vendedora desapareció en mercado en Mérida 3 años después. Comprador encuentra esto en puesto. Miguel Ángel Torres Reyes empujó su carrito de compras entre los puestos del mercado municipal Lucas de Gálvez de Mérida. Era martes por la mañana, 15 de enero de 2019 y buscaba chiles habaneros para el restaurante de su familia.
Se detuvo frente al puesto número 47, donde ahora vendía una mujer mayor llamada Elena Pacheco Jiménez. Buenos días, señora. ¿Tiene habaneros frescos? Elena sonrió. Claro, joven, los mejores de todo Yucatán. Mientras Elena llenaba la bolsa, Miguel Ángel notó que una tabla del mostrador estaba suelta.
Al presionar accidentalmente, la madera se levantó revelando un pequeño compartimento oculto. Dentro había un sobre manila amarillento. ¿Qué es eso?, preguntó Elena acercándose. Miguel Ángel sacó el sobre. Tenía escrito Carmen Morales, emergencia con letra femenina. Dentro encontró fotografías, recibos de banco y una nota manuscrita que decía, “Si algo me pasa, busquen en la oficina de Aurelio. Él sabe lo que pasó con las otras.” CM. Agosto 2016.
Carmen Morales murmuró Elena. Esa era la muchacha que tenía este puesto antes que yo. Desapareció hace como 3 años. Nadie supo qué pasó con ella. Miguel Ángel examinó las fotografías. Mostraban a un hombre mayor en traje entregando sobres a diferentes vendedores del mercado. Una de las fotos tenía fecha, agosto 10, 2016.
Los recibos bancarios mostraban depósitos grandes en cuentas a nombre de Aurelio Vázquez Herrera, quien según recordaba Miguel Ángel era el administrador del mercado. Señora, ¿usted conoció a Carmen? Sí, era muy trabajadora. Vendía aquí desde hace años. Un día simplemente no llegó más. Su hermana Esperanza anduvo preguntando por ella durante meses, pero la policía dijo que se había ido con algún novio. Miguel Ángel guardó el sobre.
¿Dónde puedo encontrar a la hermana? Esperanza Morales Castillo. Trabaja en la preparatoria Benito Juárez. Es maestra de historia. Vive por la colonia García Ginerés. Esa tarde Miguel Ángel se dirigió a la preparatoria. encontró a Esperanza en su salón corrigiendo exámenes. Era una mujer de 35 años, cabello negro recogido, lentes pequeños y expresión seria.
Disculpe, ¿es usted esperanza, Morales? Ella levantó la vista. Sí. ¿En qué puedo ayudarlo? Miguel Ángel sacó el sobre. Encontré esto en el puesto donde trabajaba su hermana Carmen. Esperanza se puso de pie inmediatamente. Sus manos temblaron al tomar el sobre. examinó el contenido con creciente agitación.
¿Dónde exactamente encontró esto? En un compartimento oculto del mostrador del puesto 47, la señora que vende ahí me dijo que era de su hermana. Esperanza estudió las fotografías con intensidad. Este hombre de las fotos es Aurelio Vázquez, el administrador del mercado. Carmen siempre decía que algo raro pasaba con él, pero yo pensé que eran chismes. Su hermana desapareció realmente. Sí.
El 23 de agosto de 2016 salió de casa para ir al mercado como siempre y nunca regresó. No se llevó ropa, dinero ni documentos. Dejó todo en su cuarto. La policía apenas investigó. Dijeron que se había fugado con algún hombre. Esperanza leyó la nota una y otra vez. Carmen tenía letra muy particular. Esta es definitivamente suya. Y mire la fecha. Agosto de 2016, justo antes de desaparecer.
¿Qué piensa hacer con esto? Voy a la policía hoy mismo. Esta evidencia prueba que Carmen sabía que estaba en peligro. Y estas fotos, si Aurelio está involucrado en algo ilegal, eso explica por qué ella desapareció. Miguel Ángel asintió. Yo la acompaño. Fui quien encontró esto.
Esa noche Esperanza y Miguel Ángel fueron a la comandancia de policía del centro histórico. El detective Rodrigo Santa María López los recibió en su oficina. Era un hombre de 40 años, bigote espeso y expresión cansada. A ver, enséñenme lo que tienen. Rodrigo examinó el sobre completo. Las fotografías le llamaron especial atención.
¿Están seguros de que esto salió del puesto de la desaparecida? Completamente seguro, respondió Miguel Ángel. Estaba oculto en el mostrador. Detective Santa María, dijo Esperanza. Mi hermana desapareció hace 3 años y la investigación no llegó a ningún lado. Esta evidencia demuestra que ella sabía que algo le iba a pasar. Rodrigo revisó los recibos bancarios. Los montos eran considerables.
Depósitos de 15,000, 20,000 y 25,000 pesos en diferentes fechas de agosto de 2016. Aurelio Vázquez sigue siendo administrador del mercado. Sí, confirmó Esperanza. Lleva como 10 años en ese cargo. Bien, vamos a reabrir oficialmente el caso de Carmen Morales. Esta evidencia justifica una nueva investigación, pero necesito que mantengan esto en secreto mientras trabajo.
¿Por qué? Preguntó Miguel Ángel. Porque si Vázquez está involucrado y se da cuenta de que tenemos esta evidencia, puede destruir otras pruebas o intimidar testigos. En casos así, el elemento sorpresa es crucial. Rodrigo guardó todo en un folder oficial. Señora Morales, necesito que me dé todos los detalles de la desaparición original.
Y usted, señor Torres, necesito su testimonio completo sobre cómo encontró este sobre. Durante las siguientes dos horas, Rodrigo tomó declaraciones detalladas. Esperanza describió los últimos días de Carmen, su rutina en el mercado, sus preocupaciones y comportamiento antes de desaparecer. Miguel Ángel explicó exactamente cómo descubrió el compartimento secreto.
“Una cosa más”, dijo Rodrigo al terminar. “Alguna de las personas en estas fotografías les resulta familiar.” Esperanza miró nuevamente las imágenes. Este vendedor de aquí se llama Inocencio Ramírez. Tenía puesto de verduras cerca del de Carmen. Y esta mujer creo que es Dolores Fernández. Vendía flores. Perfecto.
Mañana empiezo a investigar discretamente. Les pido paciencia y sobre todo que no hablen de esto con nadie hasta que yo les diga. Al salir de la comandancia, Esperanza se volvió hacia Miguel Ángel. Gracias por traerme esto. Después de tres años sin respuestas, finalmente tengo esperanza de saber qué le pasó a Carmen. No tiene que agradecerme. Nadie debería desaparecer sin que se sepa la verdad.
La evidencia encontrada por pura casualidad había reabierto un caso que parecía cerrado para siempre, pero ninguno de los dos imaginaba la complejidad de la red criminal que estaban a punto de desenmascarar en el corazón del mercado más tradicional de Mérida. Detective Rodrigo Santa María llegó temprano a su oficina el 16 de enero de 2019.
Sacó el expediente original del caso Carmen Morales Castillo, archivado desde octubre de 2016. El detective a cargo había sido Fernando Castañeda, ya jubilado. El reporte inicial era escueto. Carmen Morales Castillo, 28 años. vendedora del mercado Lucas de Galves, reportada como desaparecida el 24 de agosto de 2016 por su hermana Esperanza Morales Castillo.
Última vez vista, 23 de agosto, 600 AM saliendo de su domicilio hacia el mercado. Rodrigo continuó leyendo. El detective Castañeda había entrevistado a cinco testigos. Inocencio Ramírez Gutiérrez, vendedor de verduras, declaró: “Carmen llegó normal ese día como a las 7:30. Abrió su puesto, acomodó la mercancía.
Como a las 10 vino el administrador Aurelio a hablar con ella. Después del mediodía ya no la vi.” Dolores Fernández Aguilar, vendedora de flores, había dicho: “Carmen se veía preocupada esas últimas semanas. Una vez me comentó que había visto cosas raras en el mercado, pero no me dio detalles. El administrador Aurelio Vázquez Herrera declaró, “Carmen era una vendedora responsable.
El 23 de agosto vino a hablar conmigo por problemas con su renta del puesto. Le dije que tenía plazo hasta fin de mes para ponerse al corriente. No parecía alterada. La investigación se había cerrado sin avances. No había señales de lucha. No faltaba mercancía del puesto, no había testigos del momento exacto de la desaparición.
Rodrigo comparó esas declaraciones con la evidencia nueva. Las fotografías mostraban claramente a Aurelio entregando dinero a vendedores, incluyendo a inocencio y Dolores. Los recibos bancarios de Aurelio sumaban 180,000 pesos depositados en agosto de 2016. Su teléfono sonó. Detective Santa María, habla Miguel Ángel Torres.
¿Puedo pasar por su oficina? Recordé algo importante sobre ayer. Venga inmediatamente. 20 minutos después, Miguel Ángel estaba en la oficina. Detective, ayer no pensé en esto, pero cuando Elena, la señora que vende ahora en el puesto, me habló de Carmen, mencionó algo extraño. ¿Qué cosa? dijo que cuando ella empezó a rentar ese puesto, Aurelio le advirtió específicamente que no moviera el mostrador ni las tablas, que todo tenía que quedar exactamente como estaba.
Rodrigo se enderezó. Aurelio sabía del compartimento secreto. Eso parece. Y hay más. Elena me contó que varios puestos cambiaron de dueño en septiembre de 2016, justo después de que Carmen desapareció. Aurelio consiguió inquilinos nuevos muy rápido. ¿Recuerda los números de esos puestos? Elena mencionó el 45, el 52 y el 61, además del 47 donde estaba Carmen.
Rodrigo tomó notas. Voy a revisar los contratos de renta de esos puestos. Si hay un patrón, podríamos estar ante algo más grande que una desaparición aislada. Esa tarde, Rodrigo se dirigió al mercado Lucas de Gálvez. Era un edificio centenario con techo de lámina y pasillos estrechos entre los puestos.
Observó discretamente la distribución y ubicación del puesto 47. Se acercó a Elena Pacheco como cliente casual. Buenos días, señora. ¿Vende cilantro? Por supuesto, joven. ¿Cuánto necesita? Mientras Elena preparaba el cilantro, Rodrigo observó el puesto. El mostrador era de madera vieja con gavetas y compartimentos. Disculpe la curiosidad, hace mucho que tiene este puesto.
Desde septiembre de 2016, antes lo tenía una muchacha que se fue de repente. Se fue. Bueno, desapareció. Carmen se llamaba. Un día no vino más y don Aurelio, el administrador, me dijo que el puesto quedaba libre. Rodrigo pagó el cilantro. Don Aurelio es buen administrador. Sí, muy estricto, pero justo. Aunque hay vendedores que dicen que cobran rentas muy altas.
Pero uno, ¿qué va a saber? Rodrigo caminó por el mercado observando. En el puesto 45 vendía un hombre joven que no aparentaba tener recursos para un negocio propio. En el 52, una mujer vendía artesanías caras. El puesto 61 estaba cerrado con un letrero. Próxima apertura. Al salir del mercado, Rodrigo vio la oficina administrativa.
Un letrero decía Aurelio Vázquez Herrera, administrador general. decidió no presentarse aún. Primero necesitaba más información. De vuelta en la comandancia, solicitó los contratos de arrendamiento de los puestos 45, 47, 52 y 61. Los documentos revelaron información interesante. Puesto 47, Carmen.
Contrato rescindido el 1 de septiembre de 2016 por abandono de actividad comercial. Puesto 47, Elena. Contrato iniciado el 5 de septiembre de 2016. Puesto 45, cambio de arrendatario, el 15 de septiembre de 2016. Puesto 52, cambio de arrendatario el 20 de septiembre de 2016. Puesto 61. En proceso de reasignación desde agosto de 2016, todos los contratos nuevos tenían depósitos de garantía excepcionalmente altos, entre 30,000 y 45,000 pesos.
Para vendedores del mercado, esas cantidades eran inusuales. Rodrigo llamó a Esperanza. Señora Morales, necesito preguntarle algo. Su hermana Carmen tenía problemas económicos en agosto de 2016. No, para nada. Carmen era muy ahorrativa. Siempre me decía que tenía dinero guardado para emergencias. Incluso me ofreció prestarme dinero ese mismo mes para reparar mi coche.
¿Cuánto dinero podría haber tenido ahorrado? Ella me comentó una vez que tenía como 50,000 pesos guardados. Era muy cuidadosa con sus gastos. Rodrigo colgó y reflexionó. Carmen tenía dinero suficiente para pagar su renta. El administrador Aurelio había dicho que Carmen tenía problemas de pagos, pero su hermana contradecía esa versión.
Al día siguiente, Rodrigo visitó el Registro Civil para verificar si Carmen había tramitado algún documento antes de desaparecer. No había solicitudes de pasaporte, acta de nacimiento para trámites externos ni cambios de domicilio. También revisó registros médicos. Carmen no había visitado doctores ni hospitales en los meses previos a su desaparición. No había evidencia de que estuviera planeando irse de Mérida.
El detective contactó a Telecomunicaciones de México para revisar las llamadas del celular de Carmen. Los registros mostraban actividad normal hasta el 23 de agosto de 2016 a las 11:47 a. La última llamada había sido a un número no identificado que duró apenas 30 segundos. Rodrigo rastreó el número.
Pertenecía a una caseta de teléfono público ubicada precisamente dentro del mercado Lucas de Gálvez, cerca de la oficina administrativa. Las piezas empezaban a encajar. Carmen había fotografiado actividades sospechosas de Aurelio. Había escondido evidencia en su puesto. Su última llamada fue desde el mercado y luego desapareció sin llevarse nada de casa. Rodrigo decidió que era momento de hablar con Aurelio Vázquez, pero con mucha cautela.
Si realmente estaba involucrado en la desaparición de Carmen, una confrontación directa podría alertarlo y permitirle destruir evidencia adicional. El caso, que había parecido cerrado desde 2016, ahora mostraba señales claras de criminalidad. La nota de Carmen mencionaba las otras sugiriendo que podría no haber sido la única víctima.
Rodrigo sabía que tenía entre sus manos algo mucho más complejo y peligroso de lo que inicialmente había imaginado. El 18 de enero de 2019, Rodrigo Santa María decidió investigar discretamente el historial de Aurelio Vázquez Herrera. Solicitó sus antecedentes en el sistema y descubrió información reveladora. Aurelio había sido administrador del mercado de San Benito en Campeche entre 2010 y 2013, puesto que había dejado tras una reestructuración administrativa. Rodrigo llamó a la comandancia de Campeche.
El detective Carlos Méndez Putaba el caso. Aurelio Vázquez. Sí, hubo irregularidades en ese mercado. Tres comerciantes presentaron denuncias por extorsión, pero nunca se pudo comprobar nada. Los denunciantes retiraron las acusaciones antes del juicio. ¿Qué tipo de extorsión? Aurelio supuestamente cobraba cuotas extras por protección y mejores ubicaciones de puestos.
Los vendedores que no pagaban enfrentaban inspecciones constantes, cortes de luz o problemas con la limpieza. Alguien desapareció durante esa época. Carlos revisó sus archivos. Sí. Una vendedora llamada Rosa Campos Vega tenía puesto de comida. Desapareció en junio de 2013 y nunca se resolvió su caso. Su familia insistió en que algo le había pasado, pero no teníamos evidencia.
Rodrigo sintió un escalofrío. ¿Puede enviarme el expediente de Rosa Campos? Se lo mando por Fax hoy mismo. Mientras esperaba el expediente, Rodrigo decidió visitar nuevamente el mercado, esta vez para observar la rutina diaria y el comportamiento de Aurelio.
Se instaló en una fonda cerca de la entrada principal con vista a la oficina administrativa. A las 9:30 a, Aurelio salió de su oficina llevando una carpeta. Era un hombre de 50 años, estatura media, cabello canoso, peinado hacia atrás y siempre vestía traje oscuro. Caminó hasta el puesto 52, donde habló brevemente con la vendedora de artesanías. Rodrigo se acercó fingiendo interés en las piezas.
Escuchó parte de la conversación. El próximo pago es el viernes. No hay prórroga esta vez, Dolores. La mujer asintió nerviosamente. Sí, don Aurelio, ya tengo el dinero preparado. Aurelio continuó su recorrido. Se detuvo en otros cuatro puestos con la misma actitud autoritaria. Los vendedores lo trataban con una mezcla de respeto y temor que parecía excesiva para un simple administrador.
En el puesto 61, que permanecía cerrado, Aurelio abrió la puerta con sus llaves y entró solo. Permaneció dentro durante 15 minutos. Al salir, cerró con candado y se dirigió de vuelta a su oficina. Rodrigo esperó hasta que Aurelio estuviera en su oficina para acercarse al puesto 61. A través de los espacios entre las tablas pudo ver que estaba completamente vacío, sin mercancía ni mobiliario.
Había marcas en el suelo como si hubieran movido cosas pesadas recientemente. Esa tarde llegó el fax de Campeche con el expediente de Rosa Campos. Los paralelos con el caso de Carmen eran inquietantes. Rosa Campos Vega, 26 años, vendedora de comida corrida en el mercado de San Benito.
Desapareció el 15 de junio de 2013, última vez vista en su puesto durante la mañana. No se llevó pertenencias personales. Su hermano reportó que Rosa había mencionado problemas con cobros extras en el mercado. La investigación había sido igualmente superficial. Los investigadores concluyeron que Rosa se había ido voluntariamente, posiblemente con alguna pareja.
Su puesto fue reasignado dos semanas después a un nuevo inquilino que pagó una renta significativamente más alta. Rodrigo comparó las fechas. Rosa desapareció en junio de 2013, 3 meses antes de que Aurelio fuera transferido de Campeche a Mérida. Carmen desapareció en agosto de 2016, 3 años después de que Aurelio asumiera como administrador del Lucas de Gálvez. El detective decidió contactar a la hermana de Rosa.
Luisa Campos Vega vivía en Campeche y trabajaba como enfermera en el hospital general. Señora Campos, soy detective en Mérida. Estoy investigando un caso que podría estar relacionado con la desaparición de su hermana Rosa. Después de tantos años, ¿qué encontraron? Rodrigo le explicó sobre Carmen y las similitudes entre ambos casos.
Su hermana mencionó específicamente problemas con Aurelio Vázquez. Sí, varias veces. Rosa decía que Aurelio exigía pagos adicionales a todos los vendedores. Quien no pagaba enfrentaba problemas. Inspecciones sorpresa, quejas falsas de otros comerciantes, cortes de servicios. Rosa pagaba esos cobros extras. Al principio sí, pero después decidió no hacerlo más.
dijo que era injusto y que iba a denunciarlo. Dos semanas después desapareció. ¿Conserva alguna evidencia de esa época? Tengo las cosas personales de Rosa que recuperé de su puesto. La policía nunca las revisó bien. Si le sirven, puedo enviárselas. Sería muy útil. Luisa envió por paquetería una caja con objetos personales de rosa, una agenda, recibos diversos, fotografías familiares y una libreta de cuentas donde anotaba ingresos y gastos del negocio.
En la libreta, Rodrigo encontró anotaciones reveladoras. Junio 5, 2013. Aurelio pidió 2,000 extra por mantenimiento. Es la tercera vez este año. Junio 813. Otros vendedores también pagan extra. Nadie quiere hablar del tema. Junio 12, 2013. Decidí no pagar más. Voy a reportar esto.
La última entrada era del 14 de junio, un día antes de la desaparición. Aurelio, muy molesto, me amenazó con cerrar el puesto si no pago mañana. Rodrigo tenía ahora un patrón claro. Aurelio Vázquez usaba su posición para extorsionar vendedores. Quienes se resistían desaparecían y sus puestos eran reasignados a precios más altos.
decidió contactar a más familiares de comerciantes que habían trabajado en mercados administrados por Aurelio. A través del registro de empleados municipales encontró que Aurelio había trabajado en cuatro mercados diferentes entre 2005 y 2016. Mercado de abastos en Cetumal 20052008, Mercado central en Valladolid 20080. Mercado San Benito en Campeche 20103 y finalmente Lucas de Gálvez en Mérida, 2013 presente. Sus llamadas telefónicas revelaron un patrón escalofriante.
Chetumal 2005-2008. Una vendedora de mariscos llamada Patricia Wikap Cocom desapareció en marzo de 2008. Valladolid 2008-2010. Un vendedor de carnes, Esteban Caal Torres desapareció en enero de 2010. Campeche 2010-2013. Rosa Campos Vega desapareció en junio de 2013. Mérida 2013 presente. Carmen Morales Castillo desapareció en agosto de 2016.
En cada ciudad, Aurelio había sido transferido o había renunciado poco tiempo después de cada desaparición. En cada caso, las investigaciones habían sido cerradas sin resolver. Rodrigo se dio cuenta de que no enfrentaba un caso aislado, sino a un posible asesino serial que había usado su posición administrativa para extorsionar vendedores durante más de una década y quien se resistía desaparecía.
La evidencia encontrada por Miguel Ángel no era solo la clave para resolver la desaparición de Carmen, sino potencialmente para resolver cuatro casos de desapariciones en diferentes ciudades de Yucatán y Campeche. Pero Rodrigo también sabía que Aurelio tenía conexiones políticas y respaldo institucional. Una investigación abierta requeriría evidencia sólida y apoyo de niveles superiores.
Decidió continuar discretamente mientras preparaba un caso irrefutable. El 20 de enero de 2019, Rodrigo Santa María analizó los recibos bancarios encontrados en el compartimento de Carmen. Los depósitos en la cuenta de Aurelio Vázquez no coincidían con su salario municipal. Como administrador de mercado ganaba 12,000 pesos mensuales, pero los depósitos mostraban cantidades muy superiores.
Rodrigo solicitó discretamente al banco información adicional. El gerente, un conocido de años, le facilitó los estados de cuenta de Aurelio desde 2016. Los resultados fueron reveladores. Enero, julio 2016, depósitos regulares del Ayuntamiento más ocasionales de 3,000 a 8000 pes.
Agosto 2016, siete depósitos extraordinarios totalizando 180,000 pesósitos mensuales de 25,000 a 40,000 pesos adicionales al salario. El patrón continuaba hasta diciembre de 2018. Aurelio estaba recibiendo aproximadamente 350,000 pesos anuales extra de fuentes no identificadas. Rodrigo decidió investigar a los vendedores que aparecían en las fotografías de Carmen.
Empezó con Inocencio Ramírez Gutiérrez, el vendedor de verduras del puesto 45. Se presentó como cliente regular durante 3 días consecutivos observando la operación de inocencio. El hombre vendía productos de calidad superior a precios competitivos. tenía clientela fija y manejaba cantidades de mercancía que sugerían una inversión considerable.
El cuarto día, Rodrigo se identificó. Señor Ramírez, soy detective de la policía municipal. Necesito hacerle algunas preguntas sobre Carmen Morales. Inocencio se puso visiblemente nervioso. Carmen, pues desapareció hace años. No sé qué más pueda decirle. En 2016 usted declaró que la vio normal el día de su desaparición. Sí, así fue.
Rodrigo mostró una de las fotografías donde Aurelio entregaba un sobre a Inocencio. ¿Puede explicar esta imagen? El rostro de Inocencio se descompuso. Miró alrededor nerviosamente. Eso, Eso era un préstamo personal. Un préstamo de ¿cuánto dinero? 20,000es. Para comprar mercancía nueva. ¿Tiene documentos de ese préstamo? Inocencio tartamudeó.
Se perdieron en una inundación el año pasado. Señor Ramírez, necesito que venga a la comandancia para aclarar esto oficialmente. Detective, yo no hice nada malo, solo pagué lo que me pidieron para mantener mi puesto. ¿Pagó qué exactamente? Inocencio miró hacia la oficina de Aurelio. Mire, todos aquí pagamos cuotas extras. Es la forma de trabajar en este mercado.
Quien no paga pierde su puesto. ¿Cuánto paga y con qué frecuencia? 5000 pesos cada mes, además de la renta oficial. Aurelio dice que es para mantenimiento especial y seguridad. Rodrigo hizo cálculos mentales. Si 30 vendedores pagaban 5000 pesos mensuales extras, Aurelio recaudaba 150,000 pesos adicionales cada mes.
Eso explicaba los depósitos bancarios. ¿Qué pasó específicamente con Carmen Morales? Inocencio bajó la voz. Carmen se negó a pagar las cuotas extras. dijo que iba a denunciar a Aurelio. Una semana después ya no vino más. Aurelio la amenazó directamente. Yo los vi discutir varias veces. Aurelio le dijo que si no cooperaba iba a tener problemas serios.
¿Presenció usted la última conversación entre ellos? El 23 de agosto, como a las 11 euro de la mañana, Carmen le gritó a Aurelio que tenía evidencia de todo y que lo iba a denunciar. Aurelio se puso muy agresivo. Rodrigo anotó todo. ¿Qué pasó después de esa discusión? Aurelio se fue a su oficina.
Carmen siguió atendiendo su puesto, pero se veía muy alterada. Como a las 12:30 la vi caminar hacia las oficinas. Después ya no la volví a ver. ¿Por qué no reportó esto en 2016? Inocencio suspiró. Porque tengo familia que alimentar. Todos sabemos lo que pasa aquí, pero nadie habla. El que habla pierde su puesto y no encuentra trabajo en ningún otro mercado de la ciudad.
Rodrigo entendió la magnitud del problema. Aurelio no solo extorsionaba vendedores, sino que había creado un sistema de terror donde nadie se atrevía a denunciarlo. Señor Ramírez, voy a necesitar su testimonio oficial. Le garantizo protección, pero su cooperación es esencial para resolver este caso. Después de tomar la declaración formal de Inocencio, Rodrigo se dirigió al puesto de Dolores Fernández Aguilar, la vendedora de flores que también aparecía en las fotografías.
Dolores era una mujer de 60 años, robusta, cabello gris y manos curtidas por el trabajo. Cuando Rodrigo mostró su identificación, ella se santiguó. Ya sabía que algún día iba a llegar este momento. ¿A qué se refiere, señora Fernández? Carmen era una buena muchacha. No se merecía lo que le pasó. ¿Qué fue lo que le pasó? Dolores miró hacia la oficina de Aurelio.
Ese hombre es el Ha arruinado la vida de muchas familias aquí. Cuénteme todo lo que sepa. Aurelio controla este mercado como si fuera su reino personal. Quien no le paga las cuotas extras sufre las consecuencias. A algunos les corta la electricidad, a otros les envía inspectores de sanidad que encuentran problemas inexistentes.
¿Y a Carmen, ¿qué le hizo? Carmen se reveló. Empezó a tomar fotos de cuando Aurelio cobraba las cuotas. Decía que tenía evidencia suficiente para meterlo a la cárcel. ¿Usted vio esas fotografías? Sí, Carmen me enseñó algunas. Tenía fotos de Aurelio recibiendo dinero, documentos falsos que él usaba para justificar los cobros extras y hasta grabaciones de audio.
Rodrigo se alertó. Grabaciones de audio. ¿Sabe dónde están? Carmen dijo que había escondido todo en un lugar seguro. Supongo que se refería a ese compartimento donde encontraron el sobre. ¿Qué más había en ese escondite? No lo sé. Carmen solo me dijo que si algo le pasaba, buscáramos en su puesto, que había dejado suficiente evidencia para destruir a Aurelio. Dolores describió los últimos días de Carmen con detalle.
Carmen estaba decidida a denunciar todo. Había recolectado evidencia durante meses. Aurelio se dio cuenta y empezó a presionarla muy fuerte. ¿De qué manera la presionaba? Le decía que si abría la boca le iba a pasar lo mismo que a las otras. Carmen me contó que Aurelio le había dicho textualmente, “Ya hice desaparecer vendedoras problemáticas antes y puedo hacerlo otra vez.” Rodrigo sintió que el caso se confirmaba como homicidio múltiple.
Carmen le dijo si sabía quiénes eran las otras. No me dio nombres, pero mencionó que había investigado y encontrado que en otros mercados donde Aurelio había trabajado, también habían desaparecido vendedores que lo enfrentaron. La conversación fue interrumpida por la llegada de Aurelio, quien caminaba hacia ellos con expresión sombría.
Rodrigo se volteó fingiendo examinar las flores. Buenos días, Dolores. ¿Todo bien por aquí? Sí, don Aurelio. El señor está comprando flores para su esposa. Aurelio miró fijamente a Rodrigo. No lo había visto antes por aquí. Primera vez que vengo a este mercado. Me mudé hace poco al centro. Bien, Dolores, no olvide que mañana vence su pago mensual.
Después de que Aurelio se alejara, Dolores susurró, ya sabe que usted anda preguntando. Tenga mucho cuidado, detective. Aurelio tiene amigos en muchos lados. Rodrigo compró las flores y se retiró, pero había confirmado sus sospechas. Aurelio operaba un sistema de extorsión sistemática y había eliminado físicamente a quienes lo amenazaron con denunciarlo.
Necesitaba encontrar el resto de la evidencia que Carmen había escondido y construir un caso lo suficientemente sólido para arrestar a Aurelio antes de que pudiera huir o eliminar más evidencia. El 22 de enero de 2019, Rodrigo Santa María decidió que necesitaba revisar más minuciosamente el puesto 47.
Coordinó con Elena Pacheco Jiménez para hacerlo durante la noche cuando el mercado estuviera cerrado. Señora Pacheco, necesito examinar todo el puesto. Carmen Morales escondió más evidencia y tengo que encontrarla. Elena aceptó colaborar. Esa muchacha no se merecía desaparecer así. Si puedo ayudar a que se haga justicia, lo hago. A las 1100 pm, Rodrigo y Elena entraron al mercado con las llaves de ella.
El lugar estaba oscuro y silencioso, lleno de sombras entre los puestos cerrados. Llevaban linternas potentes para examinar cada centímetro del puesto 47. Elena ha notado otros compartimentos o espacios extraños desde que renta aquí. Ahora que lo pregunta así, la báscula nunca queda bien asentada, como si hubiera algo abajo. Examinaron la báscula.
Efectivamente, debajo había un hueco pequeño sellado con cinta adhesiva. Rodrigo lo abrió cuidadosamente y encontró una memoria USB envuelta en plástico. Esto puede ser crucial. ¿Hay algún lugar más donde Carmen pudo haber escondido cosas? Elena pensó. El fregadero tiene una tubería extraña, no está conectada a nada, pero está ahí. Revisaron la tubería falsa.
Dentro había otro sobre con documentos fotocopiados, contratos de arrendamiento alterados, recibos oficiales del ayuntamiento con firmas falsificadas y una lista manuscrita de nombres de vendedores con cantidades de dinero anotadas junto a cada uno. “Carmen documentó todo el sistema”, murmuró Rodrigo.
“Aquí está la evidencia del esquema completo. De repente escucharon pasos en el mercado. Elena se puso pálida. Nadie debería estar aquí a esta hora. Las pisadas se acercaban. Rodrigo apagó su linterna y le hizo señas a Elena de mantenerse callada. Los pasos se detuvieron exactamente frente al puesto 47.
¿Hay alguien ahí?, preguntó una voz masculina. Rodrigo reconoció la voz de Aurelio Vázquez. ¿Qué hacía en el mercado a medianoche. Elena, ¿está ahí? Vi luz en su puesto. Elena susurró a Rodrigo. Tengo que responder o sospechará. Sí, don Aurelio. Estoy aquí. Se me olvidó cerrar bien y vine a revisar por qué está tan oscuro. Se me acabaron las pilas de la linterna.
Aurelio encendió una lámpara potente e iluminó el puesto. Rodrigo se había escondido detrás del mostrador con la evidencia. Todo está en orden. Sí, don Aurelio. Ya termino y me voy. Elena, ¿nadie ha venido a preguntarle sobre la muchacha que tenía este puesto antes? Elena mintió convincentemente. No, nadie.
¿Por qué, pregunta? por nada en particular, pero si alguien viene haciendo preguntas raras, me avisa inmediatamente. Es importante. Por supuesto, don Aurelio. Aurelio se alejó, pero sus pasos no se dirigieron hacia la salida. Rodrigo escuchó que iba hacia la oficina administrativa. ¿Qué estaría haciendo ahí tan tarde? Esperaron 20 minutos antes de salir del escondite.
Elena estaba temblando. Detective, ese hombre da mucho miedo. La forma en que me preguntó como si supiera algo. Aurelio está nervioso. Eso significa que sospecha que alguien está investigando. Tenemos que movernos rápido. Al día siguiente, Rodrigo llevó la memoria USB al departamento de informática forense de la comandancia. El técnico Alberto Gómez Pechojo los archivos.
Detective, aquí hay audio, video y documentos. Parece que esta mujer investigó durante meses. Los archivos estaban organizados por fechas. Rodrigo empezó por los más antiguos. Audio del 15 de julio de 2016. Conversación entre Aurelio y un vendedor donde Aurelio exigía 8000 pesos para evitar problemas con inspecciones. Video del 28 de julio de 2016.
Aurelio recibiendo un sobre de dinero de Dolores Fernández en su oficina. Documento escaneado, contrato oficial del puesto 52 con renta de 2,000es mensuales junto a un recibo manuscrito por 5,000 pesos adicionales firmado por el mismo inquilino. El archivo más importante estaba fechado el 22 de agosto de 2016, un día antes de la desaparición de Carmen. Video grabado desde el puesto de Carmen.
Se veía claramente a Aurelio amenazándola. Carmen, esto se acabó. O pagas como todos los demás o vas a tener problemas muy serios. No soy un hombre paciente. Carmen respondía, ya tengo toda la evidencia, Aurelio. Grabaciones, fotos, documentos. Si no me dejas en paz, lo denuncio todo mañana. Aurelio se acercaba amenazadoramente.
¿Tú crees que eres la primera que me amenaza? He resuelto problemas así antes. Pregúntale a Rosa Campos. Ah, espera, no puedes porque ya no está. La grabación terminaba abruptamente. Rodrigo llamó inmediatamente a Esperanza Morales. Necesita venir a la comandancia urgentemente. Tengo evidencia definitiva sobre lo que le pasó a Carmen.
Esperanza llegó en una hora. Al escuchar las grabaciones y ver los videos, rompió en llanto. Carmen documentó todo. Sabía que Aurelio era peligroso, pero siguió investigando para proteger a los otros vendedores. “Su hermana era muy valiente”, dijo Rodrigo. “Pero ahora tenemos que terminar lo que ella empezó”.
Rodrigo analizó toda la evidencia. tenía grabaciones de extorsión, documentos que probaban fraude, testimonios de víctimas y una clara amenaza de muerte contra Carmen, pero aún no sabía exactamente qué le había pasado a ella ni dónde estaba su cuerpo. Esperanza, necesito preguntarle algo difícil. Carmen tenía algún lugar especial donde se sintiera segura.
¿Algún sitio donde pudiera haber ido si se sintió en peligro? Carmen amaba los cenotes. Desde niñas íbamos al cenote X Laca, cerca de Dibil Chaltun. Ella decía que ahí se sentía tranquila. Rodrigo tomó nota. Los cenotes eran lugares aislados, perfectos para esconder evidencia o cuerpos. Mañana voy a solicitar autorización para arrestar a Aurelio Vázquez, pero antes necesito revisar ese cenote.
Detective, dijo Esperanza, ¿cree que van a encontrar a Carmen? Rodrigo la miró con honestidad. Espero que sí. Su hermana merece justicia y las familias de las otras víctimas también. La investigación había revelado un sistema criminal que operaba desde hacía años bajo la protección de la aparente respetabilidad de Aurelio.
Pero Rodrigo sabía que arrestarlo sin encontrar evidencia física del destino de las víctimas sería complicado. Un buen abogado podría reducir los cargos a solo extorsión. Necesitaba encontrar pruebas definitivas de los homicidios para asegurar que Aurelio enfrentara las consecuencias completas de sus crímenes. El 24 de enero de 2019, Rodrigo Santa María organizó una búsqueda discreta en el Senote Xlaca.
Coordinó con buzos especializados de la policía estatal y un equipo forense, justificando la operación como seguimiento de una pista anónima. Esperanza Morales los acompañó para orientar la búsqueda. El cenote estaba ubicado en la zona arqueológica de Dibil Chaltun, a 30 km al norte de Mérida. Era un lugar frecuentado por turistas durante el día, pero solitario en las primeras horas de la mañana.
Carmen venía aquí desde niña explicó Esperanza. Conocía cada rincón, las cuevas subterráneas, los pasajes entre las rocas. El equipo de buzos comenzó la exploración sistemática. El cenote tenía aproximadamente 40 m de diámetro y 15 de profundidad máxima.
Las paredes rocosas creaban cavidades naturales donde era posible esconder objetos. Después de 2 horas, uno de los buzos emergió con algo en las manos, una bolsa de plástico sellada que contenía documentos. Rodrigo examinó el contenido. Eran fotocopias adicionales de contratos fraudulentos, una lista de vendedores extorsionados con fechas de pagos y algo más inquietante.
Fotografías de identificaciones oficiales de cuatro personas diferentes, incluyendo Carmen Morales. ¿Por qué tendría Carmen las identificaciones de estas otras personas? Preguntó el forense. Esperanza miró las fotos. Esta es Rosa Campos, la mujer de Campeche que mencionó el detective de allá y esta no la conozco. Rodrigo reconoció el patrón.
Carmen no solo investigó su propia situación, investigó todos los casos anteriores de Aurelio. El segundo buso encontró algo más perturbador. Una mochila sumergida contenía ropa femenina y un teléfono celular dentro de una bolsa hermética. Es el teléfono de Carmen”, confirmó Esperanza al ver el dispositivo. Tenía una calcomanía de la Virgen de Guadalupe que le puse yo.
El técnico forense logró extraer información del teléfono. El último mensaje enviado era del 23 de agosto de 2016 a las 11:52 a dirigido a un número no guardado en contactos. Tengo toda la evidencia. Si no aparezco mañana, revisen el puesto y el cenote Xlaca. El número destinatario pertenecía a un teléfono público del mercado, el mismo desde donde Carmen había hecho su última llamada.
Carmen sabía que estaba en peligro mortal, dijo Rodrigo. Preparó un plan de contingencia. El tercer buso emergió con el hallazgo más terrible. restos óseos humanos en una cueva subterránea profunda junto a objetos personales que incluían joyas y documentos de identificación. El forense preliminarmente identificó restos de al menos tres personas diferentes.
Una de las identificaciones correspondía a Patricia Wikab Cocom, la vendedora desaparecida en Chetumal en 2008. “Dios mío”, susurró Esperanza. Carmen tenía razón. Aurelio mató a todas esas mujeres. Rodrigo coordinó el rescate completo de los restos y evidencia. El sitio se convirtió en escena del crimen activa. Llamó a su superior inmediato, el comandante Luis Alberto Pul Sosa.
Comandante, tenemos evidencia de homicidios múltiples. Necesito autorización para arrestar a Aurelio Vázquez inmediatamente. ¿Qué tan sólida es la evidencia? grabaciones de audio y video de extorsión, documentos fraudulentos, testimonios de testigos y ahora restos humanos de múltiples víctimas. Autorizado, pero procede con cuidado.
Aurelio tiene conexiones políticas importantes. Rodrigo sabía que tenía que actuar rápido. Si Aurelio se enteraba de la búsqueda en el cenote, intentaría huir o destruir evidencia adicional. De regreso en Mérida, Rodrigo preparó las órdenes de arresto. Incluyó cargos por extorsión agravada, fraude, homicidio múltiple y desaparición forzada.
También solicitó órdenes de cateo para la oficina de Aurelio, su casa y su vehículo. Mientras preparaba la operación, recibió una llamada de Elena Pacheco. Detective, algo raro está pasando. Aurelio vino hace una hora con dos hombres que no conozco. Están sacando cajas de su oficina y cargándolas en una camioneta. Aurelio está ahí ahora.
Sí, pero parece que se está yendo. Ya cargaron como 10 cajas. No se acerque a él. Voy para allá inmediatamente. Rodrigo llamó refuerzos y se dirigió al mercado. Llegó justo cuando Aurelio cerraba la oficina con candado y se dirigía hacia una camioneta blanca con placas del estado de Campeche. Aurelio Vázquez, policía municipal, quédese donde está.
Aurelio se volteó con expresión de sorpresa que rápidamente se convirtió en pánico. Corrió hacia la camioneta gritando, “¡Vámonos, vámonos ahora.” El conductor arrancó mientras Aurelio saltaba a la parte trasera. Rodrigo corrió hacia su vehículo oficial e inició la persecución radiando la placa de la camioneta a todas las unidades.
La persecución se extendió por las calles del centro histórico de Mérida. La camioneta tomó la calle 60 hacia el norte, pasando frente a la catedral y el palacio de gobierno. Aurelio y sus cómplices conocían bien la ciudad, tomando calles estrechas para dificultar el seguimiento. En la prolongación Paseo de Montejo, la camioneta intentó acelerar, pero fue interceptada por dos patrullas que venían en sentido contrario.
Los cómplices frenaron abruptamente y Aurelio salió corriendo hacia el parque del Centenario. Rodrigo lo persiguió a pie. Aurelio era mayor, pero conocía bien la zona. Se dirigió hacia la iglesia de la mejorada, tratando de perderse entre las calles del barrio. Alto, policía. Aurelio tropezó en una banqueta irregular y cayó al suelo. Cuando Rodrigo lo alcanzó, estaba jadeando y con la rodilla sangrando.
Aurelio Vázquez Herrera queda arrestado por extorsión, fraude y homicidio múltiple. “Yo no maté a nadie”, gritó Aurelio mientras Rodrigo le ponía las esposas. Esto es un error. Tenemos grabaciones donde amenaza de muerte a Carmen Morales. Tenemos sus restos y los de otras víctimas. El rostro de Aurelio se descompuso. Ustedes no entienden nada.
Yo solo cobraba lo que me correspondía. Matando a quien se resistía. Carmen era una problemática. No sabía cuándo callarse la boca. Rodrigo había obtenido una confesión parcial. Los otros oficiales arrestaron a los dos cómplices, Raúl Herrera Campos y Bonifacio Cantopech, empleados de mantenimiento del mercado que habían ayudado a Aurelio durante años.
En la camioneta encontraron las cajas que Aurelio intentaba sacar. Contenían documentos financieros, contratos falsos, fotografías comprometedoras de funcionarios municipales y, lo más importante, libretas detalladas con registros de todos los pagos de extorsión desde 2013. Aurelio llevaba contabilidad precisa de su negocio criminal, observó Rodrigo. También encontraron llaves que no correspondían a instalaciones del mercado.
Una llevaba una etiqueta. bodega km, carretera Progreso. ¿Para qué necesita Aurelio una bodega fuera de la ciudad? se preguntó Rodrigo. La respuesta llegaría pronto, pero ya tenían evidencia suficiente para procesar a Aurelio por múltiples delitos graves.
El sistema de extorsión que había operado durante años en mercados municipales estaba finalmente expuesto. Carmen Morales había logrado póstumamente lo que se propuso en vida, reunir evidencia suficiente para destruir la red criminal de Aurelio Vázquez. El 25 de enero de 2019, Rodrigo Santa María interrogó separadamente a los tres detenidos en la comandancia de policía.
Empezó con Raúl Herrera Campos, el empleado de mantenimiento más joven y aparentemente más nervioso. Raúl, tienes 24 años y toda una vida por delante. No arruines tu futuro por proteger a un asesino. Yo nunca maté a nadie, detective. Pero ayudaste a Aurelio, las evidencias te implican directamente. Rodrigo mostró fotografías donde Raúl aparecía cargando cajas en la camioneta.
Explícame qué había en estas cajas. Eran documentos del mercado. Aurelio dijo que había una auditoría y teníamos que llevarlos a un lugar seguro. Siempre obedecías a Aurelio sin preguntar. Raúl bajó la cabeza. Don Aurelio me dio trabajo cuando nadie más lo hacía. Mi familia necesitaba el dinero.
¿Sabías que Aurelio extorsionaba a los vendedores? U, sí. Participaste en la extorsión. Yo solo cobraba los pagos cuando Aurelio estaba ocupado. Me daba 500 pesos por cada cobro. Rodrigo cambió de táctica. Raúl, ¿qué sabes sobre Carmen Morales? Carmen era problemática. Siempre andaba preguntando cosas, tomando fotos. Aurelio te dijo que iba a hacer con ella.
Raúl guardó silencio largo tiempo. Finalmente habló. Me dijo que Carmen necesitaba una lección, que la iba a llevar a un lugar donde pudiera reflexionar sobre su actitud. ¿A dónde la llevó? No lo sé. Aurelio me pidió que limpiara su oficina esa tarde y que no hiciera preguntas. ¿Qué limpiaste exactamente? Había sangre en el piso.
Aurelio dijo que Carmen se había cortado accidentalmente. Rodrigo tenía la primera confesión parcial. pasó a interrogar a Bonifacio Cantopech, el otro empleado. Bonifacio tenía 50 años y 20 trabajando con Aurelio. Bonifacio, tu compañero Raúl ya confesó, sabemos que ayudaste a limpiar evidencia. Raúl habla demasiado.
Tienes familia, ¿verdad? Esposa, hijos. ¿Quieres que crezcan sabiendo que su padre fue cómplice de asesinatos? Bonifacio se removió incómodo. Yo nunca toqué a esas mujeres. Esas mujeres, ¿cuántas fueron? Carmen no fue la primera. Aurelio me contrató en 2005 en Chetumal. Ahí pasó lo mismo. Cuéntame sobre Patricia Wicap. Patricia vendía mariscos.
Aurelio le pedía pagos extras, pero ella se negó. Dijo que iba a denunciarlo al alcalde. ¿Qué hizo Aurelio? Una noche me pidió que lo llevara a la playa en mi camioneta. Patricia estaba ahí inconsciente. Aurelio dijo que se había desmayado. ¿Dónde la llevaron? A una cueva marina cerca de Bacalar.
Aurelio dijo que cuando Patricia despertara iba a entender que no debía meterse con él. Pero Patricia nunca volvió. Bonifacio empezó a llorar. Aurelio me dijo después que Patricia había tenido un accidente, que se había ahogado tratando de escapar. Participaste en otras desapariciones en Valladolid fue diferente. Esteban Camal era un hombre fuerte.
Aurelio lo envenenó con algo que puso en su comida. ¿Cómo sabes eso? Porque Aurelio me pidió que comprara el veneno. Dijo que era para ratas del mercado. Rodrigo tenía confesiones de al menos tres homicidios. Ahora interrogó a Aurelio Vázquez directamente. Aurelio, tus empleados ya confesaron todo. Patricia, Esteban, Rosa, Carmen, cuatro asesinatos por lo menos.
Esos idiotas no saben nada. Inventan cosas para reducir su culpa. Rodrigo reprodujo las grabaciones de Carmen, donde Aurelio la amenazaba directamente. Esta es tu voz, ¿verdad? Aurelio escuchó en silencio. Su expresión cambió de desafío a resignación. Carmen era una entrometida. No entendía cómo funcionan las cosas.
¿Cómo funcionan las cosas, Aurelio, los mercados municipales son un negocio. Yo transformé puestos mediocres en negocios prósperos. Los vendedores ganaban más dinero con mi sistema. Matándolos si no cooperaban. A veces hay que tomar decisiones difíciles para mantener el orden. Cuéntame exactamente qué le hiciste a Carmen. Aurelio guardó silencio.
Aurelio, encontramos sus restos en el cenote. Sabemos que la mataste. La única forma de reducir tu condena es cooperar completamente. Carmen vino a mi oficina el 23 de agosto. Tenía un sobre con fotografías y grabaciones. Me dijo que si no le pagaba 100,000 pesos iba a denunciarme. Carmen, ¿te extorsionó? Exacto. Ella era la criminal, no me estaba chantajeando. Entonces, ¿qué pasó? Discutimos.
Carmen se puso agresiva. Yo solo me defendí. ¿Cómo te defendiste? La empujé y se golpeó la cabeza contra el escritorio. Empezó a sangrar mucho. Estaba muerta. No lo sé. Estaba inconsciente. Entré en pánico. ¿Qué hiciste con su cuerpo? Aurelio finalmente quebró completamente. La llevé al cenote esa noche.
Pensé que nadie la encontraría ahí. Rodrigo tenía la confesión completa de Carmen y confesiones parciales de los otros homicidios, pero necesitaba más detalles sobre la red de extorsión y otros posibles cómplices en el ayuntamiento que habían permitido que Aurelio operara impunemente durante tanto tiempo. Aurelio, ¿quién más en el gobierno municipal sabía de tus actividades? Nadie sabía nada. No me mientas.
Es imposible operar este esquema sin protección oficial. El interrogatorio continuaría, pero Rodrigo ya tenía suficiente para procesar a Aurelio por homicidio múltiple y extorsión sistemática. La justicia para Carmen y las otras víctimas finalmente estaba al alcance. El 26 de enero de 2019, bajo presión legal y con la evidencia abrumadora en su contra, Aurelio Vázquez Herrera decidió confesarlo todo a cambio de una reducción de condena.
Detective Santa María, voy a contarle toda la verdad, pero quiero que conste en el expediente que cooperé completamente. Rodrigo activó la grabadora oficial. Aurelio Vázquez Herrera, 27 de enero de 2019, 2:15 pm. Confesión voluntaria en presencia del abogado defensor licenciado Mario Cetina Gómez. Empecé en Chetumal en 2005. comenzó Aurelio.
Era administrador junior, pero descubrí que podía ganar dinero extra cobrando servicios especiales a los vendedores. ¿Qué tipo de servicios? Mejores ubicaciones, flexibilidad en horarios, protección contra inspecciones de sanidad. Al principio era pequeño, 200 o 500 pesos por vendedor. ¿Cuándo empezaste a matar? Patricia Wikab fue la primera. No quería matarla. se puso muy agresiva. Amenazó con denunciarme.
Durante la discusión la golpeé y se desmayó. Pensé que estaba muerta. Entonces, ¿qué hiciste? Bonifacio me ayudó a llevarla a la cueva marina. Cuando llegamos, Patricia despertó y empezó a gritar. No podía dejarla libre. ¿Cómo la mataste? La ahogué en el mar. Bonifacio fue testigo.
¿Por qué continuaste matando? Después de Patricia entendí que algunos vendedores nunca iban a cooperar. Era más fácil eliminarlos y conseguir inquilinos nuevos que pagaran sin problemas. Aurelio describió cada homicidio con detalles escalofriantes. Esteban Camal Torres, Valladolid, enero 2010. Esteban era muy popular entre los otros vendedores. Estaba organizando una protesta contra mis cobros. Le puse raticida en su pozole.
Murió en su puesto y todos pensaron que fue un infarto. Rosa Campos Vega, Campeche, junio 2013. Rosa había recopilado evidencia como Carmen. La cité en el mercado de noche diciéndole que quería negociar. La estrangulé en mi oficina y llevé su cuerpo a un cenote cerca de Campeche. Carmen Morales Castillo. Mérida, agosto 2016.
Carmen era la más peligrosa. Tenía grabaciones de audio, fotografías, documentos. La golpeé en mi oficina cuando me amenazó con la evidencia. Murió del golpe en la cabeza. Había más víctimas. En Mérida también maté a Lucía Put en 2015. Era vendedora de tortillas. Había empezado a investigar los pagos extras. Rodrigo se estremeció.
Cinco homicidios confirmados en cuatro ciudades diferentes. ¿Quién más estaba involucrado en la extorsión? Mi primo Inocencio Ramírez me ayudaba a identificar vendedores problemáticos. También cobraba pagos cuando yo no podía. Inocencio sabía de los asesinatos. Sospechaba de Carmen, pero nunca le dije directamente, “Funcionarios del gobierno te protegían.” Aurelio vaciló.
El licenciado Arturo Villalobos Marín, director de mercados municipales, recibía 20% de todo lo que yo recaudaba. Villalobo sabía que matabas gente, no directamente, pero sabía que yo resolvía problemas de vendedores difíciles. ¿Hay otros funcionarios involucrados? El inspector de sanidad municipal, Roberto Tunkawich, también recibía pagos para hacer inspecciones falsas a vendedores que no cooperaban.
Rodrigo ahora tenía una red de corrupción que llegaba hasta direcciones municipales. Aurelio había operado con impunidad porque pagaba sobornos a funcionarios clave. Aurelio, ¿dónde están los cuerpos de las otras víctimas? Patricia está en la cueva marina de bacalar. Rosa en el cenote Chenjá, cerca de Campeche. Esteban, lo cremé y tiré las cenizas en el mar.
Lucía está en el mismo cenote donde encontraron a Carmen. ¿Por qué conservaste evidencia comprometedora para protegerme. Si alguien trataba de traicionarme, yo tenía forma de hundirlos también. La confesión completa duró 4 horas. Aurelio reveló detalles de cada homicidio, la estructura de la red de extorsión, los nombres de todos los cómplices y la forma en que había evadido investigaciones durante años.
Una pregunta final, Aurelio, ¿por qué no destruiste la evidencia que Carmen escondió en su puesto? No sabía que existía. Carmen era más inteligente de lo que pensé. Mientras yo creía que la tenía controlada, ella estaba construyendo un caso completo contra mí. Al terminar la confesión, Rodrigo tenía material suficiente para desmantelar toda la red criminal y procesar a todos los involucrados.
El esquema había generado millones de pesos durante 14 años y había costado la vida de al menos cinco personas. La valentía de Carmen Morales, quien sacrificó su vida para exponer la verdad, finalmente rendiría frutos. Su hermana Esperanza y las familias de las otras víctimas tendrían justicia después de años de incertidumbre.
El 28 de enero de 2019, el comandante Luis Alberto Pul Sosa coordinó operativos simultáneos para arrestar a todos los implicados en la red de Aurelio Vázquez. Rodrigo Santa María dirigió el grupo que arrestaría al director de mercados municipales, Arturo Villalobos Marín.
Licenciado Villalobos”, dijo Rodrigo al presentarse en las oficinas municipales, “queda arrestado por asociación delictuosa, extorsión y encubrimiento. Villalobos, un hombre de 55 años con 30 años en el gobierno municipal, se mostró indignado. Esto es ridículo. No sé de qué me acusan. Tenemos la confesión completa de Aurelio Vázquez, documentos bancarios y registros de los pagos que usted recibía.
Al revisar la oficina de Villalobos encontraron una caja fuerte que contenía 180,000 pesos en efectivo y documentos que confirmaban su participación en el esquema. Tenía registros detallados de los pagos recibidos desde 2013. Simultáneamente, otro grupo arrestó al inspector Roberto Tunkawich en su domicilio.
En su casa encontraron evidencia adicional, reportes falsos de inspecciones sanitarias, facturas alteradas y una libreta donde anotaba qué vendedores debían ser sancionados por no cooperar con Aurelio. “Roberto”, le dijo el detective a cargo, “tenemos evidencia de que falsificaste inspecciones para presionar vendedores. Yo solo hice mi trabajo según las instrucciones de mis superiores.
¿Sabías que Aurelio mataba a vendedores problemáticos? No sabía que los mataba. Pensé que solo los intimidaba para que se fueran del mercado. En el mercado, Inocencio Ramírez Gutiérrez fue arrestado mientras atendía su puesto. Los vendedores observaron con sorpresa cómo se llevaban detenido al hombre que durante años había parecido un comerciante normal. Inocencio”, le dijo Rodrigo. “Tu primo Aurelio ya confesó todo.
Sabemos que tú identificabas vendedores problemáticos. Aurelio es mi primo, pero yo no sabía que mataba gente. ¿Qué pensabas que les pasaba a los vendedores que desaparecían? Aurelio me decía que los había convencido de irse a trabajar a otros lados. Nunca sospechaste nada. Cuando Carmen desapareció, sí, me extrañó. Ella no era de las que se van sin avisar.
¿Por qué no dijiste nada? Porque Aurelio me amenazó. Me dijo que si hablaba mi familia iba a sufrir las consecuencias. Durante los interrogatorios se reveló la estructura completa de la organización. Aurelio Vázquez, líder y ejecutor directo de los homicidios. Arturo Villalobos proporcionaba protección institucional a cambio de 20% de las ganancias.
Roberto Tunkawich creaba presión adicional con inspecciones falsas. Inocencio Ramírez identificaba vendedores problemáticos y ayudaba con cobros. Raúl Herrera y Bonifacio Canto, empleados que ayudaban con logística y limpieza de evidencia. El esquema había operado en cuatro ciudades durante 14 años. Generó aproximadamente 4.
2 millones de pesos en ganancias ilegales y costó la vida de cinco personas confirmadas. Rodrigo organizó la búsqueda de los cuerpos en las ubicaciones que Aurelio había confesado. En el cenote Chenha, cerca de Campeche, encontraron los restos de Rosa Campos. En la cueva marina de Bacalar recuperaron restos óseos que correspondían a Patricia Ucap. En el cenote Xlaca encontraron los restos de Lucía Put, la quinta víctima que Aurelio había confesado.
Los forenses confirmaron que había muerto por trauma craneal consistente con golpes violentos. Esperanza Morales se presentó a la comandancia para conocer los detalles finales. Detective, ya saben exactamente qué le pasó a Carmen. Su hermana confrontó a Aurelio en su oficina el 23 de agosto de 2016. Durante la discusión, Aurelio la golpeó con un objeto pesado. Carmen murió por traumatismo craneal.
Sufrió, según la confesión de Aurelio, perdió el conocimiento inmediatamente. Esperanza lloró en silencio. Al menos ya sé la verdad. Carmen murió luchando por hacer lo correcto. Su hermana era una heroína”, confirmó Rodrigo. Su evidencia no solo resolvió su propio caso, sino que expuso homicidios en cuatro ciudades.
El 30 de enero de 2019, la Procuraduría del Estado presentó cargos formales contra todos los detenidos: Aurelio Vázquez, homicidio múltiple: cinco cargos, extorsión agravada, fraude y asociación delictuosa. Arturo Villalobos. Extorsión, fraude, enriquecimiento ilícito y encubrimiento. Roberto Tun Cawich, falsificación de documentos oficiales, extorsión y encubrimiento.
Inocencio Ramírez, Extorsión y Asociación Delictuosa, Raúl Herrera y Bonifacio Canto, encubrimiento y asociación deltuosa. Los medios de comunicación locales cubrieron extensivamente el caso. escándalo sacudió la administración municipal y generó demandas ciudadanas de investigaciones en otros mercados municipales.
La evidencia recopilada por Carmen Morales había destapado una de las redes de extorsión más extensas en la historia de Yucatán y Campeche, operando bajo la protección de funcionarios corruptos durante más de una década. El 15 de marzo de 2019 comenzó el juicio contra Aurelio Vázquez Herrera en el Tribunal Superior de Justicia de Yucatán. La Fiscalía presentó evidencia abrumadora, confesiones grabadas, documentos fraudulentos, testimonios de múltiples víctimas de extorsión y pruebas forenses de cinco homicidios.
Esperanza Morales asistió a cada audiencia. Quiero ver que se haga justicia por Carmen y por todas las otras víctimas. El proceso reveló detalles adicionales del sistema criminal. Aurelio había generado mapas detallados de vendedores en cada mercado, clasificándolos por nivel de cooperación y capacidad de pago. Había desarrollado métodos específicos para intimidar, extorsionar y, en casos extremos, eliminar a vendedores problemáticos. La defensa argumentó que Aurelio había actuado bajo presión de superiores corruptos, pero las
evidencias demostraron que él era el cerebro y ejecutor principal de toda la operación. El 22 de abril de 2019, el tribunal dictó sentencias. Aurelio Vázquez Herrera, 75 años de prisión por cinco homicidios calificados, extorsión agravada y asociación delictuosa. Arturo Villalobos, Marín.
25 años de prisión por extorsión, enriquecimiento ilícito y encubrimiento. Roberto Tunkawich, 15 años de prisión por falsificación de documentos y extorsión. Inocencio Ramírez Gutiérrez, 8 años de prisión por extorsión y asociación delictuosa. Raúl Herrera Campos y Bonifacio Canto Pech. 5 años de prisión cada uno por encubrimiento.
Las familias de las cinco víctimas se reunieron después del veredicto. Esperanza Morales, Luisa Campos Vega, hermana de Rosa, Patricia Wicap Pul, hija de Patricia, Mercedes Caal López, viuda de Esteban, y Magdalena Puthim, madre de Lucía, encontraron consuelo en la justicia obtenida. Carmen no murió en vano, dijo Esperanza. Su evidencia salvó la vida de otros vendedores y expuso esta red criminal.
Miguel Ángel Torres Reyes, quien había encontrado la evidencia inicial, fue reconocido públicamente por su contribución al caso. Solo hice lo correcto al reportar lo que encontré. Carmen merece el verdadero crédito. El Ayuntamiento de Mérida implementó reformas completas en la administración de mercados municipales.
Establecieron supervisión externa, auditorías regulares y canales anónimos para reportar irregularidades. En el mercado Lucas de Gálvez se instaló una placa conmemorativa en honor a Carmen Morales Castillo y las otras víctimas, en memoria de quienes lucharon contra la injusticia y pagaron el precio supremo por defender la verdad.
Elena Pacheco Jiménez continuó operando el puesto 47, pero destinó parte de sus ganancias a un fondo educativo creado en nombre de Carmen para becas a estudiantes de familias de comerciantes. Los mercados de Chetumal, Valladolid y Campeche también fueron investigados. Se descubrieron irregularidades adicionales y se implementaron sistemas de control similares a los de Mérida.
Rodrigo Santa María fue promovido a comandante adjunto en reconocimiento a su trabajo en el caso. Carmen Morales fue la verdadera investigadora”, declaró en la ceremonia de promoción. Yo solo completé lo que ella había empezado. En diciembre de 2019, el estado de Yucatán estableció el protocolo Carmen Morales para investigación de desapariciones de comerciantes, requiriendo revisión automática de casos donde las víctimas hubieran tenido conflictos con funcionarios de mercados.
5 años después del crimen, en agosto de 2021, los restos de Carmen Morales fueron sepultados en el cementerio general de Mérida. Cientos de comerciantes del mercado Lucas de Galves asistieron al funeral para honrar a quien había sacrificado su vida por exponerlos. “Carmen cambió la forma en que funcionan los mercados en todo Yucatán”, dijo en su eulogio el nuevo administrador del mercado. Elegido democráticamente por los propios vendedores.
Su valentía protegió a futuras generaciones de comerciantes. Esperanza Morales conservó el puesto original de Carmen como memorial. lo transformó en biblioteca comunitaria donde vendedores pueden estudiar, leer periódicos y acceder a información sobre sus derechos laborales.
Carmen siempre decía que la educación era la mejor defensa contra la injusticia”, explicó Esperanza. Esta biblioteca es la forma de mantener vivo su legado. El caso Carmen Morales se convirtió en precedente legal para casos de extorsión sistemática por funcionarios públicos. Las reformas implementadas se extendieron a otros estados de México como modelo de transparencia en mercados municipales.
Miguel Ángel Torres Reyes, quien encontró casualmente la evidencia que cambió todo, reflexionó, “A veces las cosas más importantes las encontramos cuando no las estamos buscando.” Carmen sabía que alguien encontraría su evidencia cuando fuera el momento correcto. La historia de Carmen Morales demostró que la verdad, aunque tardía, siempre encuentra la forma de emerger.
Su investigación póstuma no solo resolvió su propio asesinato, sino que desenmascaró una red criminal que había operado impunemente durante años y salvó las vidas de futuros vendedores que podrían haber enfrentado el mismo destino. La justicia había prevalecido, pero el precio pagado por obtenerla recordaría para siempre el costo de la corrupción y la importancia de la valentía cívica para defender la verdad. M.
News
Esta es la principal hipótesis en el caso de Valeria Afanador tras encontrar su cuerpo en río Frío,
El caso de Valeria afanador. Dolor, dudas y búsqueda de justicia. Un hallazgo que conmociona al país. El hallazgo de…
Familia entera MUERE DE LA NADA y solo 1 Niña SOBREVIVE, pero en el funeral ella ve 1 DETALLE…
Una familia entera fallece misteriosamente, quedando con vida solo una niña de 9 años. Pero durante el velorio, cuando la…
En 1904, Una Niña Criada Posa Con Los Hijos Del Patrón… Pero Ella No Tenía Padres Que La Esperaran…
¿Te has detenido a pensar que una simple fotografía antigua podría esconder un secreto capaz de cambiar todo lo que…
UNA MUJER, CONMOVIDA POR EL LLANTO DE UN BEBÉ APACHE ABANDONADO, DECIDIÓ AMAMANTARLO PARA SALVARLE LA VIDA. LO QUE PARECÍA UN ACTO DE PURA COMPASIÓN SE VOLVIÓ UNA HISTORIA INCREÍBLE CUANDO, DÍAS DESPUÉS, EL PADRE DEL NIÑO APARECIÓ. TODOS ESPERABAN AGRADECIMIENTO… PERO LO QUE HIZO DEJÓ A TODOS EN ESTADO DE SHOCK. SU REACCIÓN ROMPIÓ CON TODAS LAS EXPECTATIVAS Y CAMBIÓ EL DESTINO DE AQUELLA MUJER, DEL NIÑO Y DE QUIENES PRESENCIARON EL MOMENTO. UN SECRETO Y UNA VERDAD DOLOROSA SALIERON A LA LUZ ANTE LOS OJOS DE TODOS.
El mundo de Sofía se había convertido en un susurro. Hacía tres días que había enterrado a su propio hijo…
“PAGO $10.000 PARA QUE TE CASES CONMIGO POR 30 DÍAS” DIJO EL MILLONARIO. ELLA ACEPTÓ CON UNA CONDICI
Te pago $10,000 para que te cases conmigo por 30 días”, le propuso el millonario a una joven sin hogar….
Chica Desapareció Entrenando Su Caballo en Guadalajara, 2 Años Después Piloto Encuentra Esto…
Chica desapareció entrenando su caballo en Guadalajara, 2 años después, piloto con cámara infrarroja nocturna. Encuentra esto. El comandante Alejandro…
End of content
No more pages to load