enfermera desapareció en turno nocturno en CDMX 5 años después. Doctor encuentra esto en hospital. El Dr. Eduardo Ramírez Mendoza llevaba 15 años trabajando en el Hospital General de México cuando descubrió algo que cambiaría todo. Era su segundo día como nuevo jefe del departamento de cardiología

cuando decidió revisar personalmente los archivos médicos del almacén subterráneo, un lugar que había sido prácticamente abandonado durante la renovación digital del hospital.
¿Cuándo fue la última vez que alguien bajó aquí?, preguntó Eduardo a la secretaria del departamento mientras observaba las cajas polvorientas apiladas hasta el techo. Hace años, doctor, desde que digitalizamos todo en 2016, nadie baja, solo guardamos los expedientes viejos por regulación. Eduardo

caminó entre los pasillos estrechos formados por las cajas.
Su objetivo era encontrar espacio para nuevos archivos del departamento, pero algo le llamó la atención. Una caja marcada, personal desaparecido, 2014 estaba parcialmente abierta y algunos documentos se habían derramado al suelo. Se agachó y recogió los papeles. El primero era una identificación

del hospital con foto. Paloma Herrera Vázquez, enfermera turno nocturno, departamento de urgencias.
La foto mostraba a una mujer joven de unos 30 años, sonrisa amable, cabello castaño recogido. Paloma Herrera Vázquez, murmuró Eduardo examinando el documento. La fecha de emisión era enero de 2014. Había una nota adjunta escrita a mano. Desaparición reportada 15 de marzo 2014. Turno nocturno sin

rastro.
Investigación cerrada por falta de evidencias. Archivo DR Salazar. Eduardo conocía al Dr. Rubén Salazar Córdoba, actual director médico del hospital. Un hombre respetado, con 30 años de carrera, reconocido por su gestión eficiente y su dedicación al hospital. ¿Por qué habría archivado personalmente

el caso de una enfermera desaparecida? Continuó revisando los documentos.
Encontró el reporte oficial de la desaparición. La enfermera Paloma Herrera Vázquez no se presentó a su turno del 16 de marzo de 2014. Última vez vista terminando su turno nocturno del 15 de marzo a las 6:30 a. Investigación realizada por seguridad del hospital y autoridades locales, sin evidencia

de actividad criminal, caso archivado como abandono voluntario del trabajo. Pero había algo más.
Metido entre las páginas del reporte oficial, Eduardo encontró una hoja suelta con letra diferente, aparentemente escrita por la propia paloma. Dr. Salazar me pidió quedarme después del turno. Dice que hay algo importante que discutir sobre los medicamentos del almacén.

No entiendo por qué a las 7 a, pero dijo que era urgente. Si algo me pasa, busquen en La nota. Estaba incompleta, cortada abruptamente. Eduardo revisó todos los documentos de la caja, pero no encontró continuación. Sin embargo, había otra cosa extraña, un pequeño pedazo de papel con números

escritos a mano. Almacén 3B, lote 400892, morfina 150 ampollas, control nocturno.
Eduardo tomó fotografías de todos los documentos con su teléfono móvil. Su mente médica comenzó a conectar los puntos. Morfina, control nocturno, almacén. La petición extraña del Dr. Salazar para que Paloma se quedara después del turno. Todo apuntaba a algo relacionado con medicamentos controlados.

Decidió buscar más información sobre Paloma Herrera Vázquez en los registros digitales del hospital. En la computadora de su oficina accedió al sistema de recursos humanos con sus credenciales de jefe de departamento. El perfil de Paloma mostraba una empleada ejemplar. 5 años trabajando en el

hospital. Turno de urgencias, evaluaciones excelentes sin reportes disciplinarios.
Su último supervisor había sido Francisco Javier Morales Delgado, supervisor nocturno de enfermería, quien también había registrado su ausencia el 16 de marzo. Eduardo decidió llamar a Francisco Morales. Según el directorio, aún trabajaba en el hospital, ahora en el turno diurno. Francisco habla

Eduardo Ramírez, nuevo jefe de cardiología.
¿Podrías venir a mi oficina? Necesito preguntarte sobre una empleada que supervisaste hace años. 20 minutos después, Francisco Morales llegó a la oficina. Era un hombre de unos 50 años, nervioso, que parecía incómodo con la convocatoria. ¿Se trata de algún problema, doctor? Paloma Herrera Vázquez,

¿la recuerdas? Francisco cambió inmediatamente de expresión. Sus manos comenzaron a temblar ligeramente. Ah, sí, Paloma. Desapareció hace años.
muy triste. Era buena enfermera. ¿Qué pasó exactamente esa noche? Terminó su turno normal. Se fue a casa. Nunca más volvió. La policía investigó, pero no encontraron nada. Asumieron que se había ido con algún novio o algo así. Eduardo notó que Francisco evitaba el contacto visual.

“¿Sabías que el doctor Salazar la había citado después del turno para hablar sobre medicamentos del almacén?” Francisco palideció completamente. No, no sabía eso. Yo me voy siempre a las 7 a cuando termina mi turno. No sabía de ninguna reunión. ¿Había algún problema con medicamentos controlados en

esa época? No, que yo recuerde, todo estaba normal. Eduardo decidió presionar un poco más.
Francisco, encontré una nota de paloma mencionando al Dr. Salazar y algo sobre medicamentos. ¿Estás seguro de que no sabías nada? Francisco se levantó abruptamente. Doctor, yo solo era supervisor de enfermería. No sabía nada de reuniones con directores ni de medicamentos. Si me disculpa, tengo que

volver al trabajo. Después de que Francisco se fue, Eduardo se quedó pensando.
La reacción del supervisor había sido demasiado defensiva. Decidió buscar los registros de medicamentos controlados de marzo de 2014. En el sistema encontró las auditorías mensuales de narcóticos. En el informe de marzo de 2014 había una discrepancia. Faltaban 150 ampollas de morfina del lote 408 o

92, exactamente los números que había encontrado en la nota de Paloma.
El reporte estaba firmado por el Dr. Rubén Salazar Córdoba como pérdida por vencimiento, desecho autorizado. Eduardo verificó las fechas. El reporte de pérdida de morfina estaba fechado el 16 de marzo de 2014, un día después de la desaparición de Paloma. Demasiada coincidencia, decidió contactar a

la familia de Paloma.
En los archivos de recursos humanos encontró su información de contacto de emergencia. Rodrigo Herrera Sandoval, esposo, marcó el número telefónico. Después de varios timbrazos, una voz masculina respondió, Rodrigo Herrera. Sí, ¿quién habla? Soy el Dr. Eduardo Ramírez del Hospital General. Estoy

investigando la desaparición de su esposa, Paloma. Hubo un largo silencio.
Después de 5 años, ¿por qué ahora? He encontrado nueva información. ¿Podríamos reunirnos? Venga a mi casa esta tarde. Calle Insurgentes Norte 1247, colonia Tlatelolco. Mi hija Isabela también quiere saber qué pasó con su mamá. Eduardo colgó y miró otra vez los documentos que había fotografiado. La

investigación oficial había sido superficial, realizada principalmente por seguridad del hospital y archivada rápidamente. No había registro de investigación policial profunda.
Esa tarde, Eduardo llegó a la dirección proporcionada. Era un pequeño departamento en un edificio de clase media. Rodrigo Herrera lo recibió junto con una adolescente de unos 14 años, evidentemente Isabela. Doctor, hace 5 años todos nos dijeron que Paloma había abandonado el trabajo

voluntariamente, que probablemente tenía problemas personales y decidió irse. Pero nosotros sabíamos que eso era imposible.
¿Por qué imposible? Paloma amaba su trabajo y además nunca habría abandonado a Isabela. Era la madre más dedicada que conocí. Algo le pasó esa noche en el hospital. Isabela, con lágrimas en los ojos agregó, “Mi mamá me había prometido llevarme al zoológico ese fin de semana. Tenía todo planeado.

Incluso había comprado los boletos con anticipación. Están todavía en su buró sin usar.
” Eduardo mostró la fotografía de la nota incompleta de Paloma. “¿Reconocen esta letra?”, Rodrigo examinó la imagen en el teléfono. “Sí, es la letra de Paloma. Siempre escribía así. ¿Dónde encontró esto? En archivos del hospital que supuestamente habían sido perdidos.

Paloma alguna vez mencionó problemas con medicamentos o con el doctor Salazar. Nunca mencionó problemas específicos con él, pero sí dijo varias veces que había cosas raras en el turno nocturno, medicamentos que desaparecían, registros que no cuadraban. Le preocupaba que alguien estuviera robando

medicinas. reportó estas preocupaciones.
Dijo que lo había mencionado a su supervisor, Francisco, algo, pero que él le dijo que no se metiera en problemas, que era mejor mantenerse callada. Eduardo tomó notas mentales. Francisco Morales había mentido esa mañana cuando dijo no saber de ningún problema con medicamentos. La policía investigó

estas preocupaciones de paloma.
La policía apenas habló con nosotros, dijeron que como no había signos de violencia y Paloma era adulta, probablemente se había ido voluntariamente. El caso se cerró en dos semanas. Isabela intervino. ¿Usted cree que le hicieron algo a mi mamá? Eduardo no quería crear falsas esperanzas, pero

tampoco podía ignorar las evidencias que había encontrado. No lo sé todavía, Isabela, pero voy a averiguarlo.
Tu mamá merece que sepamos la verdad. Esa noche, Eduardo regresó al hospital para su turno regular. Durante su descanso, decidió explorar el almacén 3B mencionado en la nota de Paloma. Según el plano del hospital, estaba ubicado en el sótano, cerca del área de urgencias donde Paloma trabajaba.

El almacén estaba cerrado con llave, pero Eduardo tenía acceso como jefe de departamento. Al entrar, encontró filas de estanterías metálicas llenas de medicamentos y suministros médicos. La sección de medicamentos controlados estaba en la parte posterior con seguridad adicional. Buscó información

sobre el lote 4T7892 de morfina. En los registros digitales actuales no había mención de este lote específico.
Sin embargo, en una esquina del almacén encontró un registro físico viejo, un cuaderno donde se anotaban manualmente las entradas y salidas nocturnas de medicamentos controlados. Revisando las páginas de marzo de 2014, encontró la entrada. 15 marzo 2014 23. Charlie 5, lote 46892, morfina 150p,

retirado para urgencias. Autorizado Dr. Salazar, enfermera responsable P.
Herrera Pero había algo extraño debajo de esta entrada con letra diferente y tinta distinta, alguien había escrito: “6 marzo 2014, error de registro anterior, lote devuelto sin uso FJM”. Las iniciales FJM correspondían a Francisco Javier Morales, el supervisor nocturno que había mentido sobre

conocer los problemas con medicamentos.
Eduardo fotografió la página y continuó revisando. En las semanas siguientes al 15 de marzo, no había más registros de Paloma Herrera. Su nombre simplemente desapareció de los registros de trabajo. Al salir del almacén, Eduardo se topó con el vigilante nocturno. Drctor Ramírez, ¿trabajando muy

tarde? Sí, revisando unos archivos.
Oye, ¿tú trabajabas aquí en 2014? Sí, señor. Llevo 12 años aquí. ¿Recuerdas a una enfermera llamada Paloma Herrera que desapareció en marzo de 2014? El vigilante, un hombre mayor llamado Arturo, según su gafete, miró nerviosamente hacia los lados. Paloma. Sí, la recuerdo. Buena muchacha, muy

responsable. ¿Recuerdas la noche que desapareció? Esa noche fue rara.
Había mucho movimiento en el sótano cerca de los almacenes. El doctor Salazar y otros doctores estuvieron aquí muy tarde. No es normal que el director esté a esas horas. ¿Viste a Paloma esa noche? La vi terminar su turno como siempre a las 6:30 a, pero después como a las 7:15 la vi regresar. Iba

hacia los almacenes con el doctor Salazar.
Eduardo sintió un escalofrío. El reporte oficial decía que Paloma había terminado su turno y se había ido a casa, pero según el vigilante había regresado. ¿Estás seguro de que la viste regresar? completamente seguro. Me extrañó porque ya había marcado salida. Pensé que había olvidado algo. ¿La

viste salir después de esa reunión? No, doctor.
Mi turno terminó a las 8 a y me fui a casa, pero esa fue la última vez que vi a Paloma. Eduardo regresó a su oficina y revisó nuevamente todos los documentos que había fotografiado. La cronología no concordaba con la versión oficial. Según el vigilante, Paloma había regresado al hospital después de

terminar su turno para reunirse con el doctor Salazar sobre los medicamentos del almacén.
Decidió investigar más sobre el Dr. Salazar. En los registros administrativos encontró que había sido promovido a director médico en abril de 2014, apenas un mes después de la desaparición de Paloma. También descubrió que había implementado nuevos protocolos de seguridad para medicamentos

controlados inmediatamente después de su ascenso.
Eduardo tomó una decisión. Al día siguiente buscaría al detective que había manejado el caso original si es que había habido investigación policial real. También contactaría a más empleados que hubieran trabajado en 2014 para reconstruir los eventos de esa noche.

Mientras guardaba los documentos en su escritorio, Eduardo recibió un mensaje de texto de un número desconocido. Dr. Ramírez, es mejor que no siga haciendo preguntas sobre el pasado. Hay cosas que es mejor dejar enterradas. Eduardo miró el mensaje con preocupación. Apenas había comenzado a

investigar y ya alguien sabía de sus actividades. Guardó captura de pantalla del mensaje y decidió que al día siguiente iría directamente a las autoridades.
Esa noche, antes de irse a casa, Eduardo pasó por el almacén 3B una vez más. Quería revisar si había más documentos ocultos. Al abrir la puerta, notó que alguien había estado allí. El cuaderno de registros que había consultado horas antes ya no estaba en el mismo lugar y varias cajas habían sido

movidas. Buscó el cuaderno y lo encontró, pero la página de marzo de 2014 había sido arrancada.
Alguien había eliminado la evidencia de la presencia de Paloma esa madrugada. Eduardo salió del hospital con una certeza. Paloma Herrera Vázquez no había desaparecido voluntariamente. Algo terrible le había ocurrido esa noche de marzo de 2014 y alguien muy poderoso en el hospital estaba dispuesto a

hacer cualquier cosa para mantenerlo en secreto.
Al día siguiente, Eduardo decidió contactar directamente a las autoridades que habían manejado el caso original. Después de varias llamadas a diferentes dependencias, finalmente localizó a la detective Ana Sofía Torres Guzmán. de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, quien había

sido asignada al caso de Paloma en 2014.
Detective Torres, soy el Dr. Eduardo Ramírez del Hospital General. Estoy investigando la desaparición de Paloma Herrera Vázquez de 2014 y me gustaría revisar el expediente oficial. Doctor, ese caso se cerró hace 5 años. ¿Por qué el interés renovado? He encontrado nueva evidencia que sugiere que la

investigación original pudo haber pasado por alto elementos importantes.
Venga a mi oficina esta tarde, traiga toda la evidencia que tenga. A las 3 pm, Eduardo se presentó en las oficinas de la Procuraduría con una carpeta conteniendo todas las fotografías y notas que había recopilado. La detective Torres era una mujer de unos 40 años de apariencia seria y profesional.

Déjeme revisar qué tenemos del caso original”, dijo Torres buscando en su sistema de archivo digital. Aquí está. Reporte iniciado el 17 de marzo de 2014, dos días después de la desaparición reportada. Investigador asignado, detective Miguel Cordero, quien se retiró en 2016. ¿Puedo ver el expediente

completo? Claro, es un caso sin resolver, así que está disponible para revisión.
Torres imprimió el expediente completo que constaba de apenas ocho páginas. Eduardo lo revisó cuidadosamente y se dio cuenta de que la investigación había sido sorprendentemente superficial. El reporte policial decía, “Entrevistas realizadas con esposo Rodrigo Herrera Sandoval, sin información

útil. Supervisores del hospital reportan que empleada tenía comportamiento normal.
No hay evidencia de actividad criminal sin testigos de actos violentos. Probable abandono voluntario del empleo. Detective Torres, esta investigación parece incompleta. ¿No se entrevistó al Dr. Salazar, quien aparentemente había citado a Paloma esa madrugada? Torres revisó el expediente. No hay

registro de entrevista con ningún Dr. Salazar.
Según esto, solo se habló con el supervisor de enfermería, Francisco Morales. Eduardo le mostró las fotografías de los documentos encontrados en el archivo. Mire esto. Esta nota de Paloma menciona específicamente que el doctor Salazar la citó después del turno para hablar de medicamentos y estos

números corresponden exactamente a un faltante de morfina reportado un día después de su desaparición. Torres examinó las imágenes con creciente interés.
Esta evidencia no estaba en nuestro expediente original. ¿De dónde salió? Del archivo personal del propio Dr. Salazar. Estaba en una caja marcada como personal desaparecido guardada en el sótano del hospital. Si el Dr. Salazar tenía estos documentos, ¿por qué no se presentaron durante la

investigación original? Esa es exactamente la pregunta que necesitamos responder.
Torres tomó notas detalladas y pidió copias de todas las fotografías. Dr. Ramírez, voy a reabrir este caso oficialmente, pero necesito que me ayude a entender el ambiente del hospital. ¿Qué tipo de persona es el Dr. Salazar? Externamente es respetado. Lleva más de 30 años en el hospital. Fue

promovido a director apenas un mes después de la desaparición de Paloma.
implementó nuevos protocolos de seguridad para medicamentos controlados inmediatamente después de asumir el cargo. ¿Qué tipo de acceso tenía a medicamentos controlados en 2014? Como médico senior, tenía autorización para retirar medicamentos para emergencias. Pero retiros grandes como 150 ampollas

de morfina requieren documentación especial y justificación médica. Torres consultó su computadora.
Voy a solicitar todos los registros de la investigación original y contactar al Detective Cordero, aunque esté retirado. También necesito hablar directamente con el Dr. Salazar y revisar todos los protocolos de medicamentos del hospital de esa época.

Detective, recibí un mensaje amenazante anoche después de comenzar mi investigación. ¿Alguien sabe que estoy haciendo preguntas? Torre se puso seria. Guardó el mensaje. Eduardo le mostró la captura de pantalla. Esto confirma que alguien está nervioso por su investigación. Necesita ser cuidadoso,

doctor. Si realmente hay algo criminal aquí, podría estar en peligro.
¿Qué me recomienda? No investigue solo. Comparta toda la información conmigo. No confronte al doctor Salazar directamente todavía. Y manténgame informada de cualquier comportamiento extraño en el hospital. Eduardo regresó al hospital esa tarde con una misión clara. observar discretamente al Dr.

Salazar y recopilar más información sobre los eventos de marzo de 2014.
Durante su turno, notó que el Dr. Salazar parecía más atento de lo normal a sus actividades. En dos ocasiones, Eduardo lo vio observándolo desde lejos. Cuando sus miradas se cruzaron, Salazar sonrió cordialmente y saludó como siempre. Pero había algo diferente en su expresión. Eduardo decidió

hablar con más empleados que hubieran estado en el hospital durante 2014.
Encontró a Rosa María Téz Fuentes, una auxiliar administrativa que llevaba 20 años en el hospital. Rosa María, ¿recuerdas a la enfermera Paloma Herrera que desapareció hace 5 años? Claro. Paloma era muy querida. Su desaparición nos impactó mucho. Era imposible que hubiera abandonado el trabajo así

como así.
¿Por qué imposible? Porque acababa de solicitar más horas extras. Necesitaba dinero para la operación de su suegra. No tenía sentido que abandonara el trabajo cuando más lo necesitaba. ¿Sabes algo sobre problemas con medicamentos en esa época? Rosa María miró hacia los lados para asegurarse de que

nadie los escuchara. Había rumores.
Algunos decían que medicamentos caros desaparecían del almacén nocturno, pero nadie hablaba abiertamente del tema. ¿Recuerdas algo específico sobre la noche que desapareció Paloma? Esa mañana, cuando llegué a las 7 a vi al doctor Salazar saliendo del área de almacenes con dos hombres que no

conocía.
No eran médicos del hospital, tenían aspecto de, no sé cómo decirlo, gente peligrosa. ¿Podrías describir a esos hombres? Uno era alto, con cicatriz en la cara, el otro más bajo. Vestía traje negro, pero se veía fuera de lugar en el hospital. hablaban en voz baja con el Dr. Salazar. Eduardo sintió

que se acercaba a algo importante. El Dr.
Salazar había estado en el hospital esa madrugada con personas externas justo en el momento del supuesto retiro de morfina y la desaparición de Paloma. Rosa María, esto es muy importante. Reportaste haber visto a estos hombres. Le mencioné a Francisco Morales lo que había visto, pero me dijo que

mejor me enfocara en mi trabajo y no hiciera preguntas sobre los doctores.
¿Alguna vez viste a estos hombres otra vez en el hospital? No después de esa mañana, pero un par de semanas después noté que habían instalado nuevas cámaras de seguridad en toda el área de almacenes. Eduardo agradeció la información y regresó a su oficina para procesar todo lo que había aprendido.

La imagen que se formaba era preocupante. El Dr.
Salazar había estado involucrado en algún tipo de operación con medicamentos controlados. Paloma había descubierto algo y su desaparición había coincidido exactamente con estos eventos. Decidió llamar nuevamente a la detective Torres para compartir la nueva información.

Detective, he hablado con una testigo que vio al doctor Salazar con dos hombres desconocidos en el hospital la madrugada de la desaparición de Paloma. Testigo confiable. Rosa María Télez, auxiliar administrativa con 20 años en el hospital. Muy respetada, sin historial de problemas. Necesito hablar

con ella directamente. ¿Puede organizarlo? Sí, pero detective, hay algo más. El supervisor Francisco Morales ha mentido consistentemente.
Primero negó saber sobre problemas con medicamentos. Luego Rosa María me confirmó que ella le había reportado haber visto a los hombres extraños. Francisco Morales está involucrado. Entonces, necesitamos ser muy cuidadosos. Si hay una conspiración en el hospital, no sabemos qué tan profunda llega.

¿Qué hacemos ahora? Mañana voy a solicitar oficialmente todos los registros de medicamentos controlados de marzo de 2014. También voy a entrevistar formalmente a Francisco Morales. Mientras tanto, usted siga observando, pero no confronte a nadie directamente. Esa noche, Eduardo se fue a casa con la

sensación de que había destapado algo mucho más grande de lo que había imaginado inicialmente.
Paloma Herrera Vázquez no solo había desaparecido, probablemente había sido silenciada por descubrir una red de robo de medicamentos que involucraba al más alto nivel del hospital. Eduardo decidió investigar por su cuenta antes de la entrevista oficial que conduciría la detective Torres. Sabía que

tenía acceso privilegiado al hospital y podía obtener información que las autoridades tardarían días en conseguir a través de canales oficiales.
Su primera parada fue el Departamento de Recursos Humanos. Necesitaba revisar los expedientes laborales completos de todos los involucrados. Dr. Salazar, Francisco Morales y cualquier otro empleado que hubiera estado presente durante los turnos nocturnos de marzo de 2014. La encargada de recursos

humanos, licenciada Carmen Estrada, conocía a Eduardo desde que había comenzado a trabajar en el hospital.
Doctor Ramírez, ¿necesita algo específico? Carmen, estoy revisando algunos casos antiguos de personal que ya no trabaja aquí. ¿Podrías ayudarme con los expedientes de empleados de 2014? Claro, pero necesito que me diga específicamente qué busca. Información sobre Paloma Herrera Vázquez y cualquier

empleado del turno nocturno de urgencias de marzo de 2014.
Carmen accedió al sistema y comenzó a buscar. Paloma Herrera. Aquí está. Expediente completo. Comenzó a trabajar en enero de 2009. Turno nocturno de urgencias. excelentes evaluaciones. Nunca tuvo problemas disciplinarios. ¿Hay algún registro de conflictos o reportes internos durante sus últimas

semanas de trabajo? Déjeme revisar, no hay reportes disciplinarios, pero hay algo interesante.
En febrero de 2014, Paloma solicitó una reunión con el comité de ética del hospital. Eduardo se inclinó hacia adelante. Esta era información nueva. ¿Qué tipo de reunión? Según el registro, quería reportar irregularidades en el manejo de medicamentos controlados durante turno nocturno. La reunión

fue programada para el 20 de marzo de 2014.
¿Se realizó esa reunión? No. Fue cancelada debido a la ausencia de la solicitante. Paloma había desaparecido 5co días antes. Eduardo sintió un escalofrío. Paloma había programado oficialmente reportar irregularidades 5co días después de su desaparición. Alguien sabía de esta reunión programada y

había actuado para impedirla.
Carmen, ¿quién más tenía acceso a esta información sobre la reunión programada? El comité de ética está compuesto por el director médico, que en 2014 era el Dr. Salazar, el jefe de enfermería y dos médicos senior. La solicitud se procesó a través del departamento administrativo. ¿Quién era el jefe

de enfermería en 2014? Carlos Alberto Jiménez Ruiz.
Aún trabaja aquí, pero ahora en el turno diurno. Eduardo anotó el nombre y pidió el expediente de Carlos Jiménez. Carlos ha estado aquí desde 2010, buen empleado, pero hay algo curioso. En abril de 2014 recibió una bonificación especial por servicios extraordinarios al hospital, 50,000 pesos.

¿Qué tipo de servicios extraordinarios? El documento solo dice apoyo en reorganización de protocolos de medicamentos y gestión de crisis de personal firmado por el Dr. Salazar. Eduardo comenzó a ver el patrón. Todos los que habían estado involucrados en el turno nocturno cuando desapareció Paloma,

habían recibido algún tipo de beneficio después del incidente.
Salazar había sido promovido a director. Carlos había recibido una bonificación. Francisco había conservado su trabajo a pesar de las irregularidades. ¿Hay expedientes de otros empleados del turno nocturno de marzo de 2014? Carmen buscó en el sistema. Había un total de seis personas trabajando en

turno en urgencias esa noche.
Paloma Herrera, Francisco Morales como supervisor, Carlos Jiménez como jefe de enfermería, dos enfermeras más Guadalupe Santos López y María Elena Vargas Ruiz y un interno, Dr. Javier Mendoza Herrera. Puedo ver los expedientes de las otras enfermeras. Guadalupe Santos renunció en abril de 2014, un

mes después de la desaparición de Paloma. María Elena Vargas fue transferida al turno diurno en la misma fecha.
Eduardo notó otro patrón sospechoso. Todo el equipo de enfermería nocturno había sido disuelto inmediatamente después de la desaparición de Paloma. ¿Hay información de contacto actual para Guadalupe Santos? Tengo su último domicilio conocido, pero no sé si sigue siendo válido después de 5 años.

Eduardo anotó la dirección y decidió buscar a las ex enfermeras.
Si habían visto algo esa noche, podrían proporcionar testimonios cruciales. Su primera parada fue la dirección de María Elena Vargas, quien aún trabajaba en el hospital, pero en turno diurno. La encontró en el área de medicina interna. María Elena Vargas. Sí. ¿Quién pregunta? Dr. Eduardo Ramírez.

jefe de cardiología, ¿podrías acompañarme a mi oficina? Tengo algunas preguntas sobre tu tiempo en el turno nocturno.
María Elena se puso visiblemente nerviosa. ¿Hay algún problema? Llevo 5 años trabajando en el diurno sin ningún incidente. No hay problema contigo, es sobre Paloma Herrera. En la oficina de Eduardo, María Elena se sentó tensa en el borde de la silla. María Elena, ¿qué recuerdas de la última noche

que trabajaste con Paloma? Fue hace 5 años, doctor.
No recuerdo detalles específicos. Era el 15 de marzo de 2014. Paloma desapareció después de ese turno. Sí, recuerdo que no volvió al trabajo. Nos dijeron que había renunciado. ¿Viste algo inusual esa noche? María Elena comenzó a retorcerse las manos. Doctor, yo tengo familia, hijos pequeños. No

quiero problemas. ¿Problemas con quién? Con nadie.
Solo esa noche hubo mucho movimiento en los almacenes, gente que normalmente no está ahí a esas horas. ¿Qué tipo de gente? El doctor Salazar estaba ahí muy tarde y había otros hombres que no conocía. Francisco Morales nos dijo que no hiciéramos preguntas, que nos enfocáramos solo en nuestros

pacientes.
¿Viste a Paloma interactuar con alguna de estas personas? Vi cuando Francisco le dijo que el doctor Salazar quería hablar con ella. Paloma se veía nerviosa. Había estado muy preocupada durante toda la semana anterior. Preocupada por qué. María Elena miró hacia la puerta como si temiera que alguien

estuviera escuchando. Paloma había encontrado discrepancias en los registros de medicamentos.
Llevaba días haciendo cálculos, comparando las órdenes médicas con los retiros del almacén. Decía que faltaban muchos medicamentos caros. ¿Le dijiste esto a la policía cuando investigaron? Nadie me entrevistó, doctor. A mí y a Guadalupe nos transfirieron inmediatamente después de la desaparición.

Nos dijeron que era una reorganización del departamento, pero entendimos el mensaje, no hacer preguntas. Eduardo se dio cuenta de que la investigación policial original había sido deliberadamente limitada. Las testigos clave nunca fueron entrevistadas. ¿Sabes dónde puedo encontrar a Guadalupe

Santos? Guadalupe se fue de la ciudad después de renunciar. Estaba muy asustada.
Dijo que había visto algo esa noche que la hizo sentir insegura. ¿Qué había visto? Nunca me dijo específicamente, solo que había estado en el almacén para buscar suministros y había escuchado voces muy alteradas. Una de las voces era la de Paloma y sonaba asustada. Eduardo tomó notas detalladas de

toda la conversación.
María Elena, ¿estarías dispuesta a repetir esta información? oficialmente a las autoridades. Doctor, tengo miedo. Han pasado 5 años y nadie ha preguntado sobre esto. ¿Por qué ahora? Porque encontré evidencia de que Paloma no desapareció voluntariamente y porque su familia merece saber la verdad.

Si acepto hablar con la policía, ¿me pueden proteger? Sí, la detective Torres está manejando el caso y puede garantizar tu seguridad. María Elena finalmente accedió a cooperar, pero pidió tiempo para prepararse mentalmente. Esa tarde, Eduardo intentó localizar a Guadalupe Santos en la dirección que

había obtenido de recursos humanos. Era un edificio de departamentos en la colonia Roma Norte.
Tocó en el departamento correspondiente, pero una vecina le informó que Guadalupe se había mudado años atrás sin dejar dirección. ¿Sabe algo sobre por qué se mudó? Estaba muy nerviosa siempre. Decía que tenía problemas en su trabajo anterior y necesitaba comenzar de nuevo en otro lugar.

Eduardo regresó al hospital frustrado por no poder localizar a Guadalupe, pero satisfecho por la información que había obtenido de María Elena. El patrón era cada vez más claro. Había existido una operación sistemática de robo de medicamentos. Paloma la había descubierto y su desaparición había

sido organizada para silenciarla antes de que pudiera reportar oficialmente las irregularidades.
Esa noche, mientras revisaba sus notas en la oficina, Eduardo recibió una visita inesperada. El doctor Salazar tocó a la puerta y entró sin esperar respuesta. Eduardo, ¿cómo te está yendo en tu nuevo puesto? Muy bien, Dr. Salazar, adaptándome a las responsabilidades. Me han dicho que has estado

haciendo muchas preguntas sobre casos antiguos.
¿Hay algo en lo que pueda ayudarte? Eduardo decidió medir la reacción de Salazar. Solo estoy familiarizándome con la historia del departamento. Encontré algunos archivos antiguos en el sótano. Archivos antiguos. ¿Qué tipo de archivos? Expedientes de personal, reportes antiguos, cosas de rutina.

Salazar lo observó. Cuidadosamente. Eduardo, el hospital ha cambiado mucho en los últimos años. Algunas cosas del pasado es mejor dejarlas ahí.
Nos hemos esforzado mucho por mejorar nuestros protocolos y procedimientos. Por supuesto, Dr. Salazar, solo quería entender mejor nuestros procedimientos actuales. Excelente. Si necesitas información sobre protocolos, es mejor que vengas directamente conmigo. Los archivos viejos pueden tener

información desactualizada o incorrecta.
Después de que Salazar se fue, Eduardo se dio cuenta de que había confirmado sus sospechas. El director sabía exactamente qué archivos había encontrado y estaba preocupado por las implicaciones. Eduardo decidió contactar inmediatamente a la detective Torres.

La detective Ana Sofía Torres había solicitado oficialmente todos los registros del hospital relacionados con la desaparición de Paloma Herrera. El hospital estaba obligado a proporcionar la información, pero el Dr. Salazar había solicitado una reunión previa para contextualizar los documentos.

Eduardo llegó temprano al hospital esa mañana y se dirigió directamente al departamento de archivo.
Quería revisar cualquier documento adicional antes de que la investigación oficial comenzara y potencialmente algunos archivos fueran limpiados. En el sótano encontró una segunda área de almacenamiento que no había explorado anteriormente. Esta sección contenía registros de contabilidad y

auditorías internas del hospital. Revisando las cajas de 2014 encontró los reportes financieros mensuales del departamento de farmacia.
En el reporte de marzo de 2014 había una nota administrativa firmada por Miguel Ángel Portillo Castro, administrador del hospital. Reconciliación extraordinaria de inventario de medicamentos controlados realizada los días 16-18 de marzo. Diferencias encontradas fueron justificadas como pérdidas por

vencimiento y errores de registro. Total ajustado, 847,000es.
Eduardo calculó rápidamente 150 ampollas de morfina de grado hospitalario tendrían un valor aproximado en el mercado negro de varios cientos de miles de pesos. Las cifras coincidían sospechosamente. Buscó más reportes de Portillo Castro. En abril de 2014 había redactado un memorándum interno,

nuevos protocolos implementados para prevenir discrepancias en inventarios de medicamentos.
Personal nocturno ha sido reorganizado para mejorar eficiencia y control. Eduardo fotografió todos los documentos y decidió localizar a Miguel Ángel Portillo Castro. Según el directorio, aún trabajaba en el hospital como subdirector administrativo. Lo encontró en su oficina del segundo piso. Un

hombre de mediana edad, calvo, con apariencia de contador más que de administrador médico.
Señor Portillo, soy el Dr. Eduardo Ramírez, nuevo jefe de cardiología. ¿Podríamos hablar sobre los protocolos de medicamentos controlados? Claro, doctor. ¿Hay algún problema con los protocolos actuales? No, solo quiero entender cómo evolucionaron desde 2014. Veo que hubo cambios importantes después

de marzo de ese año. Portillo se puso inmediatamente tenso.
Sí, implementamos mejores controles después de algunas irregularidades menores. ¿Qué tipo de irregularidades? Nada grave, solo discrepancias entre registros físicos y digitales, errores de conteo, fechas de vencimiento mal registradas. Estas irregularidades tenían que ver con la desaparición de

Paloma Herrera. Portillo se levantó de su silla. Drctor Ramírez, no entiendo por qué está haciendo estas preguntas.
Ese caso se cerró hace años porque he encontrado evidencia de que las irregularidades eran mucho más graves de lo reportado. ¿Qué tipo de evidencia? Eduardo decidió presionar registros de retiros de morfina por valor de casi un millón de pesos, justificados como pérdidas por vencimiento.

Exactamente después de la desaparición de Paloma, Portillo palideció completamente.
Doctor, usted no entiende la situación. Hay cosas que pasaron hace años que es mejor no revolver. ¿Qué cosas, Miguel? Paloma se metió donde no debía. Hizo preguntas incorrectas a las personas incorrectas. Eduardo se dio cuenta de que Portillo estaba a punto de confesar algo importante. ¿Qué tipo de

preguntas? Preguntas sobre por qué ciertos medicamentos salían del almacén sin órdenes médicas correspondientes.
Preguntas sobre por qué algunos lotes desaparecían completamente sin registro de uso. ¿Y qué encontró Paloma? Encontró que había un sistema. Medicamentos caros se perdían oficialmente, pero en realidad se vendían afuera. Morfina, oxicodona, fentanilo, medicamentos que valen fortuna en la calle.

¿Quién organizaba este sistema? Portillo miró hacia la puerta, asegurándose de que nadie estuviera escuchando. Doctor Ramírez, no puedo decir más. Si habla de esta conversación, mi familia podría estar en peligro. Miguel, una mujer desapareció. Su familia merece respuestas. Paloma no solo

desapareció, doctor. Paloma descubrió algo que valía millones de pesos al año y había gente muy peligrosa, involucrada.
¿Qué tipo de gente? Gente que compra medicamentos robados para revenderlos. Carteles, doctor. Esto no era solo robo interno. Eduardo sintió que la situación era mucho más grave de lo que había imaginado. No se trataba solo de empleados del hospital robando medicamentos. Había conexiones con crimen

organizado. El Dr.
Salazar estaba involucrado directamente. Dr. Salazar coordinaba todo. Él tenía las autorizaciones, él modificaba los registros, él justificaba las pérdidas, pero no trabajaba solo. ¿Quién más? Francisco Morales controlaba qué enfermeras trabajaban en turnos específicos. Carlos Jiménez manejaba los

registros de enfermería.
Yo justificaba las pérdidas en los reportes financieros y había personas de afuera que recogían los medicamentos. Paloma amenazó con exponer todo esto. Paloma llevaba semanas documentando irregularidades. Tenía fotografías, registros, cálculos. La noche que desapareció, había reunido evidencia

suficiente para demostrar que se habían robado medicamentos por valor de más de 5 millones de pesos durante 2 años.
¿Qué pasó esa noche específicamente? Portillo comenzó a sudar. Dr. Salazar descubrió que Paloma había programado la reunión con el comité de ética. Sabía que en 5 días toda la operación sería expuesta. Decidió que tenía que detenerla. ¿Cómo la detuvo? Doctor, no puedo seguir hablando. Si el doctor

Salazar descubre que le conté esto, Miguel, la policía va a reabrir el caso oficialmente. Es mejor que cooperes voluntariamente.
Portillo se quedó en silencio durante varios minutos. Claramente luchando con su decisión. Está bien, le diré todo a la policía, pero necesito protección. Tengo esposa e hijos. La detective Torres puede organizar eso. Eduardo llamó inmediatamente a la detective Torres y organizó una reunión

urgente. Una hora después, Torres llegó al hospital con un oficial de apoyo.
Señor Portillo, el doctor Ramírez me dice que tiene información sobre la desaparición de Paloma Herrera. Sí, detective. Pero antes de hablar, necesito garantías de protección para mi familia. Si su información lleva a arrestos, podemos organizar protección de testigos. Portillo respiró

profundamente y comenzó a contar toda la historia.
La operación comenzó en 2012. El Dr. Salazar se acercó a mí y me propuso un sistema para optimizar el inventario de medicamentos. Al principio parecía legítimo identificar medicamentos que estaban próximos a vencer y encontrar formas de monetizarlos antes de que se perdieran completamente. ¿Cómo

funcionaba exactamente? Yo identificaba lotes de medicamentos caros que estaban a punto de vencer.
Francisco Morales organizaba que ciertas enfermeras retiraran estos medicamentos durante turnos nocturnos cuando había menos supervisión. Carlos Jiménez modificaba los registros de enfermería para justificar los retiros y el Dr. Salazar firmaba los reportes de pérdidas por vencimiento. ¿Qué pasaba

con los medicamentos después? Había compradores externos, no sé quiénes exactamente, pero venían al hospital en horarios específicos para recoger los medicamentos.
Nos pagaban un porcentaje del valor de mercado. ¿Cuánto dinero estaba involucrado? En los 2 años que operó el sistema. Calculamos que se movieron medicamentos por valor de más de 10 millones de pesos. Cada uno de nosotros recibía entre 50 y 100,000 pesos cada trimestre. Torres tomaba notas

detalladas, qué cambió en marzo de 2014. Paloma comenzó a hacer auditorías independientes.
Era muy meticulosa y se dio cuenta de que los números no cuadraban. Los medicamentos que supuestamente habían vencido en realidad tenían fechas de vencimiento años más adelante. ¿Cómo reaccionó el Dr. Salazar cuando se enteró de la investigación de Paloma? Entró en pánico.

Sabía que si Paloma presentaba su evidencia al comité de ética, toda la operación sería expuesta. No solo perderíamos nuestros trabajos. Íbamos a la cárcel. ¿Qué decidió hacer? Portillo comenzó a temblar. Dijo que tenía que resolver el problema. antes de la reunión del Comité de Ética. Esa noche

del 15 de marzo organizó una reunión con Paloma para intentar convencerla de que se quedara callada.
¿Usted estuvo presente en esa reunión? No directamente, pero estaba en el hospital coordinando la entrega de medicamentos a los compradores externos. Vi cuando Paloma llegó al almacén 3B alrededor de las 7:15 a. La vio salir. Portillo negó con la cabeza con lágrimas en los ojos. Esa fue la última

vez que vi a Paloma Herrera.
La detective Torres había establecido una operación formal de investigación. Con el testimonio de Miguel Ángel Portillo Castro como base, tenía suficiente evidencia para obtener órdenes de registro y comenzar arrestos, pero primero necesitaba localizar a todos los testigos y recopilar evidencia

física adicional.
Eduardo había accedido a cooperar oficialmente como informante, utilizando su posición en el hospital. para obtener información que las autoridades no podrían conseguir directamente sin alertar a los sospechosos. “Drctor Ramírez”, le explicó Torres, “Necesito que actúe con normalidad absoluta. No

puede permitir que Salazar o los otros sospechen que estamos construyendo un caso contra ellos.
” “Dete, ¿hay algo más que debes saber? He estado revisando los registros de personal y hay un patrón muy preocupante. Eduardo le mostró a Torres una lista que había compilado. Desde 2014 han desaparecido o han sido transferidos repentinamente al menos cinco empleados más que trabajaban en turnos

nocturnos y tenían acceso a medicamentos controlados. Cinco empleados más, tres enfermeras, un interno y un auxiliar de farmacia.
Todos fueron transferidos o renunciaron voluntariamente después de trabajar en el turno nocturno durante periodos en los que hubo discrepancias importantes en inventarios de medicamentos. Torres revisó la lista. Ha intentado contactar a alguno de estos empleados. Solo he podido localizar a dos.

Una enfermera llamada Patricia Mendoza Solís, que ahora trabaja en un hospital privado, y el interno doctor Javier Mendoza Herrera, que ahora tiene consulta privada. Necesito hablar con ambos inmediatamente. Esa tarde, Eduardo y Torres visitaron a Patricia Mendoza en el Hospital Ángeles Pedregal,

donde trabajaba desde 2015.
Patricia, soy la detective Torres y este es el doctor Ramírez del Hospital General. Necesitamos preguntarles sobre su tiempo trabajando en el turno nocturno del Hospital General. Patricia, una mujer de unos 35 años, se puso inmediatamente nerviosa. ¿Hay algún problema? Dejé ese trabajo hace años.

Estamos investigando irregularidades en el manejo de medicamentos controlados durante su tiempo allí. Detective. Yo solo era enfermera, no manejaba directamente medicamentos controlados. Torres le mostró fotografías de los documentos encontrados por Eduardo, pero trabajaba en el mismo turno que

Paloma Herrera Vázquez. Patricia se quedó inmóvil al ver el nombre. No he oído ese nombre en años. La conocía. Paloma y yo éramos amigas.
Trabajamos juntas durante casi 3 años. ¿Qué pasó la noche que desapareció? Patricia comenzó a llorar. Detective, me hicieron prometer que nunca hablaría de esa noche. ¿Quién le hizo prometer? Francisco Morales y el doctor Salazar me dijeron que si hablaba sobre lo que había visto, perdería mi

trabajo y nunca podría trabajar en otro hospital. Patricia, Paloma lleva 5 años desaparecida.
Su familia necesita respuestas. Patricia se secó las lágrimas y tomó una decisión. Esa noche Paloma me dijo que había descubierto algo terrible. había estado documentando durante semanas cómo medicamentos caros desaparecían del almacén sin justificación médica real, que había descubierto

específicamente que había un sistema organizado.
Cada dos semanas, durante el turno nocturno de viernes, desaparecían lotes completos de medicamentos costosos, siempre con la misma justificación, vencimiento o daño durante transporte. ¿Qué iba a hacer Paloma con esta información? tenía programada una reunión con el comité de ética para el 20 de

marzo. Me mostró toda la documentación que había recopilado, fotografías de medicamentos que supuestamente habían vencido, pero tenían fechas de 2016.
Registros de retiros sin órdenes médicas correspondientes. Cálculos de las pérdidas financieras. ¿Usted vio esta documentación? Sí. Paloma tenía una carpeta completa con evidencias. La guardaba en su casillero del hospital. Eduardo y Torres intercambiaron miradas significativas. ¿Qué pasó con esa

carpeta después de su desaparición? Francisco Morales me pidió que la ayudara a limpiar el casillero de Paloma el día después de que no se presentó al trabajo. Encontramos la carpeta y él la tomó diciendo que la necesitaba para la
investigación interna. Vio el contenido de la carpeta. Paloma tenía fotografías de hombres que no eran empleados del hospital, entrando y saliendo del área de almacenes durante horarios no autorizados. También tenía copias de registros que mostraban discrepancias entre medicamentos ordenados y

medicamentos realmente utilizados en pacientes.
Torre se inclinó hacia adelante. Patricia, ¿qué vio exactamente la noche que desapareció Paloma? Vi cuando Francisco le dijo que el Dr. Salazar quería hablar con ella después del turno. Paloma se veía nerviosa, pero fue alrededor de las 7:30 a escuché voces alteradas viniendo del área de almacenes.

Reconoció las voces. Una era definitivamente la de Paloma.
Sonaba asustada como si estuviera suplicando. La otra voz era del Dr. Salazar, pero estaba muy enojado, gritando, “¿Qué escuchó específicamente?” Escuché a Paloma decir algo como, “No voy a quedarme callada, esto está mal.” Y al doctor Salazar responder, “No entiendes las consecuencias de lo que

estás haciendo.
¿Qué pasó después?” Escuché ruido como si algo pesado cayera al suelo. Después, silencio. Me asusté y regresé rápidamente a mi área de trabajo. ¿Vio a Paloma salir del hospital? No. Mi turno terminó a las 8 a y me fui inmediatamente a casa. Al día siguiente nos dijeron que Paloma no se había

presentado y que probablemente había renunciado. Torres continuó con el interrogatorio.
¿Por qué no reportó esto durante la investigación original? Porque no hubo investigación real, detective. Nadie me entrevistó. Una semana después de la desaparición, Francisco Morales me llamó a su oficina junto con las otras enfermeras que estuvimos esa noche. ¿Qué les dijo? nos dijo que Paloma

había tenido problemas personales y había decidido irse del país sin avisar que si alguien preguntaba dijéramos que no sabíamos nada específico.
También nos dijo que había oportunidades de bonificaciones y ascensos para empleadas leales que no crearan problemas innecesarios. las amenazó directamente, no con palabras explícitas, pero el mensaje era claro. Hablar sobre esa noche tendría consecuencias negativas para nuestras carreras. Eduardo

preguntó, “Patricia, ¿alguna vez volvió a ver a los hombres externos que Paloma había fotografiado?” “Sí, durante varias semanas después de la desaparición siguieron viniendo, pero ahora con más cuidado, usando rutas diferentes. Carlos Jiménez se encargaba de coordinar sus visitas. Carlos Jiménez,

el jefe de enfermería. Exacto.
Él era quien recibía las llamadas y organizaba los horarios de entrega. Torres pidió a Patricia que describiera a los hombres externos. Uno era muy alto, con una cicatriz que le atravesaba la mejilla izquierda desde la oreja hasta la comisura de la boca. El otro era más bajo. Siempre vestía trajes

caros, pero tenía tatuajes en las manos.
¿Podrían identificarlos si los viera en fotografías? Creo que sí. Los veía cada dos semanas durante casi dos años. Torres organizó una sesión de identificación fotográfica para el día siguiente. También programó entrevistas con el Dr. Javier Mendoza Herrera y con cualquier otro testigo potencial que

Eduardo pudiera localizar. Esa noche Eduardo recibió otra llamada amenazante.
Dr. Ramírez, le dijimos que no siguiera haciendo preguntas. Ahora está involucrando a la policía. Esto no es inteligente. ¿Quién habla? alguien que puede hacerle mucho daño si no para su investigación inmediatamente. No tengo miedo de sus amenazas. Debería tenerlo. Paloma Herrera tampoco tenía

miedo. ¿Sabe dónde está ahora? La línea se cortó. Eduardo llamó inmediatamente a Torres para reportar la amenaza.
Doctor, esto confirma que estamos en el camino correcto, pero también significa que está en peligro real. Voy a organizar protección policial para usted, detective. ¿Cree que Paloma esté viva después de 5 años y con este nivel de organización criminal involucrado? Es poco probable, pero necesitamos

encontrar evidencia física de lo que pasó.
¿Dónde buscamos? Mañana vamos a obtener órdenes de registro para el hospital completo, incluyendo áreas que no han sido renovadas desde 2014. Si algo le pasó a Paloma en el hospital, debe haber evidencia física en algún lugar. Eduardo se fue a casa esa noche, sabiendo que había iniciado algo que no

podría detener. La red de complicidad era más extensa de lo que había imaginado.
Involucraba no solo a empleados del hospital, sino también a criminales externos y habían matado para proteger su operación. Paloma Herrera Vázquez había pagado con su vida por intentar hacer lo correcto. La detective Torres había obtenido las órdenes de registro y llegó al Hospital General con un

equipo de investigadores forenses y perros especializados en búsqueda de restos humanos.
El operativo comenzó a las 6 a. Para minimizar la interferencia con las operaciones normales del hospital. Eduardo había proporcionado planos detallados del hospital, incluyendo áreas de construcción antigua. túneles de servicio y espacios que habían sido modificados o cerrados desde 2014. El

equipo se dividió en tres grupos.
Uno para registrar los almacenes del sótano, otro para revisar las áreas administrativas y un tercero para explorar los túneles y espacios ocultos. El doctor Salazar llegó al hospital y se encontró con la actividad policial. Inmediatamente se dirigió a la oficina de Eduardo. Eduardo, ¿qué está

pasando aquí? ¿Por qué hay policías registrando el hospital? Dr.
Salazar, la policía está investigando la desaparición de Paloma Herrera. Han encontrado nueva evidencia. Salazar intentó mantener la calma. Butuardo notó que sus manos temblaban ligeramente. Nueva evidencia después de 5 años. Eso es imposible. Aparentemente no tan imposible. La detective Torres se

acercó a ellos. Dr. Salazar, necesito hablar con usted oficialmente.
¿Podría acompañarme? Detective, tengo responsabilidades con los pacientes. Esto no puede esperar. Me temo que no. Tenemos testimonios que lo conectan directamente con la desaparición de Paloma Herrera Vázquez. Salazar miró a Eduardo con una expresión de odio puro.

Eduardo, ¿qué has hecho? Solo busco la verdad sobre una empleada desaparecida. Torres escoltó a Salazar a una sala de interrogatorios temporal que había establecido en el hospital. Mientras tanto, el equipo forense había hecho un descubrimiento importante en el almacén 3B. El técnico forense,

especialista en luminol, había detectado rastros de sangre que habían sido limpiados, pero aún eran visibles bajo luz ultravioleta.
Las manchas estaban concentradas en una esquina específica del almacén, cerca de donde Eduardo había encontrado el registro manipulado. “Doctor Ramírez”, le informó el técnico. “Hay evidencia de que hubo sangrado significativo en esta área. Alguien intentó limpiar, pero no pudo eliminar todas las

trazas. pueden determinar de cuándo son estas manchas.
Necesitaríamos análisis de laboratorio, pero basándose en los patrones de deterioro y la profundidad de penetración en el concreto, podrían ser de varios años. Simultáneamente, el equipo canino había detectado algo en una sección del sótano que había sido renovada en 2014. Los perros se

concentraron persistentemente en un área específica donde se había vertido concreto nuevo sobre el piso original.
Detective Torres, informó el oficial Canino, los perros tienen una reacción muy fuerte en esta sección. Hay algo enterrado bajo el concreto nuevo. Torres autorizó inmediatamente la excavación. Mientras el equipo preparaba el equipo de perforación, ella continuó con el interrogatorio del doctor

Salazar. Dr. Salazar, tenemos testimonios de que usted citó a Paloma Herrera después de su turno nocturno el 15 de marzo de 2014. Eso es falso.
Yo no cité a ninguna enfermera esa madrugada. Tenemos una nota escrita por la propia paloma confirmando la reunión. Si existe tal nota, ¿es falsa o está mal interpretada? Torres le mostró la fotografía de la nota. Esta es la letra de Paloma Herrera. Salazar examinó la imagen. No tengo forma de

verificar eso.
Podría ser de cualquier persona. También tenemos registros de que usted autorizó la retirada de 150 ampollas de morfina esa noche y que reportó estas ampollas como pérdidas por vencimiento al día siguiente. Eso es procedimiento normal cuando medicamentos están próximos a vencer. Dr.

Salazar, las ampollas en cuestión tenían fecha de vencimiento de 2017. No. 2014. Por primera vez, Salazar mostró signos claros de nerviosismo. Debe haber algún error en los registros. Torres continuó presionando. Tenemos testimonio de Miguel Ángel Portillo Castro de que usted organizó y dirigió un

esquema de robo de medicamentos que operó durante más de 2 años.
Miguel Portillo está mintiendo. Probablemente intenta desviar la culpabilidad de sus propias irregularidades. También tenemos testimonio de Patricia Mendoza. de que ella escuchó una confrontación entre usted y Paloma en el almacén esa madrugada. Salazar se levantó abruptamente. Detective, estas son

acusaciones basadas en chismes y especulaciones.
No voy a continuar respondiendo preguntas sin mi abogado presente. En ese momento, un oficial interrumpió el interrogatorio. Detective Torres necesita ver lo que encontramos en el sótano. El equipo de excavación había perforado aproximadamente un metro bajo el concreto nuevo cuando encontraron algo

que cambió completamente la investigación. un esqueleto humano completo junto con restos de ropa que incluían un uniforme de enfermera del Hospital General.
El médico forense, que había llegado al lugar realizó un examen preliminar. Detective, estos restos parecen ser de una mujer joven, aproximadamente entre 25 y 35 años. La ropa corresponde al uniforme estándar de enfermería del hospital. Hay evidencia de trauma en el cráneo que sugiere muerte

violenta. Torres regresó inmediatamente a la sala de interrogatorios donde Salazar esperaba.
Doctor Salazar, acabamos de encontrar restos humanos enterrados bajo concreto que fue vertido en marzo de 2014. ¿Tiene algo que decirnos sobre esto? La expresión de Salazar cambió completamente. La confianza arrogante fue reemplazada por pánico evidente. Detective, necesito llamar a mi abogado

inmediatamente. Doctor Salazar está arrestado por sospecha de homicidio en primer grado y conspiración criminal.
Mientras Torres arrestaba a Salazar, Eduardo observaba la excavación en el sótano. Los investigadores forenses habían encontrado algo más junto con los restos, una carpeta de plástico sellada que había protegido documentos del agua y la humedad. “Doctor Ramírez”, le informó el forense. Esta carpeta

estaba junto al cuerpo.
Contiene documentos que podrían ser evidencia importante. Eduardo abrió cuidadosamente la carpeta. Dentro estaba toda la documentación que Paloma había recopilado sobre el esquema de robo de medicamentos, fotografías de los hombres externos, copias de registros falsificados, cálculos detallados de

las pérdidas financieras y una carta dirigida a su esposo e hija.
La carta decía, Rodrigo e Isabela, si están leyendo esto, significa que algo me pasó. He descubierto que el Dr. Salazar dirige una red de robo de medicamentos que involucra a varios empleados del hospital y criminales externos. Esta carpeta contiene toda la evidencia. Entréguenla a las autoridades.

Los amo. Paloma. Eduardo llamó inmediatamente a Rodrigo Herrera para informarle del hallazgo. Rodrigo, encontramos a Paloma.
Hubo un largo silencio en la línea. Está no, Rodrigo. Lo siento mucho, pero también encontramos evidencia de que murió tratando de exponer corrupción en el hospital. Era una heroína. ¿Quién le hizo esto? El Dr. Salazar ya está arrestado. Hay otros involucrados que también serán arrestados pronto.

Esa tarde, con la evidencia física y los testimonios recopilados, Torres organizó una operación para arrestar a todos los cómplices identificados.
Francisco Morales, Carlos Jiménez y Miguel Portillo. Francisco Morales fue arrestado en su casa. Cuando se dio cuenta de que habían encontrado el cuerpo de Paloma, inmediatamente pidió hacer un acuerdo con la fiscalía a cambio de testimonio completo. Detective, yo no maté a Paloma. Eso fue decisión

del Dr. Salazar. Yo solo seguí órdenes.
¿Qué pasó exactamente esa madrugada? Salazar citó a Paloma para intentar comprarla. Le ofreció dinero, bonificaciones, incluso promoción si se quedaba callada sobre lo que había descubierto. Paloma aceptó. No le dijo que lo que estaban haciendo era robar medicamentos que podrían salvar vidas de

pacientes que realmente los necesitaban.
Dijo que no podía vivir con esa culpa. ¿Qué hizo Salazar cuando Paloma se negó? Francisco comenzó a llorar. Salazar perdió el control. le dijo que había demasiado dinero involucrado como para permitir que lo arruinara, que tenía conexiones peligrosas que no aceptarían perder millones por la

conciencia de una enfermera.
¿Usted presenció la muerte de Paloma? Vi cuando Salazar la empujó contra las estanterías metálicas. Paloma cayó y se golpeó la cabeza. Había mucha sangre. Salazar verificó su pulso y dijo que estaba muerta. ¿Qué hicieron con el cuerpo? Salazar llamó a los hombres externos que estaban esperando

afuera para recoger los medicamentos. Entre todos movimos el cuerpo al área donde ahora está el concreto nuevo.
Salazar dijo que tenía contactos en la construcción que harían las renovaciones necesarias. ¿Quiénes eran estos hombres externos? Trabajaban para alguien que compraba medicamentos robados de varios hospitales en la ciudad. nunca supe sus nombres reales, solo que el jefe era conocido como el doctor

por su conocimiento de medicamentos farmacéuticos.
Con este testimonio, Torres tenía evidencia suficiente para expandir la investigación más allá del hospital y buscar las conexiones con crimen organizado que habían estado comprando los medicamentos robados. Después del arresto del doctor Salazar y la confesión de Francisco Morales, la detective

Torres había obtenido suficiente información para identificar a los compradores externos de medicamentos robados.
El testimonio había revelado que la operación se extendía a varios hospitales públicos de la Ciudad de México e involucraba a una red criminal que revendía medicamentos en el mercado negro. Carlos Alberto Jiménez Ruiz, el jefe de enfermería, aún no había sido arrestado. Torres había decidido

mantenerlo bajo vigilancia discreta para ver si intentaba contactar a sus cómplices externos o destruir evidencia adicional.
Eduardo continuaba trabajando normalmente en el hospital, pero ahora con protección policial discreta. Su papel era observar las reacciones del personal del hospital y reportar cualquier comportamiento sospechoso. A las 2 pm del tercer día de investigación, Eduardo notó que Carlos Jiménez estaba

actuando de manera extraña. Lo había visto hacer múltiples llamadas telefónicas desde diferentes áreas del hospital, siempre mirando nerviosamente hacia los lados.
Eduardo siguió discretamente a Carlos y lo vio dirigirse al estacionamiento del hospital. Durante su hora de descanso. Desde una ventana del segundo piso, Eduardo observó que Carlos se reunía con dos hombres en un automóvil negro. Uno de los hombres coincidía con la descripción que Patricia había

dado del hombre alto con cicatriz facial. Eduardo llamó inmediatamente a Torres. Detective.
Carlos Jiménez se está reuniendo con los compradores externos en el estacionamiento del hospital. ¿Estás seguro de que son ellos? Uno coincide exactamente con la descripción de Patricia. Alto cicatriz en la mejilla izquierda. Manténgase alejado, doctor Ramírez. Voy con apoyo inmediatamente. 15

minutos después, Torres llegó con cuatro patrullas, pero cuando se dirigieron al estacionamiento, el automóvil negro ya no estaba.
Carlos Jiménez había regresado a su trabajo actuando como si nada hubiera pasado. Torres decidió arrestar inmediatamente a Carlos antes de que pudiera alertar a más cómplices o huir de la ciudad. Carlos Alberto Jiménez Ruiz está arrestado por participación en homicidio, robo organizado y

conspiración criminal.
Carlos no mostró resistencia, pero tampoco cooperó voluntariamente. Durante su interrogatorio inicial, Carlos se negó a hablar sin abogado. Sin embargo, Torres tenía suficiente evidencia de los otros testimonios para mantenerlo detenido. Mientras tanto, Eduardo había recibido información de Rosa

María Téz sobre una tercera área de almacenamiento que no habían registrado, un túnel de servicio que conectaba el sótano principal con el edificio de mantenimiento externo. Dr.
Ramírez, ese túnel se usaba para transportar equipos grandes sin pasar por las áreas de pacientes. Se cerró oficialmente después de la renovación de 2014, pero la entrada desde el sótano podría estar accesible. Eduardo informó a Torres, quien organizó inmediatamente un registro adicional del túnel.

El equipo forense encontró evidencia importante en el túnel, rastros de sangre que formaban un sendero desde el área del almacén 3B hasta una salida exterior del hospital. También encontraron fragmentos de tela que coincidían con el uniforme de enfermería encontrado con los restos de paloma.

Detective Torres, informó el técnico forense.
La evidencia sugiere que el cuerpo fue movido desde el almacén hasta otra ubicación y luego regresado para ser enterrado. El patrón de sangre indica que hubo múltiples personas involucradas en el transporte. Torres se dio cuenta de que necesitaba información más específica sobre los movimientos de

esa noche.
Decidió confrontar a Carlos Jiménez con la nueva evidencia física. Carlos, tenemos evidencia forense de que usted participó en mover el cuerpo de Paloma Herrera. También sabemos que se reunió hoy con los compradores externos de medicamentos. Carlos finalmente decidió cooperar. Detective, yo no

quería que nadie muriera. Solo participaba en el robo de medicamentos por dinero. Tengo tres hijos y mi esposa está enferma.
Necesitaba el dinero extra. ¿Qué pasó la noche que murió Paloma? Salazar la citó para intentar comprar su silencio. Cuando Paloma se negó, Salazar entró en pánico. Sabía que los compradores externos no aceptarían perder la operación por culpa de una enfermera. Los compradores amenazaron al Dr.

Salazar. Sí. Habían invertido mucho dinero en establecer la red de distribución.
Tenían contactos en múltiples hospitales. Paloma amenazaba toda la operación. Salazar mató a Paloma por orden de los compradores. Salazar tomó la decisión, pero sabía cuáles serían las consecuencias si no resolvía el problema. ¿Usted ayudó a enterrar el cuerpo, Carlos? Asintió con lágrimas en los

ojos. Francisco, Miguel y yo ayudamos a Salazar.
Movimos el cuerpo al túnel mientras los compradores externos esperaban afuera. Ellos trajeron el concreto y las herramientas. ¿Por qué enterraron el cuerpo en el hospital en lugar de deshacerse de él en otro lugar? Salazar dijo que era más seguro mantenerlo cerca donde pudiera controlar la

situación. Nadie sospecharía buscar en el propio hospital. Torres tenía ahora testimonios detallados y evidencia física, pero necesitaba capturar a los compradores externos para desarmar completamente la red criminal.
Carlos, necesito que me ayude a identificar y localizar a los hombres que compraban los medicamentos. Detective, si coopero contra ellos, mi familia estará en peligro. Si no coopera, va a pasar décadas en prisión por homicidio. Carlos proporcionó descripciones detalladas y la información de

contacto que tenía.
Los compradores se identificaban como el doctor, el jefe de la operación, y Raúl, el hombre con cicatriz. Operaban desde una farmacia falsa en la colonia Doctores, que servía como centro de distribución. Torres organizó inmediatamente un operativo para capturar a los compradores externos, pero

cuando el equipo llegó a la dirección proporcionada, encontraron la farmacia vacía y evidencia de que había sido abandonada recientemente.
Se fueron, detective, informó el oficial responsable del operativo, pero dejaron atrás equipo y documentos que sugieren que operaban una red mucho más grande de lo que pensábamos. Entre los documentos abandonados, Torres encontró registros de compras de medicamentos, no solo del Hospital General,

sino también del Hospital de la Raza, Hospital Juárez, y tres hospitales privados de la ciudad. La operación había generado millones de pesos durante varios años.
También encontraron una lista de contactos que incluía a médicos y administradores de otros hospitales, sugiriendo que la red criminal había penetrado profundamente el sistema de salud de la ciudad. Torres se dio cuenta de que había destapado una conspiración criminal mucho más extensa de lo que

había imaginado inicialmente. Dr.
Ramírez, esto va más allá de la muerte de Paloma Herrera. Hemos descubierto una red criminal que ha estado robando medicamentos de múltiples hospitales durante años. ¿Qué significa esto para el caso de Paloma? Significa que Paloma murió por descubrir solo una pequeña parte de una operación criminal

masiva.
Su muerte fue ordenada para proteger millones de pesos en ganancias ilegales. Esa noche, Eduardo recibió una última llamada amenazante. Doctor Ramírez, por su culpa toda la operación está arruinada, pero esto no termina aquí. Ya no tienen nada que proteger. Todo está expuesto. Tenemos información

sobre usted, doctor, sobre su familia.
Esto no termina con arrestos. Eduardo reportó inmediatamente la amenaza a Torres, quien organizó protección adicional para Eduardo y su familia. La investigación había revelado que Paloma Herrera Vázquez había sido asesinada por intentar exponer una red criminal que robaba medicamentos vitales

destinados a pacientes que los necesitaban para sobrevivir.
Su muerte había sido fría y calculadamente planeada para proteger ganancias ilegales millonarias. Pero su evidencia, enterrada con su cuerpo, finalmente había expuesto la verdad y permitido que la justicia comenzara a hacer su trabajo. Con los restos de Paloma Herrera Vázquez, oficialmente

identificados a través de análisis dental y ADN, la detective Torres tenía evidencia sólida de homicidio. El Dr.
Rubén Salazar Córdoba enfrentaba cargos de asesinato en primer grado, mientras que Francisco Morales, Carlos Jiménez y Miguel Portillo enfrentaban cargos de complicidad en homicidio y conspiración criminal. La estrategia de Torres era presionar a los cómplices menores para obtener testimonios

detallados contra Salazar y sobre los compradores externos que aún permanecían fugitivos.
Miguel Portillo fue el primero en proporcionar un testimonio completo a cambio de una reducción de sentencia. Detective Torres, voy a contarle todo lo que sé, pero necesito protección garantizada para mi familia. Si su testimonio lleva a condenas, tendrá protección completa. Portillo comenzó a

describir detalladamente cómo había funcionado la operación criminal. Todo comenzó en 2012 cuando el Dr.
Salazar fue contactado por hombres que se identificaron como distribuidores farmacéuticos alternativos. Le propusieron un sistema donde el hospital podría generar ingresos adicionales vendiendo medicamentos que supuestamente iban a ser desechados. ¿Cómo funcionaba exactamente el sistema? Yo

identificaba lotes de medicamentos caros que estaban próximos a vencer o habían llegado con daños menores.
En lugar de desecharlos según protocolo, los perdíamos administrativamente y los entregábamos a estos compradores. ¿Quiénes eran estos compradores? El jefe se llamaba Roberto Domínguez, conocido como el doctor, porque tenía conocimiento médico real. Había sido expulsado de la Facultad de Medicina

atrás por actividades ilegales.
Su socio era Raúl Guerrero, exempleado de una farmacéutica que tenía conexiones en el mercado negro, donde vendían los medicamentos robados. Tenían una red de farmacias falsas y clínicas ilegales en toda la ciudad. También vendían directamente a personas que no podían pagar medicamentos en

farmacias legítimas. Torres tomó notas detalladas. ¿Cuánto dinero generaba esta operación? En los dos años que participé calculamos que se movieron medicamentos por valor de mercado de más de 15 millones de pesos.
Nosotros recibíamos aproximadamente el 20% del valor total. ¿Por qué decidió Salazar matar a Paloma en lugar de simplemente despedirla o transferirla? Porque Paloma tenía evidencia fotográfica de Roberto y Raúl entrando al hospital. También tenía documentos que mostraban el patrón sistemático

durante 2 años. Si esta información llegaba a las autoridades, todos íbamos a la cárcel.
La muerte fue premeditada. No exactamente. Salazar había planeado convencerla o amenazarla, pero cuando Paloma se mantuvo firme en reportar todo, Salazar entró en pánico y la atacó. La detective Torres procedió a interrogar a Carlos Jiménez, quien inicialmente se negó a cooperar, pero cuando le

mostraron el testimonio de Portillo y la evidencia forense, también decidió confesar, “Detective, yo coordinaba los horarios para que las entregas se hicieran cuando había menos personal en el hospital.
También me aseguraba de que las enfermeras que trabajaban esas noches fueran personas que no harían preguntas. ¿Cómo seleccionaba a estas enfermeras? Buscaba empleadas que necesitaran dinero extra, que tuvieran problemas financieros o que fueran nuevas y no conocieran bien los protocolos normales.

Paloma Herrera era una de estas enfermeras seleccionadas. Al principio sí. Necesitaba dinero para gastos médicos de su familia, pero después de algunos meses comenzó a hacer demasiadas preguntas. ¿Qué tipo de preguntas? Preguntaba por qué ciertos medicamentos se retiraban sin órdenes médicas

específicas.
¿Por qué los registros digitales no coincidían con los registros físicos? ¿Por qué había hombres que no eran empleados del hospital en el área de almacenes? Intentaron incluirla más directamente en la operación. Salazar me pidió que la invitara a participar activamente. Le ofrecimos bonificaciones

significativas por servicios especiales de inventario. Pero Paloma se negó y dijo que investigaría las irregularidades oficialmente.
Ese fue el momento en que decidieron eliminarla. Carlos asintió con remordimiento. Salazar dijo que Paloma se había convertido en una amenaza existencial para la operación y para todos nosotros. Mientras Torres recopilaba testimonios, Eduardo había estado trabajando con el equipo forense para

procesar toda la evidencia encontrada en la carpeta de Paloma.
Las fotografías que había tomado mostraban claramente a Roberto, el Dr. Domínguez y Raúl Guerrero entrando y saliendo del hospital con bolsas que obviamente contenían medicamentos. Una de las fotografías había capturado la placa del vehículo que utilizaban. Torres utilizó esta información para

rastrear a los fugitivos. Dr. Ramírez, tenemos la localización del vehículo.
Está registrado a nombre de una empresa farmacéutica fantasma, pero hemos rastreado su ubicación actual a un almacén en la colonia industrial Vallejo. ¿Van a arrestarlos? Estamos organizando el operativo ahora, pero necesitamos ser cuidadosos. Estos hombres han estado involucrados en crimen

organizado durante años y probablemente están armados. El operativo para capturar a Roberto Domínguez y Raúl Guerrero se organizó para las 6 a del día siguiente.
Torres había coordinado con unidades especiales debido al nivel de peligro potencial. Pero a las 4 a, Eduardo recibió una llamada urgente de Torres. Dr. Ramírez, Roberto Domínguez está en el hospital. Nuestros agentes de vigilancia lo vieron entrar por la entrada de emergencia. ¿Qué busca aquí?

probablemente evidencia que pueda comprometer a sus otros contactos en diferentes hospitales o tal vez planea eliminar testigos. Estoy en peligro. Posiblemente.
Manténgase en su oficina con la puerta cerrada hasta que lleguemos. Eduardo cerró la puerta de su oficina y esperó. 10 minutos después escuchó pasos en el corredor. Alguien probó la manija de su puerta. Dr. Ramírez, abra la puerta. Necesitamos hablar. Eduardo reconoció la voz del hombre que lo

había amenazado telefónicamente.
No tengo nada que hablar con usted, doctor. Usted ha arruinado algo que tomó años construir. Muchas personas han perdido mucho dinero por su culpa. Ustedes mataron a una mujer inocente. Paloma Herrera no era inocente. Era una amenaza para una operación que beneficiaba a muchas personas.

Eduardo escuchó sonidos de forcejeo con la cerradura. Dr. Ramírez, voy a entrar. queriendo o no, es mejor que coopere. En ese momento, Eduardo escuchó sirenas policiales acercándose. El hombre exterior se dio cuenta también. Esto no termina aquí, doctor. Tenemos su información personal. Eduardo

escuchó pasos corriendo alejándose de su oficina. 5 minutos después, Torres tocó a la puerta. Dr.
Ramírez, ¿está bien? Sí, pero Roberto Domínguez estuvo aquí. amenazó con continuar persiguiéndome. Lo perdimos en los túneles de servicio. Conoce el hospital muy bien. ¿Cómo es eso posible? Según los registros que encontramos en la farmacia falsa, Roberto había estado operando en este hospital

durante más de 3 años.
Conoce todas las rutas de escape. Torres decidió que necesitaban capturar a Roberto inmediatamente antes de que pudiera destruir más evidencia o dañar a más testigos. Dr. Ramírez, necesito que me ayude a localizar todos los posibles escondites dentro del hospital donde Roberto podría estar

ocultándose. Eduardo accedió, pero insistió en que los acompañara un equipo de protección armado.
Durante las siguientes 4 horas registraron sistemáticamente cada área del hospital donde alguien podría ocultarse: túneles de servicio, áreas de mantenimiento, secciones cerradas por renovación y oficinas administrativas abandonadas. Finalmente, a las 9 a encontraron evidencia de que Roberto había

estado en la oficina administrativa del doctor Salazar.
La computadora había sido forzada y varios archivos habían sido eliminados del disco duro. Intentó destruir evidencia digital que podría conectarlo con otros hospitales, concluyó Torres. Pero Roberto ya no estaba en el edificio. Había escapado del hospital, pero Torres tenía ahora identificación

completa, fotografías y suficiente información para emitir una orden de captura nacional.
Doctor Ramírez, el peligro inmediato ha pasado, pero Roberto y Raúl siguen fugitivos. Necesitará mantener protección hasta que los capturemos. Eduardo se dio cuenta de que su decisión de investigar la desaparición de Paloma había destapado una red criminal que se extendía mucho más allá de lo que

había imaginado, pero también había logrado que la verdad sobre Paloma finalmente saliera a la luz.
Una semana después de los arrestos iniciales, la investigación había revelado la extensión completa de la red criminal. La detective Torres había coordinado con fiscalías de otros estados y con autoridades federales, ya que la operación se extendía a múltiples ciudades de México. El doctor Salazar,

enfrentando evidencia abrumadora y la perspectiva de cadena perpetua, finalmente decidió cooperar completamente a cambio de una reducción de sentencia.
Detective Torres, voy a contarle todo sobre la operación, pero quiero que entienda que yo no fui el cerebro de esto. Fui contactado y presionado para participar. ¿Quién lo contactó inicialmente? Roberto Domínguez se acercó a mí en 2012. dijo que sabía que el hospital tenía problemas financieros y

que tenía una forma de generar ingresos adicionales sin dañar a los pacientes. Como lo convenció, al principio parecía legítimo.
Me explicó que muchos medicamentos caros se desperdiciaban por vencimiento o daños menores y que estos medicamentos podrían ser vendidos a clínicas privadas que los necesitaban, pero no podían pagar precios completos de distribuidores oficiales. Torres continuó el interrogatorio cuando se dio

cuenta de que era una operación completamente criminal.
Después de varios meses, cuando vi que no vendían a clínicas legítimas, los medicamentos iban a farmacias falsas y distribuidores ilegales que los revendían sin control médico. ¿Por qué continuó participando? Roberto me hizo entender que ya estaba involucrado y que tenía evidencia de mi

participación. También comenzó a hacer amenazas implícitas contra mi familia.
¿Qué tipo de amenazas? Roberto sabía dónde vivía mi familia, dónde estudiaban mis hijos. me mostró fotografías de mi esposa saliendo del trabajo. El mensaje era claro. Cuando decidió que era necesario silenciar a Paloma permanentemente, Salazar respiró profundamente.

Cuando Paloma programó la reunión con el comité de ética, Roberto se enteró porque tenía contactos en administración que le informaban sobre cualquier actividad que pudiera comprometer la operación. ¿Cómo se enteró Roberto de la reunión programada? Teníamos a alguien más en el hospital. que no he

mencionado, alguien en administración que tenía acceso a todas las solicitudes de reuniones y reportes internos. Torres se inclinó hacia delante.
¿Quién? Arturo Vega Moreno, supervisor de servicios generales. Él coordinaba los horarios de limpieza y mantenimiento para que coincidieran con las entregas de medicamentos. Eduardo recordó a Arturo. Era el vigilante nocturno que le había dado información sobre haber visto a Paloma regresar al

hospital.
esa madrugada, pero ahora se daba cuenta de que Arturo había omitido información crucial. Él mismo era parte de la conspiración. Arturo Vega fue quien alertó sobre la reunión del comité de ética. Sí. Roberto recibió la información el mismo día que Paloma hizo la solicitud. Fue entonces cuando

decidieron que tenían que actuar rápidamente.
Cuénteme exactamente qué pasó la madrugada del 15 al 16 de marzo de 2014. Salazar se cubrió la cara con las manos. Roberto y Raúl llegaron al hospital como siempre para recoger el cargamento semanal de medicamentos. Pero esta vez Roberto insistió en que resolviera el problema de Paloma esa misma

noche. ¿Qué le dijeron específicamente? Roberto me dijo, “Si esa enfermera habla mañana, todos perdemos millones de pesos y años de trabajo. Tú tienes acceso a ella.
Resuelve esto o nosotros lo resolveremos a nuestra manera. entendió eso como una amenaza de muerte completamente. Roberto había mencionado anteriormente que había resuelto problemas similares en otros hospitales. Había matado a otros testigos potenciales. No me dio detalles, pero implicó que sí.

Torres continuó presionando por detalles específicos. ¿Cómo convenció a Paloma de reunirse con usted después de su turno? Le dije que había recibido información de que alguien estaba robando medicamentos y que necesitaba su ayuda para identificar al responsable. Paloma pensó que finalmente alguien

en autoridad estaba tomando en serio sus preocupaciones.
¿Dónde se realizó la reunión? En el almacén 3B le dije que necesitábamos revisar físicamente los registros y el inventario para identificar las discrepancias. ¿Qué pasó cuando le reveló que usted era parte de la operación? Paloma se quedó en shock inicial. Después se puso furiosa. Me dijo que era

una traición a los pacientes que dependían de esos medicamentos para sobrevivir.
Intentó ofrecerle dinero para comprar su silencio. Sí, Roberto me había autorizado ofrecer hasta 500,000 pesos como bonificación por discreción, pero Paloma lo rechazó inmediatamente. ¿Qué dijo Paloma exactamente? dijo Dr. Salazar, ustedes están matando gente. Hay pacientes que mueren porque no

pueden acceder a medicamentos que ustedes están robando para enriquecerse.
No hay cantidad de dinero que me haga cómplice de asesinato. Torres notó que esta declaración había sido particularmente impactante para Salazar. ¿Cómo reaccionó a esas palabras? Me di cuenta de que tenía razón. Llevaba dos años justificando la operación, diciéndome que solo estábamos vendiendo

medicamentos que se iban a desperdiciar de cualquier forma.
Pero Paloma me hizo entender que estábamos literalmente robando medicamentos de pacientes que los necesitaban. Eso lo hizo reconsiderar. Por un momento, sí, pero Roberto estaba ahí escuchando la conversación desde la entrada del almacén. Cuando vio que Paloma no iba a cooperar, entró y dijo que era

tiempo de resolver definitivamente el problema.
Roberto mató a Paloma. Roberto me ordenó que la controlara mientras él pensaba en una solución. Cuando traté de sujetar a Paloma para impedirle salir, ella comenzó a gritar y a forcejear. ¿Qué pasó después? Roberto tomó una llave inglesa del equipo de mantenimiento y golpeó a Paloma en la cabeza.

Fue un golpe calculado, no accidental. Torres había estado grabando toda la confesión. Paloma murió inmediatamente. No, perdió la conciencia, pero aún respiraba. Roberto verificó su pulso y dijo que moriría en pocos minutos por la hemorragia interna. Intentaron buscar ayuda médica.

Roberto dijo que era demasiado tarde, que si llevábamos a Paloma a urgencias, tendríamos que explicar qué había pasado y toda la operación sería expuesta. Así que la dejaron morir, Salazar comenzó a llorar. Sí, la dejamos morir en el suelo del almacén mientras planificábamos cómo deshacernos del

cuerpo. La confesión completa de Salazar proporcionó todos los detalles que Torres necesitaba para presentar cargos de asesinato premeditado contra Roberto Domínguez y Raúl Guerrero, además de cargos de homicidio contra Salazar mismo.
Además, Salazar proporcionó información sobre la extensión completa de la red criminal. Detective, esta operación no se limitaba al hospital general. Roberto tenía contactos similares en el hospital La Raza, Hospital Juárez, Hospital de Pediatría y al menos cinco hospitales privados en la ciudad.

¿Cuántas personas estaban involucradas en total? En toda la ciudad calculamos que había más de 30 empleados hospitalarios participando en diferentes niveles: médicos, administradores, supervisores de enfermería, personal de farmacia.
Había otras víctimas como Paloma, no que yo sepa directamente, pero Roberto mencionó que había tenido que resolver problemas similares en otros hospitales cuando empleados se volvían problemáticos. Torres se dio cuenta de que necesitaba coordinar con otras jurisdicciones para investigar posibles

víctimas adicionales en otros hospitales.
Doctor Salazar, ¿dónde cree que podríamos encontrar a Roberto y Raúl ahora? Roberto tenía múltiples identidades falsas y casas de seguridad en diferentes colonias, pero sé que tenía una operación base en Nesa, donde almacenaba medicamentos de todos los hospitales antes de distribuirlos. Pensa

Torres organizó inmediatamente operativos coordinados con autoridades del Estado de México para registrar las ubicaciones en Ciudadnes Nesaualcoyotl.
Mientras tanto, Eduardo había estado trabajando con autoridades del hospital para evaluar el daño total causado por la operación criminal. Los auditores estimaron que durante los 2 años de operación activa se habían robado medicamentos por valor de más de 20 millones de pesos solo del Hospital

General. Dr.
Ramírez, le informó la auditora externa, esto representa aproximadamente el 15% del presupuesto total de medicamentos del hospital durante ese periodo. El impacto en la atención a pacientes fue significativo. ¿Hay evidencia de que pacientes murieron por falta de acceso a medicamentos robados?

Estamos revisando registros de mortalidad y casos donde pacientes no recibieron medicamentos prescritos por falta de disponibilidad. Los números preliminares son preocupantes.
Eduardo se dio cuenta de que Paloma había sido asesinada no solo por amenazar ganancias criminales, sino por intentar proteger vidas de pacientes que dependían de medicamentos que estaban siendo robados sistemáticamente. La investigación había revelado que la red criminal había operado como un

cartel médico, controlando el acceso a medicamentos vitales para maximizar ganancias ilegales, sin importar las consecuencias para pacientes enfermos y vulnerables.
Paloma Herrera Vázquez había muerto como una heroína, intentando proteger a pacientes que nunca conoció, pero cuyas vidas valoraba más que su propia seguridad. 4 meses después del descubrimiento inicial, la investigación había culminado en el arresto de toda la red criminal. Roberto Domínguez y Raúl

Guerrero fueron capturados en un operativo coordinado en Ciudad Nesaualcoyotl, donde las autoridades encontraron un almacén conteniendo medicamentos robados por valor de más de 50 m0000es de pesos. El juicio se había convertido en un caso de interés nacional. La Procuraduría General de la

República había asumido el caso debido a su extensión multiestatal y las conexiones con crimen organizado. Eduardo testificó como testigo principal describiendo cómo había descubierto la evidencia inicial y cómo había trabajado con la detective Torres para reconstruir los eventos de marzo de 2014.

Su señoría, declaró Eduardo ante el tribunal. Paloma Herrera Vázquez murió defendiendo la integridad del sistema de salud público. Su investigación y evidencia no solo expusieron el robo de medicamentos en nuestro hospital, sino que llevó al descubrimiento de una red criminal que operaba en más de

15 instituciones médicas. El fiscal presentó toda la evidencia recopilada.
Los documentos originales encontrados por Eduardo, los testimonios de los cómplices, la evidencia forense de los restos de Paloma y los registros encontrados en las operaciones de los criminales externos. Roberto Domínguez intentó negar su participación en el asesinato durante su testimonio. Yo

manejaba la compra y venta de medicamentos. Nunca ordené ni participé en la muerte de ninguna enfermera. El fiscal presentó la confesión grabada del Dr. Salazar.
Señor Domínguez, tenemos testimonio directo de que usted ordenó resolver el problema de Paloma y que personalmente la golpeó con una herramienta hasta causarle la muerte. Salazar está mintiendo para reducir su propia sentencia. Pero el fiscal también tenía evidencia física. Las huellas dactilares

de Roberto habían sido encontradas en la llave inglesa recuperada del túnel de servicio, la misma que había sido utilizada para golpear a Paloma. Su señoría, la evidencia es irrefutable.
Roberto Domínguez asesinó a Paloma Herrera Vázquez para proteger una operación criminal que había generado más de 30 millones de pesos durante 3 años. El juicio reveló también el impacto humano de la operación criminal. Médicos testificaron sobre pacientes que habían muerto o sufrido complicaciones

graves por falta de acceso a medicamentos que habían sido robados de los hospitales.
Dr. Eduardo Ramírez, preguntó el fiscal, “¿Puede explicar al tribunal el impacto real de estos robos en la atención a pacientes?” Su señoría, durante el periodo que operó esta red criminal, nuestros registros muestran un aumento del 23% en mortalidad de pacientes que requerían medicamentos para

dolor severo, sedación de emergencia y tratamientos oncológicos.
Medicamentos que debían estar disponibles simplemente no estaban cuando los pacientes los necesitaban. Esto significa que personas murieron por los robos. Sí, su señoría. Estimamos que al menos 50 pacientes murieron directamente por falta de acceso a medicamentos que habían sido robados de nuestro

hospital. El testimonio más emotivo vino de Rodrigo Herrera e Isabela, esposo e hija de Paloma. “Su señoría,”, declaró Rodrigo.
“Mi esposa Paloma dedicó su vida a cuidar enfermos. Trabajaba turnos nocturnos difíciles porque sabía que los pacientes de emergencia necesitaban atención de calidad las 24 horas. Cuando descubrió que medicamentos vitales estaban siendo robados, no pudo quedarse callada porque sabía que pacientes

estaban muriendo. Isabela, ahora de 19 años, también testificó.
Mi mamá siempre me dijo que ser enfermera significaba proteger a las personas más vulnerables. Ella murió defendiendo esos principios. Estos hombres no solo la mataron a ella, mataron a pacientes que necesitaban los medicamentos que estaban robando. Las sentencias fueron severas. Roberto Domínguez

recibió cadena perpetua por asesinato en primer grado y dirección de organización criminal.
Raúl Guerrero recibió 35 años por homicidio calificado y crimen organizado. El Dr. Salazar fue sentenciado a 25 años por homicidio en segundo grado y conspiración criminal. Francisco Morales, Carlos Jiménez y Miguel Portillo recibieron sentencias entre 8 y 12 años por complicidad en homicidio y

participación en organización criminal.
Arturo Vega Moreno fue sentenciado a 15 años por su rol como coordinador interno de la operación, pero el impacto de la investigación se extendió mucho más allá de las sentencias individuales. Las autoridades de salud implementaron nuevos protocolos de seguridad en todos los hospitales públicos del

país.
Se estableció un sistema de auditoría independiente para medicamentos controlados y se crearon canales seguros para que empleados reportaran irregularidades sin temor a represalias. El Hospital General estableció una beca de estudios de enfermería en honor a Paloma Herrera Vázquez, destinada a

estudiantes comprometidos con la ética médica y la protección de pacientes vulnerables. En la ceremonia de inauguración de la beca, Eduardo dio un discurso representando al hospital.
Paloma Herrera Vázquez pagó el precio más alto posible por defender la integridad de nuestro sistema de salud. Su investigación y evidencia no solo expusieron corrupción en nuestro hospital, sino que llevó a reformas que protegen a pacientes en todo el país. Rodrigo e Isabela estuvieron presentes en

la ceremonia. Después del evento, Rodrigo habló con Eduardo.
Doctor Ramírez, gracias por no abandonar la búsqueda de la verdad. Paloma finalmente puede descansar en paz sabiendo que su muerte no fue en vano. Isabela, estudiando ahora enfermería en la Universidad Nacional agregó, “Dr. Ramírez, voy a seguir el ejemplo de mi mamá.

Voy a ser enfermera y voy a proteger a los pacientes como ella lo hizo.” La investigación también había llevado a la exposición de redes criminales similares en otros estados. Las autoridades federales estimaron que el esquema había operado en más de 40 hospitales en todo México, robando

medicamentos por valor de más de 200 millones de pesos durante una década. Más de 100 personas fueron arrestadas en operativos coordinados, incluyendo médicos, administradores y múltiples células de crimen organizado que se especializaban en medicamentos robados. La detective Ana Sofía Torres fue

promovida a jefa de la unidad especial contra crimen organizado en instituciones de salud, una nueva división creada específicamente para prevenir casos similares. Doctor Ramírez, le dijo Torres en su última reunión oficial. Este caso cambió completamente como las autoridades ven hospitales.

Paloma Herrera no solo salvó vidas futuras, creó un legado de protección para pacientes en todo el sistema de salud nacional. Eduardo continuó trabajando como jefe de cardiología en el Hospital General, pero ahora también servía como coordinador de ética médica, asegurándose de que empleados

pudieran reportar irregularidades de forma segura. En marzo de 2020, en el quinto aniversario del asesinato de Paloma, el hospital inauguró un memorial permanente en el área donde había sido encontrada.
La placa decía en memoria de Paloma Herrera Vázquez, enfermera y heroína, quien dio su vida protegiendo la integridad del cuidado médico y defendiendo a pacientes vulnerables. Durante la ceremonia de dedicación del memorial, Eduardo reflexionó sobre todo lo que había pasado desde que encontró esos

documentos olvidados en el sótano del hospital.
Paloma Herrera Vázquez demostró que una persona comprometida con hacer lo correcto puede cambiar todo un sistema, incluso pagando el precio más alto. Su valentía expuso una red criminal que había operado durante años matando pacientes indirectamente a través del robo de medicamentos vitales. La

familia Herrera finalmente tenía justicia.
Los criminales estaban en prisión. El sistema de salud había implementado reformas importantes y la memoria de Paloma continuaría inspirando a futuras generaciones de profesionales médicos a defender la integridad y proteger a los pacientes más vulnerables. Eduardo sabía que Paloma Herrera Vázquez

había ganado su batalla final. La verdad había prevalecido.
La justicia había sido servida y su legado protegería a pacientes durante décadas futuras. El caso estaba cerrado, pero el impacto de la valentía de Paloma continuaría resonando en el sistema de salud mexicano para siempre.