen menos recursos para buscar justicia. Durante la ceremonia de anuncio, el embajador de Alemania en México entrega una placa conmemorativa. En nombre del gobierno alemán, reconocemos el
trabajo de la Fundación Esperanza y Paloma en desmantelar redes criminales que operaban en nuestro país.
Su labor ha salvado la vida de decenas de jóvenes europeas. Roberto acepta el reconocimiento, pero sus pensamientos están con sus hijas. Esperanza y Paloma nunca tuvieron la oportunidad de cumplir sus sueños. Esperanza quería ser doctora. Paloma quería ser artista. Pero a través de esta fundación
sus nombres siguen sanando heridas y creando belleza en el mundo.
Esa noche Roberto escribe en el diario que ha mantenido durante 21 años. Queridas hijas mías, otro año ha pasado sin ustedes, pero otro año en que su memoria ha sido fuerza para el bien. Vázquez y sus cómplices pagaron por sus crímenes. Cientos de familias han sido reunidas. Leyes han cambiado. El
mundo es un poco más seguro para las jóvenes como ustedes.
No sé cuánto tiempo más me quede en este mundo, pero mientras viva, seguiré luchando para que ningún padre tenga que pasar por lo que yo pasé. Su muerte no fue en vano si sirve para proteger otras vidas. Los amo por siempre. Esperanza Cristina y Paloma Beatriz Herrera Morales. Mis ángeles eternos.
El sol se pone sobre Puebla mientras Roberto cierra el diario. Mañana comenzará otro día de trabajo en nombre de sus hijas.
La justicia se había hecho, pero la memoria y el amor continúan para siempre. M.
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