Capítulo 1: La Cita
Él es el hombre más poderoso de la ciudad. Ella, su asistente personal… y su mayor secreto. Desde el momento en que entré a trabajar para Derek Kingsley, supe que mi vida cambiaría por completo. No solo era un jefe formidable, sino también un enigma que me atraía y aterrorizaba al mismo tiempo. Su presencia era imponente, y su mirada, penetrante. Cada día, mientras organizaba su agenda y atendía sus llamadas, sentía que me sumergía más en su mundo oscuro y seductor.
Una mañana, mientras revisaba unos documentos en su oficina, él me llamó con un gesto de su mano. Su expresión era seria, y mi corazón comenzó a latir con fuerza. Sabía que no era por el informe ni por la agenda; era por mí.
—Cierra la puerta —ordenó.
Obedecí. La traba hizo clic, y ese pequeño sonido activó un millón de sensaciones en mi cuerpo. Me sentía atrapada entre el deseo y el miedo. Derek se dio la vuelta lentamente, sus ojos helados me observaban con intensidad. Mi corazón latía a mil por hora.
—¿Qué hiciste con los papeles del contrato McMillan? —preguntó de forma seca, acercándose un paso.
—Están listos, los dejé en su escritorio esta mañana con la nota que me pidió.
Asintió apenas, pero me analizó en silencio, como si buscara en mi rostro alguna imperfección. Me costaba respirar cuando se acercaba más. Sus manos se apoyaron en el escritorio, y su tono cambió a uno más bajo, peligroso e intenso.
—No era eso lo que quería de ti hoy.
Mi piel se erizó y mis rodillas temblaron. Lo odiaba por hacerme esto, por desarmarme con una sola frase y saber exactamente cómo doblegarme.
—Lo sé —susurré, bajando la vista.
En tres pasos, estaba frente a mí. Su dedo tomó mi barbilla y me obligó a levantar el rostro. Su contacto era suave, pero no había ternura, nunca la había.
—Entonces compórtate como si lo supieras.
No necesitaba más. Sus labios chocaron con los míos como una orden, no como una caricia. Me besó con fuerza, con desesperación, y yo… me dejé consumir. Porque no sabía cómo decir que no, porque cuando él me tocaba, todo lo demás desaparecía.
Capítulo 2: El Juego de Poder
Las semanas pasaron, y nuestra relación se convirtió en un juego de poder. Derek era un maestro en el arte de la seducción, y yo, una aprendiz dispuesta a perderme en su mundo. Cada encuentro era una mezcla de pasión y tensión, donde él siempre llevaba la delantera. A veces me preguntaba si realmente era solo un juego para él, o si había algo más.
Un día, mientras organizaba su oficina, encontré una foto de él en un evento de caridad. Vestía un traje impecable y sonreía con confianza. Era el hombre que todos admiraban, pero yo conocía su lado oculto. Esa imagen me hizo pensar en lo que significaba estar a su lado. No solo era su asistente, era su amante secreta, y eso me llenaba de orgullo y de miedo al mismo tiempo.
—¿Te gusta? —preguntó de repente, interrumpiendo mis pensamientos.
Lo miré, sorprendida, y asentí.
—Es una gran foto, Derek.
—No solo eso —dijo, acercándose—. Este es el verdadero poder. La imagen que proyectamos al mundo. Pero tú y yo sabemos lo que realmente somos.
Mi corazón se aceleró ante su proximidad. Sabía que estaba hablando de nosotros, de nuestra relación clandestina.
—¿Y qué somos? —pregunté, desafiándolo.
Él sonrió, pero su mirada era seria.
—Un secreto. Un secreto que nadie debe conocer.
Capítulo 3: La Doble Vida
A medida que pasaban los días, la presión de llevar una doble vida se hacía más intensa. Durante el día, era la asistente eficiente que todos admiraban. Pero por las noches, me convertía en su amante, en su refugio. Cada vez que estábamos juntos, sentía que el mundo exterior desaparecía, pero también sabía que esa felicidad era efímera.
Una tarde, mientras revisábamos la agenda, él me miró con una intensidad que me hizo temblar.
—¿Qué harías si alguien descubre nuestro secreto? —preguntó, casi en un susurro.
—No lo sé —respondí, sintiendo un nudo en el estómago—. Pero no quiero perderte.
Derek se acercó y tomó mi mano.
—No te preocupes. No dejaré que eso suceda.
Pero en el fondo, sabía que la vida que llevábamos no podía durar para siempre.
Capítulo 4: La Revelación
Una noche, mientras cenábamos en un restaurante elegante, una mujer se acercó a nuestra mesa. Era una antigua colega de Derek, y su mirada se detuvo en mí. Sentí que el aire se volvía pesado.
—Derek, no sabía que tenías compañía —dijo con una sonrisa que no llegaba a los ojos.
Él la miró con frialdad.
—Es un placer, Clara. Esta es mi asistente, y no es de tu incumbencia.
La tensión era palpable, y yo me sentía pequeña ante la situación. Clara se despidió, pero no sin antes lanzarme una mirada de desprecio.
—¿Ves? Esto es lo que podría pasar si alguien descubre nuestro secreto —dijo Derek, visiblemente molesto.
—Lo sé —respondí, sintiendo que la ansiedad me invadía—. Pero no puedo vivir con miedo.
Derek me miró con sorpresa, como si nunca hubiera considerado mis sentimientos.
Capítulo 5: La Decisión
Esa noche, después de nuestra cena, decidí que necesitaba hablar con él. No podía seguir así, atrapada en una relación secreta que me consumía. Cuando llegamos a su oficina, cerré la puerta y me volví hacia él.
—Derek, necesito que hablemos —dije, sintiendo que mi voz temblaba.
Él se acercó, y su mirada se tornó seria.
—¿De qué se trata?
—De nosotros. No puedo seguir así. Necesito saber si esto tiene futuro.
Derek se quedó en silencio, y el ambiente se volvió tenso.
—¿Por qué no podemos disfrutar de lo que tenemos? —preguntó al fin.
—Porque no es suficiente —respondí, sintiendo que las lágrimas amenazaban con salir—. Quiero más que esto.
Él se acercó y tomó mi mano, pero no había ternura en su toque.
—Lo que tenemos es especial. No lo arruines con preguntas.
Capítulo 6: El Enfrentamiento
La conversación se tornó en un enfrentamiento. Mis sentimientos salieron a la superficie, y no pude contenerme.
—Eres egoísta, Derek. Solo piensas en ti mismo. Nunca piensas en lo que yo quiero.
Él frunció el ceño, y su mirada se volvió fría.
—No me hables así. Sabes que esto es lo que hay.
—No, no lo sé. No quiero ser solo tu secreto. Quiero ser más.
Derek se apartó, y su expresión se endureció.
—No puedo darte lo que pides.
Capítulo 7: La Ruptura
Esa noche, después de nuestra discusión, decidí que era hora de poner fin a esto. No podía seguir siendo su amante secreta, su asistente en la sombra. Al día siguiente, llegué a la oficina con la determinación de hablar con él.
Cuando entré a su oficina, él estaba revisando unos documentos. Me acerqué y tomé aire.
—Derek, necesitamos hablar —dije, sintiendo que mi voz temblaba.
Él levantó la vista, y su expresión se tornó seria.
—¿De qué se trata?
—No puedo seguir así. Necesito que esto termine.
Su mirada se endureció, y sentí que el aire se volvía pesado.
—¿Estás segura de lo que estás diciendo? —preguntó con frialdad.
—Sí. No puedo ser solo tu secreto. Merecemos más que esto.
Derek se quedó en silencio, y su expresión se tornó sombría.
—No puedo dejarte ir.
Capítulo 8: La Decisión Final
A medida que las semanas pasaban, la tensión entre nosotros crecía. Derek seguía intentando acercarse, pero yo me mantenía firme en mi decisión. No podía ser su amante en secreto. Necesitaba un futuro, y eso significaba alejarme de él.
Una tarde, mientras revisaba unos documentos, Derek entró en la oficina. Su expresión era seria, y su mirada, intensa.
—¿Has pensado en lo que te dije? —preguntó.
—Sí, y mi decisión es la misma. Necesito irme.
Derek se acercó, y su tono se volvió suplicante.
—No lo hagas. No puedo soportar perderte.
—No quiero ser solo tu asistente, Derek. Quiero ser parte de tu vida, no un secreto.
Capítulo 9: La Separación
Finalmente, llegó el día en que tomé la decisión de marcharme. Había encontrado un nuevo trabajo, y aunque me dolía dejarlo, sabía que era lo mejor. Me despedí de mis compañeros, y al entrar en la oficina de Derek, sentí una mezcla de tristeza y liberación.
—¿Estás lista para irte? —preguntó, con la mirada fija en mí.
—Sí, creo que es lo mejor —respondí, sintiendo que mi corazón se rompía.
Derek se acercó y tomó mi mano.
—No quiero que te vayas.
—Lo sé, pero necesito hacerlo. No puedo seguir siendo tu secreto.
Capítulo 10: El Nuevo Comienzo
Después de dejar la oficina de Derek, sentí una mezcla de emociones. Había tomado la decisión correcta, pero también había dejado atrás a un hombre que había significado tanto para mí. Comencé un nuevo trabajo, y aunque era difícil, sabía que era lo mejor para mi futuro.
Con el tiempo, empecé a adaptarme a mi nueva vida. Hice nuevos amigos, y aunque a veces pensaba en Derek, trataba de no dejar que su recuerdo me consumiera.
Capítulo 11: La Llamada
Un día, mientras estaba en la oficina, recibí una llamada inesperada. Era Derek. Mi corazón se detuvo al escuchar su voz.
—Necesito verte —dijo, y su tono era grave.
—No creo que sea una buena idea.
—Por favor, solo escúchame.
A pesar de mis dudas, decidí encontrarme con él. Al llegar al lugar acordado, sentí un nudo en el estómago. Derek estaba allí, con una expresión seria en su rostro.
Capítulo 12: La Conversación
—Gracias por venir —dijo, mirándome a los ojos.
—¿Qué quieres, Derek? —pregunté, sintiendo que mi corazón latía con fuerza.
—Quiero hablar sobre nosotros.
—No hay “nosotros”, Derek. Ya no.
—No puedo dejarte ir. He estado pensando en lo que dijiste, y creo que tengo que cambiar.
Capítulo 13: La Posibilidad
A medida que conversábamos, sentí que había una posibilidad de reconciliación. Derek parecía sincero, y su mirada reflejaba un deseo de cambiar.
—¿Qué significa eso? —pregunté, sintiendo una chispa de esperanza.
—Significa que estoy dispuesto a enfrentar lo que somos. No quiero que seas solo mi asistente. Quiero que seas parte de mi vida.
Capítulo 14: La Decisión
Después de nuestra conversación, me di cuenta de que todavía había amor entre nosotros. Pero también sabía que no podía volver a ser su amante en secreto. Tenía que ser una relación pública, o nada.
—Si quieres que esto funcione, necesitas estar dispuesto a arriesgarlo todo —le dije.
Derek asintió, y su mirada se volvió intensa.
—Estoy dispuesto a hacerlo.
Capítulo 15: La Nueva Etapa
Con el tiempo, nuestra relación comenzó a florecer de nuevo. Derek hizo cambios en su vida y en su trabajo para que pudiéramos estar juntos sin secretos. Comenzamos a salir en público, y aunque había desafíos, sentía que finalmente estábamos construyendo algo sólido.
Un día, mientras caminábamos por el parque, Derek tomó mi mano y se detuvo.
—Quiero que sepas que estoy aquí para quedarme —dijo con sinceridad.
—Yo también —respondí, sintiendo que mi corazón se llenaba de amor.
Capítulo 16: La Confianza
A medida que pasaban los meses, aprendí a confiar en Derek nuevamente. Habíamos superado obstáculos y, aunque el camino no siempre era fácil, estábamos comprometidos a construir un futuro juntos.
Un día, mientras estábamos en su oficina, él me miró con una intensidad que me hizo temblar.
—¿Quieres ser mi pareja oficialmente? —preguntó, con una sonrisa en el rostro.
—Sí, quiero —respondí, sintiendo que el amor que compartíamos era más fuerte que nunca.
Capítulo 17: La Celebración
Decidimos celebrar nuestra relación con una cena especial. Invité a algunos amigos cercanos, y la noche fue mágica. Risas y conversaciones llenaron el aire, y al mirar a Derek, supe que habíamos superado lo peor.
Al final de la noche, nos quedamos a solas en su apartamento.
—Gracias por estar a mi lado —dijo, mirándome a los ojos.
—Siempre estaré contigo —respondí, sintiendo que el amor que compartíamos era inquebrantable.
Capítulo 18: El Futuro
Con el tiempo, nuestra relación se volvió más fuerte. Hablamos sobre el futuro y nuestros sueños. Derek compartió su deseo de expandir su negocio, y yo le conté sobre mis aspiraciones personales.
—Quiero apoyarte en todo lo que hagas —dije, sintiendo que nuestro amor era una fuerza poderosa.
Capítulo 19: La Propuesta
Un día, mientras caminábamos por la playa, Derek se detuvo y se arrodilló. Mi corazón se detuvo al ver lo que estaba haciendo.
—Quiero pasar el resto de mi vida contigo —dijo, sacando un anillo de su bolsillo—. ¿Te casarías conmigo?
Las lágrimas brotaron de mis ojos mientras asentía.
—Sí, sí quiero.
Capítulo 20: El Comienzo de una Nueva Vida
Con el tiempo, planeamos nuestra boda y celebramos nuestro amor con amigos y familiares. No solo era una celebración de nuestra unión, sino también un testimonio de cómo habíamos superado los desafíos juntos.
El día de la boda, mientras caminaba hacia el altar, sentí que finalmente había encontrado mi lugar en el mundo. Derek me miró con amor y devoción, y supe que, a pesar de todo, habíamos construido algo hermoso.
Epílogo: El Amor Verdadero
A medida que comenzamos nuestra nueva vida juntos, recordé el camino que habíamos recorrido. Desde ser su asistente secreta hasta convertirme en su esposa, cada paso había valido la pena.
El amor verdadero no siempre es fácil, pero con Derek a mi lado, sabía que podíamos enfrentar cualquier desafío. Juntos, habíamos encontrado la felicidad, y estaba lista para todo lo que el futuro nos deparara.
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