Hija de dueño de gasolinera, desapareció en Fiesta de 15 6 años después ha esto. Roberto Alejandro Vázquez Hernández cerró la caja registradora de su gasolinera ubicada en la avenida López Mateos.
6 años habían pasado desde que su hija Valentina desapareció durante una fiesta de 15 añera y cada día que cerraba el negocio recordaba que ella nunca regresó a casa esa noche del 15 de abril de 2017. El empleado de limpieza. Rodrigo Pérez Villanueva había estado trabajando en la gasolinera desde
hacía dos años. Esa tarde, mientras limpiaba el área de servicio, notó que una de las losas del piso se había aflojado cerca de la bodega trasera.
Al levantarla para repararla, encontró una bolsa de plástico enterrada a poca profundidad. Señor Vázquez, necesita ver esto”, gritó Esteban desde el patio trasero. Roberto caminó hacia donde estaba su empleado. Esteban tenía en sus manos una bolsa transparente que contenía un teléfono celular
rosado con una calcomanía de mariposas, varios documentos y una pulsera de plata con el nombre Valentina, grabado en letras cursivas.
“¿De dónde salió esto?”, preguntó Roberto sintiendo que las piernas le temblaban. Estaba enterrado aquí bajo esta losa. Parece que alguien lo escondió hace años, respondió Esteban entregándole la bolsa. Roberto reconoció inmediatamente el teléfono.
Era el mismo que le había regalado a Valentina para su cumpleaños número 15, dos meses antes de su desaparición. La pulsera también era suya. La había usado el día de la fiesta de quinceañera de su amiga Sofía Beatriz Mendoza Jiménez. Dentro de la bolsa había también una identificación escolar de
Valentina, un recibo de una farmacia fechado el 14 de abril de 2017 y una nota manuscrita que decía: “Todo está planeado para mañana, nadie sospechará nada.” Dacr.
Roberto llamó inmediatamente al inspector Joaquín Gabriel Torres Santa María, quien había llevado el caso original de la desaparición de Valentina. Torres llegó a la gasolinera 30 minutos después, acompañado de técnicos de la policía científica. “Don Roberto, en 6 años este es el primer avance real
que tenemos”, dijo Torres mientras examinaba las evidencias.
“¿Tiene alguna idea de quién podría haber enterrado esto aquí? Mi negocio está abierto todo el día. Muchas personas tienen acceso al patio trasero, empleados, proveedores, clientes que usan el baño”, explicó Roberto. Pero nadie más que nosotros sabía que Valentina había perdido su teléfono la noche
que desapareció.
El inspector Torres tomó fotografías detalladas de cada objeto. El recibo de la farmacia mostraba la compra de pastillas para dormir y vendas médicas. El comprador había pagado en efectivo y la transacción se registró a las 18 horas del 14 de abril de 2017, exactamente un día antes de la
desaparición de Valentina. Las iniciales en la nota DCR le dicen algo, preguntó Torres.
Roberto negó con la cabeza, pero Esteban interrumpió. Yo recuerdo que el día de la fiesta, cuando todavía estaban buscando a la niña, vino un muchacho preguntando si habían encontrado algo. Era alto, moreno, como de 18 años. Dijo que era amigo de Valentina. ¿Recuerdas su nombre? No, pero la señora
Carmen sí habló con él.
Ella le preguntó muchas cosas porque le pareció sospechoso que viniera tan seguido, respondió Esteban. Carmen Esperanza Morales de Vázquez, la madre de Valentina, llegó a la gasolinera cuando su esposo la llamó. Al ver las evidencias, se quebró emocionalmente. Ese teléfono yo se lo regalé por su
cumpleaños. Ella lo cuidaba como si fuera oro. Dijo Carmen entre lágrimas.
¿Cómo llegó aquí? Nosotros buscamos por todas partes esa noche. Torres ordenó el análisis forense inmediato de todas las evidencias. El teléfono fue enviado al laboratorio para recuperar información digital. Las huellas dactilares fueron levantadas de todos los objetos y la escritura de la nota fue
fotografiada para análisis grafológico.
Don Roberto, necesito que me haga una lista de todas las personas que han trabajado aquí desde 2017. También necesito los nombres de todos los amigos de Valentina, especialmente los que estuvieron en la fiesta esa noche”, indicó el inspector. Roberto preparó la información solicitada. La lista
incluía 12 empleados que habían trabajado en la gasolinera durante los últimos 6 años, seis proveedores regulares y aproximadamente 20 amigos y compañeros de escuela de Valentina que asistieron a la fiesta de quinceañera de Sofía. Carmen recordó detalles importantes sobre la noche de la
desaparición. Valentina fue a la fiesta con Sofía. Se veían muy contentas. La mamá de Sofía, la señora Mendoza, me dijo que Valentina había salido del salón alrededor de las 11 de la noche, pero que Sofía pensó que había ido al baño. Valentina tenía novio en ese momento, preguntó Torres. No, era muy
estudiosa.
Sus amigas sí tenían novios, pero ella siempre decía que quería terminar la preparatoria primero”, respondió Carmen. Torres revisó el expediente original del caso. En 2017, las autoridades habían interrogado a todos los asistentes a la fiesta, habían revisado las cámaras de seguridad del área y
habían realizado búsquedas extensas en un radio de 50 km alrededor de Guadalajara. Nunca encontraron rastro alguno de Valentina.
El problema es que en 2017 no teníamos estas evidencias. Ahora podemos empezar una investigación completamente nueva explicó Torres. La farmacia donde se había comprado el recibo todavía estaba en funcionamiento. Torres decidió ir personalmente a revisar los archivos y posibles grabaciones de
seguridad del 14 de abril de 2017.
Al final del día, Roberto se quedó solo en su gasolinera, mirando el lugar donde habían encontrado las evidencias de su hija. Por primera vez en 6 años sintió que había esperanza de encontrar respuestas sobre lo que realmente le había pasado a Valentina. El inspector Torres llegó temprano a las
oficinas de la Fiscalía General de Jalisco para revisar completamente el expediente del caso de Valentina Vázquez Morales.
El archivo contenía 247 páginas de testimonios, fotografías, reportes técnicos y seguimientos realizados entre abril y agosto de 2017. La investigación original había sido dirigida por el comandante Ricardo Emilio Salinas Medina, quien se había jubilado en 2020. Torres encontró inconsistencias
inmediatas en el manejo del caso.
El primer testimonio había sido el de Sofía Beatriz Mendoza Jiménez, la amiga cuya fiesta de quinceañera fue el último lugar donde vieron a Valentina. Según su declaración del 16 de abril de 2017, Valentina había salido del salón a las 2300 horas para atender una llamada telefónica. “Le dije que no
tardara porque ya iban a partir el pastel”, declaró Sofía en 2017.
Esperé como 20 minutos y después fui a buscarla, pero ya no estaba. Pensé que sus papás habían venido por ella. Torres encontró una contradicción importante. El reporte técnico indicaba que el teléfono de Valentina había estado apagado desde las 22:45 horas, 15 minutos antes de que supuestamente
saliera a contestar una llamada.
La segunda inconsistencia estaba en los testimonios de los asistentes a la fiesta. Tres testigos mencionaron haber visto a Valentina conversando con un joven alto de cabello negro que no era invitado a la fiesta. Pero este detalle no había sido investigado a fondo. María Elena Castro Vega, una de
las invitadas, había declarado, “Vi a Valentina hablando con un muchacho en el estacionamiento. Él tenía como 18 años.
Vestía jeans y camisa blanca. No lo conocía, no era de nuestra escuela. Torres decidió localizar a Sofía Mendoza, ahora de 21 años y estudiante de administración en la Universidad de Guadalajara. La encontró en su trabajo de medio tiempo en una oficina contable del centro de la ciudad. Sofía,
necesito que me ayude a recordar detalles sobre la fiesta de sus 15 años.
Han aparecido nuevas evidencias sobre la desaparición de Valentina”, le explicó Torres. Sofía mostró nerviosismo inmediato. “Ya declaré todo lo que sabía en 2017. No tengo nada más que agregar”, respondió. ¿Recuerdas si Valentina mencionó a algún muchacho que le gustara, alguien con quien pudiera
haber planeado verse esa noche? Valentina no tenía novio. Era muy dedicada a sus estudios insistió Sofía.
Torres notó que Sofía evitaba el contacto visual y jugaba nerviosamente con sus manos. Su novio de esa época todavía vive en Guadalajara. Mi novio sí, Diego sigue aquí. ¿Por qué pregunta por él? Necesito hablar con todas las personas que estuvieron en la fiesta. Es rutinario, explicó Torres. Sofía
proporcionó el número telefónico de Diego Armando Castillo Ruiz, quien en 2017 tenía 18 años y ahora trabajaba en una empresa de telecomunicaciones. Torres notó que las iniciales del nombre coincidían exactamente con las de la
nota encontrada de Acerre. Esa tarde Torres visitó la farmacia donde se había emitido el recibo encontrado con las evidencias de Valentina. La farmacia San Judas todavía conservaba sus archivos de 2017, aunque no tenían grabaciones de video de esa época. El farmacéutico, licenciado Andrés Patricio
Ramos Delgado, revisó los registros de ventas del 14 de abril de 2017.
Sí, aquí está la transacción. Pastillas para dormir, marca dormital y vendas elásticas. El total fue de 127es pagado en efectivo a las 18:30. ¿Recuerda quién hizo la compra? Después de 6 años es imposible recordar, pero por el tipo de compra y la hora probablemente fue alguien joven.
Las pastillas para dormir las compran más los muchachos para fiestas o los padres preocupados”, explicó Ramos. Torres obtuvo una copia de la factura original y la lista de productos. Las pastillas dormital eran de venta libre, pero con efectos sedantes potentes. Las vendas elásticas eran del tipo
usado para inmovilizar extremidades.
De regreso en la oficina, Torres contactó a Diego Castillo. El joven aceptó reunirse al día siguiente en las instalaciones de la fiscalía para una entrevista informal. Solo quiero aclarar algunos detalles sobre la fiesta de quinceañera de mi novia de ese entonces, le explicó Torres por teléfono. No
hay problema. Yo cooperé completamente en 2017″, respondió Diego con voz tranquila. Torres revisó el testimonio original de Diego del 17 de abril de 2017.
Según su declaración, él había llegado a la fiesta a las 20 horas. Había estado todo el tiempo con Sofía y sus amigos y se había retirado a las 24 o0 horas para llevar a Sofía a su casa. No conocía bien a Valentina, solo la había visto un par de veces cuando visitaba a Sofía. Había declarado Diego
en 2017. Sin embargo, Torres encontró una contradicción en los testimonios de otros invitados.
Tres personas habían mencionado ver a Diego conversando con Valentina en diferentes momentos de la noche, pero estos detalles no habían sido profundizados en la investigación original. Ana Cristina Herrera López había declarado, “Vi a Diego y Valentina hablando junto a la mesa de los refrescos.
Él le estaba explicando algo y ella se veía confundida. Torres decidió reentrevistar a todos los testigos mencionados en el expediente original. Muchos de ellos ahora eran adultos jóvenes con trabajos y responsabilidades, pero la mayoría aceptó cooperar con la nueva investigación.
La primera reentrevista fue con Ana Cristina Herrera, ahora enfermera en el Hospital Civil de Guadalajara. Inspector, yo sí vi a Diego hablando con Valentina varias veces esa noche. Me llamó la atención porque Sofía estaba ocupada con otros invitados y Diego parecía muy interesado en conversar con
Valentina. ¿Escuchó de qué hablaban? En un momento escuché que Diego le decía algo sobre llevarla a conocer un lugar. Valentina se veía dudosa. Recordó Ana Cristina.
Torres comenzó a formar una teoría sobre lo que realmente había pasado la noche del 15 de abril de 2017. Las evidencias encontradas en la gasolinera, las contradicciones en los testimonios originales y la coincidencia de las iniciales de Diego Castillo sugerían que la desaparición de Valentina no
había sido aleatoria, sino planeada.
Torres llegó a la fiscalía a las 700 a para preparar la entrevista con Diego Armando Castillo Ruiz. Había estudiado todo el expediente original y identificado cinco contradicciones específicas que quería aclarar. Diego llegó puntualmente a las 90 a. A los 24 años era un hombre de complexión
atlética, cabello negro y estatura de aproximadamente 1.80 m.
vestía traje de oficina y mostró una actitud cooperativa. “Gracias por venir, Diego. Como le expliqué, han aparecido nuevas evidencias sobre la desaparición de Valentina Vázquez. Necesito aclarar algunos detalles de su testimonio original”, comenzó Torres. Por supuesto, aunque ya declaré todo en
2017″, respondió Diego.
Torres colocó sobre la mesa fotografías de las evidencias encontradas en la gasolinera. Diego las observó sin mostrar reacción aparente. “¿Reconoce estos objetos? El teléfono se parece al que usaba Valentina, pero no podría asegurarlo. Los demás no los había visto nunca”, respondió Diego. Torres
mostró la nota manuscrita con las iniciales DCR.
¿Reconoce esta escritura? Diego examinó la nota cuidadosamente. No, no es mi letra. Además, muchas personas pueden tener esas iniciales. En su testimonio original, usted declaró que no conocía bien a Valentina. Sin embargo, tres testigos lo vieron conversando con ella durante la fiesta. ¿Cómo
explica esta contradicción? Diego mostró ligera incomodidad.
Es posible que haya intercambiado algunas palabras con ella durante la fiesta. éramos jóvenes, era normal socializar, pero no la conocía personalmente. Torres presentó las declaraciones de Ana Cristina Herrera y otros testigos que habían escuchado a Diego ofreciéndole a Valentina llevarla a conocer
un lugar. Ana Cristina dice que usted le ofreció a Valentina llevarla a algún sitio.
¿Qué lugar era? No recuerdo haber hecho esa conversación específica. Han pasado 6 años”, respondió Diego, comenzando a mostrar signos de nerviosismo. Torres cambió de estrategia. Diego, el teléfono de Valentina se apagó a las 22:45, pero según el testimonio de Sofía, Valentina salió a contestar una
llamada a las 230. ¿Cómo explica esa inconsistencia? “Yo no sabía nada sobre el teléfono de Valentina. Estaba con Sofía toda la noche”, insistió Diego.
“¿A qué hora se fue de la fiesta?” Alrededor de medianoche llevé a Sofía a su casa y después me fui a la mía”, declaró Diego. Torres le mostró el recibo de la farmacia fechado el 14 de abril de 2017. ¿Conoce la farmacia San Judas? Está cerca de mi casa. He comprado ahí algunas veces, admitió Diego.
Compró pastillas para dormir el día anterior a la fiesta. Diego negó categóricamente. No, yo no tomo ese tipo de medicamentos. Además era menor de edad en esa época. Torres sabía que las pastillas dormital se vendían sin prescripción médica. Diego, tengo que ser directo con usted. Las evidencias
sugieren que alguien planeó la desaparición de Valentina.
Su nombre aparece en múltiples inconsistencias. Inspector, yo no tuve nada que ver con lo que le pasó a Valentina. Pueden revisar todo lo que quieran respondió Diego con firmeza aparente. Pero Torres notó que sudaba excesivamente. La entrevista se suspendió temporalmente.
Torres salió de la sala y llamó a su equipo para que iniciaran vigilancia discreta sobre Diego Castillo. Esa tarde, Torres visitó personalmente a Carmen Morales en su casa para mostrarle las fotografías de Diego y preguntarle si recordaba haberlo visto cerca de la gasolinera. Sí, este muchacho vino
varias veces después de que desapareció Valentina. Siempre preguntaba si habíamos encontrado algo.
Me pareció extraño porque decía ser amigo de ella, pero Valentina nunca lo había mencionado. Recordó Carmen. ¿Cuántas veces vino? Como cinco o seis veces en los primeros dos meses. Después no lo volví a ver, explicó Carmen. Torres le pidió que recordara detalles específicos de esas visitas. siempre
venía solo, generalmente por las tardes.
Preguntaba si habíamos encontrado el teléfono de Valentina o si ella había dejado algún mensaje. Una vez le pregunté cómo había conocido a mi hija y me dijo que eran compañeros de una clase de computación, pero Valentina nunca tomó clases de computación”, declaró Carmen. Esta información era
crucial. Diego había mentido sobre su relación con Valentina y había mostrado interés específico en encontrar el teléfono que ahora había aparecido enterrado en la gasolinera.
Torres ordenó una investigación completa sobre la vida de Diego Castillo desde 2017. Quería saber dónde había trabajado, estudiado, vivido y con quién se había relacionado durante los últimos 6 años. Los registros mostraron que Diego había cambiado de trabajo cuatro veces desde 2017. Había
estudiado técnico en telecomunicaciones.
Vivía solo en un departamento rentado y mantenía una relación intermitente con diferentes mujeres, pero nunca se había casado ni tenía hijos registrados. Torres también investigó el círculo social de Diego. Encontró que tenía un amigo cercano llamado Mauricio Fernando Guzmán López, quien también
había estado presente en la fiesta de quinceañera, aunque su nombre no aparecía en los testimonios originales.
La tarde del 12 de marzo, el equipo de vigilancia reportó que Diego había visitado una casa en la colonia americana donde vivía Mauricio Guzmán. Los dos hombres habían conversado durante dos horas en el patio trasero de la casa, aparentemente discutiendo algo importante. Torres decidió investigar
también a Mauricio Guzmán. Los registros mostraron que tenía antecedentes por robo menor en 2018 y había sido arrestado por posesión de drogas en 2020, aunque los cargos fueron retirados por falta de evidencia. El análisis forense del teléfono de Valentina reveló información crucial.
El último mensaje enviado había sido a las 22:43 horas del 15 de abril de 2017 dirigido a un número que correspondía a Diego Castillo. El mensaje decía, “Ya salgo, ¿dónde nos vemos?” Esta evidencia contradecía completamente el testimonio de Diego sobre no tener comunicación directa con Valentina.
Torres ahora tenía prueba física de que Diego y Valentina habían coordinado un encuentro la noche de su desaparición. Al final del día, Torres preparó una orden de cateo para la casa de Diego Castillo y otra para la casa de Mauricio Guzmán. También solicitó una orden para revisar todos los
registros telefónicos de ambos sujetos desde abril de 2017 a las 6.
Te Torres dirigió el operativo de cateo simultáneo en las casas de Diego Castillo y Mauricio Guzmán. El equipo de la policía científica acompañó ambas diligencias para recolectar evidencias físicas. En el departamento de Diego, ubicado en la colonia del Valle, los investigadores encontraron una
computadora portátil, varios teléfonos celulares antiguos y una caja de cartón escondida en el closet que contenía fotografías de diferentes mujeres jóvenes, incluyendo varias fotos de Valentina que aparentemente habían sido
tomadas sin su conocimiento. Inspector, estas fotos de Valentina fueron tomadas en diferentes lugares, en su escuela, en la gasolinera de su padre, en el centro comercial, reportó el técnico forense. Parece que alguien la estuvo siguiendo antes de su desaparición. Entre las fotografías había también
recortes de periódicos sobre la desaparición de Valentina y una libreta con anotaciones que incluían horarios, rutas y hábitos de la víctima.
En la casa de Mauricio Guzmán, en la colonia americana, el hallazgo fue aún más revelador. En una bodega trasera encontraron una camioneta Ford modelo 2015 de color azul marino que había sido reportada como robada el 20 de abril de 2017, 5 días después de la desaparición de Valentina. Esta
camioneta fue robada en Sapo Pan, pero nunca fue localizada”, explicó Torres al revisar el reporte original.
¿Por qué Mauricio la tiene escondida aquí? Dentro de la camioneta, el equipo forense encontró fibras de tela que correspondían con la ropa que vestía Valentina el día de su desaparición. Según las fotografías tomadas en la fiesta, también encontraron rastros de sangre en el asiento trasero y en el
piso de la cajuela. Mauricio Guzmán fue arrestado inmediatamente bajo cargos de posesión de vehículo robado.
Durante su traslado a las oficinas de la fiscalía mostró signos evidentes de nerviosismo y pidió hablar con un abogado. Diego Castillo también fue detenido para interrogatorio basado en las evidencias encontradas en su departamento y la contradicción con su testimonio original. Torres inició el
interrogatorio formal de Mauricio Guzmán a las 2as pm.
Mauricio, de 25 años, trabajaba como mecánico y tenía historial de problemas con la justicia. Mauricio, la camioneta que tenía escondida en su casa, fue robada 5co días después de que desapareció Valentina Vázquez. ¿Cómo explica eso? Yo compré esa camioneta usada hace dos años. No sabía que era
robada, declaró Mauricio.
¿A quién se la compró? Mauricio dudó antes de responder a un tipo que no conozco bien. Me la vendió barata. Torres le mostró las fotografías de las fibras y rastros de sangre encontrados en el vehículo. ¿Cómo explica la presencia de sangre en la camioneta? Yo trabajo como mecánico. A veces me corto
con las herramientas, mintió Mauricio.
Esta sangre no es suya, Mauricio. Ya mandamos las muestras para análisis de ADN, presionó Torres. Mauricio comenzó a mostrar signos de quiebre emocional. Inspector, yo solo ayudé con el transporte. Yo no maté a nadie. ¿A quién ayudó? ¿Qué tipo de transporte? Mauricio pidió hablar con un abogado
antes de continuar con las declaraciones. Mientras tanto, Torres interrogó a Diego Castillo en otra sala.
Le presentó todas las evidencias encontradas, las fotografías de Valentina, las anotaciones sobre sus actividades, el mensaje de texto recuperado del teléfono y los testimonios contradictorios. Diego, tenemos evidencia física que demuestra que usted planificó la desaparición de Valentina.
Su amigo Mauricio ya admitió que participó en el transporte. ¿Qué pasó realmente la noche del 15 de abril de 2017? Diego mantuvo silencio durante 20 minutos. Finalmente pidió también representación legal. Torres decidió presionar desde otro ángulo. Contactó nuevamente a Sofía Mendoza y la citó para
una segunda entrevista.
Sofía, hemos arrestado a Diego y a su amigo Mauricio por la desaparición de Valentina. Necesito que me diga la verdad sobre lo que pasó en su fiesta, le explicó directamente Torres. Sofía se quebró emocionalmente. Inspector, yo no sabía que Diego iba a hacerle daño a Valentina. Él me dijo que solo
quería hablar con ella. Sabía que Diego estaba interesado en Valentina. Sí, él me había confesado que le gustaba desde hacía meses.
Yo le dije que Valentina no tenía novio, pero que era muy tímida, admitió Sofía. Participó usted en planear algún encuentro entre Diego y Valentina. Sofía confesó que había ayudado a Diego a obtener información sobre los horarios y actividades de Valentina. También admitió que le había dicho a
Valentina que un muchacho quería conocerla, pero que no mencionó que se trataba de su propio novio.
¿Por qué no declaró esto en 2017? Diego me amenazó. Me dijo que si hablaba me iba a pasar lo mismo que a Valentina. Lloró Sofía. Torres ahora tenía un panorama claro de la complicidad. Diego había estado obsesionado con Valentina. había planificado acercarse a ella usando a su novia Sofía como
intermediaria y había involucrado a su amigo Mauricio en la ejecución del plan.
El análisis de los registros telefónicos reveló múltiples comunicaciones entre Diego y Mauricio durante los días previos y posteriores a la desaparición de Valentina. También mostraron que Diego había estado en contacto con otros individuos que Torres comenzó a investigar. Uno de estos contactos
era un hombre llamado Fernando Javier Moreno Esquivel, quien tenía antecedentes por secuestro y había estado en prisión entre 2015 y 2019.
Sus comunicaciones con Diego se intensificaron en abril de 2017. Torres emitió una orden de búsqueda para Fernando Moreno, quien aparentemente había ayudado a Diego y Mauricio con aspectos técnicos del plan. Al final del día, Torres tenía evidencia sólida de que la desaparición de Valentina había
sido un secuestro planeado que involucraba al menos a cuatro personas.
Diego Castillo como planificador principal, Mauricio Guzmán como cómplice de transporte, Sofía Mendoza como informante involuntaria y Fernando Moreno como asesor técnico. Torres llegó a la fiscalía y encontró su oficina vandalizada. Los archivos del caso de Valentina estaban esparcidos por el piso.
Su computadora había sido destruida y había un mensaje amenazante escrito en la pared, “Deja el caso o te pasará lo mismo que a la niña.” El inspector llamó inmediatamente a seguridad y reportó el incidente. Las cámaras de vigilancia mostraron que tres hombres encapuchados habían ingresado al
edificio a las 3:00 a usando una tarjeta de acceso oficial.
Inspector Torres, alguien con acceso interno facilitó este ataque, explicó el jefe de seguridad. La tarjeta usada pertenece al comandante Salinas, pero él se jubiló hace 3 años. Torres recordó que el comandante Ricardo Emilio Salinas Medina había dirigido la investigación original en 2017. Las
inconsistencias en esa investigación ahora cobraban un significado diferente, posible corrupción o encubrimiento.
A las 9:0 a, Torres recibió una llamada de Roberto Vázquez. Inspector, anoche entraron a mi gasolinera, destrozaron mi oficina y se llevaron las cámaras de seguridad de los últimos días. Vio a los responsables. Eran tres hombres. Llegaron en una camioneta negra. Mi vecino los vio, pero no pudo
distinguir las placas, reportó Roberto. Torres comprendió que había tocado intereses poderosos.
Alguien estaba dispuesto a usar violencia para detener la investigación. Esa mañana, Fernando Javier Moreno Esquivel fue capturado en una casa de seguridad en Tlaquepaque. Durante el arresto, los agentes encontraron equipos de comunicación sofisticados, documentos falsos y una lista con nombres y
direcciones de varias mujeres jóvenes de Guadalajara.
Fernando, sus comunicaciones con Diego Castillo están registradas. Sabemos que participó en la desaparición de Valentina Vázquez. Comenzó Torres el interrogatorio. Fernando, de 32 años, tenía experiencia en actividades criminales y conocía el sistema legal. Quiero hacer un trato. Tengo información
sobre casos más grandes.
¿Qué tipo de información? La desaparición de Valentina no fue un caso aislado. Hay una red que opera desde hace años en Guadalajara, reveló Fernando. Torres grabó cuidadosamente esta confesión. Fernando explicó que Diego Castillo había contactado con él en marzo de 2017 buscando ayuda para
conseguir a una muchacha específica. Diego le pagó por sus servicios. No fue dinero.
Diego tenía conexiones con gente importante. Me ofreció protección legal si alguna vez tenía problemas, confesó Fernando. Qué tipo de gente importante. Fernando mencionó nombres de políticos locales y empresarios de Guadalajara que supuestamente protegían las actividades de la red. Entre los
nombres estaba el del comandante Salinas.
Salinas se encargaba de que las investigaciones no avanzaran. a cambio recibía dinero y sobre otras operaciones”, declaró Fernando. Torres ahora entendía por qué la investigación original había sido tan ineficiente. No se trataba de incompetencia, sino de sabotaje deliberado. Fernando proporcionó
detalles específicos sobre cómo operaba la red.
Identificaban mujeres jóvenes de familias trabajadoras, estudiaban sus rutinas durante semanas. planificaban su captura usando diferentes métodos y las transportaban fuera de Guadalajara. ¿Qué pasó específicamente con Valentina? Diego estaba obsesionado con ella. No era un trabajo normal de la red,
era algo personal. Él quería quedarse con ella, explicó Fernando.
¿Dónde la llevaron? Fernando reveló que Valentina había sido trasladada a una casa en las afueras de Guadalajara, en el municipio de Tlajomulco de Zúñiga. La casa pertenecía a un empresario local que facilitaba sus propiedades para las actividades de la red. Torres organizó inmediatamente un
operativo para localizar y catear la propiedad mencionada.
También solicitó protección policial para su familia y para la familia Vázquez ante la escalada de amenazas. Mientras preparaba el operativo, Torres recibió otra llamada amenazante. Inspector, tiene 24 horas para cerrar el caso. No queremos lastimar a más gente inocente. Torres grabó la llamada y
la envió a análisis de voz para identificar al autor.
A las 300 pm, el equipo de 15 agentes se dirigió hacia Tlajomulco de Zúñiga para inspeccionar la propiedad señalada por Fernando Moreno. La casa estaba ubicada en una zona rural rodeada de terrenos agrícolas y con acceso limitado. Al llegar encontraron la casa aparentemente abandonada, pero con
signos de haber sido habitada recientemente.
En el sótano de la propiedad descubrieron una habitación acondicionada como celda, con cadenas, un colchón sucio y rastros de sangre en las paredes. Inspector, aquí hay más evidencias”, gritó uno de los técnicos desde el patio trasero. Habían encontrado una fosa acabada recientemente, cubierta con
cal y tierra. Los restos humanos estaban en proceso de descomposición, pero la ropa y objetos personales correspondían con la descripción de Valentina.
Torres sintió una mezcla de alivio y tristeza. Finalmente habían encontrado a Valentina, pero confirmaron que había sido asesinada. El análisis preliminar forense indicó que los restos tenían aproximadamente 6 años de antigüedad, correspondiente con la fecha de desaparición. También encontraron
evidencia de trauma físico que sugería tortura y abuso antes de la muerte.
Mientras el equipo forense trabajaba en la escena del crimen, Torres recibió información de que Diego Castillo había intentado escapar de la prisión preventiva, pero había sido neutralizado por los guardias. Al final del día, Torres tenía evidencia física del asesinato de Valentina, confesiones de
dos cómplices e información sobre una red criminal más amplia que involucraba corrupción oficial.
El análisis forense confirmó que los restos encontrados en Tlajomulco pertenecían a Valentina Vázquez Morales. La autopsia reveló detalles perturbadores sobre sus últimas semanas de vida. La víctima estuvo cautiva durante aproximadamente 45 días antes de su muerte, explicó el forense a Torres.
Presenta fracturas múltiples, signos de malnutrición y evidencia de abuso sexual sistemático. Torres tuvo que informar estos resultados a Roberto y Carmen Vázquez. Fue una de las conversaciones más difíciles de su carrera. Encontramos a Valentina, les dijo directamente. Fue asesinada
aproximadamente en junio de 2017. Pero antes fue mantenida cautiva durante varias semanas. Carmen colapsó emocionalmente.
Roberto mostró una mezcla de alivio por tener respuestas y dolor por la confirmación de sus peores temores. ¿Quién fue? ¿Por qué le hicieron esto a nuestra niña?, preguntó Roberto entre lágrimas. Torres les explicó toda la investigación. la obsesión de Diego Castillo, la complicidad de Mauricio
Guzmán, la participación de Fernando Moreno y la existencia de una red criminal más amplia. Diego Castillo había estado siguiendo a Valentina durante meses.
Usó su relación con Sofía para acercarse a ella y planificar su secuestro, explicó Torres. Esa mañana, confrontado con la evidencia física de la muerte de Valentina, Diego Castillo finalmente decidió confesar completamente su participación. Inspector, yo nunca quise que Valentina muriera, solo
quería que estuviera conmigo”, comenzó Diego durante el interrogatorio formal.
¿Cómo planeó el secuestro? Diego explicó paso a paso. Había estudiado las rutinas de Valentina durante tres meses. Había convencido a Sofía de obtener información sobre sus horarios. Había contactado a Fernando Moreno para conseguir la casa segura y había involucrado a Mauricio para el transporte.
La noche de la fiesta le mandé un mensaje diciéndole que Sofía necesitaba verla afuera.
Cuando salió, la convencí de subir a la camioneta para ir a buscar a Sofía, que supuestamente había tenido un problema. Valentina fue voluntariamente con usted al principio sí, porque pensó que iba a ayudar a su amiga, pero cuando se dio cuenta de que la estaba llevando a otro lugar, se asustó
mucho, confesó Diego.
Diego describió cómo transportaron a Valentina a la casa en Tlajomulco, donde la mantuvieron encerrada en el sótano. Su plan era convencerla de estar con él, pero Valentina siempre se resistió. ¿Cuándo decidió matarla? Yo nunca decidí matarla. Eso fue Fernando. Él dijo que Valentina había visto
nuestras caras, sabía dónde estaba la casa y que tarde o temprano nos iba a delatar, explicó Diego.
Fernando Moreno había asesinado a Valentina en junio de 2017 sin consultar con Diego. Después obligó a Diego y Mauricio a ayudar a enterrar el cuerpo. ¿Por qué enterraron las evidencias en la gasolinera del padre de Valentina? Diego reveló que había sido idea de Fernando como una forma de tortura
psicológica hacia la familia.
Él dijo que era divertido que los padres tuvieran las pistas de su hija tan cerca y no las pudieran encontrar. Torres grabó toda la confesión. Diego proporcionó detalles sobre otros miembros de la red criminal y confirmó la participación del comandante Salinas en el encubrimiento. Salinas sabía que
nosotros habíamos tomado a Valentina. Fernando le pagaba para que no investigara bien.
También le daba información sobre otras muchachas que íbamos a tomar, confesó Diego. Esa tarde Torres obtuvo órdenes de arresto contra el comandante Salinas y otros funcionarios mencionados en las confesiones. También identificó a tres empresarios de Guadalajara que habían facilitado propiedades
para las actividades de la red.
La investigación reveló que entre 2015 y 2020 la red había estado involucrada en la desaparición de al menos 12 mujeres jóvenes de Guadalajara y municipios cercanos. Valentina había sido la víctima más joven. Inspector, ¿las otras muchachas también están muertas? SAE preguntó Roberto Vázquez cuando
Torres le informó sobre la extensión de la red.
Estamos investigando. Fernando Moreno está proporcionando ubicaciones de otras casas y propiedades que usaban,”, explicó Torres. El caso de Valentina había destapado una organización criminal compleja que involucraba trata de personas, corrupción oficial y asesinatos múltiples. Las confesiones de
Diego y Fernando proporcionaron evidencia para procesar a más de 20 personas.
Torres coordinó con la Fiscalía Federal para que el caso se manejara con la seriedad que requería. La red había operado durante años sin ser detectada debido a la protección oficial que recibía. Este caso va a cambiar muchas cosas en la forma como investigamos desapariciones en Jalisco”, le dijo el
fiscal general a Torres.
Al final del día, Torres había esclarecido completamente el asesinato de Valentina Vázquez y había desmantelado una red criminal que había operado durante años en Guadalajara. Sin embargo, sabía que el proceso legal sería largo y complejo. A las 400 a, Torres recibió una llamada de emergencia.
El comandante Salinas había intentado huir de Guadalajara durante la noche, pero había sido interceptado en el aeropuerto internacional cuando intentaba abordar un vuelo hacia Ciudad de México. Inspector, Salinas llevaba 500,000 pesos en efectivo, dos pasaportes y documentos que indican cuentas
bancarias en el extranjero, reportó el agente que dirigió la captura. Torres se dirigió inmediatamente al aeropuerto para interrogar a Salinas.
Lo encontró en una sala de detención, visiblemente nervioso y sudando profusamente. Comandante Salinas, tenemos testimonios de Diego Castillo y Fernando Moreno, que lo implican directamente en el encubrimiento del asesinato de Valentina Vázquez y en la protección de una red de trata de personas.
Salinas, de 58 años, había sido una figura respetada en la policía de Jalisco durante 25 años.
Su participación en actividades criminales representaba una traición profunda a la institución. Inspector Torres, yo solo recibí instrucciones de no profundizar en ciertos casos. No sabía que estaban matando muchachas, mintió Salinas. Torres le presentó las evidencias recolectadas, transferencias
bancarias de Fernando Moreno a cuentas controladas por Salinas, registros de llamadas telefónicas coordinando el sabotaje de investigaciones y documentos que mostraban información confidencial compartida con la red criminal.
Comandante, tenemos evidencia de que usted recibió 50,000 pesos por cada investigación que saboteaba entre 2015 y 2020. Fueron al menos 12 casos. Confrontado con la evidencia, Salinas comenzó a quebrantarse. Inspector, yo tengo familia. Estas personas me amenazaron. Si no cooperaba, iban a lastimar
a mis hijos.
¿Quién lo amenazó específicamente? Salinas reveló nombres de empresarios y políticos locales que coordinaban las actividades de la red. La organización era más extensa de lo que Torres había imaginado inicialmente. El líder real es empresario constructor Javier Mendoza Salinas. Él coordinaba todo
desde su empresa constructora. Fernando Moreno y Diego solo eran empleados”, confesó Salinas.
Torres ordenó inmediatamente la búsqueda y captura de Javier Mendoza, quien resultó ser tío de Sofía Mendoza, la amiga de Valentina, que había facilitado información sobre ella. Mientras tanto, Mauricio Guzmán había decidido también confesar completamente su participación para obtener beneficios
procesales. Inspector, yo solo transporté a Valentina esa noche.
Pensé que Diego solamente quería hablar con ella, declaró Mauricio. Sabía que la iban a matar. No, yo creí que la iban a liberar después de unos días. Cuando Fernando la mató, Diego y yo nos asustamos mucho, confesó Mauricio. Mauricio proporcionó detalles sobre otras operaciones de la red, cómo
identificaban víctimas potenciales, los métodos de captura, las casas seguras que utilizaban y el sistema de distribución hacia otros estados. ¿Cuántas mujeres transportó para la red? Como ocho o 10 en 3 años.
Siempre me decían que eran trabajos de prostitución voluntaria, que las muchachas habían aceptado trabajar en otros lugares”, mintió Mauricio inicialmente. Torres presionó con evidencia específica de otras desapariciones. Mauricio finalmente admitió que sabía que las mujeres eran secuestradas, pero
que tenía miedo de Fernando Moreno.
Fernando mataba a cualquiera que no cooperara. Yo vi cómo golpeó a muerte a un muchacho que quiso salirse de la red en 2018, reveló Mauricio. Esa tarde el equipo de Torres localizó a Javier Mendoza en su oficina de construcción. Cuando llegaron a arrestarlo, encontraron que había destruido
documentos y estaba preparándose para huir.
“Señor Mendoza, está arrestado por liderar una red de trata de personas y por el asesinato de Valentina Vázquez Morales”, declaró Torres mientras lo esposaba. Mendoza, de 52 años, era un empresario respetado en Guadalajara con conexiones políticas importantes. Su arresto causó conmoción en la
comunidad empresarial local.
Durante el cateo de sus oficinas encontraron archivos detallados sobre más de 30 mujeres jóvenes de Jalisco, incluyendo fotografías, información personal, rutinas diarias y evaluaciones sobre su potencial comercial. Inspector, este archivo es de 2019. La red siguió operando después de matar a
Valentina”, observó uno de los técnicos.
Torres confirmó que el asesinato de Valentina no había detenido las actividades de la organización. Habían continuado secuestrando mujeres durante 3 años más hasta que la pandemia de COVID-19 redujo sus operaciones. En el interrogatorio, Javier Mendoza negó inicialmente cualquier participación en
actividades criminales. “Yo soy un empresario legítimo. No sé de qué me están acusando”, declaró Mendoza.
Torres le mostró los archivos encontrados en su oficina y las confesiones de sus subordinados. Javier, tenemos evidencia física y testimonios de cuatro personas que lo señalan como líder de la red. Esos archivos no son míos. Alguien los puso en mi oficina para incriminarme, mintió Mendoza. Torres
aplicó presión psicológica.
Su sobrina Sofía ya confesó que usted le pidió información sobre las amigas de Valentina. También tenemos registros de que pagó la fianza de Fernando Moreno en 2020. Confrontado con evidencia específica, Mendoza comenzó a mostrar signos de quiebre emocional. Sin embargo, pidió hablar con un abogado
antes de continuar con las declaraciones. Al final del día, Torres había capturado a todos los miembros principales de la red.
Diego Castillo como ejecutor, Mauricio Guzmán como transportista, Fernando Moreno como sicario, el comandante Salinas como protector oficial y Javier Mendoza como líder organizacional. Javier Mendoza había pasado la noche en prisión preventiva consultando con su equipo legal. Su abogado, licenciado
Andrés Patricio Ramos Delgado, le recomendó cooperar con la investigación para obtener beneficios procesales.
Señor Mendoza, la evidencia en su contra es abrumadora. Su mejor opción es confesar y proporcionar información completa sobre las actividades de la red”, le aconsejó su abogado. A las 1000 a, Torres inició el interrogatorio formal con Mendoza en presencia de su representante legal.
Javier, necesito que me explique cómo operaba la red de trata de personas que dirigía desde 2015. Comenzó Torres directamente. Mendoza respiró profundamente antes de responder. Inspector, yo no creé esta red. La heredé de mi socio anterior cuando murió en un accidente en 2014. ¿Cómo funcionaba el
negocio? Mendoza explicó que la organización tenía tres niveles: identificación de víctimas, captura y transporte y distribución final.
Él coordinaba desde su empresa constructora usando sus recursos legales para encubrir las actividades ilícitas, cómo identificaban a las víctimas. Teníamos personas en escuelas, centros comerciales, gasolineras y otros lugares públicos.
Buscábamos muchachas de familias trabajadoras sin conexiones importantes que no fueran a ser buscadas por autoridades influyentes, confesó Mendoza. Torres grabó cada detalle. Mendoza reveló que habían desarrollado un sistema sofisticado de evaluación que incluía verificar la situación económica
familiar, el nivel educativo, las redes sociales y el apoyo familiar de las víctimas potenciales.
El caso de Valentina fue diferente porque Diego estaba obsesionado con ella específicamente. “Normalmente nosotros elegíamos muchachas sin vínculos fuertes con sus familias”, explicó Mendoza. ¿Cuántas mujeres secuestraron entre 2015 y 2020? Mendoza proporcionó una lista de 32 nombres. Torres
reconoció varios de ellos como casos de desapariciones, sin resolver en los archivos de la fiscalía.
¿Qué pasó con todas estas mujeres? Mendoza explicó que aproximadamente la mitad había sido vendida a redes de prostitución en otros estados. Ocho habían sido asesinadas cuando se resistieron o intentaron escapar y seis habían logrado escapar, pero nunca regresaron a Guadalajara por miedo, donde
están enterradas las que fueron asesinadas.
Mendoza proporcionó ubicaciones específicas de seis fosas clandestinas en diferentes municipios de Jalisco. Torres organizó inmediatamente equipos de búsqueda para localizar y exhumar estos sitios. El interrogatorio continuó durante 4 horas. Mendoza confesó detalles sobre la estructura financiera
de la red, los métodos de lavado de dinero a través de su empresa constructora y la red de corrupción que incluía funcionarios de diferentes niveles.
¿Quién más en el gobierno los protegía además del comandante Salinas? Mendoza mencionó nombres de tres jueces locales, dos funcionarios de la fiscalía y un diputado estatal que habían recibido pagos para facilitar las operaciones de la red. Inspector, nosotros pagábamos aproximadamente 200,000
pesos mensuales en total para mantener la protección oficial, confesó Mendoza.
Torres comprendió que habían descubierto una red de corrupción que involucraba múltiples niveles del sistema de justicia de Jalisco. Esa tarde, Fernando Moreno también decidió confesar completamente, incluyendo detalles sobre los asesinatos que había cometido. Inspector, yo maté a ocho muchachas en
total. Valentina fue la primera en 2017. Las otras fueron entre 2018 y 2020, confesó Fernando.
¿Por qué las asesinó? Javier me decía que eran muy problemáticas, que se resistían mucho o que habían visto demasiado. Era más fácil matarlas que seguir intentando controlarlas”, explicó Fernando sin mostrar remordimiento aparente. Fernando proporcionó detalles específicos sobre cada asesinato,
métodos, ubicaciones, fechas y las razones específicas por las cuales Mendoza había ordenado cada muerte.
¿Cómo mataron a Valentina específicamente? Valentina estuvo en la casa de Tlajomulco durante mes y medio. Diego iba todos los días intentando convencerla de que fuera su novia, pero ella siempre le decía que no. Un día ella logró lastimar a Diego con un clavo que encontró y él se enojó mucho. Narró
Fernando. Diego ordenó su muerte.
No, Diego no tenía autoridad para eso. Pero cuando Javier vio que Valentina había lastimado a Diego y que seguía resistiéndose, me dijo que la eliminara, confesó Fernando. Fernando describió cómo había estrangulado a Valentina mientras ella dormía después de haberle dado pastillas para que no
sufriera. Diego estuvo presente cuando la asesinó. Sí. Diego y Mauricio me ayudaron a enterrarla esa misma noche.
Después enterramos sus cosas en la gasolinera como una broma cruel hacia sus padres, confesó Fernando. Al final del día, Torres tenía confesiones completas de todos los participantes principales en el asesinato de Valentina y información detallada sobre las actividades de la red criminal durante 5
años.
Los equipos de búsqueda enviados a los sitios indicados por Javier Mendoza habían encontrado cinco de las seis fosas clandestinas mencionadas. Los restos humanos de siete mujeres jóvenes fueron exhumados durante el día anterior. Inspector, las víctimas tenían entre 14 y 22 años. Todas muestran
signos de trauma físico antes de la muerte”, reportó el equipo forense.
Torres coordinó la identificación de los restos con la base de datos de personas desaparecidas. Seis de las siete víctimas correspondían con reportes de desaparición registrados entre 2017 y 2020. Las familias de estas víctimas fueron notificadas. Torres tuvo que realizar seis conversaciones
similares a la que había tenido con Roberto y Carmen Vázquez, informando a padres y hermanos que sus hijas habían sido encontradas muertas.
“Inspector, ¿por qué tardaron tanto en encontrar a nuestras hijas?”, preguntó María González, madre de una de las víctimas encontradas. Torres tuvo que explicar la existencia de la red de corrupción que había saboteado las investigaciones originales. Esa mañana, Torres recibió órdenes de arresto
firmadas por un juez federal para los funcionarios mencionados en las confesiones de Mendoza.
La investigación se había expandido para incluir cargos por corrupción, lavado de dinero y asociación delictuosa. Los arrestos de los jueces locales, Felipe Moreno Castillo y Sandra Patricia Ruiz Vega causaron conmoción en el sistema judicial de Jalisco. Ambos habían tenido carreras de más de 15
años y reputaciones profesionales aparentemente intachables. Inspector Torres, esto va a sacudir completamente la confianza pública en nuestras instituciones”, le comentó el fiscal general.
El diputado estatal Jorge Alberto Mendoza Herrera fue arrestado en el Congreso de Jalisco mientras participaba en una sesión legislativa. Su detención fue transmitida en vivo por los medios de comunicación. Mientras tanto, Torres interrogó a Sofía Mendoza para determinar el alcance exacto de su
participación en las actividades de su tío.
Sofía, necesito que me explique qué sabía sobre las actividades de su tío Javier. Comenzó Torres. Inspector, yo solo sabía que mi tío tenía una empresa constructora. No sabía nada sobre secuestros, insistió Sofía. Torres le presentó evidencia de transferencias bancarias de la cuenta de Javier
Mendoza. hacia la cuenta personal de Sofía por un total de 85,000es entre 2017 y 2019.
¿Por qué su tío le envió todo este dinero? Sofía se quebró emocionalmente. Él me pagaba por darle información sobre mis amigas de la escuela. Me decía que era para un negocio de modelaje. ¿Qué tipo de información le proporcionaba? Sofía confesó que había preparado perfiles de aproximadamente 20 de
sus compañeras de escuela.
incluyendo información sobre sus familias, rutinas, personalidades y vulnerabilidades. ¿Sabía que esta información se usaría para secuestrar a sus amigas? No, inspector. Yo pensé que era para ofertas de trabajo de modelaje o actuación. Mi tío me dijo que tenía contactos en la industria del
entretenimiento lloró Sofía. Torres determinó que Sofía había sido manipulada por su tío, pero su participación había sido crucial para el funcionamiento de la red.
Su información había facilitado el secuestro de al menos 12 mujeres jóvenes. Esa tarde, Torres recibió un reporte del equipo que había investigado las finanzas de la red criminal. habían identificado propiedades por un valor total de 15,000 de pesos, cuentas bancarias con 3.2 millones de pesos y
vehículos valorados en 800,000es.
Inspector, los ingresos de la red venían principalmente de la venta de mujeres a redes de prostitución en Sinaloa, Sonora y Baja California. Cada víctima se vendía entre 50,000 y 100,000 pesos, explicó el contador forense Torres.
organizó la coordinación con fiscalías de otros estados para investigar las redes que habían comprado víctimas de la organización de Mendoza. El análisis de los teléfonos celulares de los detenidos reveló contactos con redes similares en Ciudad de México, Tijuana, Cancún y otras ciudades
importantes. Este caso va a generar investigaciones en todo el país”, le comentó Torres al fiscal federal asignado al caso.
Durante los interrogatorios de los funcionarios corruptos, Torres obtuvo información sobre otros casos de desapariciones que habían sido saboteados deliberadamente. El juez Felipe Moreno confesó haber archivado expedientes de investigación a cambio de pagos de 25,000 pesos por caso. Inspector, yo
necesitaba el dinero para los gastos médicos de mi esposa.
No sabía que estaban matando a las muchachas”, mintió Moreno. La jueza Sandra Patricia Ruiz había liberado a miembros de la red que habían sido arrestados en operativos menores, permitiendo que continuaran operando. “¿Cuántos miembros de la red liberó usted? como seis o siete en diferentes
ocasiones.
Me decían que eran casos menores de drogas, confesó Ruiz. Al final del día, Torres había documentado completamente las actividades de la red criminal y la estructura de corrupción que la había protegido. El caso de Valentina había revelado un sistema de trata de personas que había operado durante 5
años con la complicidad de múltiples funcionarios públicos.
Una semana después de los últimos arrestos, Torres organizó una conferencia de prensa para informar públicamente sobre los resultados completos de la investigación. Los medios de comunicación de todo México cubrieron el caso. Hemos desmantelado una red de trata de personas que operó en Jalisco
entre 2015 y 2020. Esta organización fue responsable del secuestro de 32 mujeres jóvenes, el asesinato de ocho de ellas y la venta de las demás a redes de prostitución en otros estados”, anunció Torres.
Los detenidos incluían cinco miembros principales de la red criminal, tres funcionarios judiciales, un diputado estatal, un comandante de policía retirado y seis cómplices menores. Roberto y Carmen Vázquez asistieron a la conferencia de prensa por primera vez en 6 años tenían respuestas completas
sobre lo que le había pasado a su hija.
Inspector Torres nos devolvió a nuestra hija y nos dio la verdad que necesitábamos para poder seguir adelante”, declaró Roberto a los medios. Los procesos legales se desarrollaron rápidamente debido a las confesiones completas de los principales responsables.
Diego Armando Castillo Ruiz fue condenado a 60 años de prisión por secuestro agravado, violación y homicidio calificado. Su sentencia incluía la prohibición de obtener beneficios de libertad anticipada. Fernando Javier Moreno Esquivel recibió ocho sentencias de homicidio calificado con un total de
200 años de prisión. Fue declarado culpable de ser el asesino material de Valentina y otras siete mujeres.
Mauricio Fernando Guzmán López fue condenado a 25 años de prisión como cómplice en los secuestros y transportes. Su cooperación con la investigación le permitió obtener una sentencia reducida. Javier Mendoza Salinas, como líder de la organización recibió múltiples cargos que sumaron 150 años de
prisión. Además, fue condenado a pagar reparación de daños por 10 millones de pesos a las familias de las víctimas.
El comandante retirado Ricardo Emilio Salinas Medina fue condenado a 30 años por corrupción, encubrimiento y asociación delictuosa. Los funcionarios judiciales corruptos recibieron sentencias entre 15 y 25 años de prisión, además de la inhabilitación permanente para ejercer cargos públicos. Sofía
Beatriz Mendoza Jiménez, como cómplice menor manipulada por su tío, recibió una sentencia suspendida de 5co años con la condición de participar en programas de rehabilitación y servicio comunitario. La investigación generó reformas importantes en el sistema de justicia de Jalisco. Se creó una unidad
especializada en trata de personas con protocolos específicos para investigar desapariciones de mujeres jóvenes. Se implementó un sistema de supervisión cruzada para evitar que funcionarios individuales puedan sabotear investigaciones. Se estableció un fondo de reparación de daños para víctimas de
trata financiado con los bienes decomizados a las redes criminales.
Se creó un programa de protección para testigos y familiares de víctimas en casos de crimen organizado. 30 de junio de 2023. Tres meses después de concluir el caso, Torres participó en una ceremonia especial en honor a las víctimas de la red criminal. El gobierno de Jalisco declaró el 15 de abril
como día de la memoria por las víctimas de trata de personas.
Roberto Vázquez había convertido parte de su gasolinera en un memorial para Valentina y las otras víctimas. Mi hija no puede regresar, pero su caso va a ayudar a que otras familias encuentren a sus hijas. declaró durante la ceremonia. Carmen Vázquez había comenzado a trabajar con organizaciones de
derechos humanos para apoyar a familias con casos de desaparición.
Valentina nos enseñó que nunca debemos dejar de buscar la verdad, dijo. Torres recibió reconocimientos nacionales por su trabajo en el caso, pero consideraba que la verdadera victoria era que las familias tuvieran respuestas y que el sistema de justicia hubiera sido fortalecido. 15 de abril de
2024. Un año después de la primera ceremonia memorial, Torres visitó la gasolinera de Roberto Vázquez.
El memorial a Valentina se había expandido para incluir fotografías y nombres de todas las víctimas de la red. “Inspector, ¿sabes si han encontrado a las muchachas que vendieron a otros estados?”, preguntó Roberto. Torres le explicó que las investigaciones coordinadas con otras fiscalías habían
logrado localizar y rescatar a 12 de las mujeres vendidas por la red.
Ocho habían regresado con sus familias, mientras que cuatro habían decidido comenzar nuevas vidas en otros lugares. Y las que no han encontrado, seguimos buscando. Este caso cambió la forma como todo México investiga la trata de personas. Ya no van a poder operar como antes, le aseguró Torres.
El caso de Valentina Vázquez Morales se había convertido en un punto de referencia para la investigación de redes de trata de personas en México. Las metodologías desarrolladas por Torres fueron adoptadas por fiscalías de otros estados. Oh.
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