En 2024, fue oficialmente reconocido como el hombre más guapo y viril de Alemania. Y no, no es broma — los periódicos locales escribieron que tiene el rostro más simétrico del mundo, como si lo hubiera dibujado un artista. Gasta casi 1.000 euros al mes solo en uñas, viste únicamente ropa de marca y cada minuto alguien le recuerda lo atractivo que es. Pero… ¿quién era este hombre antes de la fama y la transformación? 👇👇

Un pasado doloroso

Harald Glööckler nació en Alemania y su infancia estuvo lejos de ser un cuento de hadas. Detrás del brillo y del amor por el lujo, se esconde una historia trágica. A los 14 años, Harald perdió a su madre en un accidente. Oficialmente, ella cayó por las escaleras, pero él cree firmemente que fue culpa de su padre.

Desde joven, encontró consuelo en el arte y la moda, pasiones que marcarían su destino. En 1987, abrió su primera tienda de ropa junto a un socio. Rápidamente, su estilo llamativo —con dorados, cristales, coronas y lentejuelas— atrajo atención.

El nacimiento de una marca… y de un personaje

Así nació POMPÖÖS, su marca personal con un lema claro: “Toda mujer merece ser una princesa”. Sus diseños se hicieron populares en programas de compras y pasarelas, y pronto comenzó a aparecer en televisión, donde se convirtió en una figura reconocida en Alemania.

Una transformación física radical

La imagen que lo hizo famoso no fue casualidad. Harald se reinventó completamente a través de procedimientos estéticos y cirugías plásticas. Habla de ello abiertamente: botox, lifting, implantes, modificaciones en la nariz, labios y pómulos. También usa extensiones de cabello y pestañas postizas. Muchos lo comparan con una muñeca de porcelana viviente, y él lo acepta con orgullo.

Yo me recreé a mí mismo. No nací encantador — yo mismo me hice así”, dice Glööckler.

Antes y después

Sus fotos antiguas impactan: un joven común, con cabello corto y rostro natural — muy diferente del ícono glamoroso que todos conocen hoy. En los años 90 empezó a vestir ropa más llamativa y usar maquillaje, pero su transformación completa llegó después, convirtiéndolo en un ícono de estilo y excentricidad.