Ángel Aguilar, por supuesto, se pronunció ante el de no solo su estilista, sino su amigo. Nuevamente la vuelve a cobrar una vida y hablamos casi de esto diariamente en la ciudad de México y tiene que ver con un eh alguien que es conocido en el mundo del espectáculo. Se trata del joven estilista de varias famosas.

Y Tania Charry nos tiene más detalles. ¿Cómo estás, Clarisa? ¿Cómo estás, Raúl? Bien vu alguna manera porque era reconocido por ser como ustedes dicen el estilista de estrellas como Ángel Aguilar. Era muy conocido en México. Seis. Puede un salón de belleza en Polanco, un lugar aparentemente destinado al lujo, la moda y la vanidad, convertirse en el epicentro de una investigación sobre narcotráfico, lavado de dinero y vínculos con uno de los cárteles más violentos del país.

Esa fue la pregunta que surgió tras el cateo encabezado por Omar García Arfuch el 30 de septiembre en un exclusivo establecimiento de la colonia Miguel Hidalgo, frecuentado por artistas, políticos y empresarios, y que resultó estar directamente ligado al estilista Miguel Ángel de la Mora, mejor conocido como Mickey Her, ejecutado semanas atrás a las puertas de su propio negocio.

La noticia corrió como pólvora entre círculos de farándula y seguridad. No se trataba de un operativo cualquiera, sino de un golpe quirúrgico en pleno corazón de la Ciudad de México, que buscaba desentrañar una red de relaciones turbias donde el glamur de la industria musical se cruzaba con los tentáculos del cártel Jalisco Nueva Generación CJNG.

De acuerdo con fuentes de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, SSC, el cateo se llevó a cabo después de meses de seguimiento e interceptaciones telefónicas, las cuales revelaron que el salón no solo era un espacio de estética y moda, sino también una fachada para lavar dinero y coordinar reuniones discretas entre operadores criminales y supuestos inversionistas.

El operativo comenzó de madrugada cuando un convoy de patrullas y camionetas artilladas se apostó sobre la calle Moliere a metros de Maaric. una de las avenidas más exclusivas de la capital. Vecinos reportaron haber visto a decenas de agentes encapuchados irrumpir en el salón, rompiendo candados y asegurando las cámaras de videovigilancia que los propios dueños habían instalado.

En el interior, lo que parecía un negocio sofisticado escondía algo más. Habitaciones privadas con cajas fuertes empotradas, una oficina equipada con dos servidores encriptados y un sótano acondicionado con bóvedas metálicas. Los hallazgos sorprendieron incluso a los propios investigadores. En las bóvedas se encontraron fajos de billetes en dólares y pesos, equivalentes a más de 17 millones, además de joyas, relojes de colección y documentos que acreditaban propiedades en Miami, Guadalajara y Monterrey, nombre de prestanombres.

Lo que más llamó la atención fueron las libretas manuscritas con códigos y nombres clave, entre los que aparecía repetidamente la referencia a Nemesio y el Señor de Jalisco. Para los analistas se trataba de una clara conexión con el Mencho, líder del CJNG, lo que confirmaba que el negocio servía como punto de enlace entre la vida pública de las celebridades y la clandestinidad de las mafias.

El nombre de Ángela Aguilar salió a relucir no por su implicación directa en actividades criminales, sino porque era clienta recurrente de Mickey Her y su presencia constante en el salón lo había colocado en la mira mediática. Fotografías en redes sociales mostraban a la cantante juvenil en compañía del estilista, lo que generó especulaciones sobre si ella conocía o no la doble vida que se tejía detrás de los espejos y secadoras.

Arfuch fue tajante. Nuestra investigación no tiene como objetivo criminalizar a figuras públicas que acuden a estos lugares. Lo que buscamos es desmantelar las redes que usan negocios legales como fachadas para el crimen organizado. El cateo también destapó vínculos inesperados. Entre los papeles asegurados había facturas por servicios de caterine, renta de autos de lujo y contratos de producción de eventos firmados por empresas fantasmas ligadas a supuestos managers de artistas.

Los investigadores sospechan que parte de estas compañías eran utilizadas para mover dinero del narcotráfico hacia giras, conciertos y campañas de imagen donde el flujo de efectivo resultaba difícil de rastrear. El salón, en ese sentido, era solo un eslabón en una cadena mucho más amplia de lavado y proyección social.

Lo que inquieta es la manera en que el crimen organizado se infiltra en la vida cotidiana de la ciudad. En pleno Polanco, rodeados de voltiques internacionales, restaurantes cinco estrellas y residencias de embajadores, operaba un centro logístico del CJNG disfrazado de negocio glamuroso. El contraste fue brutal. Al mismo tiempo que se ofrecían tratamientos capilares y maquillajes de alta gama, en oficinas traseras se pactaban envíos de droga y se registraban transacciones millonarias.

Para Arfuch, este hallazgo prueba que la delincuencia no se limita a las zonas rurales o a las periferias violentas. Hoy el narco no solo disputa territorios en las sierras, también lava su dinero en los lugares más exclusivos de nuestras ciudades. La relación con la ejecución de Mickey Her quedó al descubierto cuando entre los celulares asegurados se encontraron conversaciones donde el estilista era acusado de haber filtrado información sobre un envío de droga desde Guadalajara.

El mensaje ya le dio piso. El señor por Soplón confirmó la hipótesis de que su asesinato no había sido un crimen pasional ni un robo, sino una ejecución ordenada desde lo más alto del CJNG. El salón, por tanto, no era solo su negocio, era también su sentencia. La opinión pública quedó dividida. Mientras algunos lamentaban la forma en que un joven estilista con clientes famosos había terminado envuelto en la borágine criminal, otros señalaban que su cercanía con personajes oscuros no podía ser coincidencia.

El caso destapó un debate más amplio. ¿Cuántos negocios aparentemente legítimos en la Ciudad de México sirven como fachadas del narcotráfico? ¿Cuántos restaurantes, bares, boutiques y salones esconden detrás de sus luces la sombra de organizaciones como la Unión Tepito, la familia Michoacana o el propio CJNG? Arfuch, consciente del impacto mediático, decidió enviar un mensaje contundente.

Tras el cateo, convocó a una conferencia de prensa en la que presentó los decomisos y explicó que las investigaciones seguirán hasta llegar a los verdaderos responsables financieros. El crimen organizado busca normalizarse entre nosotros, infiltrarse en la vida pública y esconderse detrás del lujo. Pero no vamos a permitir que ni Polanco ni ninguna otra colonia se conviertan en refugio de estas redes”, afirmó.

Sin embargo, el riesgo de un reacomodo violento está latente. Fuentes extraoficiales señalaron que tras el operativo, hombres armados fueron vistos en avenidas de Naucalpan y Wikilucan, zonas colindantes donde el CJNG mantiene células operativas. El mensaje era claro. La captura de documentos y dinero millonario no pasaría desapercibida.

En Foros clandestinos de comunicación se difundió un video atribuido al mencho en el que se advertía que los que tocan lo nuestro pagan caro. Aunque las autoridades no confirmaron la autenticidad del material, su sola circulación elevó la alerta en toda la zona metropolitana. Lo que empezó como la ejecución de un estilista famoso terminó revelando una red de lavado, extorsión y violencia que une a la farándula con el crimen organizado.

La primera parte de esta historia apenas abre la puerta a un universo donde los espejos de un salón de belleza reflejaban mucho más que vanidad. Reflejaban el rostro oculto de un cártel que se mueve con la misma soltura en las calles de Tepito que en los corredores lujosos de Polanco. El salón cateado en Polanco dejó de ser visto como un simple negocio de estética y glamur para convertirse en la escena de uno de los decomisos más grandes en la zona poniente de la capital.

Lo que a primera vista parecían salas de belleza perfectamente decoradas con espejos de cuerpo completo y sillones de piel. escondían detrás paredes falsas y compartimentos blindados que hicieron que el operativo se prolongara más de 10 horas. Arfuch lo sabía. El objetivo no era clausurar un local, sino evidenciar un sistema financiero paralelo que apuntaba al CJNG.

Los agentes de la SSC y de la Fiscalía encontraron una primera pista en el área administrativa del salón. Un escritorio en apariencia común tenía doble fondo y dentro se localizaron sobres manila con facturas de empresas fantasma registradas en Jalisco, Michoacán y hasta Texas. Todas compartían el mismo patrón.

Compañías de reciente creación dedicadas a producción de eventos, renta de equipos de sonido o consultoría en marketing que en realidad servían para triangular dinero. La ruta de lavado era clara. El efectivo proveniente de la venta de droga en Guadalajara y la frontera ingresaba como inversión en imagen y espectáculos al salón, que luego lo distribuía a managers y productores de artistas.

En un sótano oculto, descubierto al remover un mosaico suelto, hallaron tres bóvedas metálicas con billetes de diferentes denominaciones. Se contabilizaron aproximadamente 17 millones de pesos y $850,000 en efectivo. Junto al dinero, había paquetes de relojes Rolexia de Mars Piget. bolsos de diseñador y alajas que de acuerdo con las periciales eran usadas como forma de pago y ocultamiento de valor.

No eran simples accesorios de lujo, eran parte de la contabilidad paralela que permitía mover millones sin dejar rastros bancarios. Pero el hallazgo más impactante fueron las libretas manuscritas, conocidas entre los investigadores como narcolibretas. En ellas se detallaban listas de pagos, códigos de colores y alias de clientes o socios.

Nombres como el manzanas, el Elvis y el Choquito aparecían junto a montos semanales y transferencias. Repetidamente figuraba una referencia, Nemesio. Para los analistas, esa era una prueba inequívoca de que el salón servía como brazo financiero directo del mencho. No se trataba de operadores aislados, sino de una célula central encargada de limpiar ganancias y establecer contacto con empresarios en la Ciudad de México.

Además de los documentos, los peritos hallaron en una caja fuerte varias memorias USB con archivos encriptados. En las primeras horas, expertos en ciberseguridad lograron abrir uno de los discos descubriendo imágenes de fiestas privadas en ranchos de Jalisco, donde aparecían artistas, políticos y presuntos capó.

En al menos dos de esos videos se observaba a Mickey Gerer arreglando a figuras del espectáculo que luego subían a cantar mientras hombres armados custodiaban el lugar. Lo que parecía un evento social era en realidad una cumbre de dinero, drogas y poder. También se encontraron armas cortas calibre 9 mm y una escopeta recortada, todas con cargadores abastecidos.

Aunque no eran muchas, su presencia confirmaba que el salón no solo funcionaba como fachada financiera, sino también como punto seguro para custodiar a personas relevantes. De hecho, uno de los cuartos traseros tenía ventanas reforzadas y salidas ocultas hacia un callejón lateral, lo que mostraba que se había diseñado pensando en la posibilidad de un ataque o fuga.

El cateo permitió incautar cinco vehículos de lujo estacionados en un sótano privado, dos camionetas blindadas, un macerati y dos BMW. Todos estaban registrados a nombre de prestanombres, con direcciones falsas en la colonia Doctores y en municipios del Estado de México. Para los investigadores, esas unidades eran utilizadas para transportar dinero y droga entre Polanco, Santa Fe y Naucalpan.

Rutas donde se habían detectado previamente corredores de lujo controlados por células del CJNG. Uno de los momentos clave del operativo ocurrió cuando las autoridades revisaron los teléfonos asegurados en el lugar. En chats de WhatsApp y Telegram se descubrieron conversaciones donde se mencionaba directamente a clientes VIP que pagaban por servicios del salón, pero que en paralelo entregaban maletas con efectivo.

Entre los nombres estaban abreviaciones de managers y empresarios de conciertos. Lo más delicado, en varias ocasiones se hacía referencia a que la niña, en aparente alusión a Ángela Aguilar, había estado presente durante citas que coincidían con entregas de dinero. La SSC aclaró que esto no la vincula a actividades ilícitas, pero confirma que las operaciones del cártel se camuflaban detrás de la normalidad de la farándula.

El vínculo con Mickey Her se volvió aún más evidente cuando en uno de los dispositivos electrónicos se encontraron audios donde él pedía tiempo para entregar cuentas al patrón. En otro se escuchaba una voz masculina advirtiéndole, “No te brinques, no le des la espalda al señor de Jalisco, porque aquí nadie sobrevive a eso.

” Para los investigadores, esas grabaciones fueron determinantes para concluir que su ejecución fue una represalia por supuestas filtraciones o incumplimientos de acuerdos con el CJNG. La magnitud del decomiso fue tal que Arfuch ordenó reforzar la seguridad en toda la zona. El dinero y las joyas fueron trasladados bajo un fuerte dispositivo al hangar de la Fiscalía General de la República, FGR.

Al mismo tiempo, se resguardaron las libretas y memorias USB en laboratorios de inteligencia financiera. La prensa no tardó en especular sobre qué tan profundo llegaban las conexiones. Había managers, promotores y empresarios musicales implicados. ¿Hasta dónde llegaban los tentáculos del mencho en la industria del entretenimiento? Vecinos de Polanco quedaron en Soc.

Algunos declararon que jamás imaginaron que el salón, siempre lleno de figuras públicas y celebridades, era en realidad un refugio del crimen. Aquí uno pensaba que solo venían señoras a pintarse el pelo y artistas a maquillarse, nunca que abajo había bóvedas con millones, relató una residente.

Otros, sin embargo, dijeron que siempre les había parecido extraño el nivel de lujo de lugar en comparación con el flujo de clientes. Era demasiado ostentoso para un negocio de belleza. La segunda parte de este caso deja en claro que no se trataba de un negocio improvisado, sino de una pieza sofisticada en la maquinaria financiera del CJNG.

El salón de Polanco fue concebido para algo más que embellecer. Fue diseñado para mezclar el dinero sucio con el glamur para que nadie sospechara que detrás de las planchas de cabello y los perfumes importados se cocinaban transacciones millonarias. El gran interrogante ahora es que tan comprometida está la industria musical con estos hallazgos.

¿Se trataba solo de un estilista que se rodeaba de gente peligrosa o de una estrategia del mencho para infiltrar la farándula? La respuesta, al menos en parte, quedó enterrada en esas libretas y memorias incautadas, cuyo contenido podría sacudir tanto al mundo del espectáculo como al de la política. La noticia del cateo al salón de belleza en Polanco estalló como una bomba en los medios de comunicación y en las redes sociales.

A primera hora de la mañana, los titulares en televisión nacional hablaban de un operativo histórico en la capital contra el CJNG. Y poco después los portales de espectáculo se enfocaron en un ángulo distinto, la conexión con Ángela Aguilar y la red de estilistas y productores cercanos a ella.

El nombre de la cantante se convirtió en tendencia, no porque hubiera pruebas directas en su contra, sino porque su vínculo profesional con Mickey Her y ahora con el salón cateado la colocaba inevitablemente en el ojo del huracán. Los programas de farándula replicaron imágenes del operativo, mostrando a los agentes de la SSC y la Guardia Nacional cargando maletas con dinero, cajas con joyas y computadoras aseguradas.

La imagen contrastaba con el recuerdo que muchos tenían de lugar un espacio de lujo donde acudían influencers, actrices y cantantes a retocar su imagen antes de conciertos o sesiones de fotos. El shock fue inmediato, la belleza y el glamur estaban contaminados por la sombra del narcotráfico. La familia Aguilar reaccionó con rapidez.

A través de un comunicado, su equipo legal aclaró que Ángela no tiene ninguna relación con el negocio ni con las actividades ilícitas señaladas. explicaron que ella solo acudía al salón como cliente, como lo hacían muchas otras figuras públicas. Sin embargo, la explicación no detuvo las especulaciones. En redes sociales, usuarios recordaban fotografías y videos donde aparecía junto a Mickey Her, lo que alimentó teoría sobre una supuesta cercanía más profunda con el círculo del estilista.

El entorno político también sintió el golpe. Algunos analistas advirtieron que la presencia del CJNG en Polanco era una señal preocupante de la capacidad del cártel para infiltrar sectores aparentemente intocables. Si pudieron operar un salón de lujo en una de las zonas más vigiladas de la ciudad, entonces la capital ya no es un refugio seguro frente al narcotráfico”, declaró un especialista en seguridad en un noticiero nocturno.

La frase se viralizó acompañada de imágenes del decomiso. Mientras tanto, dentro de la SSC, Arfuch reunió a su círculo de confianza para evaluar las consecuencias. Sabía que este operativo no pasaría desapercibido para el mencho ni para su red financiera. De hecho, reportes de inteligencia advertían que el cártel ya había dado órdenes de brindar a sus operadores en la Ciudad de México y revisar cada uno de los negocios fachada que tenían en marcha.

El cateo en Polanco no era un golpe aislado, era un mensaje y ese mensaje podía traer represalias. En los días siguientes se detectaron movimientos sospechosos en colonias como Roma, Condesa y Santa Fe, donde se sabe que células del CJNG manejan bares, restaurantes y centros nocturnos. Informes de campo señalaron reuniones entre operadores que discutían cómo mover capital y reubicar negocios para evitar otro cateo sorpresa.

Algunos incluso mencionaban abiertamente que había que ajustar cuentas con quienes, según ellos, habían filtrado la información a Arfouch. En paralelo, las reacciones en la industria del espectáculo fueron de nerviosismo. Varios managers y promotores comenzaron a revisar sus contratos, temerosos de aparecer en las libretas incautadas en el salón.

Uno de ellos, de manera anónima, declaró a un medio. Todos sabíamos que Mickey se movía en un ambiente turbio, pero nunca imaginamos que trabajara directamente para el mencho. Si esas libretas hablan, más de uno va a caer. Ese testimonio se convirtió en la comidilla de la prensa rosa y de los programas de análisis criminal.

El caso también generó un debate sobre el uso del glamour y la cultura popchadas del crimen organizado. Periodistas recordaron casos similares donde bares, disqueras y productoras musicales habían servido para lavar dinero de cárteles. El CJNG, según los expertos, llevaba la estrategia un paso más allá, usar un salón de belleza como epicentro de sus finanzas, aprovechando la discreción y la constante presencia de figuras públicas para disimular operaciones millonarias.

Arfuch, consciente de la presión mediática, ofreció una conferencia de prensa con voz firme y rodeado de mandos de la Guardia Nacional y la FGR, confirmó los decomisos, millones en efectivo, joyas, armas, vehículos y documentos clave. Subrayó que no había celebridades investigadas en ese momento, pero si se analizaban posibles conexiones financieras.

La Ciudad de México no será refugio de criminales ni sus negocios fachada. Vamos a seguir atacando sus estructuras donde sea que se escondan, afirmó. La declaración fue celebrada por unos y criticada por otros, pero dejó claro que el caso apenas comenzaba. El mencho, según fuentes de inteligencia, no tomó a la ligera la caída del salón.

Informes interceptados por agencias extranjeras sugieren que ordenó apretar la plaza y enviar refuerzos financieros para no perder presencia en la capital. Para Arfuch, esto significaba una alerta roja. El CJNG podía responder con violencia, pero también con corrupción, tratando de comprar voluntades dentro de las instituciones.

Por ello, ordenó rotar a varios mandos de la SSC y reforzar la vigilancia sobre jueces y fiscales que tendrían acceso a la carpeta del caso. En el ámbito social, el asesinato de Mickeyer comenzó a ser visto bajo otra luz. Ya no era solo un ataque aislado, sino parte de una cadena de ajustes de cuentas y silenciamientos dentro de la red del CJNG.

En el mundo artístico, cada vez más voces apuntaban a que su muerte estaba relacionada con las irregularidades detectadas en el salón y con las libretas encontradas. La narrativa de un estilista exitoso caído víctima de la violencia se transformó en la de un engranaje de un sistema mucho más oscuro. El eco mediático alcanzó incluso a organismos internacionales.

La DEA y el Departamento del Tesoro de Estados Unidos solicitaron formalmente acceso a las pruebas incautadas, especialmente a las memorias USB y las libretas contables. Para ellos, el hallazgo podía arrojar pistas sobre el movimiento de dinero del CJNG en suelo estadounidense, particularmente en ciudades como Houston, Los Ángeles y Chicago, donde se sospechaba que el cártel usaba negocios similares como fachada.

La tercera parte de esta historia, más allá de los decomisos y de la espectacularidad del operativo, pone en relieve el verdadero alcance del CJNG, un grupo que ya no se limita a controlar territorios o traficar drogas, sino que busca incrustarse en la vida cotidiana de la élite urbana, camuflando su poder en salones de belleza, bares y productoras musicales.

El caso de Polanco demostró que los tentáculos del mencho podían llegar incluso a los espejos donde las celebridades se maquillan antes de salir a un concierto. Y para Arfuch, esa era la señal de que la guerra contra el narcoterrorismo había entrado a un terreno nuevo donde el enemigo no solo se escondía en la sierra o en las fronteras, sino también en el corazón de la capital.

disfrazado de lujo y glamor.