Regresó de USA y encontró a su madre viviendo en la calle por confiar en un hombre malo y pasó esto.

Mamá, ¿eres tú? Mamá, ven, ven, por favor, ven, mamá, ven. Lucía, perdóname. Lucía, ven. ¿Qué haces ahí? Dios mío, ¿qué te pasó? Mamá, explícame qué te pasó y esa ropa. Y las cosas cambiaron, hija. Las cosas cambiaron. No, no, nada está bien. Explícame qué haces en el basurero. Yo te envío dinero. Solo salí a pasear buscando comida.

 En serio, ¿tienes hambre? No puede ser. se le ocurre llegar en el momento menos indicado. Un poco. ¿Dónde está Elena? ¿Por qué Elena te deja estar en estos lugares? No puedo permitir que me arruine mi planta. No sé nada de Elena. No sé nada de tu hermana. Lucía, ¿cuándo llegaste, hermana? Pues llegué hace un momento. ¿Sabías que mamá estaba en la basura, Elena? Ay, Lucía, mamá no está bien.

 Se la pasa creando episodios, hace este tipo de cosas y no te imaginas todo lo que ha pasado. ¿Qué episodios? Pues sale sola, vive creando cosas y dice que alguien la va a lastimar. No, no sé. ¿Sabes? Yo simplemente hago lo que puedo. Pero, ¿cómo la dejaste salir y estar en esas condiciones? Mira cómo está, hermana. Yo le estaba haciendo de comer.

 Sí, siempre estoy pendiente de ella, pero bueno, qué bueno que estás aquí. Ahora la vamos a cuidarlas todos y y sé que vamos a estar más pendiente de ella. Pues sí, yo estoy aquí para cuidarla también, pero no quiero que esto vuelva a pasar. Mamá, ¿por qué lloras? Mira cómo está. Está como traumatizada. Sí, sí.

 Ve, llévala a la casa, que eso es lo que necesita. Y vamos. Ay, de verdad, qué bueno que estés aquí, hermana. Es un gran sorpresa. Gran sorpresa. Ah, qué diferente está todo. Es increíble. ¿Qué decías? que todo está muy diferente. Sí, bueno, pues hago lo que puedo. Y bueno, ¿qué hermanita? ¿Gustas algo? ¿Un café? ¿Tu jugo favorito de fresa? Que no, no estoy bien, estoy cansada, la verdad. Han sido muchas horas de vuelo.

 Bueno, pues ya que estás tan cansado, ¿por qué no vas a tu habitación a descansar un rat? Mamá, ¿estás bien? ¿Estás temblando? Estoy bien, hija, no te preocupes. Lucía mamá está bien y si te sirve de algo, está muchísimo mejor que que los días pasados. Que está mucho mejor. Sí, o sea, que estaba peor de ahí. Ay, Lucía, es que tú no te imaginas todo lo que pasaba.

 Bueno, yo voy a subir a la habitación, me quiero quitar esto. Sí, adelante. Estás en tu casa. Ya vuelvo. ¿Ves? ¿Ves lo que pasa por estar haciendo tus shows de loca? No te quedes callada, dime algo. Estoy bien. No voy a decir nada. Mi vida, mi amor, qué alegría de verte. ¿Qué haces aquí? Grisill, estoy aquí. Vine desde el aeropuerto. Sorpresa. No pues, qué sorpresa, de verdad.

 No sabes si no es sorprenderme, mi amor. Sí, sí. Siempre te agarro desprevenido. Sí, siempre. ¿Cuántas veces te he dicho que no salgas a la calle? Pero aquí me siento encerrada. Encerrada. Después de todo lo que te doy, ¿sabes que tú eres una malagradecida? ¿Te imaginas que vi a mi mamá afuera cerca del basurero? ¿Tú sabías algo de ella? Mi amor, mi amor, yo no te lo quería decir, pero tu mamá tiene como demencia senil y al parecer pues se le escapó a se le escapó a tu hermana.

¿Desde cuándo ella está así? desde desde hace desde hace un tiempo. Desde hace un tiempo no lo recuerdo porque ha sido tan doloroso que ni siquiera lo recuerdo. Yo solo sé que que no ha sido fácil, pero mi amor, tú estás aquí, la vas a poder ayudar y eh me imagino que también ya tienes un estudio de neurología o cosas así. Sí, pero es que hay cosas que no entiendo, Rodrigo.

 Hay cosas que no entiendo. Estoy tratando de encajar cada pieza en mi cabeza. Pero es que yo conozco una persona con demencia, con problemas y mi mamá no no es así. Eso es lo único que eres y más te vale que no digas ni una sola palabra, Lucía. No, porque si no tú sabes lo que puede pasar, ¿verdad? Y me imagino que no quieres que pase eso.

 También soy doctora y yo no creo que mi mamá esté tan mal. Aquí está pasando algo, pero no sé, mi amor. Mira, yo sé que eres doctora, pero también puede ser que acabaste de llegar y estás un poco cansada, viste eso y el impacto también te generó alguna situación, ¿por qué no mejor descansas? Yo ahorita tengo un masaje y me alegra mucho de verte, de verdad. Bueno, está bien. Yo me voy a quitar esto.

Dale. Y yo voy a a salir. Sí. Te amo. Ah, pues muy bien, Ana, muy bien. Así que ya sabes, calladita, calmadita y deja de estar actuando como loca, aunque eso es lo que eres. ¿Tú sabías que Lucía venía? Claro que no lo sabía. Si lo hubiera sabido, pues hubiera hecho algo, ¿no? Pues más te vale, porque no se puede enterar de nada si no estamos muertos.

No te preocupes, mi amorcito, que ella no se va a dar cuenta de nada a menos que tu mamá le dé por hablar. Tú tienes más miedo que mi mamá. Ella no va a decir ni una sola palabra. Ah, sí. Mira, ella se encontró con tu mamá, ahí está y es capaz de hablar y se nos daña a todos. Ya cállate. Del plano se va a arruinar.

 Todo va a seguir tal cual lo acordamos y de eso nos estamos encargando los dos. Sí. Muy bien. Pero, ¿por qué me tienes que dar estas noticias ahora que voy a ser papá? ¿Todavía no te has deshecho de eso? No lo quiero volver a ver más. ¿Sabes qué? Ya estoy cansada. Y tú encárgate de la maleta. [Aplausos] ¿Qué fue lo que escuchó? No, señor, yo no escuché nada.

 Ya me va a decir que tiene esos oídos sucios igual que la cara. Yo no me le creo la cara de mosquita muerta. Dígame, ¿qué le dijo. Ah, no, yo no le he dicho nada. Yo no sé nada, joven. Mucho cuidado con estar diciendo que nosotros fuimos la que la llevamos a al lugar tan hermoso donde está viviendo. ¿Por qué usted? Es que yo no tengo la culpa.

Yo ya no le hago caso a ella, le hago caso a Elena, a su otra hija. Vea, su montón de moscos encima. ¿Sabe por qué? Porque usted ya casi está 3 met bajo tierra. Usted ya parece una momia. ¿Por qué mejor no nos deja en paz? Ah, yo no voy a decir nada, se lo juro. ¿Por qué yo hice? No entiendo.

 Si te está gustando este video, no olvides darle like, suscríbete y activa la campanita para que no te pierdas ninguna de nuestras historias. Lo único que has hecho está problemas. Mi amor, por Dios, mi hija. Esta no puede decirle nada a Lucía. Está merodeando por ahí. Va a ser un problema. Tranquilo, que todo está bajo control. Mire, escúchenme los dos. Yo no voy a decirle nada. Lo juro por Dios.

 No voy a decirle nada a Lucía. ¿Sabes qué? Lo mejor es que la llevemos lejos. Es lo mejor para todos. No, no. ¿Para dónde me vas a sacar? Agradezca. La van a llevar a un asilo. ¿Qué quieres? Ah, pero hija, no vuelvas ame así. ¿Cómo permites que esto pase, mi amor? Yo no quiero. No lo quiero. Ojalá no vuelva.

 ¿Me puedes explicar? Explicarte que mira, ¿sabes qué? Yo espero que tú me ayudes a tener esta situación bajo control. Es que tú me tienes que explicar algo. Es que no sé por qué no le dijiste a Lucía que se quedara más meses. Elena, hermana, estamos aquí, mi amor. Princesa. Sí, me puse más cómoda. Una pregunta para los dos. Una pregunta para los dos. ¿Han visto a mi mamá? No la veo en la casa.

 No, pues seguramente salió a la calle a tomar un poco de aire. ¿Cómo? ¿Cómo? ¿Cómo que seó a la calle y la dejaron sola? Ay, por favor. No dijiste pues que no tenía nada. Yo te dije que tenía demencia y me dijiste que no era tu diagnóstico médico. Miren lo que le voy a decir a los dos. Si a mi mamá le pasa algo, ustedes dos serán responsables y yo no me voy a quedar callada. Ah. Ahá.

 Tú también serás responsable porque tú ya estás aquí. No, porque yo jamás la dejaría sola. A diferencia de ti, Elena. Mi amor, yo tampoco. Yo te amo. ¿Qué voy a amar a esa? Necesito que me respondas algo. ¿Qué quieres? ¿Por qué dijiste que le dijiste que no era su mamá? ¿Que no era tu mamá? ¿Que por qué le mencionaste eso? No te interesa. Sí.

No te interesa. Sí. ¿Por qué no mejor me lo cuentas? Pues es que no es tu mamita, por eso la tratas tanto. No, ya cállate. No quieras saber tanto. Sí. Okay. ¿Qué vamos a hacer con él? Hm. Pues no lo sé. Pues va a seguir creciendo. No, no sé qué hacer con este. No sé. No, no, mamita.

 Una cosa es que tú y yo hemos estado juntos y hemos pasado rico. Pero yo no quiero eso aquí. Ah, sí. Ya, ya. Elena, Elena, mucho cuidado con decir, “Mamá, mamá, ¿dónde estabas? ¿Qué haces aquí? No quería que me vieras así. Pero, ¿amá, ¿de qué estás hablando? Nada, mi amor, no pasa nada. Todo está bien. Mira dónde estás.

 Este lugar puede ser muy peligroso para ti. ¿Por qué estás caminando sola? Mira, hija, no pasa nada. Por favor, no, no. Quédate tranquila que mamá estoy cansada. Eso es todo. Cansada. Cansada. Estoy vieja, mi hija. Eso es, mi amor. No digas eso, mami. No, no, no. Mira, escúchame. Dime la verdad. Confía en mí, por favor.

 Dime, ¿qué es lo que está pasando en la casa? ¿Qué pasa con Elena? No, no. Mira, Elena tiene razón, mi amor. Tengo que tomarme las pastillas y tengo tiempo que no me las tomo. Mira, eso es lo que pasa. Elena tiene la razón. Escúchame. Ella hacer lo posible. lo imposible por ayudarme, pero soy yo que necesito mis pastillas y no las tomo. ¿Y por qué? Porque se me olvida.

 Y entonces la cabeza. Mamá, tú no eres así. Tú no eres así. Dime la verdad. Mira, yo te voy a ayudar. Vamos a la casa. Sí. Vamos a ver qué podemos hacer contigo. Ya no te puedo ver de esa forma. Vamos. Está bien. Vamos. Suegrita, qué alegría de verla. Estaba muy preocupado por usted. ¿Te imaginas donde la encontré? Ustedes que la dejaron ir sola.

 Mi amor, ya te dije que Elena me dijo que ya estaba bien. Además, yo te dije a ti que tiene demencia y y me estás deja de decir eso. Entonces, ¿por qué está así? ¿Ya te dijo algo? ¿Te ha dicho algo más o algo del por qué está así? Ah, si no la encontraba en varios minutos más, no sé dónde estaría porque estaba caminando sola en un bosque con hierbas altas. Muy peligroso.

Exacto, mi amor. Una persona así está mal. Hay que llevarla a un asilo. Hay que asilo. Pues, ¿qué estás hablando? ¿Me estás hablando en serio? No, no. Yo solo quiero lo mejor para ella, lo mejor para ti. Ah, lo mejor para ella es que estés lejos de mí, ¿verdad? Después que estoy aquí en la casa, ¿crees que la voy a dejar sola? Pero me estás echando a mí la culpa de ella. Mira, ella es la que está la que está mal y no soy yo y yo estoy preocupado por ella también.

 Sí, estoy cansada. Por eso fue que salí. Dios mío. Fue solo por eso. Es que no puedo. Cansada de que suegrita. Si yo te la mi amor, por favor, no no me trates así, que yo no soy una mala persona. Pues no te estoy conociendo porque esa recomendación que me acabas de dar sobre un asilo, la verdad que no es para una persona que tiene corazón.

 Es como si no no entendieras lo que estoy pasando. Es mi mamá, mi amor. No, mi idea no fue mía, fue de Elena. Y y pues ella Elena Elena te dijo eso. Ella me dijo eso porque ella quiere lo mejor para ella. Es que nosotros hemos estado más tiempo que tú. Tú estabas por allá curando personas en vez de curar a tu mamá. Tú eres en parte culpable y yo no te estoy echando la culpa, mi amor. No te estoy echando la culpa.

 Rodrigo, ¿dónde están las pastillas de mi mamá? Las pastillas, ¿dónde están? Porque, mi amor, eh creo que tiene creo que las pasillas están eh allá. Ni siquiera sabe dónde están. Allá están. No, yo creo que están allá. Lo que pasa es que Elena es la que está pendiente de eso. Sí, yo le pongo cuidado a tu mamá. No la voy a dejar ir. Yo la voy a cuidar. Por favor, no se vaya.

 Que mire, usted me va a hacer perder el matrimonio. Sí. No le hables así. Perdón, amor. Espero que no la dejen ir sola nuevamente. Si yo me entero que mi mamá sale de nuevo, Rodrigo, tú te vas a ir de esta casa. Mi amor, no te preocupes, eso no va a pasar. Sí, yo te amo. Mamá, te voy a cuidar. Voy a buscar tus medicamentos. Sí, quédate aquí, no te vayas.

No, no, no, no. Me voy a quedar aquí tranquilito. Tranquila. Así me gusta que se porte bien, que esté calladita, no se vaya a ir, que después me meto en un problema. Aunque eso es lo que usted quiere, ¿cierto? Yo no quiero, no quiero eso. Solamente quiero estar tranquila. Eso es lo único que yo quiero. Dígale a ella que la lleve al asilo. Que no.

 ¿Por qué? ¿Por qué me tengo que ir asilo si mi casa? ya. Ay mamá, ¿dónde estarán? ¿Serán listos? Es raro. Buscando medicinas. Pensé que mamá ya se había dormido. No, no. La encontré tirada en un bosque y me dijo que no se había tomado los medicamentos, que se sentía mal y por eso vine a buscarlos. Okay. Pero yo se las llevo. Lo que pasa es que no sé si son estas. dicen Rodrigo.

 Ah, no, lo que pasa es que esta se las tomas él también. Entonces, las de mamá son muy parecidas, pero no están aquí, están en la cocina. Yo yo voy a guardar estas. ¿Desde cuándo Rodrigo tomó pastillas? Bueno, si él no te ha contado, pues no lo sé. Él tiene que contarte. Tú estabas fuera.

 Pensé que la comunicación entre ustedes estaba bien. Ah, ¿y qué va a hacer usted? Usted sabe que es una vieja de crépita. Ah, quedarme aquí. Quedarme aquí tranquila con con Lucía que que sí me quiere. Tranquila. Que si se queda aquí o le dice algo a ella, yo la voy a desaparecer. Ya le dije, usted no me conoce a mí.

 Así que por favor compórtese bien y qué alma tan negra. Bueno, voy a esperar a que mi pastilla porque yo sé que las necesito. ¿Estás segura que no son de ella? Pero déjame, yo se las llevo. Es que no son de ellas. Las broma están en la cocina. Yo la voy a buscar, hermana, y yo se las entrego. Así que no te preocupes, tú tranquila. Bien, está bien, está bien.

 Bueno, pues yo me encargo de darle sus pastillas y para que ya se vaya a dormir porque está un poquito tarde, la verdad. ¿Por qué tanto afán con unas pastillas? No entiendo. Es que Elena Elena me está ocultando algo. Estoy segura de eso. Aquí están las pastillas. Lucía casi las da por perdidas. ¿Dónde está ella? Descansando. No te preocupes que aún no sabe nada. Por favor, Elena, no sigas con esto, mija. Ya basta.

Mira, si continúas así, todo va a seguir bien, pero si abres tu bocota, vas a destruir a tu hija y lo sabes. No te preocupes, que eso no va a pasar. Yo no voy a decirle nada. Pues entonces cállate. Ni una sola palabra. Está bien. Así lo haré. Ay, la prueba de Elena. La prueba de embarazo de Elena. Regrésamela, regrésamela.

 Esta es la prueba, ¿verdad, hija? Eso no te pertenece. Dámela. Basta. Basta. Elena, ¿hasta cuándo? ¿Hasta cuándo vas a seguir con esto? Dame la prueba. ¿Por qué haces esto? ¿Qué pasa contigo? Por la prueba. No te lo voy a dar. Estoy cansada de las cosas que te están pasando. Yo soy tu madre. Mira, no vuelvas a decir eso. Cuántas veces te tengo que decir que no, que no eres mi madre. Y dame la prueba si no me quieres terminar de conocer.

Dámela. Dámela. No me hagas esto. Ana, yo te quiero. Mira qué te pasa. Tú no eras así, mía. Tú no eras así. ¿Qué pasa contigo? ¿Cómo te vas a enredar con el marido de tu hermana? Ah, cierra la boca. Una sola palabra más de eso que te pueden escuchar. Cierra la boca. Mira, no te metas en asuntos donde no te llaman. Por favor, te lo pido.

 Y así mismo como vas, vas más vas bien, si era la boca. Y duérmete por siempre. La salgo por tu vida. Por favor, hija, no me digas eso, por favor. Te lo imploro. Ya salgo por tu vida. ¿Qué está pasando? ¿Estás haciendo mucho esto? ¿Cómo se te ocurre dejarla por cualquier lado tirana? No sé, no sé en qué momento la dejé por ahí entonces y se dio cuenta tu mamá. Pues claro que se dio cuenta.

¿Sabes qué? Ya estoy harto. Tú nunca me has querido. Nunca. No digas eso, hija. No me vuelvas a decir, hija, por última vez. Te lo pido, por favor. Basta, Elena, basta. Así mismo, Ana. Gracias. Gracias porque tú siempre te has encargado de que yo me sienta menos en esta casa.

 No importa de que Lucía se haya ido del país, siempre estás pendiente de ella. Nunca te preocupaste por mí. No me toques. Y tú seguramente ya estás cansado de fingir todo el tiempo de que me quieres y que quieres todo conmigo. Pero, ¿por qué dices eso? Si mira, yo yo yo estoy harta de los dos, de verdad que sí. No me importa. Ojalá que sepa la verdad.

 Ojalá que todo el mundo se entere de lo que está pasando. Porque porque tú te mereces todo esto por todo lo que me has hecho sentir. Deja esto. Deja de estar diciendo tontería. ¿Para qué me traí este mundo? Si si me ibas a hacer sentir de esta manera. No digas eso,

 mi amor. No digas eso. Te mereces cada cosa que te ha pasado en la vida por cómo me has hecho sentir, Ana. Y por eso te estoy ayudando. Suéntame, Rodrigo. Ya basta. Hablemos afuera. No voy a salir. Suéltame, Rodrigo. De verdad que sí que pagues por todo lo que me has hecho sin ti. Suéltame. Deja ya. Dios mío, ¿qué está pasando en esta casa? No entiendo.

 Pero, ¿qué te pasa? Ah, ¿qué me pasa? ¿Qué vas a hacer cuando Lucía se entere de que estoy embarazada y que es tuyo? Pero, ¿por qué estás queriendo decir algo que no puedes decir? Ah, haciendo bulla y y todo se va a saber todo, Rodrigo. Pero lo que no quería, no me importa que se sepa y que lo escuche, no me importa. Quédate cachada. No, no te atrevas a tocarme.

 Yo estoy harta, de verdad. Mira, hablemos las cosas con calma. Culpa, tú hiciste todo esto. Mi culpa. ¿Quién es la que ha tratado mal a la mamá? Mi amor, ¿de qué estaban hablando? De nada, mi amor. De nada. Solamente que estamos preocupados por tu mamá. Es todo. Veo que ahora se preocupan juntos y están muy amigos y bueno.

 Ay, mira, muy unidos. cosas que no deberías estar preguntando. ¿Por qué? Por nada, simplemente ya no estoy de humor. Pues no tengo que ver con eso, Elena, estás hablando mucho con mi esposo y me parece un poco raro, pero supongo que hay una explicación. Claro, mi amor, para todo hay una explicación. Mira, Elena no está pasando por un buen momento, ya te dije.

 Eh, yo estoy tratando de poner un poquito de orden en esta casa como el hombre que soy, para que tu mamá esté bien y ya que Elena pues no ha podido hacerlo bien y tú acabaste de llegar, pues estoy tratando de mediar las cosas, ¿cierto? No tengo ni siquiera un día completo en la casa y he visto absolutamente toda una historia. Esto es una novela.

 Se planificaron para Sí, mira, ya, por favor. Sí, mira, eh, ya es tarde porque no vamos a cenar, nos relajamos todos aquí. No ha pasado nada. No ha pasado nada. No es que no hay forma de que yo tome las cosas tan ligeras, porque primero encuentra a mi mamá en la basura, luego se escapa, no sabe qué decirme, tú actúas normal, tú estás con ella hablando demasiado. ¿Qué está pasando? No está pasando nada.

 Lo mismo que te dije, tu mamá tiene demencia. Elena está cansada de cuidarla. Tú acabaste de llegar y todavía no sabes cómo es el panorama. Simplemente estábamos hablando de que mañana mamá tiene cita médica y él y yo, Rodrigo y yo siempre la llevamos. Es eso es todo. ¿Por qué es que me entero de último de todo lo que pasa aquí? No entiendo. Mi amor, perdóname.

 Lo que no entiendo es por qué Rodrigo tiene que estar acompañándote a todos los lados y yo soy tu hermana y es nuestra madre. Pues perfecto, Lucía. Ya que estás aquí, pues tú y yo vamos mañana con mamá al médico. Bueno, pues gracias. Es lo mínimo que me merezco. Les voy a decir algo a los dos. Están escondiendo algo y mañana todo se va a saber.

¿De qué estás? ¿De qué? Lucía has que se dio cuenta de todo por tu culpa por estar gritando. Pues ve detrás de ella. E que ya no me importa nada. No, no lo entiendes. No me importa nada. Voy a ir. Pero tú te quedas callada de eso. Okay, siéntate. Si te está gustando este video, no olvides darle like, suscríbete y activa la campanita para que no te pierdas ninguna de nuestras historias.

 Mamá, hija, tengo que contarte algo. Por fin vas a hablar. ¿Qué me tienes que decir? ¿Me vas a decir la verdad? Esta es la prueba de embarazo de tu hermana. ¿Cómo? Elena está embarazada. Sí. Bueno, pues me alegro, supongo. Sí, pero el bebé de Rodrigo mío. ¿De quién? Así como lo oyes. Y de Rodrigo. No. Y por eso no te había dicho nada porque me tenían amenazada. Y no, no, no, no, no. Espérate, mamá.

 ¿Te sientes bien? ¿Cómo que de Rodrigo? Eso es imposible. La amor tienen es de que tú te fuiste. Ellos, bueno, se enamoraron. ¿Qué sé yo. Mamá, ¿me estás hablando en serio? Sí, mira, estoy hablando en serio. ¿Para qué quieres que me quede? Ah, si estás gritando a los cuatro vientos que tenemos un hijo.

 Rodrigo, tarde o temprano todo se va a saber. ¿Cómo así que tarde o temprano no teníamos m un plan? Ah, no queríamos tener a la vieja lejos. Ya te dije que no me importa nada. No me importa si se sabe la verdad. Pero por Dios, piensa. Apenas vino tu hermana un día y ya te volviste loca. Ah, es que tú no me entiendes. Tú no sabes por todo lo que he pasado.

 Tú no sabes. Tú no tú no estás en mí. Entonces, ¿por qué no me cuentas? ¿Tú eres eres hija adoptada o qué? Ella ya no es tu mamá. Respóndeme porque es que el show que hiciste ahorita fue muy extraño. Por eso no quería decírtelo, pero pero ya basta, ya no me puedo callar más, ¿sabes? Lo siento tanto, mía. No sabes lo que me duele decirte esto. No, mi amor. Sí, perdóname.

Por eso te pedía perdón. No, es en serio. De verdad, Rodrigo con Elena. No, no, no lo puedo creer. Me van a tener que me van a tener que explicar. Yo no, mamá, que no es cierto, por favor. Así es, mija. Por eso me iba para la calle para que no. Pero es que, ¿cómo? No entiendo, mi amor. Tu hermana, tú sabes que tu hermana es muy rebelde. Cree que yo no la quiero.

 Imagínate que yo siempre he tenido preferencias contigo y tú sabes que no, mía. Espérate. Tú sabes que yo la quiero a las dos por igual. Ay, Rodrigo, mira, ya deja la pregunta de por favor. Ya. Entonces, piensa con cabeza fría. No podemos permitir. Ella está sospechando. Es obvio que sabe algo, ¿no? De lo del embarazo.

 Pero bueno, pues lo que tenemos que hacer es dejar las cosas tranquilas y tratar bien a la vieja mientras ella se vuelve a ir y desaparecerla. Sí. Sí. Para ti es muy fácil verlo así porque Pero si tú tú odias a tu mamá, se te nota en tus ojos que la odias, pues yo te estoy simplemente ayudando y ya no me estás diciendo que te han tratado de esa forma porque tú no quisiste decirme.

Pero, mamá, debiste decirme. No podía, mija, no tenía el valor. Sentía que si si te lo decías te iba a doler o ellos me iban a mandar alino. ¿Qué s yo? También me duele verte así. Dios mío. ¿Entiende que Elena es una malcriada y es la la es la menor? Entiéndela. Debiste hablar conmigo. Yo hubiese separado todo eso a tiempo.

 No estabas aquí, hija. No estabas aquí. Aa, me va a tener que explicar eso. Hijo, perdóname, por favor. Como quieras. Solo no vayas a decir nada del bebé. Sí. ¿Y qué qué piensas que que yo haga? No sé. Tenemos que deshacernos de él porque eso no puede estar aquí. Mi amor, ustedes dos no tienen algo que decirme, no, no tenemos nada que decir. Yo se tengo sueñito. Yo me voy a ir a dormir, mi amor, y y te espero, suegrita.

¿Por qué no le dices a tu mamá que se de un baño? Si te das cuenta que tiene un poquito de demencia. Respeto, Rodrigo, por favor. Mamá, pensé que ya te habías dormido. Ahora sí soy tu mamá. Pues ni siquiera se ha podido bañar. ¿Qué tanta locura en esta casa, de verdad? Ah, no, es que me imagino que también quieres que yo vaya y la bañe porque llegaste, ni siquiera eso puedes hacer. lo puede hacer sola porque yaella no tenía ningún problema mental como ustedes dicen.

Yo solamente di una hipótesis. Tú eres la doctora. Yo no estoy diciendo nada más. Vaya hipótesis. Se han empeñado en quedarla a hacer como si fuera una loca, como si estuviera problemas. Y mi mamá lo único que quería era ser escuchada por mí. Sí, claro. Tú llegas, dura años fuera de casa, vienes y ya sabes todo lo que pasa en la casa.

 No, mi mamá no tiene nada, no, todo está bien, todo está perfecto. La loca y la culpable soy yo. Tienes razón es que suena irónico, pero es que sí. Llego hoy y es increíble de todo lo que me he enterado. Ya hace todo. Pero si la suegrita no habla, ella no dice nada. ¿Cierto, suegrita? Eh, ella no ha podido esperar, ¿no? Al parecer lo que no hablan son ustedes porque no se atreven a decir la verdad y los únicos que están callados y tienen todo debajo de la manga son ustedes dos. ¿De qué estás hablando? Seguro que no me tienen que decir nada.

No hay nada que decir. Bueno, supongo que aquí hay mucho miedo que nadie quiere hablar, ¿cierto? No hay nada que decir, mi amor. Ya te dije. Solamente queremos a la suegrita que esté bien. Eso es todo. Este es su momento. Deberían hablar. Se lo recomiendo a los dos. Qué pena.

 Qué pena yo tener que viajar por tantas horas, no poder descansar desde el minuto uno que piso afuera de esta casa, no he tenido chance de hacer nada, solamente de enterarme de novedades. Y vaya novedades que descubier. Lucía, si vas a hablar, habla. Y lo haré. Lástima que ustedes dos no serán perdonados y yo fríamente tampoco los voy a perdonar. Pero, ¿de qué me va a perdonar usted, mi amor? Si no te dije que la guardaras.

Ah, conocen esto. ¿Qué escuché? No te dije que la guardaras bien. Ah, entonces saben de quién es esto. ¿Saben de quién es? Pues miren. Bravo. Yo también. Elena, no habían más hombres. Mi esposo. En serio, es que no entiendo. Rodrigo, mi hermana. Es que ustedes dos son, ¿sabes qué? Sí, es verdad. Estoy esperando un hijo de de Pero no me importa. No me importa.

Tú siempre ha sido la preferida de mamá, la favorita. No digas eso, eso es mentira. Ah, es mentira. Sí, es mentira. Me lo has dejado bien claro todo el tiempo. ¿Para qué me esfuerzo en cuidarte bien? Porque sí, tienes razón. Tienes razón, mamá. Me he descuidado de ti, te he tratado mal, pero antes eres una malagradecida.

 Eres una malagradecida porque yo siempre te he dado todo a ti también. Tú nunca has valorado eso. Y yo que me cansé, me cansé porque ya no aguantaba más. Elena, por Dios, ¿te estás escuchando? Por supuesto y sé y estoy consciente de lo que estoy diciendo. Eres una niña inmadura, por eso es que eres así. Claro.

 ¿Qué pretendes? Yo trabajo bastante día y noche para que ustedes dos vivan bien, para que puedan comer y para ti eso es felicidad, estar lejos de casa cuando tú eres la niña menor, la más consentida. Ni siquiera trabajas te equivocas. Más consentida. No lo soy. Elena, no pones ni un peso en esta casa. Pero, pero ¿por qué no pongo ni un peso? Porque me la paso cuidándola. Pues yo quisiera hacer lo mismo, estar siempre al lado de ella y no puedo.

Bueno, pues estás fuera. Siempre, todo el tiempo. Nunca estás pendiente. Mentira. Puras mentiras. Yo siempre he sabido cuidarme. ¿De dónde sacas tú eso? Todo eso te lo inventaste tú en tu cabeza. Mírame, mírame. Yo me lo estoy inventando.

 ¿Tú crees que yo iba a la calle? ¿Qué? Ah, ¿para qué crees tú que yo iba a la calle? Para no verlos juntos. Para no ver la sinzura que ustedes hacían. Ah, pues al menos pude estar mucho mejor con ella que contigo. Mantenías lejos todo el tiempo. Qué bravo, Rodrigo. Sacaste tu verdadera cara. Por sí, supe que el hombre con el que estaba nunca me merecía.

 En fin, al parecer es otra persona quien necesita medicamentos. Porque Elena, no estás bien de la cabeza. Ah, no estoy bien. No, lo que no está bien son ustedes. Ustedes los tres. Tú también. Yo yo si yo ni siquiera soy de esta familia. Me largo de aquí. Eres de esta familia. Y y ¿qué? ¿Por qué estoy esperando un hijo y es tuyo? Ya lo sé. Un error. Ah, un error. Me voy. Me largo de aquí. Permiso.

Lo único que sabes hacer. Bravo Elena. Bravo. Eso fue lo que lograste con tu envidia, con tus mentiras, con tu falta de respeto y tu inmadurez. Elena, déjate ayudar. Ayuda. ¿Qué? Ustedes que me van a poder ayudar a mí. Deja de Deja ayudarte, hija, por favor. Nosotros somos tu familia y ahora viene ese bebé hermoso. Bebé hermoso.

 Mamá, ¿tú en serio crees que yo voy a tenerlo? Elena. Ay, Dios. Piensa bien las cosas. Eh, no has sido la mejor hermana, pero no te voy a dejar sola. Ni yo tampoco. Ay, por favor, ustedes que me van a ayudar a mí. Yo no me no me merezco nada. ¿Saben qué? Ya yo solo quiero desaparecer. Quiero irme lejos. Quiero estar lejos. Ya yo no quiero estar aquí de verdad.

 Elena, si quieres ve a tu cuarto, respira, concéntrate y trata de por una vez en tu vida tomar una decisión correcta y dejar tu orgullo. Yo sé que puedes hacerlo. Estaremos aquí cuando necesites hablar. Ay. Mamá, lo siento mucho. Perdón por dejarte sola tanto tiempo. No, hija, no digas eso. Siempre estuviste ahí con nosotros, ayudándonos económicamente y eso también es muy importante para nosotros.

 Si no fuera por ti, ¿qué hubiese pasado con nosotros? Vamos, por favor, necesito que te cambies. No puedo verte más así. Sí, eso es lo que yo más quiero. Te has cuidado demasiado. Vamos al cuarto. Sí, vamos. Ay, Dios mi nieta. Sí, mamá. Ay, Dios.

 Yo quiero aprovechar este momento, aunque ya se lo comunicaba antes, que de verdad lamento mucho por como te traté, todo lo que te hice pasar y a ti, hermana, de verdad me dejé llevar por el ego, la envidia y y quizás fue algo mental. Al parecer el niño te ayudó mucho con eso porque te veo la niña, la niña te ayudó mucho con eso. Te veo más radiante que nunca. Feliz también diría yo.

 Yo la verdad es que Dios, perdóname, yo no quería tenerla, pero pues ustedes saben que Rodrigo se fue y me dejó sola, pero yo la tengo a ustedes. No, no lo vas a necesitar. Así eso es. No vas a necesitar absolutamente nada de él. Y bueno, Gabi, va a ser una niña buena, educada, sana. Yo sé que ustedes me van a ayudar a mi amor, a dar la mejor. La tía feliz y la abuelita más feliz todavía, mi amor. Princesita.

 De verdad, yo no pensaba que a esa edad pues yo iba a tener mi primer hijo. Bueno, hija. Ahora eres madre. Sí. Y tienes que hacerte muy responsable de ella. Sí, sí, lo sé. Me haré cargo de que nunca le haga falta nada. Pues yo sé que, hermana, ya te vas mañana. Pues sí, ya te tienes que regresar, pero me vas a hacer mucha falta.

 Pero mi mamita y yo nos vamos a encargar de cuidar muy bien a cada uno. Les prometo que voy a volver lo más pronto que pueda. Por favor, no dures tanto para venir. Las amo. Vengan acá. Cada historia nos deja una lección. A veces duelen, pero siempre nos enseñan. Si esta historia tocó tu corazón, dale like, suscríbete y comenta para que nos acompañes en más historias que inspiran.