Querida Mamá,
¡Mamá, no seré pequeño por siempre! Cada vez que miro a mi alrededor, me doy cuenta de lo rápido que pasa el tiempo. A veces, me parece que fue ayer cuando apenas podía caminar y ahora estoy corriendo y explorando el mundo con curiosidad. Aprovecha cada momento conmigo, mamá. Mi infancia pasa más rápido de lo que imaginas. Sin darte cuenta, estaré dejando atrás los días en que me despertaba en la madrugada solo para buscar tus brazos o los de papá, esos abrazos que ahuyentan mis temores.
Recuerdo esas noches en las que me despertaba asustado por alguna pesadilla y corría a tu habitación. Te encontraba allí, siempre lista para abrazarme y calmarme. Tus brazos son mi refugio, el lugar donde siempre me siento seguro. Me encanta cómo me miras con esos ojos llenos de amor y comprensión, y cómo me susurras que todo estará bien. Esos momentos son los que atesoro en mi corazón, y sé que algún día, cuando sea mayor, miraré atrás y recordaré con cariño esas noches en las que solo necesitaba tu presencia para sentirme mejor.
A veces, cuando salimos juntos, mis piernitas se cansan y te pido que me alces. Sé que tú también te agotas, pero disfruta de cargarme mientras puedas, porque llegará el día en que ya no lo necesitaré. Esos instantes en los que me levantas en tus brazos son mágicos. Me siento como si estuviera volando, y el mundo se ve diferente desde allí arriba. Me encanta mirar a la gente pasar, ver los árboles moverse con el viento y sentir la brisa en mi cara.
Recuerdo un día en particular, cuando fuimos al parque. Estaba tan emocionado de jugar en los columpios y deslizarme por el tobogán, pero después de un rato, mis piernas comenzaron a cansarse. Te miré y te pedí que me alzases. Recuerdo cómo sonreíste y me levantaste con tanta facilidad. En ese momento, sentí que era el niño más afortunado del mundo. No solo porque podía ver todo desde lo alto, sino porque sabía que tenía a la mejor mamá del mundo a mi lado.
También hay ocasiones en las que me duermo en el auto y descanso sobre tu hombro mientras me llevas a casa. Esos momentos en tus brazos me hacen sentir profundamente unido a ti. A veces, mientras duermo, me despierto un poco y veo tu rostro concentrado en la carretera, y eso me da una sensación de paz. Sé que estás cuidando de mí, y eso me hace sentir seguro.
Esos trayectos en auto son especiales. Me encanta escuchar la música que pones y cómo cantas algunas canciones. A veces, incluso me despierto y te veo sonreír mientras cantas. Me gustaría que esos momentos duraran para siempre. Pero sé que, con el tiempo, dejaré de necesitar esos momentos de descanso en tu hombro. Así que, por favor, disfrutemos de cada uno de ellos mientras pueda.
Pronto dejarás de limpiar mi carita manchada de helado o chocolate, esa que tanto te hace reír. Recuerdo la última vez que comí un helado y, por supuesto, terminé con la cara llena de chocolate. Te reíste tanto al verme, y aunque me sentí un poco avergonzado, no pude evitar sonreír contigo. Esos momentos son los que hacen que la vida sea especial. Me encanta cuando me miras y me dices que soy tu pequeño travieso.
Y cuando me frustro o lloro porque algo no sale como quiero, solo te pido paciencia. Estoy descubriendo quién soy, formando mi personalidad. A veces, me siento tan confundido y frustrado. Quiero hacer las cosas bien, pero a veces no sé cómo. Te veo, y quiero ser como tú, pero a veces me siento pequeño e incapaz. Enséñame, acompáñame… pero no descargues tu enojo conmigo.
Sé que a veces te exasperas cuando no entiendo algo o cuando no quiero comer mis verduras. Pero, por favor, recuerda que estoy aprendiendo. Estoy en un viaje de descubrimiento, y cada día es una nueva aventura. A veces, solo necesito un poco más de tiempo para entender las cosas. Tus palabras de aliento y tu paciencia son lo que más necesito en esos momentos.
Recuerda que muchas veces, tus besos son suficientes para curar mis tristezas. Cuando me siento triste o frustrado, un simple beso tuyo puede hacer que todo se sienta mejor. Es como si tu amor tuviera el poder de borrar todas mis preocupaciones. A veces, solo necesito que te acerques y me des un abrazo. Esos abrazos son como un bálsamo para mi alma, y me hacen sentir que todo estará bien.
No seré un niño para siempre, mamá. Pero todo lo que llegue a ser, será en gran parte gracias a ti. Eres mi modelo a seguir. 🥰💞 Cada día, aprendo algo nuevo de ti. Me enseñas a ser amable, a compartir y a ser valiente. Me muestras cómo enfrentar los desafíos con una sonrisa y cómo encontrar alegría en las pequeñas cosas.
A veces me pregunto cómo sería mi vida sin ti. No puedo imaginarlo. Tu amor y tu apoyo son lo que me dan fuerzas para seguir adelante. Me has enseñado a ser curioso, a hacer preguntas y a nunca dejar de aprender. Me has mostrado que la vida está llena de maravillas, y que siempre hay algo nuevo por descubrir.
Quiero que sepas que valoro cada momento que pasamos juntos. Cada risa, cada lágrima, cada abrazo. Todo eso forma parte de lo que soy y de lo que llegaré a ser. Estoy tan agradecido de tenerte en mi vida. Eres más que una madre para mí; eres mi amiga, mi confidente y mi mayor apoyo.
A medida que crezco, sé que habrá momentos en los que querré alejarme y explorar el mundo por mi cuenta. Pero siempre llevaré contigo en mi corazón. Siempre recordaré las lecciones que me has enseñado y el amor que me has dado. Aunque me aleje, siempre volveré a ti, porque eres mi hogar.
Así que, mamá, aprovecha cada momento conmigo. Disfrutemos de cada risa, de cada aventura y de cada abrazo. Porque aunque el tiempo pase rápidamente, siempre llevaré contigo en mi corazón. Gracias por ser la mejor mamá del mundo. Te amo más de lo que las palabras pueden expresar.
Con todo mi amor,
Tu pequeño.
News
Se llamaba Bimbo
No sé si alguna vez has sentido una conexión tan profunda con un ser que parece que solo él puede…
El Niño que Recogía las Monedas Olvidadas en los Teléfonos Públicos… Para Comprar Tiempo
Capítulo 1: La Rutina de Samuel En un pequeño barrio de la ciudad, donde los edificios se alineaban como guardianes…
El Niño de la Plaza
Capítulo 1: El Encuentro en la Plaza En una plaza del centro de la ciudad, donde los turistas se detenían…
Un Título Que Habla
Capítulo 1: El Inicio del Viaje Dicen que un título no significa nada. Lo dice gente que nunca sintió el…
Creciendo sin ti
Capítulo 1: La ausencia Mira, papá… crecí sin ti. Desde que tengo memoria, tu ausencia ha sido una sombra que…
Más allá de la sangre
Prólogo —¿Y él quién es? —me preguntó con curiosidad, señalando una fotografía algo desgastada que guardo en mi billetera, una…
End of content
No more pages to load